21.10.06

Un provinciano en Madrid: wonderful blind date.

Damas y caballeros, he de decirles que el pasado jueves Madrid me brindó el inmenso placer de conocer a Calamidad (y a su chico y magnífico anfitrión, Paquete) y a Xavie, dos de mis más queridos personajes blogueros, que finalmente, y en contra de lo que se empeña en asegurar el segundo, resultaron existir.

Delante del teatro Español, en la plaza de Santa Ana, y después de hacer el tiempo durante una hora dando paseos por aquellas calles, aguardé por Calamity, nervioso e impaciente. Nervioso por el temor de no estar a la altura del personaje que ella conocía y esperaba encontrar, e impaciente por ver en persona a la que desde mi llegada a internet me ha acompañado con su alegría y su cariño.

La sensación era extrañísima y totalmente nueva para mí, y les aseguro que el encuentro fue, para los dos, emocionante: éramos aquellos, así; sí, lo éramos, sólo tuvimos que hablar un poco para reconocernos.

De la mano de Paquete fuimos a tomar una cerveza y a cenar. Yo estaba muy cómodo, y muy contento, y charlábamos sin parar (bueno, unas más que otros...).

Y, cuando elegíamos el postre, llegó Xavie.

Xavie es para mí el autor de uno de los blogs más interesantes y mejor escritos que conozco. Y descubrí que es, además, un personaje; un personaje literario creado por la interesantísima persona que conocimos aquel día, que ha cogido una parte de sí misma y nos muestra qué es capaz de hacer con ella.

Quizá alguno de ustedes, con más experiencia en este mundillo, haya vivido una situación parecida a ésta, para mí inaudita: estar con unos desconocidos, y conocerlos; estar con una personas que no has visto en tu vida, y comprobar con cada frase, con cada comentario, cuánto saben de ti y cuánto sabes tú de ellos. En realidad, me pregunto cuántos amigos de los convencionales me conocen tan bien.

Y eso se notaba no sólo en la conversación, que giraba en torno a intereses confesados por escrito, en la que aludíamos a referencias comunes, y que hacía evidente nuestra sintonía; también se podía comprobar en el afecto que, sinceramente, vi entre nosotros. Al abrazar a Cal y al darle la mano a Xavie, les aseguro que estaba saludando a unos amigos, y que me sentí correspondido.

Lo pasé muy bien, lo pasamos todos muy bien, creo. No sé decirles más que estuvimos, después de cenar en La finca de Susana, en un par de sitios de la zona de Huertas. Y que hablamos sin parar; de blogs, cómo no, y de literatura, de ciudades, de trabajo, del Metro, etc., etc.

Quedamos en volvernos a ver, por supuesto. Y la próxima vez esperamos contar además con la presencia del polifacético Rythmduel, que el otro día no pudo acudir.

Y con la de quien, de ustedes, esté por estas latitudes y se anime.

19 comentarios:

  1. Es una sensación extraña ¿verdad? A mí me ha pasado, con los tres o cuatro blogueros con los que he tenido la suerte de encontrarme en 'persona humana'. El reconocimiento es automático, apenas sin datos, intuitivo...
    Y los abrazos y los besos...de verdad, en carne y huesos...qué envidia...yo también quiero conocer a Cal y a Sebastián...qué placer.

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  2. quién pudiera unirse a vuestro encuentro!!! besos.

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  3. Porto,
    Según me ha dicho la persona que se ha empeñado en hacerme escribir (un negrero, eso es lo que es, un negrero que no respeta ni los domingos), para él, también fue una grata experiencia la reunión.

    Un abrazo,
    Xavie

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  4. ESta sensación de la que hablas de estar con unos desconocidos y conocerlos la tengo cada vez que leo un libro que me gusta. Auster ha hablado de esto en Asturias, en la entrega de los premios hace unos días. La amistad y la conversación con los muertos y los vivos, los de acá y los de allá es una de las magias de la lectura.
    De todos modos es bonito el acercamiento y a mí me pasa con los autores que me interesan que acabo reuniendo materiales como en un altarcillo en homenaje a la camarradería: libros dedicados, cartas etc. Así sé la letra que tenía Cunqueiro de joven y ya talludito o el Azorín o temblequeante de 75 años o cómo Ramón Gómez de la Serna preparaba un texto con recortes y empalmes (acabo de comprarme una conferencia maravillosa y divertidísima, trece cuartillas garrapeadas y llenas de recortes de libros suyos que se titula "Despedida de la conferencia" en la que Ramón dice que nunca más, que lo deja porque mientras él daba conferencias los amigos se querían ligar a su santa)
    En fin, lo dicho que uno al final a base de leer hace camarilla con buena gente.
    Un saludo en un día diluviante y galaico.

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  5. La próxima no me la pierdo, a Porto pongo por testigo que no volveré a pasar tal envidia cochina...

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  6. :D

    Por una vez en la vida seré breve: estuvo genial, genial, genial.

    Un besote. Calamity.

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  7. Pues si no molesto, me apunto a la siguiente...creo.También siento algo de envidia.
    Saludos.

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  8. Conozco la sensación , también me ha pasado. Es como conocerte de dentro a fuera, lo contrario de lo habitual. Te reconoces. Sabes de alguien cómo siente pero no tienes ni idea de cuántos hermanos tiene. Muy curioso. Un beso.

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  9. Buenos días.

    Es exactamente eso, Princesa: conocer casi íntimamente algunas facetas de alguien, y desconocer aspectos superficiales. Entre otras cosas, porque nos leemos, Javier. Es muy interesante... si los individuos valen la pena, claro, como es el caso.

    Luna, por mí perfecto. Amanda, tu tierra no está tan lejos...

    Besos y abrazos a todos.

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  10. Qué grato, un encuentro fruto del azar, pero también de la voluntad. Saludos.

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  11. Que envidiaaaaaaa!!!

    Me alegro mucho de ese encuentro. Aún sin conoceros y siendo muy reciente mi entrada en esto de los blogs os noto cercanos.
    Un abrazo.

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  12. Ya veo que el lado agradable de Madrid lo ha sido mucho. Me perdonaréis la envidia.
    Saludos.

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  13. Como señalas Pontorosa, es precísamente la lectura lo que os acerca. Es más, pienso que leer es eso: acercarse a lo de dentro y hacer amigos.
    Por eso también defiendo los libros, yá que allí hablan colegas que ya no pueden participar con nosotros en los blogs y al leerlos no están muertos y ni viven lejos sino que son nuestros hermanos y el Li Po no es un chino de hace mil años sino que sigue haciendo su botellón y Montaigne en su torre calentito rodeado de los libros que le regaló el amigo muerto nos invita a acercarnos a su chiringuito.. Y así.
    Por eso decía eso de que a veces leer es también cruzar el tiempo y el espacio y que esos encuentros aunque no tengan su ronda de cervecitas como el vuestro en Madrid, tienen lo suyo, su sabor y su cosa.
    Un abrazo fuerte a todos.

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  14. Completamente de acuerdo, Javier. Leer es hablar con los escritores, como si estuvieran sentados a nuestro lado.

    Un fuerte abrazo, para ti y para Juan, Olvido y Malambruno.

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  15. Yo es que no puedo, palabra. Estoy agarrado a mis obligaciones como con remaches. Imposible saltar a abrazaros en carne mortal. Aunque, tal vez, lo esquivase aún pudiendo. ¡Soy tan fóbico!. (Bueno, ya me vais conociendo, ¿no?).

    Curiosísimo fenómeno, es verdad: al tejer las relaciones con hilos esenciales, sin abalorios, lo que cuaja y se abrocha en la distancia es una calidez emocional, una autenticidad, una transparencia cómplice... que ya quisieran para sí las relaciones llamadas "reales" (como si todo `eso´que, palpablemente, nos traba, nos reúne y nos sintoniza fuese "irreal").

    Algún día... me sudarán las manos, me ruborizaré como un adolescente, me quedaré lelo y no atinaré a decir ni pío... pero, ¡pardiez!,
    he de estrujaros con mis propias manos: deciros, sin el estorbo de las palabras, cuánto he llegado a quereros.

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  16. ¡A mis brazos, Earnest, querido!

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  17. Coincido con Ernesto, hoy precisamente venia yo al trabajo cavilando sobre eso. Por que algunas relaciones interneteras resultan más cálidas y convincentes que algunas de carne y hueso? Por que somos capaces de debatir por este medio incluso asuntos íntimos, que al estar con los conceptuados como "amigos reales" muchas veces no nos atrevemos ni a plantear?

    Yo creo que mas que la cercania de la lectura, es que en estos pagos la gente "escucha más".

    En fin que bienvenido sea.

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  18. Caigo por aquí de rebote y al hilo de lo que cuentas cuento,
    que una vez, de casualidad, topé con un bloguero en mi barrio. Si, en mi barrio.
    Lo reconocí sencillamente por que dijo algo respecto a lo que yo había escrito en mi último post. Estábamos en la librería y le pregunté con arrojo.
    Y sí, resultó ser.

    Es cosa grata, muy grata. Con lo grande que es el mundo!!!

    Os felicito por el encuentro.
    Saludos.

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  19. Bienvenida, Susy.
    Lo que cuentas sí que es increíble, mucho más que lo que me pasó a mí con mi ex-profesor. ¡Oír hablar de tu blog en la calle, a un desconocido! ¿Y no te hizo sentir como famosa, o algo parecido?

    Repito: bienvenida. Un saludo.

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