Táboa Redonda: En blanco y negro
Publicado en el suplemento Táboa Redonda del domingo 10.DIC.2017
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En blanco y negro
"Esta
mañana, cuando iba a trabajar, el mar estaba como un plato. Como un plato de
mercurio, denso y gris. Tener ciertas cosas al alcance cada día cambia la vida.
Cuando era pequeño, algún verano que pasé en Vicedo en casa de mi tío, mi prima
mayor me iba a buscar a la cama antes de acostarse y me sacaba al balcón para
que viese la ría a la luz de la luna. El agua parecía un espejo y los botes
fondeados, de porcelana, y yo me quedaba maravillado.
Por
“Ciudad abierta” (Acantilado), de Teju Cole, he descubierto a Martin Munkácsi,
un fotógrafo húngaro, judío, que antes de retratar artistas de Hollywood y
chicas elegantes saltando charcos pudo dejar testimonio del principio del
horror en la Alemania de los años treinta. Lo he descubierto, aunque he
comprobado que ya conocía algunas de sus fotos. Hoy sabemos todo: sabemos de
más. Todas las hizo en blanco y negro, me digo, hasta que caigo en la cuenta de
la tontería.
La
normalidad era blanca y negra. La que reclamaba mi abuelo cuando prefería
seguir viendo el fútbol en la tele como siempre, como era de verdad. Y sin
embargo, incluso para mí, que aún recuerdo aquel sábado por la mañana en que
estábamos viendo La Guagua, trajeron una televisión Philiphs en color y cuando
se fueron daban un documental, y que de bebé solo me conozco en tonos grises, que
recuerdo por tanto aquella normalidad, resulta evidente que una buena
fotografía en color no tiene por qué serlo en monocromo, y viceversa, y que las
fotos de Munkácsi, como las de tantos otros, necesariamente fueron sacadas
teniendo en cuenta esa limitación. Y me pregunto si la teníamos en cuenta todos.
¿Sabíamos qué funcionaba y qué no, o daba igual? ¿Se fotografiaban paisajes y puestas
de sol? ¿Flores? ¿Nos habrá cambiado, con el color, el criterio de manera
inconsciente, la intuición estética, la mirada? ¿Cómo sería ahora la obra de
los grandes fotógrafos de entonces?
Lo
que veía de niño desde el balcón, de noche, también era en blanco y negro. A
veces, la huella que alguien –incluso alguien cercano- deja en nuestra vida depende
de momentos insospechados que no parecían importantes, de momentos que ellos
hasta pueden haber olvidado. Yo, por ejemplo, a mi prima tendré que quererla
siempre, nos lleven por donde nos lleven las circunstancias, por haberme
enseñado la ría como un espejo, con los botes quietos."
* * *
De esto he debatido con José Luis miles de veces. El blanco y negro hoy, además de una apuesta narrativa concreta y artificial, me parece un postureo absoluto. ¡Existe el color, lo que ven nuestros ojos de primates arborícolas!
ResponderEliminarEl único sentido del blanco y negro es que en aquel momento no se podían hacer fotografías de otro modo porque era imposible. Y las hay muy buenas, pero nunca conoceremos las malas.
Es mucho más difícil, incluso en estos tiempos de Instagram, hacer fotos en color. Buenas fotografías, quiero decir. Y aún así las hay a millones.
Es como escribir: escribes tú y escribo yo, y probablemente algún vecino del edificio donde vivo. ¿Escriben en blanco y negro o en color? Escriben a finales de 2017, y lo que importa es si llegan al corazón de alguien.
Siento desconfianza hacia las fotografías en blanco y negro desde la época en las que ya se podía reflejar la realidad como es realmente, con todos sus colores. ¡Es que ahora lo que se hace es eliminarlos artificialmente! No.
Es más difícil porque es más verdad.
Un abrazo.
“Como un plato de mercurio, denso y gris.”
ResponderEliminarGran verdad dice Ud. y así leemos en informaciones ecologistas que afirman que en el mar existe esa bárbara acumulación de mercurio que llega a envenenar nuestro organismo al ingerir peces pescados en alta mar, y es más notorio y abundante en la preparación como sushi -japonesa de pescado crudo- ya ha llegado esa terrible amenaza a los fondos marinos. El hombre, como la política, ahora tan constante y persistente lo contamina todo.
Bellos, hermosos, coloristas páginas –como la suya en estos blogs siempre llenos de sabor y color:
ResponderEliminarCon una muy bella ilustración culinaria de rotundo color.
http://www.cosasqmepasan.com/2017/12/cocina-piensa-quiere.html
Esta vez simple, básica de colores, la página del Blog:
http://lascincoestaciones.blogspot.com.es/2017/12/migas-de-pan.html
En los enlaces de sus simpatizant@s (Datos del seguidor - Peggy bluess) encontramos uno muy interesante, es exclusivo de fotografía:
ResponderEliminarhttp://solofotography.blogspot.com.es/ con cursos para aprender, y con descuentos para este mes de diciembre…
Bueno, una buena fotografía para mí es la que visualmente es potente, emocionalmente sugerente e intelectualmente adulta. Me lo he repetido tantas veces que me lo sé de memoria. El blanco y negro hoy es una elección. Parece ser que si la fotografía es capaz de ir más allá de las apariencias, entrar en una zona lírica o poética, esto se consigue mejor en blanco y negro. Pero no lo puedo demostrar. La mirada del fotógrafo es diferente si mira al mundo para convertirlo en color o para hacerlo en blanco y negro. Todas las fotos son testimonios lo quieran o no, pero no todos los fotógrafos son periodistas y deben ajustarse a la realidad entendida por el periodismo.
ResponderEliminar"Parece ser que si la fotografía es capaz de ir más allá de las apariencias, entrar en una zona lírica o poética, esto se consigue mejor en blanco y negro."
ResponderEliminarParece ser: tú lo has dicho. Muchas de tus fotografías en color desmienten ese "Parece ser". Pero vale, los fotógrafos, como los escritores, elegís los recursos.
Visualmente potente y emocionalmente sugerente lo comprendo. Lo de intelectualmente adulta me chirría un poco, querido amigo. Lo adulto, y menos en estos territorios de la creación, no siempre es sinónimos de valioso o siquiera digno de ser tenido en consideración.
En fin, que tenemos que quedar.
Un abrazo fuerte.