19.2.17

Táboa Redonda: Repaso


Publicado en el suplemento  Táboa Redonda el día 19.02.2017



Repaso




"Por su cumpleaños, le he regalado a mi hija un álbum con fotos suyas desde que nació. Y el domingo me pasé horas colocándolas. Son un resumen de sus catorce años y, claro, es un recorrido por momentos estupendos. Como estupendo fue hacerlo. La tarde era perfecta: fuera hacía viento y frío y, si no llovía, lo parecía, y dentro sonaba el todavía bastante romántico Mahler en Radio Clásica, en un especial de “El mundo de la fonografía” dedicado al recientemente fallecido José Luis Pérez de Arteaga, al que echaré de menos.

Incluso a mí, que aunque no lo parezca tiendo a la melancolía, ese repaso me hizo pensar que al final hemos sido bastante felices. Y pensaba también –la verdad es que la actividad de pegar fotos, agradable como es, mentalmente no demanda gran cosa, para qué les voy a engañar- que esa felicidad ha sido posible porque hemos tenido suerte, sí, pero también porque la hemos trabajado; que los buenos momentos llegaron porque procuramos encontrarlos. Hubo veces en que dudamos, en que nos atascamos y dimos pasos atrás, pero muchas otras nos atrevimos. Y casi siempre salió bien. Avanzar no siempre significa andar: en ocasiones lo fácil es dejarse llevar por la propia inercia o por el entorno y, lo difícil, comprender que es mejor quedarse quieto, o regresar a algún sitio. Pero, de un modo u otro, siempre hubo momentos de esfuerzo, de tomar decisiones y apostar por ellas.

Va a sonar un poco paulocoelhiano, pero debe de ser cierto que no hay peor arrepentimiento que el de no haberlo intentado. Cualquier error puede ser decepcionante, pero nada da tanta sensación de haber desaprovechado nuestras oportunidades como no habernos atrevido a buscarlas.

No supe cómo acabaría todo y pasé miedo. Pasé miedo y no sabía si valdría la pena siquiera dar los primeros pasos de lo que parecía un mundo. Pero creí que aquella era sin duda la gran prueba de mi vida. Y fui juntando ramitas, y colocándolas poco a poco. Y no hay nada de lo que me sienta tan orgulloso como de haber sido capaz de construir este nido."


* * *

11 comentarios:

  1. Me encanta leerte Portorosa, esos pensamientos en alto me producen una catarsis emocional muy agradable.

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  2. Un millón de gracias, Fran. Para que me digan cosas así escribo.

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  3. ¿Que "aunque no lo parezca tiendo a la melancolía"? Esto... Sí que lo parece. Mucho. Y no voy a caer en el tópico regional, es que eres así. Punto y aparte.

    Tus ramitas, tu ejercicio de reunirlas poco a poco, han dado resultado. Pero,¿catorce años? Mi querido almirante, desde el trabajado y aún no terminado océano pacífico te digo: todavía no has atravesado el Cabo de Hornos. Claro que tienes la suerte de que tu primera nave es femenina. Lo sabes bien: ellas son muy listas y valientes. Buena travesía, gracias por estos textos y un abrazo fuerte.

    Jesús

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  4. Es Ud. un padre orgulloso, consciente y responsable, resplandece y se manifiesta su amor paterno, y su felicidad y esperanza en la justa recompensa de un padre orgulloso de una obra bien hecha. ¡Felicidades!
    En comparación con su felicidad y paternidad responsable imagino el apuro y desespero del padre en la siguiente noticia publicada en este número 35.607 de El Progreso de LUGO del domingo
    http://elprogreso.galiciae.com/noticia/664414/sale-de-la-carcel-e-intenta-colarse-en-el-hula-la-fuerza-para-ver-su-hija
    Cuando su hija le convierta en abuelo, seguramente valorará mayormente y en su justa medida, todo el esfuerzo en la guardia y custodia de esas entrañables fotografías, con las que le demuestra el cariño y valía de su amor paternal a lo largo de esos catorce entrañables años y que continuarán mientras la vida lo consienta y permita.

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  5. Mi hija, Manolo, adora las fotos (algo que yo ya sabía, lógicamente), y el álbum le ha encantado. Aunque es verdad que con el tiempo lo apreciará todavía más.

    Jesús, siguiendo con el perfil regional, lo de la melancolía era irónico :)
    El texto es un poco críptico (en parte porque tiene que ser corto y, como de costumbre, no podía explicar todo), pero al final, de lo que hablo (a pesar de haber empezado con Paula) es más de mi vida familiar post-separación. Fue eso lo que me dio miedo y me propuse hacer, a pesar de todo: lograr volver a construir un hogar, un verdadero hogar; no uno de paso, ni limitado ni un mero decorado, sino un hogar de verdad. Que mis hijos nunca tuviesen otra sensación que la de estar en su hogar con su familia, estuviesen en la casa que estuviesen.
    Y tuve muchas dudas y mucho miedo, ya te digo. Pero pensé que nadie lo iba a hacer por mí.
    Y funcionó. Ya sé que funcionó.

    Al tema niños y su evolución, como bien dices, aún le queda mucho :)
    Un abrazo.

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  6. Nunca suenas paulocoelhiano, ni aún queriendo. Es una suerte :-) Creo que sobran unas comillas al principio (o no veo donde cierran). Y felicidades por estos 14.

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  7. Muchas gracias, Madre.

    Besos.

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  8. A mí también me ha llegado el texto. Quería ponerte algo bonito, pero todo me sonaba cursi y dramático, así que voy a ser muy simple: Suenas bien y me alegro mucho, muchísimo, por ti. Beso gordo.

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  9. Muchísimas gracias, Mary.
    Sé que te alegras, de verdad.

    Besos gordo.

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