Yes we are: Vicedo 2015
El miércoles 15 llegamos a Vicedo. Creo que nunca habían venido con tantas ganas, los niños, después de un año sin volver.
Los dos primeros días Marta se volvió a casa porque tenía que trabajar, pero ya estamos los cinco.
La primera mañana me saludan, en el mismo cruce, cuatro señoras del pueblo. Vamos a la compra y a tomar un café a Oliva, donde los niños juegan a las cartas mientras yo hablo con ella, que dice que últimamente se fatiga mucho. El café me encanta.
Todos los días me levanto a las siete y estudio hasta las nueve. A esa hora llega el pan, salgo a por él, me pongo el bañador y bajo a la playa a bañarme. La luz a esa hora suele ser esta:
Lo mismo de siempre, lo que venimos a buscar cada año, sigue igual y no deja de maravillarnos.
También es siempre lo mismo salir a nadar y dejarme mecer por el agua mientras miro alrededor. Y sin embargo cada vez parece superar la anterior, y no acabo de dar crédito ante tanta belleza.
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