18.5.06

Estrecho de Øresund.

Al acercarnos a la orilla vimos a una mujer bañándose. Hacía mal día y estábamos solos. El fondo allí apenas debe de tener pendiente, y ya desde lejos venía andando, muy despacio.
Llegó al embarcadero de madera y subió las escalerillas. No tenía menos de setenta años. Llevaba un bañador negro y un gorro blanco, era delgada y alta y tenía la piel morena y arrugada.
Nos sonrió mientras se quitaba el gorro, pasó por nuestro lado y se fue, descalza, por la hierba.
Pocas veces he visto a alguien tan elegante.

10 comentarios:

  1. Acaso esa visión sea otra prueba de que la elegancia, en el fondo —y en la forma— es un estado del alma.

    ResponderEliminar
  2. Maravillosa presencia de la armonía humana en los niños y en los viejos. Esta mujer, que viene andando y surgiendo de las aguas como una diosa, y camina hacia nosotros, y al pasar nos sonrie, mientras en un movimiento elegante se quita el gorro y mueve la cabeza para sacudirse el pelo, y sigue andando, descalza...perfecto. Maravilloso. Un recuerdo para conservar y visitar (poniéndole colores, sonidos, sabores...)en los momentos bajos. Felicidades.

    ResponderEliminar
  3. Acaso, Dionisio. Desde luego, no es una combinación de ropa. Aquella mujer llevaba la elegancia escrita en su expresión y en la forma de moverse; que se estuviese bañando allí, sola, y caminase entre los patos que nadaban junto a la orilla, también facilitaba las cosas.

    Y sí, es un recuerdo para conservar. Viéndola, tuve la irracional sensación de que aquella mujer estaba contenta con su vida.

    Un abrazo a los dos.

    ResponderEliminar
  4. Qué bonito. Me da paz. Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Pues ya ha valido la pena, Princesa.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  6. La forma de contarlo, amigo, me comunica equilibrio, contención y elegancia. "Suena" a solo de saxo. Todo lo que hay ahí, en ese texto aparentemente sencillo, es de una extraordinaria y gozosa complejidad. ¡Qué placer leerlo/sentirlo!. Armonía. Elegancia del autor, que impregna cuanto escribe, que no se improvisa, que es ya tan rara de encontrar. ¡Qué alivio!.

    ResponderEliminar
  7. Y qué alivio ver que a algunos os gusta. Y qué alegría que tú seas uno de ellos, Earnest.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. La forma de describirla es elegantísima, como la música de un buen Blue.

    Luna

    ResponderEliminar
  9. Lo siento, al leer de nuevo, para saber si mi comentario había salido, he visto que mi percepción es muy parecida a la de Ernesto.
    No lo había leido antes....como mujer..gracias, Porto.

    ResponderEliminar
  10. Gracias a ti, Luna. Y no es un cumplido; agradezco de veras que a alguien le guste lo que perpetro.

    Besos.

    ResponderEliminar