26.4.12

Bartoleta Teatro: Yerma





El Grupo Bartoleta Teatro,

que es la compañía de teatro aficionado en la que está

A Filla do Mar,

representa

YERMA

de Federico García Lorca

en el Centro Cultural Torrente Ballester de Ferrol

este viernes, 27, a las 20.30 h.


Entrada libre hasta completar aforo.


Yo ya la he visto y se la recomiendo. Trabajan muy bien.



25.4.12

Hermano Lobo, hoy

Ya les dije que volvería El Perich por aquí.




He llegado a estas portadas de Hermano Lobo gracias a que el ínclito Sirwood ha dejado este interesantísimo y doloroso enlace en uno de los últimos posts de NáN:

 De otra época, ¿verdad? (del blog A desgana)


Échenle un vistazo. Como su propio título indica, es pasmoso ver la pertinencia de casi todas esas viñetas, que parecen dibujadas hoy mismo... y son de los 70. Pasmoso, y desmoralizador.


24.4.12

Cine y cine, literatura y Mabalot

Como últimamente también a nosotros nos sobra bastante mes al final del sueldo, vemos muchas películas, que ya las tenemos pagadas.

Este sábado elegimos rematadamente mal, The acid house, basada en un libro de Irvine Welsh (el de Trainspotting; es lo que siempre se dice) y pensada, realizada e interpretada para acabar con cualquier atisbo de esperanza en el género humano que el espectador pudiese albergar: la cosa más sórdida y deprimente que he visto en mucho tiempo. Tanto, que soportamos solo dos de sus tres historias; y reconozco que la segunda era muy buena, pero ya digo, terrible.

Luego buscamos como locos algo amable, para no irnos a la cama con ese sabor de boca. Pero no teníamos el día, ni mucho tiempo, y tuvo que remediarlo la literatura.


Estoy leyendo, como les dije, Una historia de amor y oscuridad, de Amos Oz. Apenas llevo 50 o 60 páginas, y si no cambia me va a encantar. Habla por el momento de un lugar, Jerusalén, y una cultura, la judía, que me atraen mucho y de los que no sé nada; habla además sobre literatura; y todo está maravillosamente escrito.

Todo eso [la vida en su barrio, de su gente] era chejoviano, al igual que la sensación de pérdida: había lugares en el mundo donde transcurría la vida real, lejos de aquí (...), donde cada tarde se encendían montones de luces, señores y señoras se reunían a tomar café con nata en salas de artesonados de madera, (...), veían de cerca (...) cómo la amante del pintor se enamoraba de repente de su mejor amigo, el compositor, y a mitad de la noche huía sola, con la cabeza descubierta bajo la lluvia, al viejo puente cuyo reflejo temblaba en el agua del río.

(...) lugares en donde personas nobles se enamoraban, se peleaban con honor, se perdían, renunciaban, deambulaban, se sentaban a beber solos a medianoche en un taburete en la barra de bares oscuros de hoteles, en bulevares de ciudades azotadas por la lluvia, y vivían su vida desmesuradamente.


O:
Aquel que busca el corazón del relato en el espacio que está entre la obra y quien la ha escrito se equivoca: conviene buscar no en el terreno que está entre lo escrito y el escritor, sino en el que está entre lo escrito y el lector.


El domingo acabamos de ver una serie sueca de cuatro capítulos, Las mejores intenciones, con guión de Bergman y que, aunque a mí hubo momentos en que me resultó un poco lenta, nos pareció magnífica. La historia es muy buena, los protagonistas, también (en especial ella, en mi opinión), y tiene el atractivo añadido de asomarnos a otro escenario interesante, la Suecia de hace un siglo.


Y ayer, lunes, recibí un regalo de Mabalot: su primer libro, Una insolencia. Un libro en teoría sobre fútbol, que forma parte de una colección que, bajo el original título de Hooligans Ilustrados, recoge la visión de varios escritores aficionados al fútbol sobre su relación con el equipo de sus amores.



Pero, como me dice el autor en su dedicatoria, el fútbol es lo de menos.

Aquí tienen dos reseñas brillantes y completas, I y II, si quieren buenas y fiables referencias. Por mi parte, solo puedo decir que me gustó mucho, tanto como preveía después de tantos años leyéndole. Y algo más, que le he dicho a él y repito ahora en voz alta: Mabalot escribe verdaderamente bien; solo le falta creérselo, creerse que tiene algo que contar, encontrarlo y contarlo. Y dejarse de dar vueltas.

Este me parece un buen primer paso en esa dirección.

Aunque, no sé por qué, me temo que sea de los que tienden a pensar que las vueltas son la única opción inteligente.



20.4.12

Taller: La comida

Para leer el relato, deberán ir al post

http://unhombresentadoenunasilla.blogspot.com.es/2011/11/taller-la-comida.html

Copien y peguen, por favor.




19.4.12

Marsé ahora

Hace poco les conté mi tardío primer contacto con Marsé, con La oscura historia de la prima Montse, y cómo me deslumbró.

Inmediatamente después leí Encerrados con un solo juguete (que recuerdo ver en la mesilla de mi madre, cuando yo era pequeño, durante años, aunque serían meses o semanas), y también me encantó. Tal vez no me gustó tanto, pero me gustó mucho.

Pero la semana pasada empecé su última novela, Caligrafía de sueños, y la he dejado en la página 70 (y he empezado Una historia de amor y oscuridad, de Amos Oz). Pensé si cambiaría, si debía darle un voto de confianza y seguir un poco más, pero la estuve ojeando y me pareció que era más o menos siempre lo mismo.

¿Qué no me ha gustado? Pues (y perdonen la osadía, y sobre todo que me la perdone él si alguna vez esta crítica llega a su conocimiento) que sobraban muchas cosas; que lo que en las otras dos novelas eran descripciones, diálogos, reflexiones, etc., con sentido, siempre necesarias, que nunca estaban por estar, aquí he visto (en estas pocas páginas, y creo que desde la primera) adornos gratuitos, vueltas injustificadas, exhibición. Está todo muy bien escrito, por supuesto, pero me da la sensación de que lo ha escrito... Bueno, nada, mejor no lo digo que 70 páginas son pocas.

Son habituales las obras tardías flojas, más cómodas, o incluso mediocres de escritores consagrados (creo que el peor libro que he acabado fue La muerte del decano, de Torrente Ballester, que está entre mis escritores españoles favoritos). Supongo que casi siempre por razones económicas. No sé si estamos ante una de ellas, pero, en cualquier caso, parece que para todo gran escritor (y en mi opinión Marsé sin duda lo es; y pienso leer el resto de sus primeros libros) es difícil sortear los riesgos del éxito.



12.4.12

Más crisis y la desesperación

Bueno, pues ya tenemos reforma laboral en marcha, intacta, y siguen los recortes. Y la prima de riesgo, ese concepto que se coló en nuestros hogares hace un par de años, sube más que nunca. Que todavía no se fían los mercados, dicen.

Pero qué más da, si todo es un sinsentido, convenientemente mal explicado por los políticos por si todavía hay alguien que no ha arrojado la toalla y sigue escuchando y tratando de comprender, y de creer.

Yo estoy a punto. No me considero entre los más desinformados de nuestra sociedad, y sin embargo me siento perdido; y me da la impresión, además, de que nadie está interesado en que deje de estarlo.

No sé nada: leo cosas como esta y me quedo casi como estaba; me veo sin argumentos técnicos para rebatir los argumentos técnicos con los que nos abruman; he tratado de leer el decreto de reforma laboral y ni siquiera he sido capaz de llegar a mis propias conclusiones, y tengo que fiarme, como en casi todo, de la fuente que más me convence. Por un lado sé que los activos financieros munidales multiplican no sé cuántas veces (he leído desde 3 hasta 70) el importe del PIB, tambien mundial, y que cualquier tropezón suyo supone una caída global, y por otro sigo oyendo que la crisis ha surgido de vivir (todos nosotros, incluidos ustedes y yo) por encima de nuestras posibilidades (opinión repetida como un mantra en cualquier conversación sobre el tema, sea en la cola del súper, sea en el vestuario del gimnasio), y que su solución vendrá de los remedios de toda la vida, de apretarnos el cinturón; y que toca sacrificarse, no para pagar, sino para levantar el país, los países...

Y me desmoralizo.


Porque estoy convencido de que la crisis está siendo una gran oportunidad de negocio para algunos, que continúan forrándose.

Porque creo que por la puerta de las primas de riesgo y los rescates, y tras convencernos de que la economía (ya saben, una cuestión técnica, un asunto muy serio) no tiene nada que ver con lo demás, las finanzas han entrado en las políticas nacionales y las están adecuando a sus intereses, ya sin necesidad de disimular apenas.


Lo de las primas de riesgo, es verdad que es una medida de presión para que nuestro gobierno acometa más medidas -incluso Mario Draghi [presidente del BCE, solamente] el miércoles pasado lo dejó claro-, pero también es verdad que es una medida de presión para que en Europa se tomen medidas conjuntas que posibiliten crecimiento. (Cinco días)

Porque pienso que esto de la crisis, haya surgido de donde haya surgido, hace tiempo que dejó de ser una oportunidad para sanear (ya no digamos cambiar) el sistema, como nos habían prometido, y se ha convertido en la excusa perfecta para deshacerse de cualquier obstáculo (social, político, humano, etc.) que todavía supusiera alguna incomodidad para (y les juro que yo siempre he sido muy comedido y prudente, enemigo de la demagogia, y estas cosas no las decía) quienes manejan el dinero.
Porque ya no espero ninguna solución proveniente de los políticos. Y eso es grave.

mientras, el debate a pie de calle es si los parados fueron culpa de Zapatero, o si los sindicatos se llevan más o menos subvenciones que los empresarios.

Y me pregunto si cuando ninguno de los supuestos remedios dé resultado, nuestra economía no vuelva a ser la misma (ni falta que hace) y nos quedemos con una sociedad vapuleada y una política deslegitimada como nunca, nos empezaremos a creer que era todo un engaño. Y si no será demasiado tarde.