Gente
[Publicado en el suplemento cultural Táboa Redonda del domingo 02.12.18]
GENTE
"Linus
van Pelt, el amigo de Carlitos el de Snoopy, afirmaba que amaba a la humanidad
pero que a la gente no la soportaba.
Una
psicóloga (otra más) me explicaba un día que todo en la vida son las relaciones
personales, que nada nos influye más ni tiene más peso en nuestro bienestar que
la calidad de las que vamos estableciendo, todo el tiempo y sin parar. Y que
nada era tan difícil. Salta a la vista: cómo no va a serlo si somos tan distintos
que a veces cuesta creer que seamos una sola especie y no varias compartiendo,
por azar genético, unos cuantos rasgos físicos.
Están
mis compañeros de desayuno, que hablan de fútbol con preocupación sincera y se
refieren a su equipo siempre en primera persona del plural; están los chavales
que se dejan la capucha puesta en el bus; está Trump, que no se cree el informe
sobre el cambio climático y se enrabieta, y está Richard Ford, que le llama
malhechor pero nos dice que ni loco se queda con Europa; está Xi Jinping, que
escribe en ABC un mensaje de fraternidad hispano-china y promete intensificar
la cooperación sobre los osos panda, y está la serpiente Kaa hablándole a
Mowgli mientras lo va abrazando; está un pastor de camellos en Mongolia y está
un yihadista esperando a inmolarse en Pakistán; está la chica mexicana de la
cafetería del tren que después de la cena tomó crema de orujo con patatas
fritas; está la señora que en su vida ha hecho otra cosa que llevar las vacas a
pacer y está la chavala que va al lado de su madre en el coche por la mañana
con los cascos puestos; están los que solo comen carne de animales felices y
los que consideran que hacer eso es tener muy mala leche, y que lo caritativo
es acabar con los que sufren; están los que escuchan trap con las ventanillas
del coche abiertas y sienten que están viviendo la vida, y el señor que escucha
a Bach en el sofá de su casa y siente que está viviendo la vida; están los que
se creen mejores personas y los que se creen mejores personas porque no se las
dan de buenas personas; están los que viven para el dinero y los que no; están
los que confían y los que desconfían; están los que saben estar solos y los que
no saben; están los que quieren que los quieran y los que quieren querer; está
mi novia, que se ilusiona por todo en dos segundos y se le pasa en otros dos, y
es bastante feliz, y estoy yo, que no me ilusiono por nada y me cuesta.
Partimos
de unos datos completamente dispares, razonamos cada uno a nuestra manera y
además buscamos futuros distintos. Habitamos realidades tan diferentes, aun compartiendo
asiento de metro, mesa de trabajo o cama, que lo raro sería entendernos."
* * *
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