Un ukelele y la fotosíntesis
Publicado en el suplemento cultural Táboa Redonda del domingo 30.12.18 |
Un ukelele y la fotosíntesis
"Un chico y una chica se encuentran de
casualidad en el andén y se saludan. Se gustan. Entran juntos en el vagón y van
hablando de pie todo el viaje. Tienen treinta y pocos y son guapos: ella, de
pelo castaño y pecas, risueña; él, moreno, de barba pero no muy hípster, con
cara de buen tío y atractivo. A mi lado, de pie, un señor mayor lee una
revista. El artículo dice que el desierto es una buena imagen del alma humana
dispuesta a recibir a Jesucristo; y él subraya, apoyándose en la barra
vertical, con rotulador fluorescente amarillo, las palabras “bautismo de
conversión”. Habla más el chico, con seguridad y amabilidad al mismo tiempo, y
ella no deja de mirarlo sonriendo, sin perderse un solo gesto. A él, ella le
gusta, pero dentro de lo asumible; a ella, en cambio, él le gusta bastante, más
que su novio, me temo. Al final, con el traqueteo, al señor se le tuerce un
poco la raya. Cuando me bajo los dos siguen mirándose desde arriba y desde
abajo, todo lo cerca que pueden sin sentirse declaradamente infieles.
Al día siguiente, en el autobús, en el
asiento de delante dos señoras de pelo corto y canoso, con gafas, van hablando.
La mayor le cuenta a la otra que en clase de huerto les va enseñando a los
niños los tomates, los calabacines, un caracol o una tela de araña llena de
gotas de rocío y, con cada cosa, añade un “Alabado sea el Señor”. Nada más, explica,
sin más comentarios, eso ya llega, ya lo dice todo.
Hemos marcado un punto de inflexión en
nuestro camino a la madurez: por primera vez hemos sido anfitriones en
Nochebuena. De nuestros padres, además. Tras los nervios y a pesar del trabajo
previo, me ha gustado. A priori, habría firmado un resultado para esa noche más
modesto que como resultó todo, así que estoy encantado. Incluso no descartamos repetir.
Mi hijo les pide a los Reyes un ukelele y
dice que su propósito para el año nuevo es hacer la fotosíntesis. Que sería perfecto:
inhalar dióxido de carbono –que además cada vez hay más, dice- y expulsar
oxígeno, para el bien de todos, y después, de noche, respirar su propio
oxígeno. Y que viviría mucho más. Que cómo puede hacer para tener clorofila. Yo
le digo que tome muchos chicles, a ver si así.
Mi hija va, en dos días, a su primer baile:
me da vértigo pero me alegro muchísimo por ella, que es tan buena y se merece
tanto pasarlo bien y tener amigos que se la merezcan a ella.
Y todos estos decorados, actores y actores
de reparto, u otros semejantes, tan variados, tan prometedores, nos están
esperando este año que viene. Sáquenles provecho, porque ustedes son los
protagonistas. Feliz 2019."
* * *
Yo también he sido anfitriona por primera vez este año, y me ha emocionado mucho. Este relevo nos envejece pero nos da un nuevo punto de vista, me gusta. Y el deseo de tu hijo es de lo más bonito que he leído en 2018, qué mundo más diferente tendríamos si todos tuviéramos anhelos así. Feliz año!
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