8.7.19

Rosas y cucarachas


Rosas y cucarachas


 

"AYER POR LA MAÑANA olí una rosa roja en un patio, y me pareció una maravilla –un olor embriagador, diría si me atreviera-. Por la tarde, en los baños de una gasolinera vi una cucaracha andando por la rejilla verde de plástico de un urinario, entre pelos y gotas de pis.

Ya conté aquí una vez que la escritora nigeriana Chimamanda Adichie había dicho, para explicar la reacción de la gente más afín a ella tras unas declaraciones suyas un tanto controvertidas, que la izquierda mostraba cierta tendencia a simplificar la realidad, para así poder simplificar también su interpretación y, con ella, sus posturas. Y yo cada vez estoy más de acuerdo, aunque no creo que sea un rasgo exclusivo de la izquierda, ni mucho menos –los ejemplos de la otra banda son numerosos y muy obvios-, sino algo por desgracia general. A todos los niveles y en cualquier ambiente.

El entorno en el que parece más evidente y preocupante es el ideológico: las explicaciones se simplifican y los discursos se vuelven, sin excepción, reduccionistas. Se simplifica el mensaje. Se simplifica por tanto el problema –incluido el adversario, que, como decía Teodorov, queda así caricaturizado en función de uno solo de sus rasgos, el que nos conviene- y se infantiliza su análisis, para así poder ofrecer respuestas simples. Si se liman los salientes todo resulta más fácil de explicar; si se presionan los hechos y sus complejas causas concretas para que encajen en un molde regular, si se obvian las contradicciones, las excepciones y las dudas, que obligarían a matizar y a construir teorías más completas, todo es más fácil de entender. Falso, pero fácil de entender. Del libro al panfleto, del panfleto al lema y del lema a la bandera. O al pin.

Pero la cuestión no acaba ahí, en nuestra política, que no deja de ser nuestro reflejo, nuestro retrato de Dorian Grey. Porque esa simplificación es omnipresente en la esfera individual e íntima. Ya no se trata de construir, con unas ideas, una ideología, y a partir de una ideología extender unas recetas. Al fin y al cabo, la política está obligada a generalizar y esquematizar. El problema es que aceptamos ese esquema al pie de la letra y lo interiorizamos personalmente. Y pretendemos resumir la sociedad, sus problemas y conflictos, nuestras opiniones y nuestras querencias, y la vida, en un listado de afirmaciones y negaciones sencillas, rotundas y planas, fáciles de manejar. Fáciles de manejar y tontas.


Ayer al mediodía me sentí por unas horas solo y desdichado. A media tarde, querido y acompañado. Y ambos sentimientos eran parte de la misma vida compleja, confusa y difícil de comprender. Como las rosas y las cucarachas."

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[Publicado en el suplemento cultural Táboa Redonda del domingo 2 de junio de 2019]


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