Así cualquiera
[A LLS, con cariño]
Un amigo me contaba hace unos días una conversación que había tenido con un compañero suyo, profesor de Historia del Arte. Éste decía que las obras de arte, para ser de fiar, tenían que tener, como mínimo, 500 años de antigüedad. Que algo más reciente no ofrecía garantía alguna, que uno no tenía manera de saber si era un valor sólido o flor de un día.
Lo cual, ya, no me digan que no está bien.
Pero no quedó ahí la cosa. Este hombre le aseguraba a mi amigo que muchos pintores ahora considerados intocables (y no hablaba de actuales, sino, entre otros, de Renoir y Delacroix), eran sólo una moda pasajera.
- Ya verás como en 200 años nadie habla de ellos.
- Hombre, muchas gracias, pero no sé, te veo un poco optimista, con lo de que ya veré dentro de 200 años.
- Ah, claro, que tú no eres creyente... -le contestó, con un gesto entre contrariado y resignado.
Y, después de decirle yo a mi amigo que podía estar contento, que por lo menos no le había respondido Ah, claro, que tú no eres creyente, tú no lo vas a ver..., comentamos que tiene que ser alucinante, ¿no? Que este tío realmente cree que dentro de 200 años, y de 2.000, él, de un modo u otro, va a seguir por aquí.
Y lo que deben de cambiar las cosas con ese colchón debajo. Vamos, es que se tiene que reír uno de todo. Qué perspectiva.
¿Cómo será la vida, con esa seguridad incomparable tranquilizándote?
Los hindúes y análogos creen en la transmutación, con lo que de una manera u otra llevan toda la vida aquí y sí, cada transmutación y lo que en ella les pase no deja de ser pasajero y fútil.
ResponderEliminarPor su parte, el cristianismo es como el buzón de voz de su teléfono móvil: se basa en un servicio que ud. no solicita, igual ni siquiera lo quiere ni le reporta utilidad, pero cubre a todos los usuarios (de la vida). Así que considero congruente la respuesta del cristiano y, permítame, simplona su ocurrencia. Perdónale, Señor, que el pobre no sabe lo que dice...
Saludos desde la irónica y piadosa realidad.
(¨)
ResponderEliminarAquí se la dejo, para que la use donde considere oportuno ;-)
Así que considero (...) simplona su ocurrencia
ResponderEliminarHombre, pues nada, muchas gracias.
Uy, gracias, Filla.
Viendo como ven la vida las jerarquías, que deben ser lo que más creen, la vida se ve desde une perspectiva hijaputa.
ResponderEliminarY viendo cómo murieron mis tías más piadosas, agarradas a los barrotes de la cama y diciendo "todavía no"... creo que les falta seguridad.
Me han mandado este chistecillo por correo. Supongo que todo el mundo lo conoce ya (yoo siempre voy retrasado en estas cosas). Me ha hecho gracia.
ResponderEliminar-------
Anoche, mi mamá y yo estábamos sentados en la sala hablando de las muchas cosas de la vida... entre otras, estábamos hablando del tema de vivir/morir.
Le dije: "Mamá, nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de máquinas y líquidos de una botella. Si me ves en ese estado, desenchufa los artefactos que me mantienen vivo. !Prefiero morir!".
Entonces, mi mamá se levantó; me desenchufó el televisor, el DVD, el cable, Internet, el PC , el mp3, la Play-2 , la PSP, la WII, el teléfono fijo, me quitó el móvil, la ipod, el Blackberry !!!y me tiró todas las cervezas!!!
- ¡La madre que la parió!...¡¡¡¡CASI ME MUERO!!!!
A mí no me pasará, yo no estaré dentro de 200 años porque ya he ido a San Andrés de Texido; me moriré y punto, no estaré obligada a levitar por ahí.
ResponderEliminarEl chiste buenísimo pero a ti no se te podría aplicar Porto, ja,ja...
Os imagináis que Mozart pudiese asistir a una representación de Tanhaüser.
ResponderEliminar¿No es injusto que no pueda ser, de ninguna manera?
A mí la opinión sobre el arte me supera.
Y por qué 500 años y no 5000, o tres meses. En qué se basa ese profesor?
Por otro lado si tuviésemos la seguridad de vivir 200 mil años no tendríamos ninguna prisa (ningún apuro) por contestar a Porto en el Blog. Siguiendo el razonamiento del profesor de historia (antigua, supongo), habría una respuesta al post cada seis meses más o menos, y serían tan elaboradas que nos pasaríamos otros seis meses desentrañándolas.
Sería cansino, verdaderamente, y nada tranquilizador.
Uf! A mi me llega con esta vida para querer tener otra que aún encima no sé como podría ser.
ResponderEliminarSobre la valoración del arte tan particular de esta persona no sé que decirte, solo que me llama la atención y espero que no tenga razón.
No hace mucho vi una película en la que los ángeles inmortales se lamentaban de no ser humanos, y vivir de verdad. En estas pelis la inmortalidad siempre es detestable, gris, para obedientes, sin risas ni paladar ni primavera que sangre altera ni nada. No sé si fiarme... sería cosa de aceptarla y luego, plantearse la revolución celestial (es para Morelli).
ResponderEliminarYo me veo como las ancianas tías de Nán: todavía no... (pero sin fe).
La entrada es muy divertida, Porto.
Muchas gracias por la dedicatoria y por el cariño, señor Portorosa. Es mutuo, sepa usted.
ResponderEliminarLa vida se ve bien desde aquí. Desde hace unos días con más fuerza aún. La autobiografía de Fernando Cardenal tiene la culpa.
Nan, somos un pequeño ejército de resistentes, casi invisibles (gracias a Dios), que tenemos pocas grandes seguridades y algunas cosas claras. Y siempre, vividas desde la alegría.
Por cierto, hablando de fe, me atrevo a decir (aunque suene osado y pretencioso) que las jerarquías no pintan mucho por aquí.
Un bico.
LLS.
A mí también me parece un poco absurdo ser tan tajante en lo de valorar una obra de arte en ¿500 años? ¿y por qué 500? Me parece que el dar valor a algo es mucho más subjetivo.
ResponderEliminarLo de seguir aquí después de 200 años me parece muy aburrido, por mucho que haya podido viajar (que es una de las cosas que más me gustan y suponiendo que lo haya podido seguir haciendo)...
Menudo coñazo estar 200 años por aquí!!! Buf...
Feliz fin de semana.
Bueno carallo!!!!! no quisiera ser como Matusalem...creo que ni de viejo murio
ResponderEliminarEl chiste es buenísimo. Lo hago circular.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que han dicho por aquí: resistir hasta que llegue el momento en que la buena educación* nos haga irnos.
* Uno de mis principios es que aburrirse es de muy mala educación.
Buenos días.
ResponderEliminarGracias, Europa. Gracias, LLS, y un beso (vaya hermanitos, los Cardenal, ¿no?).
Es curioso que todos los que habéis opinado al respecto tenéis claro que no queréis la inmortalidad. ¿Creéis que esa respuesta es unánime (o es que vosotros sois bichos raros)?
Decía no sé quién que era increíble que anhelase la inmortalidad gente que no sabía qué hacer una tarde lluviosa de domingo.
Besos y abrazos.
Pues yo que de fe ando escasa siempre me hubiera gustado educar a mis hijos para que fueran creyentes, creo que ayuda a ser feliz (por lo de la tranquilidad): no es lo mismo decir la abuela ha muerto y punto final que la abuela está en el cielo y volveremos a verla pero mucho más feliz, sin dolores, con sus padres y hermanos. Pero claro no me sale bien, debe ser necesario creer para educar en la fe.
ResponderEliminardebe ser necesario creer para educar en la fe
ResponderEliminarMujer, yo creo que es evidente, ¿no? Para eso y para todo, hay que creérselo, y además dar ejemplo, si puedes.
También a mí me gustaría creer y ofrecer eso, pero...
"Decía no sé quién que era increíble que anhelase la inmortalidad gente que no sabía qué hacer una tarde lluviosa de domingo."
ResponderEliminarMuy bueno. :-)