31.5.11

De mí, del 15-M, de nosotros

1. Hoy estoy de cumpleaños. Cumplo 41.
¡Qué mayor, ya! Casi se puede decir que soy un adulto. Y sin embargo, es increíble la cantidad de situaciones y relaciones en las que todavía me siento un niño.
Estoy bien, bastante contento, en general. Aunque todavía tengo cierta sensación de no acabar de asentarme, que me hace temer que acabe acostumbrándome a no acostumbrarme.


2. Del 15-M

Ayer vi las últimas propuestas del movimiento, surgidas, al parecer, de las asambleas que sobre todo durante el fin de semana se han celebrado.
Aquí las tienen.
En general me parecen bien, pero hay varias con las que no estoy de acuerdo:

  • Imprescriptibilidad de los delitos de corrupción:
    ¿Por qué? Prescribe un asesinato, prescribe una violación, ¿y no va a prescribir eso? La corrupción es un delito más, y como tal ha de tratarse: se cumple la condena y punto. Ni siquiera debería inhabilitar de por vida para el ejercicio de cargos públicos. ¿O la intención rehabilitadora de nuestro sistema penal no vale para todos? Allá los votantes, si después los votan.
  • Referendums obligatorios para toda introducción de medidas dictadas desde la UE:
    No soy un experto y lo mismo digo una tontería, pero mucho me temo que esto no se puede hacer. Una cosa es someter a referendo la entrada en la UE, o en el sistema monetario, o la aprobación de la constitución europea; ¿pero todo? Las disposiciones de la Unión forman parte, directamente, de la legislación estatal; no hace falta ni adaptarlas...
  • Modificación de la ley electoral, etc.:
    ¿Qué modificación? Sigo sin ver lo de la circunscripción única. Morelli dice que los problemas son en todos sitios los mismos; Pcbcarp me cuenta que han calculado que aun con el cambio los partidos nacionalistas no perderían mucho. Me cuesta creer lo segundo (de hecho, es el principal argumento antinacionalista: lo poco que "cuestan" sus diputados), y no estoy de acuerdo con lo primero: la circunscripción única relegaría a la periferia (demográficamente hablando) a un papel marginal, pues Madrid, Barcelona y un par de ciudades más decidirían todo; los partidos (incluida IU, que es donde más votos obtiene) se centrarían en ellas, por rentabilizar el esfuerzo; un sitio pequeño jamás podría aspirar a tener a alguien peleando por sus intereses particulares (¿qué es la cuota láctea?, se preguntarán en la Puerta del Sol), etc. ¿Me equivoco?
    No es una pregunta retórica; a lo mejor me equivoco.
    Es innegable que clama al cielo que un diputado de IU cueste tal vez diez veces más que uno del BNG. Pero ojo, esa no es la única variable: resulta que IU en ningún sitio convence a casi nadie, y parece que cada vez menos. ¿Es efecto del sistema, que hace que votarla sea inútil? No lo sé; puede que sí. ¿Hay otra solución? No lo sé. Veo razones de peso para cambiar las cosas. Pero también las veo para primar el voto concentrado.
  • ...mecanismos efectivos que garanticen la democracia interna en los partidos políticos:
    Pero eso será cosa de los partidos y de quien se mete, ¿no? Si se afilian muchos, pondrán las normas que quieran.
  • Reducción del gasto militar:
    Entiendo que esto sale del corazón, que el pacifismo pide esto, que el sentido común lo pide. Porque rechazamos las guerras.
    Pero esta medida, así a pelo, nosotros solos, me parece poco realista. Salvo que vaya acompañada de un cambio de postura y papel internacional por nuestra parte, que en todo caso hay que valorar con la cabeza fría; entre otras cosas porque no vendría solo (y ya les digo que ir por libre no me parece una opción, hoy, a mí).
    Mucho más lógico me parecería reclamar a nuestros gobiernos (o, mejor aun, votar a los partidos que defiendan algo así) unas políticas de defensa y exterior que, tanto en el campo de la seguridad propiamente dicha, como en el de la cooperación, la diplomacia, la economía, el derecho internacional humanitario, etc., contribuyesen a la construcción de la paz, al desarrollo, a una gobernanza internacional justa y representativa, etc. Lo cual no siempre equivale a reducir los gastos militares, ni mucho menos.
  • En cuanto a las medidas contra el desempleo, veo que han diferenciado entre grandes empresas y el resto. Me alegro, porque creo que a menudo se habla del mercado laboral pensando en Telefónica, el BSCH o Repsol, y no en el dueño de la tienda de la esquina o el que tiene un negocio familiar de subsistencia.

El resto (son 43, en total), las veo bien. Yo. Pero no son puntos básicos de fácil consenso para prácticamente todo el mundo. No me parecen unos mínimos capaces de aglutinar a gente de diferentes ideologías, unida por su rechazo al sistema, su falta de confianza en los políticos y su desasosiego ante unos agentes económicos todopoderosos.


3. El futuro

¿Qué va a pasar con todo esto? ¿O qué pretendemos que pase, en realidad?

Desde el primer día han surgido voces, interesadas en este movimiento, pidiendo propuestas concretas, pidiendo la articulación en forma de algo, pidiendo unos objetivos tangibles y asequibles... Yo lo pensaba también, pero he cambiado de idea.

Me decía el otro día un amigo, metido en política, que aquí la participación se hace a través de los partidos. Y que no se dan cuenta de que, solo con las 70 personas que se juntaron el primer día en mi ciudad, copan cualquier partido local y deciden programa y candidato. Y que con las de la Puerta del Sol se hacen con el PP, el PSOE, IU y aun sobra gente para fundar algo. Pero claro, le decía yo, es que la gente lo que está pidiendo es que no haga falta dedicarse a la política para participar, para pintar algo. Es que lo que la gente está pidiendo es que el sistema nos permita sentirnos protagonistas de nuestra democracia, en nuestras casas y nuestros trabajos.

Dice NáN que ver el desarrollo de las asambleas en las plazas de Madrid fue una experiencia extraordinaria, optimista y reconfortante. Y lo cierto es que, para mí, ahí está el quid de la cuestión.

Si hay algo que debemos pedir no son unas medidas concretas, ni siquiera un cambio en el sistema; mucho me temo que en cuanto esas peticiones vayan cobrando forma irán perdiendo adeptos. Por eso, creo que el cambio debe ser de actitud. Pero de nuestra actitud.

Lo que debería salir de todo esto es una sociedad democráticamente más madura. Suena iluso, lo sé, pero es donde pongo mis esperanzas; en que esto sea, a la postre, un revulsivo para todos nosotros. Que consiga que nos impliquemos, que prestemos atención y, sobre todo, que nos creamos de una vez que la democracia es nuestra. Y que los políticos (y por extensión el resto de poderes fácticos) no tengan más remedio que tomar nota, asumirlo y obrar en consecuencia. Que les hagamos ver que ya no gobiernan a una panda de borregos en bavia. Que nos hagamos mayores y pasemos definitivamente página a formas muy nuestras y muy penosas de entender la autoridad.

Pero nada de eso será posible si esto no es algo verdaderamente generalizado, multitudinario. Algo que sea imposible obviar.

Esto no puede ser un movimiento de protesta más, como tantos otros. Porque el sistema tiene capacidad para torearlo un poco y asumirlo tras descafeinarlo, en el mejor de los casos. Esto debería ser algo mucho más básico y, repito, generalizado.

¿Cómo? La red es genial, la red es poderosa; pero la red no llega a todo el mundo, ni a todas las edades, ni muchísimo menos. Yo cierro el portátil, miro alrededor y apenas veo nada.

Siempre he pensado que casi todos los grupos de opinión y las iniciativas políticas y sociales adolecen del mismo error: dirigirse a los ya convencidos. Da igual que sea una asociación cultural, una organización ecologista, un movimiento reclamando una causa justa; siempre se dirigen a los suyos, y nunca a los demás. Nunca una concesión, siempre puros... hasta el olvido final. Lo entiendo; pero también es fácil entender por qué no funciona. Siempre he dicho que, a un debate, yo al ecologista lo mandaría de chaqueta y corbata.

Crecer. Y multiplicarnos. ¿Cómo? Las acampadas son inasumibles por mucho tiempo, y además, literalmente, espantan a muchos potenciales seguidores. ¿Concentraciones? Tal vez sea mejor idea.
En todo caso, información, información clara y razonada, para explicar y convencer. A través de la red, por supuesto, pero también por otros canales, que hay mucha gente que no lee nada, o nada serio, en internet.

Estamos ante la posibilidad de creernos, por fin, ciudadanos. Y de comportarnos como tales. Nosotros somos el cambio; nosotros, no ellos. Esto es una carrera de fondo, a muy largo plazo. Y ganarla no consiste en llegar primero, consiste en conseguir que corramos muchos.


27.5.11

Hævnen

Vayan a ver En un mundo mejor.
Vayan a ver En un mundo mejor.
Vayan a ver En un mundo mejor.
Vayan a ver En un mundo mejor.
Vayan a ver En un mundo mejor.
Vayan a ver En un mundo mejor.
Vayan a ver En un mundo mejor.
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Vayan a ver En un mundo mejor.
Vayan a ver En un mundo mejor.
Vayan a ver En un mundo mejor.


Pero vayan preparados.

26.5.11

Política en Facebook

Hace unos meses abrí un perfil en Facebook, un perfil normal, con mis datos personales. Pero tardé tres o cuatro días en comprobar que, tal y como suponía, no me interesaba nada lo que ofrecía.

Sin embargo, este sábado de noche, en el que fue casi mi primer contacto con el 15-M, comprendí que me estaba perdiendo todo aquello; que ya hay cosas (y cosas importantes) que solo circulan así. De modo que ahí estoy, esta vez como Portorosa (sigue sin atraerme su aspecto puramente personal), tratando de enterarme de lo que ocurre.

Aunque, como todos ustedes saben, la dificultad para discriminar (y ya no para discriminar con cierto rigor, sino incluso para saber hacia dónde mirar y qué ir leyendo) entre una cantidad tan abrumadora de información es enorme; enorme incluso para lo que es internet. Y además, si uno se deja, absorbe mucho tiempo. Son dos pegas considerables, creo yo, que (me)provocan cierta sensación de prisa, de precipitación, no muy agradable. Pero bueno, seguro que también a manejar eso se aprende.

Y yo no sé, como soy nuevo no puedo comparar, pero les aseguro que estos días Facebook está que arde, políticamente hablando.


24.5.11

22-M

Las extrapolaciones de unas elecciones a otras son, en mi opinión, muy discutibles, cuando no directamente una tontería. Y si no que me lo digan a mí, que desde que voto lo he hecho por cinco partidos diferentes, más una o dos veces en blanco. Pero cuando los resultados son prácticamente unánimes y tan avasalladores como los de anteayer parece claro que las que en principio eran unas municipales acabaron convirtiéndose en unas generales, donde se juzgaba al gobierno. Al Gobierno.

Y el juicio no deja lugar a dudas.

Por otra parte, por lo que se oye, parece que la principal razón de ese varapalo han sido la crisis y sus consecuencias.

Pues bien, partiendo de esas dos premisas (se votó en clave estatal, y la crisis, así en general, fue el factor de mayor peso), a mí se me ocurren varias cosas.

1.
Creer que la aparición de una crisis de esta magnitud ha tenido algo que ver con la actuación de nuestro gobierno demuestra no saber prácticamente nada de ella ni de economía (menos que yo, todavía, que ya es decir); ni de cómo ha estallado una ni de cómo funciona la otra. Y yo creo que hay gente que lo cree.

Obviamente, las economías nacionales tienen una enorme importancia en la repercusión local de esta crisis mundial. Por eso a Alemania le afecta mucho menos que a Grecia. Pero, obviamente también, nuestra economía no es la que es por culpa de los últimos cuatro años, ni ocho, ni doce.

2.
En cambio, creo que tiene mucha lógica castigar la reacción de nuestro gobierno: falta de sinceridad y de valentía, y una mala gestión de la situación, culminada por su entrada triunfal por el aro de la disminución del gasto público y el recorte social.

3.
En cualquier caso, creerse que un gobierno, o que el Gobierno de España, hoy por hoy, tiene margen de maniobra para salirse mucho del guión que le marquen, es poco realista. Al menos a mí me lo parece. De hecho me parece poco realista pensar que algún gobierno a título individual, salvo quizá media docena en todo el mundo, tiene capacidad para hacer algo de cierta trascendencia por su cuenta.

Esto no debería llevar a la conclusión de que, entonces, para qué la política, o para qué hacer nada. La conclusión correcta es que hay que mejorar la gobernanza internacional, que es un tema político como pocos. Que hay que mirar más arriba. La globalización is here to stay, y en términos globales hay que pensar y, en la medida de lo posible, actuar. Pero bueno, ese será el siguiente paso; por el momento bastante tenemos con barrer nuestra casa.

4.
Que el castigo por todo eso sea entregar el poder al PP, cuando todo eso ha sido hacer política económica de derechas, es como si, hartos de que nos roben las gallinas, ponemos al zorro a cuidarlas. A mí me parece que acudir a ellos para salir de la crisis es como confiar en un grupo de matones para acabar con la violencia callejera, pero bueno, ya se verá.

Me estoy refiriendo, naturalmente, a los votantes humildes, asalariados baratos, contratados precarios o parados, pero también a toda la llamada clase media en conjunto. Las razones de quienes tienen mucho dinero son otras y, en su caso, no hay fallo, la decisión es la correcta.


Y todo esto a mí me hace pensar que:

a) aquí, como parece haber dos únicas opciones, cuando falla una solo sabemos elegir la otra, como un cochecito de juguete que vaya de una pared a la pata de una silla, y vuelta;

b) en otros sitios hay más, pero son pocos en los que eso se traduce en una mejor situación; el fallo es mucho más general, del sistema, y consiste en que nuestra democracia (donde la hay, porque no olvidemos que estamos hablando de problemas del primer mundo, aunque sin duda sus repercusiones son mundiales) es solo teórica;

c) somos demasiados los que todavía no nos enteramos de qué va todo esto, porque llevamos demasiado tiempo sin siquiera intentarlo; y eso les pone las cosas muy fáciles a quienes sí lo hacen.

Y tanto a como b como c exigen, antes que nada, un cambio de actitud. Nuestro.

¿Seremos capaces?

22.5.11

15-M

Ayer de noche fui por curiosidad a ver los acampados en mi pueblo, y como me encontré con algún amigo me quedé un par de horas.

Era y soy escéptico. Y ayer oí muchas vaguedades y algo de demagogia. En un supuesto manifiesto con varios puntos clave vi algunos que parecían de discusión de barra de bar (que nos devuelvan nuestro dinero...) y otros que para mí era bastante dudosos. Por ejemplo lo de la reforma electoral me parece de lo más discutible, pues creo que una circunscripción única (si es que es eso lo que se pide, que no lo tengo claro) haría que todo se decidiese en las tres o cuatro ciudades más grandes (al final, el descontento con las obras de la M-30 iba a decidir el gobierno de toda España), y que cualquier peculiaridad local (y no piensen solo en nacionalismos, sino en cualquier problema particular) fuese condenada al silencio; favorecer la concentración del voto conlleva innegables injusticias, pero también tiene bastante lógica, creo yo.

Pero el mensaje general era irrefutable, en mi opinión. ¿Quién no tiene argumentos de peso para criticar la situación actual?

Por otra parte, el conseguir mantener a raya a partidos y sindicalismo "de cúpula" me parece enormemente meritorio y positivo. Para dejar claro que están fallando todos, y que no se trata tanto de atacar unas ideologías como de defender unas pocas y básicas ideas y una actitud.

Yo también me preguntaba en qué se iba a concretar todo esto, cómo se iba a encauzar en la práctica. Ayer entendí, o quise entender, que el objetivo no era acceder al poder político, ni constituirse en partido o asociación, ni institucionalizarse, sino crear un estado de consciencia, una conciencia crítica, una presión ciudadana tan masiva y presente que forzosamente debiera ser tenida en cuenta.

Creo que la única posibilidad de lograrlo, y de que más allá de la satisfacción moral de cada uno de aquí se saque algo en limpio, es que sea un movimiento verdaderamente multitudinario, imposible de obviar.

Las acampadas han sido y son una poderosa llamada de atención, pero no es probable que duren mucho. Esto tiene que sostenerse por otros medios. Internet parece la herramienta perfecta, pero no hay que olvidar que internet es todavía cosa de una minoría. Grande, pero minoría, y no demasiado representativa aún.

Tal vez no haya otro secreto que hacer que todos nos pongamos de acuerdo en no permitir ciertas cosas y exigir otras, y sepamos cómo dejarlo claro. Que en lugar de alejarnos de la política con asco nos acerquemos más que nunca, cada uno a su manera, a hacerla nuestra. Que resulte evidente que ya hay alguien al otro lado (paro, que me está quedando un poquito demagógico a mí también).

Yo hoy voy a votar. Sin ilusión, sino contra alguien, como desde hace bastante, pero voy a votar, porque prefiero quedarme con lo menos malo. El panorama es desolador. Pero está claro que el sistema no se va a mejorar desde dentro, con los mismos mimbres con los que se ha hecho mal, ni por quienes lo han echado a perder.


20.5.11

No vale quedarse solo con la parte de la guerra que conviene


CARTA ABIERTA [de Médicos sin Fronteras] ACERCA DE LOS CIVILES QUE HUYEN DE LIBIA HACIA EUROPA

Estimado Señor Presidente del Gobierno español,

En aras de la protección de los civiles en Libia, su Gobierno ha involucrado a España, junto con otros Estados miembros de la Unión Europea, en una guerra contra el régimen de Muamar el Gadafi. Este conflicto ha provocado el desplazamiento de más de 750.000 civiles, que huyen de la violencia.

Mientras Túnez y Egipto ya han acogido en difíciles condiciones a más de 630.000 de estas personas, los Estados europeos se debaten actualmente en una lucha de egoísmos, que ha derivado en la práctica en una restricción del acceso de estas víctimas de guerra al territorio europeo, alegando la lucha contra la inmigración irregular.

Sin embargo, los Estados miembros de la Unión Europea implicados en esta guerra deben asumir sus consecuencias y poner los medios necesarios para limitar su impacto sobre la población civil. Se trata tanto de un deber legal, al amparo de los convenios internacionales de los que España es signataria, como de una responsabilidad moral.

Instamos a la Unión Europea y sus Estados miembros a respetar los derechos de todos los civiles que huyen del conflicto en Libia, garantizando el principio de no-devolución a una zona de guerra, el acceso al proceso de petición de asilo cuando así lo soliciten y que les sean aseguradas unas condiciones de acogida dignas en Europa.

A día de hoy, estos derechos no están siendo respetados, y miles de personas, víctimas de guerra, están pagando el precio de la incoherencia política de los Estados europeos. Cientos de hombres, mujeres y niños que intentaban llegar a Europa –o fueron forzados a salir por las autoridades libias, que no han perdido la oportunidad de demostrar su capacidad de represalia- ya han perdido la vida en el mar. Otros miles han desembarcado en las costas italianas estas últimas semanas y están siendo acogidos en condiciones inhumanas y totalmente inadecuadas a sus necesidades, como atestiguan los equipos de Médicos Sin Fronteras en Lampedusa.

Hoy le corresponde concretar su voluntad de proteger a los civiles libios. La suerte de las víctimas de guerra y el respeto de sus derechos, cuya responsabilidad le atañe, debe ser prioritaria para su Gobierno.

Le ruego acepte, Señor Presidente, la expresión de mi más alta consideración.

Dr. José Antonio Bastos
Presidente de Médicos Sin Fronteras


Médicos Sin Fronteras ha remitido esta carta a los jefes de Estado o de Gobierno de los países miembros de la Unión Europea, a los presidentes de las instituciones europeas, a los Altos Comisionados de Naciones Unidas para los Refugiados y para los Derechos Humanos y a la Organización Internacional para las Migraciones.

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En fin, creo que no hay mucho más que añadir. No tengo tiempo para escribir, y por eso no he dado mi opinión (por lo demás, en absoluto clara) sobre lo de Libia; pero, sea como sea, esto que denuncia MSF es otro triste ejemplo, una de dos, o de hipocresía o de ineptitud.




10.5.11

Cultura tecnológica

- ¿Cómo, Carlos?
- Que en la nueva de
Los piratas del Caribe la chica es mpCruz.