4.6.15

Habas cocidas

Una de las razones por las que hace años decidí hacer un doctorado fue la posibilidad de que me permitiese acceder al mundo académico como colaborador más o menos frecuente, bien en forma de artículos, bien participando en lo que fuera que se organizase sobre el tema. Buscaba abrirme una puerta, no exactamente laboral, sino a una actividad que supusiese un aliciente (intelectual) para mí.

La semana pasada, y aunque todavía no he ternimado mi tesis, participé por primera vez en una especie de congreso, en Madrid, presentando algo así como parte de un capítulo de ella.

A priori, creía que podía volver: a) encantado con todo y conmigo mismo; b) impresionado con todo y avergonzado de mi papel, o c) decepcionado con lo que me iba a encontrar. Ahora, pensándolo mejor, me parece que la opción a no era posible (un poco en la línea de Groucho Marx y su opinión sobre un club que lo admitiese como socio), pero bueno, el caso es que la resultante fue la c: me pareció que aquello era básicamente un producto de autoconsumo, con bastante autobombo y poca aportación real útil a nada. No todo, hubo cosas interesantes, pero el caso es que algo fallaba. Para empezar, que si no hay receptor el mensaje sobra, sea como sea.

En fin, era mi primer contacto, pero espero encontrarme algo más que esto en el futuro. Supongo que en realidad habrá de todo, como en todos lados; y quiero creer que uno, si quiere, puede elegir bien dónde ir (sobre todo si su sueldo no depende de ello), o por lo menos elegir bien dónde intentarlo.


Por delante, y con un paréntesis vacacional, tengo cinco meses de trabajo a marchas forzadas. No tengo ninguna duda de que voy a conseguirlo, pero tampoco de lo hasta las narices que voy a acabar.

Una de esas razones para meterme en esto se cumplirá con el mero hecho de terminar. Otra ya se ha ido cumpliendo por el camino. Y el resto, ya veremos si eran fundadas.


8 comentarios:

  1. Ánimo! Hasta la victoria :)

    ResponderEliminar
  2. Ánimo, ya queda muy poco. Aquí te dejo algunos consejos:

    http://www.englishproofreading.co.uk/resources/4

    Beso gordo.

    ResponderEliminar
  3. Gracias, chicas.

    Mary, ¿y qué me dices de la decepción?

    ResponderEliminar
  4. ¿Qué digo de la decepción? Pues que no me sorprende. Creo que si me hubieses preguntado antes de ir que pensaba yo que iba a ocurrir muy probablemente hubiese apostado por la c).

    Creo que tienes (tenías?) una visión muy idealizada del mundo académico. Hay cosas interesantes, claro, pero también hay muchas, muchísimas, absolutamente prescindibles. Conferencias, congresos, mesas redondas que se organizan con ánimo de lucro o simplemente para que algunos puedan/podamos engordar un poco más el currículum o justificar la “relevancia” de nuestro trabajo.

    Dices que si no hay receptor el mensaje sobra. Yo diría más bien que no hay receptor porque el mensaje carece de interés, porque muchas veces ha sido creado de forma artificial, buscando únicamente la publicación que pueda servir de aval al trabajo.

    Pero bueno, no quiero ser pesimista, como tú bien dices, hay de todo, como en todas partes. Se trata de elegir bien en qué círculos nos movemos, rodearse de gente interesante de la que se pueda aprender (que también la hay, y mucha) e intentar que nuestro trabajo esté impulsado por las motivaciones adecuadas.

    ¡Buen fin de semana chico!

    ResponderEliminar
  5. Bueno, pues lo has explicado perfectamente y lo has dejado clarísimo.
    Intentaré tenerlo en cuenta.

    Beso gordo.

    ResponderEliminar
  6. Herederi estuvo 8 años trabajando 10-11 horas diarias en su tesis 6 días a la semana. El penúltimo año, con medio agosto de vacaciones; el último, sin un solo día.

    La noche en que celebrábamos la lectura de la tesis hicimos un aparte y me dijo: "¿Sabes lo que he aprendido de estos 8 años, padre? Cómo no se hace una tesis, cómo no se investiga. Un mes después cruzó una puerta, se sentó ante una mesa y desde entonces realiza un trabajo lleno de sentido.

    Estás a cinco meses de cruzar esa puerta. A un doctorando le es difícil entender que está haciendo el aprendizaje final, imprescindible. Hasta que cruza la puerta.

    (No me hagas caso hasta dentro de 6 meses: ahora te toca sufrir).

    ResponderEliminar
  7. Yo, sin embargo, al releerme, creo que he dado una visión un poco injusta, bastante pesimista y parcial. De todas formas no es un tema fácil de explicar en unos cuantos párrafos, así que ni siquiera lo voy a intentar. Ahora solo me gustaría remarcar (de nuevo) que, a pesar de sus grises, creo que es un mundo lleno de posibilidades, donde se puede conocer a gente muy interesante y encontrar muchos proyectos en los que merezca la pena trabajar. En resumen, que creo que haces muy bien en seguir perseverando con este tema. Lo dicho, ¡ánimo!

    ResponderEliminar
  8. Pues ahora sigue estando claro pero me deja más animado, Mary. Gracias.

    Ahora a sufrir, sí, NáN. Creo que he aprendido bastante con el doctorado; aunque aún no sé qué.

    Abrazos a los dos.

    ResponderEliminar