29.12.09

Relato: La partida del guerrero

[Había que escribir un western. Pero ya saben...
Bueno, muy feliz año nuevo, y muchas gracias por todo, a todos
.]



- Mujer, yo irme.
- ¿Cómo?
- Mujer, irme a luchar.
- ¿Que te vas? ¿Cómo que te vas?
- Irme a enfrentar a rostro pálido. Irme a gran lucha allá en las praderas.
- ¿A luchar, ahora?
- Es el momento, mujer. Ir a defender tribu nuestra.
- ¿Pero tú no sabes que hoy comíamos en casa de mi madre?
- Mujer, momento llegar…
- ¿Y que me habías prometido llevarme a Fort Apache de compras?
- Mujer, bravos ir a defender tierra de nuestros antepasados, ir a gran batalla contra rostro pálido que trae caballo de hierro a praderas y mata al hermano bisonte.
- ¿Al hermano bisonte? ¡¿Al hermano bisonte?! ¡No caerá esa breva! Ojalá acabaran con él, que estoy de comer hermano bisonte hasta las plumas, hombre. No, si ya sé yo que tú, en cuanto toca ir a casa de mi madre…
- Mujer, tú conocer…
- ¡Y deja de hablar así ya, que pareces tonto!
- Pero, mujer, Conejita…
- Gazapa, Gazapa Blanca, nada de Conejita.
- Gazapa Blanca atender. Gazapa Blanca saber rostro pálido arrebatar tierras a tribu, Gazapa Blanca saber hombre blanco cruza colinas sagradas Paha Sapa, quema árboles y seca ríos, Gazapa Blanca tener en el corazón…
- ¡Que dejes de hablar así, coño!
- Bueno, pues eso, que tenemos que irnos a luchar, porque esto ya pasa de castaño oscuro. Nos estamos quedando sin nada, y la situación es insostenible. Así que he decidido reunir al consejo de ancianos y desenterrar el hacha de guerra.
- El hacha de guerra ni se te ocurra.
- ¿Qué?
- Que el hacha de guerra la limpié yo ayer, que estaba perdida de tierra. Le di con limpiametales y no pienso dejar que la manches otra vez con la ceniza y la sangre y todo eso.
- Pero Conejita…
- ¡Gazapa Blanca!
- Gazapa, vamos a ver, es que las cosas no son así. Vamos a entrar en guerra, y hay una tradición que respetar. La ocasión no es para menos; se trata de defender nuestras tierras, nuestro sustento, nuestra identidad cultural, nuestra idiosincrasia, el hecho diferencial lakota, nuestra forma de vida: en fin, supongo que serás consciente de la gravedad del momento y de la responsabilidad que yo, como jefe de la tribu, tengo.
- Nuestra forma de vida, nuestra forma de vida… Vamos, hombre, por favor. Ya me gustaría a mí, que cambiara nuestra forma de vida. Y poder dejar de vivir en esta tienda.
- Tipi, tipi.
- ¡En esta tienda cotrosa! Y dejar de andar de un lado para otro todo el día. Y tener una casita, como todas las blancas, con su jardincito, su valla y su triángulo para llamar a comer. Y poder comer otras cosas, y no bisonte, bisonte y bisonte.
- ¿Cómo puede hablar así Gazapa Blanca? Eso que Gazapa dice es una traición a nuestros antepasados, es escupir a las costumbres de nuestros padres que nos miran desde la pradera de Wakantanga.
- Mira, por favor, ¿eh?, ¡por favor! No me vengas con tonterías.
- Los bravos muertos nos contemplan y esperan que yo, Gamo Veloz…
- Sí, eso sí, veloz sí.
- ¿Cómo?
- Lo de veloz, que te va al pelo. ¿Ves? En eso sí que acertó, tu padre. Se ve que ese día estaba sereno.
- No entiendo por dónde vas ni qué quieres, mujer.
- No, ya, no hace falta que lo jures. Que no sabes lo que quiero está claro.
- Bueno, no empecemos, ¿eh?
- Si en lugar de jugar a las batallitas para hacerte el machote te dedicaras a otras cosas, de hombres de verdad…
- Mira, no sé de qué hablas, pero ahora no me puedo entretener. Voy a desenterrar el hacha…
- El hacha ya te he dicho que no. Les dices que la tengo yo, y que no puede ser. Si decidís iros a pelear, allá vosotros, pero el hacha se queda aquí; que no sé a qué viene esa manía del hacha.
- Bueno, no pasa nada. En cualquier caso, me voy.
- Ya. Pues hala.
- Me voy a luchar, Gazapa Blanca.
- Ya, ya.
- Voy a batirme por nosotros. Defenderé lo nuestro contra quienes nos lo quieren arrebatar.
- Bueno, yo no te digo nada, tú sabrás lo que haces. Pero a ver cómo vuelves, ¿eh?, ya te lo digo.
- Puedo volver herido en la lucha, mujer. Puede incluso que mi vida se quede en el campo de batalla.
- No, no hablo de tu vida. No disimules. Hablo de cómo llegaste la última vez. Que te olí cinco minutos antes de que entrases en la tienda.
- Mujer, es que al final nos reconciliamos, y entre la pipa de la paz y el agua de fuego para celebrarlo…
- Sí, claro, el caso es tener una excusa para celebrarlo. Para celebrarlo vosotros, eso sí, porque lo que es conmigo, llegaste muy animado, tú, pero nada.
- ¿Cómo nada? ¿Ya no te acuerdas, Conejita?
- Yo sí, yo me acuerdo perfectamente. El que no se acuerda eres tú, de cómo te quedaste dormido encima de mí a los treinta segundos de lanzar el grito de guerra.
- Anda, coño, yo creía…
- Tú crees muchas cosas. Así que ya sabes, nada de volver a las tantas, y muchos menos alborotando, ¿eh?
- Parece mentira, mujer. Voy a enfrentarme al peligro. Dame al menos tu protección, para que me acompañe a la batalla.
- ¿Mi protección? Lo que te voy a dar es esta lista, y al volver paras en Fort Apache y compras estas cosas. Y que no te engañen como siempre, que te toman por tonto.

Los bravos guerreros lakotas cruzan veloces la pradera a lomos de sus caballos. En sus rostros se lee solo la determinación, no hay lugar en ellos para el miedo.

- Jefe, ¿entonces, lo del hacha?
- Que ya os he dicho que no, que el hacha no está para esas tonterías, hombre. Y además la tengo yo guardada en una vitrina que le he hecho, y… Bueno, eso, que no.
- ¿Pero y cómo vamos a hacer, entonces?
- Pues como todo el mundo.
- Jo, ya, pero es que sin el hacha no es lo mismo.
- Pues es lo que hay. Abrimos las botellas con el sacacorchos, como todo el mundo, y punto.

24.12.09

Feliz Nochebuena

Nochebuena es la noche familiar por excelencia, para mí. Y este año lo será especialmente, pues ceno con ellos. Estoy muy contento.

Os deseo a todos, a todos los que hacéis que tener este blog sea una experiencia maravillosa, una muy feliz noche y felices Navidades.

Besos y abrazos.

10.12.09

Navegar

En alta mar uno no piensa que está sobre un diminuto pedazo de hierro y madera en medio de la inmensidad, y que bajo él hay un abismo. Y es mejor. Sobre todo de noche, cuando solo vemos un animal descomunal que nos recuerda que no tenemos ningún tipo de control sobre él y que si decidiera moverse un poco nos aplastaría y nos sepultaría en el fondo.

En alta mar miramos alrededor y nos cuesta pensar en la vida en tierra. Cuesta pensar en las ciudades, en los edificios, en las calles y las carreteras. Cuesta pensar en la gente andando por la acera. Cuesta incluso pensar en nuestras familias y nuestros amigos como algo físico, tangible. Porque nos parece que ese es otro mundo.

Pero a pesar de eso, a pesar de la sensación de aislamiento casi absoluto, se tiene también la de estar vivo, la de lo excepcional; la de estar viéndole la cara a algo distinto, a esa parte del planeta a la que le damos igual, a otra época en la que apenas somos nada.


9.12.09

Internet, libertad, información, negocio y piratería

En primer lugar, el manifiesto:



EN DEFENSA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES EN INTERNET

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que:

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.


Manifiesto que suscribo. Pero al que quiero añadir algunas opiniones ajenas (y doy por sentado que Jesús y NáN no tienen inconveniente alguno al respecto):

Jesús, Pioneros:



Yo me conecté a internet por primera vez en 1996. Lo que entonces caracterizaba a la red era una verdadera sensación de libertad, la posibilidad de compartir sin fronteras, sin límites, la capacidad de explorar el mundo sin que importase vivir en una aldea o en una gran capital. Internet cambió mi vida, y no estoy exagerando en absoluto.

Todos sabemos que la red es un territorio donde abunda el ruido y la inmundicia, una ciudad con sus callejones peligrosos, sus timadores, sus criminales, pero quienes la transitamos diariamente sabemos también de sus tesoros. Para mí el más importante, el que los reúne a todos, es el acceso a la primera biblioteca verdaderamente universal de la humanidad. (...)

Es cierto que con la aparición de internet todo cambia. Hoy pensaba en los copistas y la aparición de la imprenta que les dejaba sin trabajo. (...)

Comprendo que para muchos será duro adaptarse a estos cambios. La industria asociada a la difusión cultural no volverá a ser la que era. Ahora mismo todos los elementos están recolocándose, agonizando, naciendo. (...) Yo no soy ningún experto, sé que hay miles de detalles importantes que se me escapan. Lo que sí tengo claro es que me gustaría que Internet continuase siendo este territorio libre, esta comunidad donde poder compartir las cosas que nos gustan. (...)

No quiero que ninguna comisión ministerial controle todo esto. Si alguien piensa que existe un delito que lo denuncie a la policía, que el juez determine conforme a derecho. No somos delincuentes, sólo somos pioneros.



NáN, en los comentarios a ese mismo post:



Estoy absolutamente de acuerdo en que no se puede producir el retroceso de ser juzgados por el gobierno de turno, en lugar de por la judicatura de acuerdo con las leyes.

Una vez cruzada esa raya, dejo, en distintas escalas de grises, de estar de acuerdo.

El disfrute total gratuito de toda la abundante riqueza comunicable que hay en el mundo no se puede producir a costa de que se abandonen las construcciones complejas, las que lleva tiempo realizarlas, las que necesitan de una profesionalización que exige un cobro por el trabajo.

La fiesta de hoy nos puede llevar a una era oscura. Hay que pensarlo bien. No podemos convertir esto sin más en dos bandos, los del gratis y los del pago (tú eres de Joselito y yo soy del Gallo).

Es un mundo nuevo que hay que ajustar. Me parece perfecto que te bajes películas, pero no que no pagues por ellas. A lo mejor, como hay que reajustarlo todo, habrá que hacerlo también con la duración de los derechos. Poner precios justos: no vas a pagar lo que en una sala de cine, o unos céntimos sería un pago suficiente por una canción. No sé, estoy disparando con pólvora de rey.

Hay todo un campo abierto a lo que en Internet ofrecemos unos a otros, pero debemos ofrecer lo nuestro.

Del modo en que elijamos recorrer ese campo, dependerá, quizás, que los artistas y creadores vuelvan a depender del capricho de los mecenas (no hace tanto que salieron de ahí) o, lo que es mucho peor, de los intereses del Estado.

Por huir de Ramoncín (que repele de tonto) y de una SGAE (que es solamente para música, donde están las empresas tiburón) que nos criminaliza cuando compramos un CD en blanco pensando que vamos a grabar ilegalmente, no deberíamos dar pasos irreflexivos.



Teniendo textos así, precisamente gracias a internet, poco más se puede decir.


6.12.09

Volver (segunda parte)

[Esto iba a ser un comentario, contestando sobre todo a Señá y a Rociolat, pero se me fue de las manos...]

(La verdad es que desde que tengo este blog cada poco tiempo me pregunto cómo me atrevo a escribir sobre ciertas cosas. Me intento justificar pensando que solo hablo de mí y, aunque lo haga en público, para mí.)

Cuando hablaba de volver me refería a regresar física, realmente, a los sitios de mi niñez y a encontrarme con gente que desde hace tiempo ya no forma parte de mi vida diaria. Pero esta vuelta es además algo simbólico, y lo que hacen esos lugares y esas personas (entre las cuales por supuesto están, y de primeros, mis padres, aunque ese es otro tema) es recordarme a mí mismo entonces, o al menos a mi recuerdo del que fui. Una vez enfrentado a eso, lo siguiente es sentir la tensión entre mis deseos (no importa que sean recordados, supuestos o imaginados; este regreso hace de catalizador para aclararlos) y la realidad que veo.

Escribí algo relacionado con el tema cuando el blog era un bebé: aquí. Y aunque en gran parte sigo temiendo lo mismo, creo que ese texto, el modo en que resume el regreso, la visión que elige dar, es el resultado de una mirada triste, pesimista. Porque mirando atrás uno se descubre, paradójicamente, pesimista u optimista.

De eso va el anterior post, del encuentro con el pasado y de las preguntas que éste nos hace sobre nuestro presente (uy, como dice Jesús Miramón, corro graves riesgos de convertirme en Paulo Coelho... si es que no lo soy ya).

Porque de eso se trata, de nuestro presente. Este reto, esa prueba de la que hablo, que va a hacer que inevitablemente nos juzguemos y seamos conscientes de cómo estamos, nos debería enseñar que es desde el presente desde donde construimos y valoramos (si es que ambas cosas no son lo mismo) nuestra vida.

Todas las opciones ante la vida y su sentido me parecen legítimas. Pues ni siquiera la felicidad es un deber. Pero, en cualquier caso, todos los esfuerzos que queramos hacer debemos hacerlos ahora.

A veces esa lucha consiste en poner al mal tiempo buena cara, en sobrellevar desgracias seguramente insuperables; otras, tenemos la suerte de que nuestros lastres son más fáciles de soltar. Cambiar lo que no nos gusta de nosotros, evitar repetir nuestros errores, luchar por satisfacer nuestras expectativas o por reconciliarnos con ellas, etc. Todo lo tenemos que hacer hoy, y solo hoy podemos hacerlo (recuerden, llámenme Paulo).

Uno de mis grandes temores ha sido siempre la frustración: volver un día la vista atrás y descubrir que mi vida no había sido lo que yo quería, que había pasado por ella sin vivirla del todo, que había desaprovechado mi única oportunidad. Y después de años lamentándome de errores pasados que, pequeños o grandes, parecían poner las cosas cada vez más difíciles, parezco estar asumiendo que esa actitud no tiene sentido, que solo me paraliza y es la que dificulta de verdad todo.

Puedo corregir algunas decisiones, curar algunas heridas, abrir de nuevo algunas puertas (cerrar, casi nunca hay que cerrar ninguna; al final no paramos de pasar por delante con miedo), decidir el rumbo (o al menos el siguiente paso) y aprender.

Yo de grandes desgracias poco o nada sé, por suerte, así que me callo. Pero incluso alguien afortunado como yo tiene cosas que lamentar, de las que se arrepiente.

Y me parece importante comprender que si tenemos alguna posibilidad de cambiar el pasado, es ahora.

Por nuestro futuro.


4.12.09

Volver (y no es un tango)

¿Qué significa volver? ¿Qué averiguamos al hacerlo?

Aparte de para constatar el paso del tiempo y ser conscientes, en mi caso con pena y miedo, de un fin que no deja de acercarse, volver nos sirve para saber cómo estamos, cómo nos ha ido.

La vuelta atrás que es volver a los sitios de antes y a nuestros mayores confronta nuestras ilusiones pasadas con nuestro presente y nos pone en la tesitura de comprobar si este era el futuro que esperábamos (por no hablar del que soñábamos).

Para mí, la vuelta a Vicedo este verano con mis hijos, después de tantos años, resultó tan bien porque salí airoso de esa prueba; porque me sentí alegre y tranquilo, y satisfecho con la persona que vino, con la persona que vi: conmigo.

Estuve (y sigo estando) con ellos, paseamos por el muelle, por el pueblo y las playas, y me sentí seguro y, a pesar de todo, contento. A pesar de lo mucho que me podría decir, vi que quiero ser este que soy.

Este sentimiento nace ante todo de mis hijos. Pero a la vez veo que no son solo ellos, que no soy solo ellos. Por primera vez en mucho tiempo (o, simplemente, por primera vez) estoy bien y puedo volver a donde quiera.

1.12.09

Las luces de un coche

De noche. Hace viento y llueve. Con la casa casi a oscuras veo a lo lejos, en la ladera de un monte, las luces de un coche aparecer y desaparecer entre los árboles.

Y pienso que aun mejor es saberse vivo y en medio del mundo cuando es uno el del coche.

29.11.09

Fin de semana

Ayer, a las diez y media de la mañana, cogí el tren de la costa.

Me gusta viajar en tren. Aquí son muy poco útiles, lentísimos y escasos; y con el resto de España más que unirnos nos separan. Pero, como no dependo de ellos, me gustan. Me parece un medio de transporte romántico y tranquilo, donde disfrutar de que te lleven, de no tener que atender a nada.

Me gusta esa sensación de pasar por la puerta de atrás de las casas.

A mí el tren, estos trenes, me parecen de otra época. Como las estaciones y los apeaderos. Mi padre, de pequeño, quería ser uno de esos jefes de estación de gorro rojo; y en cierto modo llegó a serlo, hace años.

Hace demasiado calor, pero estoy a gusto. Leo y miro por la ventana. Veo vacas, claro, el símbolo de la Galicia rural, y pasamos por túneles de árboles en los que las ramas nos van rozando.

Llego antes de lo que pensaba, y bajo al pueblo con mi maletita y mi paraguas. Y entro en un café-bar (pues un verdadero café-bar era). Naturalmente, me observan. Las conversaciones continúan, y yo escucho y, poco a poco, me voy atreviendo a mirar, hasta que con la vista me incluyen entre los oyentes y acaban hablando, en buena medida, para mí, que al fin y al cabo soy la novedad. Parece premeditado, pero unos hombres hablan de cuando en el puerto proyectaban cine mudo, y el de la manivela iba explicando la película.

El café está riquísimo.

Me acuerdo de Jesús (parece mentira en qué ha llegado a convertirse todo esto) y me pregunto si aquí es posible un Innisfree, algo como aquella cervecería; me pregunto si será posible en Innisfree, en realidad.

La dueña se sienta con otras dos clientas en una mesa. Al rato veo que llora. Apoya la frente en una mano y llora mirando el suelo. Las demás, todos los demás, la ven pero disimulan, siguen hablando como si nada, hasta que se le pasa.

Al ir a pagar, al fin pregunta "Buscabas a alguien, claro...". Le digo que no, le explico, le doy referencias; se acuerda de mí, de verano, de los niños.

Salgo, me voy. Veo un anuncio pegado en una farola. Lo típico. Salvo que en este dice Compro derechos de vacas nodrizas, y debajo el teléfono.

Ando hasta casa. Hace mucho viento, el mar, incluso en la ría, está picado y los chalanos no dejan de dar tumbos. Llego, abro la puerta, entro, cierro y empieza a llover. No parará, prácticamente, en todo el fin de semana.

Menos mal que vengo preparado.


27.11.09

Estado de opinión

Ayer tuve una discusión que empezó por el Alakrana y los piratas somalíes y acabó con que no sé si España o Europa están siendo invadidas por los árabes (sic) mientras nosotros nos quedamos cruzados de brazos.

No tengo interés en hablar del secuestro del pesquero. De hecho, creo que dado lo que sabemos y podemos saber (y corramos un tupido velo sobre la información que nos llega a través de la prensa) de lo que ha pasado, de las posibles alternativas y de por qué se decidió lo que se decidió, mejor sería que nos callásemos. Que parece que ya no solo somos todos seleccionadores nacionales, sino también expertos en gestión de crisis; estamos progresando mucho.

Me interesa, pero tampoco hablaré de lo que ocurre en Somalia, tanto en tierra como en el mar. Si quieren ustedes informarse hay mil sitios desde donde intentarlo con alguna posibilidad de éxito; aquí tienen unos ejemplos, que conviene leer en este orden: BBC (datos generales del país y acontecimientos de los últimos años), Programa Mundial de Alimentos (una visión de la situación humanitaria; hay muchas más) y Chatham (piratería).

Y de la inmigración, qué quieren que les diga que no sepan. Si acaso, les recomiendo un post de hoy mismo y les recuerdo una foto que debería salir cada semana en los periódicos.


Ayer, una vez más, comprobé la cantidad de gente que se siente atraída por gobiernos con una imagen de fuerza y dureza [¿Han leído ustedes El miedo a la libertad? Pues no sé a qué esperan]. Que consideran que un gobierno es respetable si da puñetazos en la mesa (en la de otros, claro), y eso quieren; que se dejen de tonterías. E incluso diría que si además saben que sus gobernantes son corruptos eso les parece una prueba de que son unos tíos listos, que le dan al dinero la importancia que debe tener y valen para estar ahí.

Recordé hasta qué punto inconcebible algunos ven los abusos únicamente cuando ellos o los suyos son las víctimas. O, dicho de otro modo, cuántos confunden la justicia con que el orden esté de su parte.

Y volví a ver, abrumado, que hay quien considera que ciertas vidas no importan. Y no me refiero a que les importen menos, sino a que para ellos no tienen absolutamente ninguna importancia.


Y me pasé el día pensando que somos muy burros. Y sin la disculpa de la falta de oportunidades. Tan burros que no somos capaces de recordar, ni de imaginar, ni de relacionar las cosas, ni de ver nada distinto de nuestro ombligo, ni, sobre todo, y por tanto, de ponernos en el lugar de los demás. Tan burros que al final somos malos.

Y pensé en lo poco asumidos que están entre nosotros conceptos como estado de derecho o incluso democracia; lo que nos falta para interiorizarlos. Y me pregunto si no vivimos una ilusión; qué porcentaje de españoles sigue estas reglas del juego porque son las que hay, pero no tendría ningún tipo de problema en seguir otras.

Y me di cuenta, por primera vez, de que aquí no gana Berlusconi porque no se presenta.

24.11.09

Extraño

Qué sensación de desubicación y desarraigo, de añoranza del hogar, qué clara y cruel constatación de no estar en nuestro verdadero sitio, cuando al girarnos confiada y mecánicamente nos encontramos con que en ese baño el papel está al otro lado.

23.11.09

Otra justicia

Y la ilusión de Paul y Holly, brillando espléndida en medio del gris general, ¿no merecía acaso ser recompensada? ¿No eran suyos todo el romanticismo, la alegría y la belleza? ¿Las ganas de vivir? ¿Y no era ese el lógico destino de los diamantes, ese y no el triste esperar en una caja fuerte hasta yacer entre los pliegues de un triste escote respetable?



¿No era preferible que sirvieran para hacer un sueño realidad?

¿Quién, qué alma sensible, puede dudar, escuchando Moon river y viendo a Audrie mirándolos, que debían ser suyos?

Si yo lo hubiera tenido se los habría dado con gusto sin esperar nada a cambio. Me habría dejado robar por ella. Por justicia.

19.11.09

Reñir bien

Hace ya ¡más de cuatro años!, escribí una lista de Cosas bienintencionadas y consideradas normales que no soporto que le hagan, que sigo suscribiendo íntegramente (aunque ahora diría que les hagan, que tengo dos hijos). No estaban todas las que eran, pero las que estaban, eran.

Aquella lista se basaba en mi experiencia y desde luego no pretendía ser exhaustiva, pero hoy lo seré menos, pues quiero hablar únicamente de dos comportamientos en mi opinión completamente equivocados y, sin embargo (y por eso me he acordado de ellos), tremendamente habituales entre los padres.

1. Decirle al niño que es malo; reñirle llamándoselo.

Hay que rechazar y descalificar el mal comportamiento del niño, no al niño.

Parece ser que además no es cosa mía, sino que hay una base psicológica para creer que el niño tiende a portarse como se le dice que se porta (¿y los adultos no?). Se llega a convencer de que "es malo", de que él siempre reacciona así, y acaba descartando la posibilidad de cambiar. Y más adelante, en la adolescencia, será fácil que llegue a pensar Así que soy malo, ¿no?, pues entonces...

Pero el problema principal no es, claro, que así no consigamos mejorar su comportamiento, sino el daño que le hacemos, cómo vamos encasillándolo, y lo que debe de minar su autoestima el que sus propios padres lo descalifiquen de ese modo.


2. Compararlo con los demás.

Y no sólo en su contra; también a su favor.

Reprocharle algo a un niño comparándolo con los demás es muy cruel. Creo que al hacerlo estamos dándole a entender, poco menos, que al menos en ese aspecto preferimos a otro. Pero es que incluso compararlo para elogiarlo me parece un gran error, pues fija unas referencias equivocadas que mal ponen la cosa ya desde el principio. Lo de sembrar vientos, ya saben.

Comparar es, más que ninguna otra manera de juzgar, hacer que el niño se sienta examinado y clasificado. Con la presión que eso supone, sobre todo si lo hacen sus padres, y con la idea de competición que les transmite. Competición por nuestro cariño. Pocas cosas marcan más.

No vivimos aislados, y los demás son referencias necesarias e inevitables a lo largo de toda la vida. Pero queremos que nos valoren como personas atendiendo a más cosas que a comparaciones directas y parciales. Lo queremos para nosotros, y con mayor razón deberíamos quererlo para nuestros hijos. Y si es así, no deberíamos aparentar lo contrario.

Compararlos es siempre injusto con ellos y los hace injustos. Les enseña una forma de opinar superficial y simplista y les inculca una tendencia a escalafonar a las personas. Y a ellos, en lugar de animarlos los desanima.


Una cosa es mostrarle a un hijo nuestro disgusto con lo que hace mal, y otra muy distinta darle a entender que lo que hace mal hace que lo queramos menos. Y para mí estas dos cosas están rozando ese límite.


17.11.09

Conversaciones con mi hijo

Este fin de semana vi Conversaciones con mi jardinero. Me gustó mucho. El poco cine francés que veo me suele gustar bastante; algunas películas, sin caer en solemnidades ni perder el buen humor (por qué perderlo; y sobre todo para qué), son agradables y convincentes reflexiones sobre la vida. Esta era una.

Yo diría que hablaba de los placeres sencillos de la vida, y de lo que importa en ella.

Ayer, paseando con mi hijo de tres años, en medio de una larga y maravillosa conversación me soltó Yo, cuando sea muy pequeño y me muera...

Fue como si una sombra negra (como a Rosalía) se me metiese dentro.

-Pero para eso falta infinito -le dije yo.
- Sí, falta muchísimo.
- ¡Muchísimo, muchísimo! Una vida entera -y traté de cambiar de tema, porque por un momento vi el vacío, y no quería mirar.

- Sí, porque cuando vengan a matarme voy a coger un sable y les voy a cortar la cabeza, ¡a todos! -con lo que ya me quedé más tranquilo.

Ojalá sepa vivir, y viva muchísimo.

9.11.09

Calvo Sotelo, mira tú por dónde

Esta mañana, al llegar a la oficina y abrir la agenda me he encontrado con esta cita de Leopoldo Calvo Sotelo, aquel presidente que parecía un señor tan serio:

No ha sido la menor de mis desventajas en la política el hecho de haber aprendido casi todo de los libros.

Y aunque estoy seguro de que Calvo Sotelo tenía motivos suficientes para quejarse de su ambiente de trabajo y no me extrañaría que en esa confesión hubiese una crítica implícita a sus colegas, supongo que se está lamentando de sí mismo, que no es una frase contra la política sino contra los libros, contra la distancia de la teoría. Es decir, que en ella se puede sustituir política por vida sin desvirtuarla demasiado.

Y claro, me pregunto si yo comparto esa desventaja, pero aun encima sabiendo mucho menos que Calvo Sotelo.

6.11.09

Aunque ya va creciendo

- Tatita, Mombo, Nanina, Tití... En vez de llamarlos por el nombre, los llamo por los aperitivos.

5.11.09

American Vertigo

He entrevistado a delegados de Wyoming, de Idaho, de Nevada, de Kansas o de Arkansas, a los que les he hecho, cada vez, la misma pregunta: qué es ser republicano (...)
Unos me han hablado del matrimonio gay... Otros me han explicado que nada les parecía más importante que reforzar el papel de las Iglesias y reducir el de las elites urbanas... Otros, que la vuelta a Main Street frente a Wall Street, la rehabilitación de los valores de la América rural frente a los de la América cosmopolita e intervencionista, la defensa de una concepción de los derechos humanos que llega hasta el derecho a poseer un arma para defender su libertad y sus bienes (...) Y para otros, incluso, [las ideas demócratas se relacionaban con] una Francia asimilada a una mezcla inestable de "feminidad", "inmoralidad decadente", "intelectualismo esnob" y "radicalismo chic"...

Bernard-Henri Lévy, American Vertigo
(La traducción es mía, así que no se fíen demasiado)


En este libro el autor hace un viaje por EE.UU., una especie de remake, propuesto por el Atlantic Monthly, de otro que hiciera Alexis de Tocqueville en 1831 por encargo de su gobierno. Entonces, el francés debía estudiar el sistema penitenciario norteamericano, pero vio más cosas y escribió La democracia en América; y ahora el otro francés escribe este, ya desde el principio con un enfoque más amplio y literario.

Estados Unidos es un misterio, para mí. Como tantos otros sitios, claro, pero con la particularidad de que en este caso el desconocido es un país con una presencia entre nosotros permanente, ubicua y, además, dominante. Presencia que, me parece, hace que basemos nuestra opinión, para bien o para mal, en verdades parciales, visiones fragmentadas (creo que el ejemplo más claro es el de su cultura), tópicos y prejuicios. Por eso me parece muy apetecible y útil (no sé si decir necesario sería excesivo) tratar de conocerlos y, a ser posible, entenderlos. Compré este libro por eso, y por ahora creo que fue un acierto.

4.11.09

La chica del faro y yo

¿Se acuerdan de la chica del faro, la de la broma literaria y el posterior experimento?

Una muchacha mira desde un bote de remos el faro, que apenas se ve entre la niebla. Tiene el pelo castaño recogido en una gruesa trenza y lleva puesto un impermeable verde oscuro. El faro es blanco y tiene tres ventanas, una debajo de otra. Ha dejado de remar y el bote sube y baja suavemente con las olas. Debe de conocer la costa, para navegar en un día así.
De vez en cuando toma los remos, da unas paladas para separarse de las rocas y los vuelve a dejar. Poco a poco la niebla se ha ido convirtiendo en una lluvia fina, y sigo caminando.

Pues ahora es mía. O eso me creo yo:





1.11.09

Las tribulaciones de Edgard

Edgard siempre había querido ser una persona inteligente. También culta, pero, por esas razones que siempre hay que rastrear (y que él había rastreado) hasta la infancia, sobre todo inteligente.

Y nunca había estado descontento, en ese aspecto, nunca había tenido un mal concepto de sí mismo. Incluso se podía decir que siempre (y ahora se preguntaba por qué, si había tenido alguna vez motivos objetivos para creerlo o todo había sido fruto de una cuestionable asunción, de un malentendido, comprensible pero malentendido al fin y al cabo) había estado bastante convencido de su talla intelectual.

Pero con los años su estima había comenzado a resquebrajarse, y era cada vez más evidente lo mucho que dependía de la aprobación de los demás. Desde hacía tiempo se daba cuenta de lo fundamentales que para él eran las opiniones ajenas, y había llegado a reconocerse que lo que quería, lo que necesitaba, no era ser inteligente (no sabía ya si lo era o no, no sabía ni siquiera en qué consistía serlo), sino que se lo llamasen.

Y Edgard, que tenía a sus espaldas un tórrido romance con el psicoanálisis, pronto llegó a algunas conclusiones.

Primero comprendió que si necesitaba que los otros corroborasen su valía era porque, a pesar de que creía tenerla, en el fondo era consciente de que nunca la había demostrado. Y entender esto le alivió, e incluso le sugirió cuál podría ser el camino a seguir.

Pero luego, cuando fue comprobando que las opiniones que él ansiosamente buscaba no estaban a la altura de lo que siempre había creído merecer, que los veredictos eran decepcionantes y que lo más que decían de él era que, bueno, no, del montón no era, llegó a la segunda y dolorosa conclusión: que, efectivamente, no era nadie excepcional.

Entonces, herido y desorientado, comenzó a intentar fijarse en otros aspectos, en otras cualidades del individuo, trató de ver a la persona como algo más amplio y complejo, donde la inteligencia, o las inteligencias, eran un ingrediente más. Y se propuso desesperadamente llegar a ser mejor, mejor en general; aunque ya no significase ser más inteligente.

Pero claro, como él, que no en vano había, como se ha dicho, coqueteado con el psicoanálisis, sabía, no era tan fácil cambiar los propios deseos, y Edgard no podía evitar, por el momento, ver en este nuevo propósito algo así como un premio de consolación. Se veía jugando el partido por el tercer y cuarto puesto

Aunque, de buen natural como era, confiaba, qué remedio, en ir cambiando su punto de vista con el tiempo y llegar algún día, en contra de lo que había hecho toda su vida, a no preocuparse por la clasificación, y menos aun por su lugar en ella.


30.10.09

Tarde

Un hombre se levanta de la mesa, lleva el plato, los cubiertos y el vaso al fregadero, les pasa un agua y los mete en el lavavajillas. Luego guarda la botella de agua en la nevera. Dobla la servilleta y la mete en el servilletero, levanta el mantel individual, sacude las migas en la basura y le pasa una bayeta, que escurre debajo del grifo para limpiar la mesa. Guarda el mantel y la servilleta en el cajón. Ve un grano de arroz en el suelo, se agacha, no es capaz de cogerlo y aprieta el dedo contra él para que se le pegue a la yema; se incorpora, mira para el cubo de la basura y echa el grano en el fregadero. Abre un poco el grifo, hasta que el agua se lo lleva, y vuelve a cerrar.

Se acerca a la ventana. Se cruza de brazos. Mira los árboles del jardín de al lado y el monte al fondo; mira el cielo, nublado; mira dos pájaros volando contra el viento. Mira la parte de atrás de una casa de dos pisos, con manchas de humedad en la pintura blanca.

Saca el móvil y ve que se le hace tarde.

29.10.09

Tarde de primer día



[El tema era la ciencia-ficción. ¡Ja! Temitas a mí... ]

En la colonia espacial “Presidenta Condolezza Rice” cuatro personas salen de su zona de intimidad y se dirigen por el corredor a una de las galerías de comunicación. Se trata de un hombre, una mujer y dos niñas; los adultos tienen cara de mal humor y las niñas discuten en voz baja entre ellas. Caminan deprisa, y de vez en cuando la mujer se detiene a ajustarles a las pequeñas las bandas de cierre de los trajes y colocarles bien los adornos magnéticos del pelo.

- Si es que siempre tenéis que ir así, de cualquier manera. Está visto que si no os preparo yo, nada. ¿Pero tú no ves cómo van las niñas?
- ¿Y qué pasa? Yo no veo que vayan mal.
- No, claro, tú no ves nada.
- Las niñas van, para mí, perfectamente.
- Ah, van perfectamente… Claro, para ir a casa de mi madre vale cualquier cosa, ¿verdad?

Él la mira pero no dice nada. Al cabo de un rato entran en la galería, donde deben esperar a que pase una cápsula de transporte disponible. Permanecen en silencio, sólo interrumpido por alguna queja de la niña pequeña.

- Astra, ¿quieres dejar a tu hermana? –dice el padre.
- Pero si yo no le hago nada...
- ¡Me está pegando!
- Yo no te estoy pegando, peluda.
- ¿Veis? ¡Y me insulta!
- ¿Yo? Yo no te insulto, peluda.
- ¡Astra, que dejes a tu hermana en paz! Qué pasa, ¿es que ya no te acuerdas de cuando tú aún no te podías afeitar, la rabia que te daba que se metiesen contigo?

Llega una cápsula libre y se detiene ante ellos. Entran y se sientan, los padres delante y las hijas, que siguen peleándose, detrás. El padre dice en voz alta la dirección de destino.

- Zona Nueve, galería 32.
- Es que no sé por qué no puede afeitarse la cabeza ya, la verdad –comenta en voz baja la madre.
- Mira, no empecemos, ¿eh? Pues porque tiene ocho años. Ya tendrá tiempo a afeitarse, a modificarse la cara, a elongarse los dedos y a todo lo que le dé la gana. Pero no con ocho años.
- Pues en su clase todas van afeitadas, ya.
- No es verdad, no van todas afeitadas; pero es que aunque lo fuesen. Si es que la culpa la tienes tú, que estás todo el día con que si son las más guapas, las mejor diseñadas, y así; que las estás volviendo tontas. Bueno, tú y tu madre, que es igual.
- ¡Qué raro, que no tengami madre la culpa  de todo…! –contesta ella, que se tapa el rostro e inmediatamente comienza a sollozar.
- Hala, ya se jodió…
- Qué raro, que la tomes con mi madre. No sé qué te ha hecho, la pobre.
- ¿La pobre? ¿Pero cómo que la pobre?
- ¡Aun encima...!
- ¿Aun encima? ¿Aun encima de qué?
- No sé, de qué. ¿De que te trate como te trata? Para que te invite a alimentarte bien te vale.
- ¡Cómo! Pues mira, de que me invite a alimentarme estoy un poquito harto, también. Que es que no sé por qué todos los primeros días hay que ir a alimentarse a la zona de tu madre, coño. Que desde 2135, que nos unimos, venimos todas las semanas. ¡Todas! Que ya es un día bastante jodido, pensando en ir a colaborar al día siguiente, como para tener que pasarlo con tu madre.
- Aun encima. Hace falta ser… Claro, como es mi familia, ¿verdad?
- ¿Tu familia? Ah, pues no sé, porque de la mía ya ni me acuerdo. ¿Cuánto vamos a ver a tu madre y cuánto vamos a la zona de los míos?
- Sí, vamos a ir a ver a tus padres. Les importa mucho, a tus padres, ¿verdad? Les importan mucho sus nietas. Por eso ni siquiera les han regalado nada por su aniversario.
- ¡Pero qué coño importará! Tampoco les regaló tu hermano, si vamos a eso.
- Mi hermano no puede, que no tiene crédito. Ahora mi hermano –redobla el llanto-. Con lo amable que es contigo.
- ¡¿Qué?! Sí, amabilísimo. Es que lo paso genial, con él, toda la tarde delante del visor… Y además yo no tengo ningún problema con tu hermano, que te estoy diciendo que lo de los regalos te importa a ti.
- Bueno, mira, cállate, ¿eh? Qué vergüenza, delante de las niñas.

Se quedan en silencio mientras entran en la zona de teletransporte. A esas horas, y en primer día, hay bastantes cápsulas, y deben esperar a que les llegue el turno. Él tamborilea con los dedos en la consola; cada uno mira por su pantalla; las niñas siguen peleándose en silencio, indiferentes a lo que pasa delante.

Cuando por fin les toca, él confirma la dirección y pulsa el iniciador. En tres segundos desaparecen de sus asientos, y casi inmediatamente se materializan de nuevo en otra cápsula idéntica, en la Zona Nueve. En ese lapso de tiempo, prácticamente despreciable, él ha soltado un taco, ella ha prometido que de esta se acuerda, y las niñas han seguido odiándose mutuamente. Una vez recuperada su corporeidad, no tardan ni cinco minutos en llegar a la galería 32, donde descienden de la cápsula y se dirigen caminando a la zona de intimidad de la familia de ella.

Delante de la puerta la madre les da un último repaso a las niñas, y activa el sensor de aviso. Se abre el acceso.

- A ver estas niñas, que no vienen nada a verme…

Él entra hasta el módulo central, donde su cuñado está viendo el canal de actividades competitivas con un cuenquito de pastillas euforizantes en la mano.

- Qué pasa, cuñado... ¡¡Cometas, Cometas, Comeeeeetas!!




22.10.09

Contra esa raza de perros


Vi por primera vez un perro de estos en Ostende*, hace años, cuando no sabía ni cómo se llamaban (bueno, de hecho me acabo de enterar, buscando fotos en google; fotos que, por cierto, no puedo subir, supongo que porque han puesto algún filtro estético).

Yo estaba cenando espaguetis carbonara en una terraza y el perro de marras, blanco y negro, estaba atado a una pata de la silla de su dueña, una señora mayor que estaba con una amiga. La correa le permitía acercarse hasta algo menos un metro de mí, y se pasó toda la cena a esa distancia.

Yo, como digo, nunca había visto ninguno, y no daba crédito: respiraba como si estuviera agonizando, sacaba un poco la lengua, tenía la cabeza como hinchada y sus ojos, que mantuvo todo el tiempo clavados en mí, parecían a punto de salírsele de las órbitas. Y yo no sabía si eso era normal o es que se estaba ahogando de lo que tiraba. Ahora ya sé que era normal.

De vez en cuando conseguía dar un pasito, más hacia un lado que hacia delante, y yo retiraba instintivamente el pie. La dueña me miraba y sonreía como diciendo "¿No es adorable?". Y yo pensaba que como el perro se soltase y se le ocurriese acercarse para que le hiciera alguna monería le iba a dar tal patada histérica y a lanzar tal grito de horror que se iba a armar una buena.

Me pareció absolutamente repulsivo y me arruinó toda la cena. Nunca en mi vida una salsa carbonara me ha resultado tan asquerosa.

No entiendo cómo a alguien le pueden gustar, de verdad. Sé que están de moda, pero aun así. Me pregunto si cuando se pase la fiebre y sus dueños vuelvan en sí no acabarán, locos de pavor, con ellos. Con un arma de fuego, para no tener que tocarlos.

----------------
* Toque esnob, dedicado a Irónico.

20.10.09

Millenium

Sé que con esto se cae otro mito, el de mi talla intelectual, y que para muchos de ustedes va a ser un duro golpe, pero quiero confesar que he leído, o estoy leyendo, Millenium; ya saben, la trilogía de Stieg Larsson.

Llevo dos tomos, y a pesar de que creo que la historia decae bastante en el segundo, pienso leer el tercero.

Si no lo han leído, ya pueden ustedes suponer cómo es: unos protagonistas atractivos, una escritura funcional (bueno, como no lo estoy leyendo en castellano esto no lo sé, pero me lo imagino), y una trama con muchos peros (algunos claman al cielo) pero en la que no paran de pasar cosas. Sin duda, entretenido e intrascendente.

Y sin embargo, qué placer volver a devorar un libro, qué gusto volver a sentir los nervios de buscar cualquier momento para cogerlo y ponerme a leer compulsivamente.

15.10.09

Un post facilón



"Me cogieron la leche, los dátiles, los caramelos que tenía para los niños, y lo tiraron todo al mar". Mujer de 30 años procedente de Mogadiscio que viajaba sola con sus hijos de uno y cinco años.

"Vine con dos de mis hijos, una niña de dos años y un bebé de seis meses. También me traje a mi hermana pequeña de 7 años, porque la situación en Somalia se deteriora cada día. Los traficantes me pegaban sin piedad porque los niños lloraban." Mujer de 25 años procedente de Bossaso.

"Cuando el barco se acercaba a la orilla, mi esposo empezó a preparar a los niños. Entonces de repente lo cogieron por las piernas y lo arrojaron al mar. Luego los traficantes tiraron a mis dos hijas al agua; yo abracé con fuerza a mi hijo pequeño. Gracias a dios, un hombre joven que sabía nadar muy bien ayudó a los niños a llegar hasta la orilla. Dormimos en la playa; por la mañana encontré el cadáver de mi marido." Mujer de 40 años procedente de Bossaso.

"Cuando el barco se encontraba todavía cerca de Bossaso, chocó con una roca. Los traficantes tenían miedo de que el barco se hundiera y empezaron a tirar a la gente por la borda. Cogieron a mi nieto y lo tiraron al mar junto con otros." Anciana de Mogadiscio recordando la muerte de su nieto de 7 años.

"Cuando la gente fue obligada a desembarcar quise saltar, pero una joven me pidió que la llevase conmigo porque era muy bonita y tenía miedo de que los traficantes la retuvieran en la embarcación y quizá la violaran." Joven de 20 años.



La razón por la que aun así siguen intentándolo es que quieren escapar de esto.

Y sí, es verdad que en Somalia también hay piratería (ésta es la frase facilona).

9.10.09

¡Nobel a Obama!

"En efecto, debemos reconocer que los argumentos vertidos en el último post del influyente blog Un hombre sentado en una silla a favor de las iniciativas del mandatario norteamericano han resultado determinantes en el resultado de la votación."

Samuel Gurnilsön, Instituto Nobel de Suecia.


Puestos en contacto con el Sr. Portorosa, el prestigioso politólogo ha reconocido haber recibido la noticia con asombro y no ha ocultado que, pese a las esperanzas que tiene despositadas en Mr. Obama, la concesión del Nobel de la Paz le parecía un tanto prematura. No obstante, ha añadido, espera que el futuro dé la razón al jurado.
Por otra parte, el afamado intelectual se ha mostrado preocupado por el estado de salud de su colega Morelli, al parecer muy afectado por la noticia. No ha querido dar más detalles.

Daily News, edición especial.

5.10.09

Salvar América

Decíamos el otro día que Obama tiene muchos enemigos en casa, y que serán ellos los que más zancadillas le pongan en sus (yo apuesto que sinceros) intentos de avance.

Y lo cierto es que entre ellos los hay muy pintorescos. Esperemos que más pintorescos que mordedores: Contra Obama.

Esta campaña de la extrema derecha norteamericana (campaña que me trae a la memoria actitudes vistas aquí en España, sobre todo durante la legislatura pasada) creo que deja claro que no se ha exagerado la importancia del hecho de que Obama sea negro.

1.10.09

Para Frances

[Ya que he sido capaz de volver, aunque sea virtualmente, al taller, voy a aprovecharme. Ayer se trataba de escoger un texto -relato, poema o lo que fuese- de alguien y hacer algo con o a partir de él.]


poema para mi querida dientes rotos
(Bukowski)

conozco a una mujer
que no para de comprar puzzles
puzzles
chinos
de madera
de metal
piezas que al final encajan
en un cierto orden.
los hace
matemáticamente
resuelve todos los
puzzles.
vive junto al mar
pone azúcar en el jardín para las hormigas
y sobre todo cree
en un mundo mejor.
tiene el pelo blanco
que rara vez peina
tiene los dientes rotos
y usa ropa de trabajo grande y floja
sobre un cuerpo que
la mayoría de las mujeres desearían tener.
durante muchos años me irritaron
lo que yo consideraba
excentricidades suyas,
como aquello de echar cáscaras de huevo en el agua
(para aportarles calcio
a las plantas).
pero al final cuando pienso en
su vida
y la comparo con otras vidas
más deslumbrantes, originales
y hermosas
me doy cuenta de que ella es la que ha herido a menos
gente de todas las personas que conozco
(y con herir solo quiero decir herir).
ella ha pasado épocas horribles,
épocas en las que tal vez yo podría
haberla ayudado más
porque ella es la madre de mi única
hija
y hace tiempo fuimos grandes amantes,
pero ella ha superado todo eso,
como he dicho
es quien ha herido a menos gente
de todos cuantos conozco,
y si lo miras de ese modo,
bueno,
ha creado un mundo mejor.
ha ganado.

Frances, este poema es
para ti.


- Oye, Charlie, al salir vamos a ir a tomar algo por ahí, todos. Te animas, ¿no?
- ¿A tomar algo? No sé, así de pronto.
- Venga, hombre, vienen todos. Las chicas también. Es solo un rato.
- Ya. Estaría bien, pero es que me esperan en casa, no sé.
- Vienen Carla y Cindy.
- Coño, las habéis convencido.
- ¿Has visto cómo viene vestida Carla, hoy?
- Joder, parece que se le van a salir las tetas.
- Vamos a ir a un bar que conoce Billie.
- Joder...

- ¿Diga?
- Hola, soy yo.
- Hola, cariño, ¿qué tal?- Bien, bien.
- Dime.- Oye…
- ¿Qué?
- Mira, que es que estoy un poco liado aquí, con el trabajo, y eso.
- Vaya. ¿Y vas a tardar, entonces?
- Pues sí. ¿Has hecho la comida, ya? Es que no sé si podré ir, ¿sabes? A lo mejor no vale la pena que me esperes.
- Sí, ya la he hecho. He hecho pasta, pasta con el queso ese que te gusta.- Ah, sí. Ya, es que no sé.
- Pero no te preocupes, ¿eh? Si vienes pronto, te lo caliento y punto; y, si no, no pasa nada.- Es que, ¿sabes?, no sé, pero es que también me ha dicho la gente que iban a tomar algo por ahí…
- Ah, ya, ¿y te apetece?
- Bueno, van todos.
- Pues ve, no te preocupes.- No sé...
- Ve, hombre.- Vale. Bueno, pues voy, ¿vale?
- Claro. Pásalo bien.
- Oye, ¿qué tal la niña?
- Bien, muy bien. Por la mañana tenía algo de fiebre aún, pero ahora está muy bien, muy contenta. Está sentada a mi lado, mirando lo que hago.- ¿Y tú?
- Bueno, así así. En general bien, pero a ratos me acuerdo y se me viene todo encima. Ya sabes.- Ya. Ánimo.
- Claro. No te preocupes, estoy bien.- Bueno.
- Hay que pasar estas cosas. Estoy bien, no te preocupes.- Bueno.
- No pasa nada.- Vamos casi todos, ¿sabes? Vienen algunas de la oficina, también, algunas chicas.
- Muy bien. Pues eso, pásalo muy bien.- Sí.
- Bueno, pues chao.
- Sí. Dale un beso a la niña, ¿vale?
- Claro. Un beso.- Un beso.
- Hasta luego.- Hasta luego. ¡Oye, Frances!
- Dime.- Gracias, ¿eh?
- No seas tonto. Hasta luego.


24.9.09

Aburrimiento y más

Intento escribir sobre el aburrimiento, pero se me va la cosa de madre.

Había empezado con esto:

Yo creo que muchos problemas surgen de que la gente se aburre.

Bueno, en primer lugar, yo es que creo que la gente se aburre mucho, pero mucho. Y además creo que el aburrimiento es proporcional a la estulticia (ya saben, lo de que la gente inteligente no se aburre... se angustia).

Y ambos factores combinados dan como resultado que al que se aburre todo le valga.

Y las consecuencias a mí me parecen evidentes: búsqueda desesperada de alicientes o sus espejismos, que deriva en una búsqueda sin escrúpulos de algo de lo que hablar, a costa de, sobre todo, los demás (agravios inventados, maledicencia, cotilleo, examen del ojo ajeno, paranoias, mala leche, etc.).
Todo bastante destructivo.


Pero no sigo porque veo que me quedo corto. Que en realidad eso es parte del problema.

Que yo lo que de verdad creo es que hay un montón de gente que tiene una vida tan frustrante y amargada que su único consuelo es no ser una excepción.


21.9.09

La peor guerra

En el año 2000 la OMS publicó su primer Informe mundial sobre la violencia y la salud. En él se dan datos en general poco tranquilizadores, sobre los que se podrían decir muchas cosas (una de ellas es, naturalmente, la diferencia de cifras de unas zonas del mundo a otras).

Pero el otro día, cuando me hablaron de él, a mí lo que más me sorprendió fue esto:

Se calcula que en el año 2000 1.6 millones de personas perideron la vida en todo el mundo por actos violentos (...) Aproximadamente la mitad de estos fallecimientos se debieron a suicidios, casi una tercera parte a homicidios y aproximadamente una quinta parte a conflictos armados.

La mitad de las muertes violentas son suicidios; más del doble de todas las víctimas de las guerras. ¡800.000 personas se suicidan/suicidaron al año!

¿Coincide esto con la idea que ustedes tenían? Porque yo no podía estar más equivocado.

Y qué terrible sensación de derrota diaria y silenciosa.


17.9.09

Regreso

1. Estudios

Ayer a la una de la mañana, 32 horas antes de la expiración del plazo, terminé todo el trabajo de este curso (o más bien de la parte del curso que asumí).

No estoy muy contento con el resultado ni, sobre todo, con cómo me lo he planteado. Creo que he pagado mi inexperiencia en este terreno (además de la falta de rodaje acumulada, claro), que, en resumen, ha hecho que no haya centrado nada el tiro y haya sido muy poco eficiente en el aprovechamiento de mi esfuerzo. Y eso se ha traducido en trabajos malos y demasiadas prisas de última hora.

Pero me enmendaré, este año académico que empieza. No seré menos vago, porque eso no hay quien lo arregle, pero espero ser más práctico. Entre otras cosas, porque una de mis intenciones al empezar todo esto del doctorado era disfrutar con él, y eso exige trabajar sin agobios y quedarme contento con lo que escribo.


2. Disney

Y fuimos a Disney. Y volvimos.

Y todo muy bien.

De Disney, tanto de Walt como de su mundo, se pueden decir muchas cosas. Y algunas, malas. No llegaría yo al nivel de Sánchez Ferlosio, que considera al padre de Mickey algo así como el mayor pervertidor de menores jamás habido, pero sí creo que sus productos muestran un maniqueísmo evidente, además de ensalzar algunos valores bastante discutibles.

Aun así, he disfrutado mucho con bastantes de sus películas y he disfrutado en sus parques. Ya había estado en Disneyworld, el de Florida, pero no lo recordaba bien, y me ha gustado ir a París (por cierto, lo más chocante fue descubrir que no se llama Euro-Disney).

El parque, como tal, es una maravilla. El nivel de las atracciones, la profesionalidad de los miles de personas (entre ellas, diría que cientos de actores y bailarines) que trabajan en él y la organización general son impresionantes; para quitarse el sombrero, de tenerlo. Funciona todo como un reloj (un reloj bueno), o eso parece. Y como máquina de hacer dinero (aunque yo había oído que la aventura europea no había resultado tan rentable como preveían) también parece un ejemplo de perfección.

Pero lo fundamental, claro, y razón de ser del viaje, eran los niños. Hay quien va sin hijos; yo no creo que valga la pena, siendo tan caro. Pero con niños la cosa cambia: a pesar del cansancio de estar 14 horas al día de un lado para otro sin parar, a pesar de las colas y del respeto que les daba algún personaje, disfrutaron mucho y volvieron muy, muy contentos. Sin duda eso hace que la sensación final haya sido muy buena.

Y no ha sido lo único. La apuesta aquella de las que les hablaba ha salido muy bien; creo que el viaje ha sido muy beneficioso en ese sentido, y estoy muy contento.


3. El aeropuerto, o estamos locos

Estamos locos, sí. Somos unos enfermos. Pero al menos lo sabemos y lo asumimos.

Mi hijo Carlos, de tres años, llegó al aeropuerto Charles de Gaulle con un puñal de juguete(comprado en el castillo de Los Piratas del Caribe, para más señas), igualito que las espadas que me compraban a mí de pequeño en las fiestas, con hoja gris y empuñadura dorada con piedras preciosas incrustadas, todo de plástico de la peor ralea.

Y no le dejaban embarcar con él.

Comprobaron que era de juguete, y no lo pusieron en duda. Pero parecía un arma, y eso está prohibido.

Ya hacemos las normas basándonos en el nivel de histeria colectivo, en lo chalados que estamos. Y lo damos, por tanto, por bueno. O a nosotros mismos por imposibles…

Cuando el encargado de seguridad le explicó que no podía llevarlo y (muy amablemente) se lo quitó, mi hijo se cruzó de brazos, dio media vuelta y llorando como una magdalena se alejó andando, dejándonos en la cola del detector de metales.

Al final, facturamos una mochila más y pudimos meter el cuchillo en ella.

Por cierto, que el rubí se ha soltado y se lo tengo que pegar.


4. Vida

Mañana voy a Madrid a la última jornada presencial del curso, y de paso a ver a algunos amigos de los de aquí a la izquierda. Vuelvo a casa el sábado al mediodía, y comienzo así oficialmente el nuevo año, que espero con mucho optimismo.

Besos y abrazos a todos.

7.9.09

A ver a Mickey


Hoy, lunes, nos vamos a Euro-Disney. Mis hijos, su madre y yo. Hasta el viernes.

Es un viaje que promete mucho. Voy decidido a no perderme ni un gesto de los niños, dispuesto a disfrutar mucho con ellos. Seguro que volvemos con recuerdos fantásticos (¿ven?, ya hablo como el bueno de Walt) para toda la vida.

Por motivos personales me provoca cierta intranquilidad. Pero lo considero una apuesta; una apuesta que como todas entraña cierto riesgo, pero con la que, si sale bien, pretendo marcar el rumbo de cómo hacer ciertas cosas.

Hasta la vuelta.

Besos y abrazos a todos.

18.8.09

Yo me pido el espantapájaros

- Claro, no puedo entenderlo -dijo-. Si tuvierais la cabeza llena de paja como yo, seguramente viviríais todos en sitios hermosos, y entonces en Kansas no habría nadie. Es una suerte para Kansas que tengáis cerebro.

13.8.09

Vistas

Desde donde les había dicho, desde el semáforo de Bares.

Aunque aquí no se aprecien bien, son unas vistas impresionantes. Unas de las más bonitas que conozco; claro que en eso influye mucho toda la carga afectiva del sitio.

Hacia el sur:



Hacia poniente (hacia levante no les enseño nada, que la que hice no me gusta):



Y, ante ustedes, el trozo de tierra más septentrional de la Península:



Nos quedan tres días, aquí.

3.8.09

Un pueblecito gallego

Con cierto retraso por la apendicitis de Paula, pero, gracias a su rapidísima recuperación, sólo un día después de lo previsto, nos hemos venido los tres al paraíso.

Yo, de pequeño, pasé bastante tiempo aquí; tiempo que tengo entre lo mejor de mi infancia. Y ahora, tantos años después, quería disfrutarlo de nuevo y a la vez darles a mis hijos la posibilidad de hacerlo, y, quién sabe, tal vez regalarles un buen recuerdo para toda su vida.

Para que se hagan una idea, les diré que al despertarme, desde la ventana veo esto:




A la playa vamos a ésta, que en línea recta dista de la puerta de casa unos veintipico metros (hoy decían que estaba abarrotada, como se puede comprobar):




Dando un paseo, se ven cosas así:






(Por cierto, si están buscando un hotel distinto para una ocasión especial, quizá deberían acercarse a esa casita que se ve allí arriba, encima del monte...)

Estaremos aquí hasta el día 16. Y son ustedes bienvenidos. En cualquier caso, ojalá disfruten, mientras, tanto como espero hacerlo yo.

Besos y abrazos.

24.7.09

El parque de los ciervos

No les voy a hablar de Norman Mailer; les voy a enseñar un parque que hay no muy lejos de Copenhague.

Es un parque público, de acceso libre y gratuito a pie o en bici, que ocupa lo que en su momento fue la finca de caza de los reyes.



El edificio del fondo es el antiguo pabellón de caza real:



El parque llega casi hasta el borde del mar.



Y hay unos dos mil ciervos sueltos (hembras, machos y crías), campando a sus anchas.



Qué desastre parece todo, ¿verdad?

Si es que yo no sé cómo no se les cae la cara de vergüenza, a los daneses éstos...

22.7.09

A furore Normannorum libera nos, Domine

Asolaron las costas europeas, y hasta tal punto los temían nuestros antepasados que tenían una plegaria sólo para ellos.







Pero yo no sé qué les pasó a aquellos chicos, porque coincidirán conmigo en que esto, muy de terribles vikingos no parece, ¿no?

21.7.09

CPH

Darles una idea del centro de Copenhague no me es posible, porque he hecho muy pocas fotos, y casi todas son bastante malas.

De todos modos, aquí tienen unas imágenes, todas ellas de dentro de la ciudad.

Jardines


Las tejas esmaltadas son muy frecuentes


Oficinas. Hay que joderse...


Los antiguos almacenes de la zona portuaria son ahora viviendas o edificios públicos



15.7.09

Danmark

Mañana me voy a Copenhague, hasta el domingo.

Ya he estado allí varias veces; la última, hace cuatro años. Han cambiado mucho las cosas desde entonces, aquí y allí.

Que ustedes lo pasen bien. Hasta la vuelta.

14.7.09

Envía MUERTE

Cuando vas a morir? Como moriras? Quieres saberlo? Prueba el TAROT DE LA MUERTE. Te atreves? Te sorprenderas. Responde enviando MUERTE al 7332 (dsd0,9e/sms)


(Sic, todo)

Hay cosas que me hacen pensar en una carrera desbocada hacia la imbecilidad total.

Afortunadamente, muchas otras no.

8.7.09

El placer de vivir

Que es el que, tras pasar por el de leer y el de escribir, en realidad buscamos.



Yo, que tengo la suerte de formar parte, aunque desde la distancia y a trancas y barrancas, del Taller del Bremen, tengo ahora la alegría de anunciarles la próxima presentación de su primer libro colectivo, con relatos de sus miembros más antiguos (entre los que no me encuentro).

Será este sábado, día 11, en Madrid, en Ladrón de tinta, sito en el número 2 de la calle Noviciado.

Yo no podré estar, a pesar de que me encantaría. Pero les animo a ir , porque se van a encontrar alegría, cariño, inteligencia a raudales y literatura.

6.7.09

¡Espabila!

Lo malo de las obviedades es que demasiado a menudo las obviamos.

La mejor manera de librarse de un problema es resolverlo.

Brenda Francis


...si se puede, añado yo, que soy muy así. Pero vamos, que se puede más de lo que nos gusta pensar.

2.7.09

Estudio

Muchos años después... ayer volví a estudiar a una biblioteca.

Supongo que mi edad y el hecho de que por primera vez en mi vida estoy estudiando por placer (no así con placer, que eso ya lo había hecho antes, que conste) me convertían en una excepción en la sala de estudio. Pero como para mí los excepcionales eran todos los demás, no se lo creerán, pero buena parte del tiempo se me fue mirando para ellos.

Estudiar, en parte, es duro.

Que sí. Olvídense por un momento de que eran jóvenes e insensatos, y de los atractivos innegables, que no necesito recordarles, de la vida de estudiante. La sombra acechante de los exámenes, la recurrente constancia de la propia niputez, ese toro cogiéndote una y otra vez pese a los propósitos de enmienda, etc., suponen una considerable presión. Por no hablar de las oposiciones: la insoportable rutina diaria que tiene, como solitario faro guía en un horizonte muy lejano, una apuesta a una sola carta.

Ayer había de todo: los aplicados (aplicadas, más bien), la subrayadora de boletines (escalofríos, me entraban, sólo de verla), el que iba tirando, y el que en dos horas y media debió de pasar la página una vez, y que cada dos minutos se recolocaba, muy dispuesto él, se sentaba derecho y se ponía a ello con un renovado ímpetu que le duraba unos treinta segundos, hasta que por ejemplo una uña se convertía en un objeto de un interés y un misterio hasta ese momento insospechados.

Y todos, todos ellos/nosotros, levantando la cabeza como un resorte al menor ruido, atendiendo con agradecimiento y una curiosidad infinita a cualquier distracción, y recibiendo con un júbilo íntimo y conmovedor el anuncio del cierre de la sala.

Me gustó mucho.

Y más me vale, porque es lo que me toca este mes.

22.6.09

Días mejores

Every fool's got a reason to feelin' sorry for himself
And turn his heart to stone

Bruce Springsteen, Better days



Esta frase de quien, por otra parte, y en mi opinión, es un buen ejemplo de que la cultura norteamericana es mucho más que lo que el tópico parodia, mucho más rica, seria y crítica que lo que el mercado y nuestros prejuicios (y, en este caso, el que no entendamos ni jota de lo que dice, que no estaría mal que vocalizase algo) nos hacen ver, me parece magnífica y cierta como la vida misma (por cierto, dice, más o menos: cualquier tonto encuentra un motivo para apiadarse de sí mismo y volver de piedra su corazón).

Creo que resume muy bien el peso del miedo, de la inseguridad, de nuestros límites, y cómo nos hacen sentir atacados y víctimas con derecho a cerrarnos, a pensar mal y a pagar con la misma supuesta moneda.

Todo el mundo tiene una excusa para ser peor.

19.6.09

Así cualquiera

[A LLS, con cariño]

Un amigo me contaba hace unos días una conversación que había tenido con un compañero suyo, profesor de Historia del Arte. Éste decía que las obras de arte, para ser de fiar, tenían que tener, como mínimo, 500 años de antigüedad. Que algo más reciente no ofrecía garantía alguna, que uno no tenía manera de saber si era un valor sólido o flor de un día.

Lo cual, ya, no me digan que no está bien.

Pero no quedó ahí la cosa. Este hombre le aseguraba a mi amigo que muchos pintores ahora considerados intocables (y no hablaba de actuales, sino, entre otros, de Renoir y Delacroix), eran sólo una moda pasajera.

- Ya verás como en 200 años nadie habla de ellos.

- Hombre, muchas gracias, pero no sé, te veo un poco optimista, con lo de que ya veré dentro de 200 años.

- Ah, claro, que tú no eres creyente...
-le contestó, con un gesto entre contrariado y resignado.

Y, después de decirle yo a mi amigo que podía estar contento, que por lo menos no le había respondido Ah, claro, que tú no eres creyente, tú no lo vas a ver..., comentamos que tiene que ser alucinante, ¿no? Que este tío realmente cree que dentro de 200 años, y de 2.000, él, de un modo u otro, va a seguir por aquí.

Y lo que deben de cambiar las cosas con ese colchón debajo. Vamos, es que se tiene que reír uno de todo. Qué perspectiva.

¿Cómo será la vida, con esa seguridad incomparable tranquilizándote?

17.6.09

Proyecto de vida

- Cuando sea adulta voy a poder hacer todo lo que me dé la gana.
- Mujer, todo, todo, no. Si lo que quieres es comprarte diez casas, seguramente no vas a poder.
- No, pero yo no quiero eso
-el padre (o sea, yo), en ese momento se alegra de lo sana y poco materialista que es su hijita-. Yo, de mayor, lo más importante que quiero hacer, de lo que no me quiero olvidar ni de broma, es de ponerme mechas.


11.6.09

Solos en Casablanca

¿Tendría Rick ese aplomo, esa seguridad, y ambos, gendarme y él, en el aeropuerto, se quedarían tan a gusto y tranquilos, si no se supiesen contemplados por el mundo entero?

¿Nos gustarían tanto, en ese momento, si no supiésemos que, como nosotros, el mundo entero los contempla?