Nada menos que la vida
Cuando John Travolta volvió a aparecer en una película, Pulp fiction, tras años de ausencia, dijo que nadie se pensase que se había pasado quince años en una habitación de hotel con una bombilla solitaria en el techo, bebiendo vino barato; que había tenido vida, mientras tanto.
Yo también, aunque no escriba.
Ha empezado el invierno, mentalmente. Lo estaba deseando; quería dejar de sentirme de paso entre el verano y el curso.
Estoy con la tesis. Esta vez es la última, para bien o para mal; no quedan más oportunidades. Tengo ganas pero me da pereza y me falta tiempo, me canso. Estoy aprendiendo mucho sobre Haití y Mozambique (son los casos que quiero estudiar), pero casi todo es tristísimo.
Hay un chelo en casa. Me parece increíble. Es Carlos el que, por decisión propia, lo va a estudiar. Estoy seguro de que se le va a dar muy bien, sin embargo no tengo tan claro que su interés se mantenga en el tiempo. Por ahora, en cualquier caso, está entusiasmado.
He decidido aprovechar el horario cómodo que tenemos por delante y reservar varios momentos a la semana para Carlos, precisamente. Para hacer cosas los dos solos (manualidades, leer y pintar). Creo que Carlos necesita atención y la agradece muchísimo. Empezamos la semana pasada y cada día prepara el material con antelación; está ilusionadísimo. Y yo.
Paula crece. De la pre a la adolescencia. Y (parece obligado decirlo) muy bien.
El otro día Marta y yo vimos La noche del cazador, de Charles Laughton y con un joven y genial Robert Mitchum. Una película que se nota antigua, más teatral, sin la pretensión de verosimilitud del cine actual, con escenas casi expresionistas. Me gustó mucho; y más tras dejar pasar unos días.
He leído un libro muy interesante de Xavier Melgarejo, Gracias, Finlandia. En él explica las razones del éxito del sistema educativo finlandés: en parte son técnicas y en parte, sociales, como es lógico. Lo resume muy bien, y explica también por qué no nos valen como ejemplo, este artículo.
Y esto me recuerda que mi vida cojea en mi faceta de ciudadano. Como la de la mayoría; de ahí la situación: nuestros elegidos nos coñean impunemente, porque saben que pueden. ¿Hay más gente indignada por la deshonestidad del caso de las tarjetas opacas (por ejemplo), o gente envidiosa por no tener una?
A veces, en mi día a día corro el riesgo de no ver la posibilidad de cambio, de ahogarme. Pero casi siempre hay algo, como un cormorán levantando el vuelo en la ría, que me pone en contacto con la vida.
Además, cada noche duermo abrazado a un cuerpo cálido y suave que, además de ser bonito, no encierra más que bondad y amor.
Como me alegro de todo....de verdad.
ResponderEliminarEstás en el buen camino...forastero.
ResponderEliminarQue exultante las ultimas lineas, me parece que estas hecho de una ternura infinita...No logro comprender aun que te impide ser mas feliz de lo que eres, o quiza es lo que me parece.
ResponderEliminarIria esta semana cumple 7 años y estoy notando que ya no es mi bebe, ya se cree mayor y me esta diciendo constantemente que ella se puede vestir sola que no necesita mi ayuda, que ya puede atravesar la calle sola, que ella soluciona sus pequeñas inquietudes.
Se feliz y siempre.
Un bico y besos a los niños
Suerte Porto. Tú puedes, eres más constante que yo. Aunque tampoco haga falta mucho para conseguir esto.
ResponderEliminarUn abrazo fuertísimo para los dos.
ResponderEliminar¡Y vivan los cormoranes! (Y los chelos)
Cuando acabe la tesis (porque esta vez es la buena), por favor mándeme un PDF a microalgo(punto)marino(arroba)gmail(punto)com, que me encantará leerla.
ResponderEliminarDa gusto leerte.
ResponderEliminarBesos y abrazos a todos.
ResponderEliminarDon Micro, ¿está usted seguro...?
¿Te agobia no ver la posibilidad de cambio?, ¿por qué?, ¿para qué quieres cambiar si suena todo genial?
ResponderEliminarMe gusta saber de ti y ver que la vida te está tratando bien. Beso gordo.
Ah, y anímo con esa tesis. Es un esfuerzo puntual que seguro que se verá recompensado.
ResponderEliminar(No prometo leerla, pero también me gustaría que me enviases una copia cuando la acabes).
La vida, efectivamente. Nada más. Y nada menos.
ResponderEliminarhttp://madredemarte.wordpress.com/
Necesitas recordarte a ti mismo todos los puntos positivos.
ResponderEliminarUn abrazote.
Nada menos que la vida...
ResponderEliminarMe derrite - ahora casi todo me derrite- la ternura de tus letras.
Un abrazo muy tierno a todos
Luna
Me agobia la sensación de que todo esté ya dicho, sí. Aunque las respuestas me gusten.
ResponderEliminarTe la mandaré, si nace, faltaría más.
Necesito.
Luna, espero que las cosas vayan poco a poco mejor. Un abrazo para vosotras.
Besos y abrazos.
El último párrafo, precioso... Estoy conociendo, en este momento, tu blog, entre sorprendida y curiosa.
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