Yo me pido el espantapájaros
- Claro, no puedo entenderlo -dijo-. Si tuvierais la cabeza llena de paja como yo, seguramente viviríais todos en sitios hermosos, y entonces en Kansas no habría nadie. Es una suerte para Kansas que tengáis cerebro.
- ¿Y a usted, si le concediesen todo cuanto deseara, qué le gustaría hacer en sus vacaciones? - ¿A mí? Estar sentado en una silla.
- Claro, no puedo entenderlo -dijo-. Si tuvierais la cabeza llena de paja como yo, seguramente viviríais todos en sitios hermosos, y entonces en Kansas no habría nadie. Es una suerte para Kansas que tengáis cerebro.
Escrito por Portarosa , 9:23
¡¿Un cerebroi en Kansas?! Acabemos con él. Urgencia estatal.
ResponderEliminarHola, NáN, me alegro de verte. Ya estoy en casa de nuevo.
ResponderEliminarOye, ¿tú, que eres un hombre de letras además de mundo, dime: se entiende de qué libro es?
(¿Ves? Mi comentario de antes encierra una de mis grandes dudas. ¿No debería decir "además de de mundo", repitiendo ese "de"?)
ResponderEliminarClaro que se entiende, Porto.
ResponderEliminarHola.
Hola, Carol, gracias.
ResponderEliminarY gracias por tu amabilidad con mis fotos.
Un beso.
No, pero si no lo digo por ser amable, me parecen muy bonitas en serio.
ResponderEliminarse entiende: La Ilíada. Y no hay que repetir el "de". Pero si pones "un hombre de letras y de mundo", queda más claro que no se pone.
ResponderEliminarBueno, pues ya vamos estando todos. Esto se anima. (si tienes algo que enviarme para mañana, lo recibiré alborozado).
Tengo mis dudas, o es la biografía de Ricardo I de Inglaterra o es «El tambor de hojalata» de Günter Grass.
ResponderEliminarBueno, estar, lo que se dice estar, aún no estoy; sólo vengo de vez en cuando. Es lo que tienen, las vacaciones.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de mañana/hoy, nadita de nada: ahorita mismo comienzo una tarde estudio, mientras fuera el verano alardea.
¿Estás seguro de lo del "de"? Es cacofónico, sin duda, pero no sé...
Besos y abrazos.
(Harry, ¡a qué horas viene usted, no me extraña que diga esas cosas!)
Porto, estoy llegando para volverme a ir. Me explico: te he dejado un comentario en mi blog, para no dar la chapa aquí.
ResponderEliminarClaro que se entiende el libro del que es. Bueno, es que también quien no lo entienda es que no ha tenido infancia (ni literaria ni televisiva): Caperucita Roja. XD
Un beso bien fuerte. Cal.
¡¡Qué alegría, Cal!!
ResponderEliminarBueno, pues en tu blog te contesto.
Un beso.
Ah, pues temprano, Portorosa. Y, mire, puntual.
ResponderEliminarNo deja usted de sorprenderme, amigo mío.
ResponderEliminarUn día le confesaré que en realidad lo que pasa es que trabajo de colntrolador de calidad en una granja de pollos y a estas horas se despiertan y arman tal griterío que me desvelan y ya no puedo conciliar el sueño hasta el mediodía, que es cuando los pollos se relajan, estiran las patitas y se despiojan unos a otros, en fraternal comunión. A eso de las cuatro de la tarde, otra vez.
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