14.4.11

Abril III

Acabo de ver Paseando a Miss Daisy, por primera vez. Me ha gustado mucho. Y qué grandes actores, los dos protagonistas. Me ha resultado un poco triste, porque el tiempo pasa, en ella.

Vengo pensando cosas funestas en el coche, y me encuentro con este post de Jesús, en el que él, NáN y Teresa hablan del miedo, y en concreto del miedo a la muerte. Yo le tengo miedo, y mucho. Supongo que por más cosas, pero cuando pienso en ella solo veo una: el dolor insoportable de la despedida definitiva.

Mi madre dice que a veces tiene miedo de que suceda algo malo. Que le pasa desde hace tiempo, y que ese temor llega a angustiarla. Y a mí, en ocasiones, me viene a la mente la posibilidad de que les ocurra algo a mis hijos; la posibilidad de que pudiesen llegar a morirse (antes que yo, quiero decir, aunque la verdad es que pensar en su muerte a otra edad no me deja mucho menos triste). Trato de quitarme esa idea de la cabeza, trato de pensar en cualquier otra cosa, pero no siempre puedo. El pozo sin fondo, inimaginable, que intuyo, está más allá de cualquier descripción. Claro.

Comprendo que no hay absolutamente ninguna buena razón para pensar en eso.

Les decía que esperaba la confirmación de una gran noticia para mí. Y creo que ya puedo decir que es segura. Se trata de algo muy importante, que me van a permitir que no cuente. Tan solo les diré que cuando ayer se lo expliqué, más o menos, a mi hija Paula, su contestación fue una verdadera lección: su relación conmigo está demasiado clara como para necesitar que nadie le ponga nombre o le diga lo que ella ya sabe. Me hizo sentir muy tonto y muy contento a la vez.

Buenas noches.

12 comentarios:

  1. Enhorabuena entonces, y siga aprendiendo de sus hijos.

    En cuanto al miedo a la muerte, se alimenta de ese miedo a lo desconocido (dicen que quien la conoce -por mi zona algunos han vuelto de entre sus brazos- le pierde el miedo y se resigna, contento, ante lo inevitable) y algunos que reflexionan sobre ella dicen siempre lo msimo: que no condicione tus actos, ya sabes que llegará, aunque no cuándo. Ya saben: tempus fugit.

    Saludos desde la irónica y caduca realidad.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Irónico.

    Sí, sin duda. O al menos que no los condicione para mal, sino tan solo como recordatorio para disfrutar, para aprovechar. Pero es difícil, a veces.

    ResponderEliminar
  3. Perdonen que me inmiscuya. Hay algo peor aún que la muerte: la muerte en vida. Bien sea desde un coma irreversible hasta una ausencia sin certeza (personas que desaparecen por arte de magia).

    Para mí la muerte no es nada, es un clic y ya está. Lo que de verdad me da pavor es el sufrimiento que pueda existir antes. No he leído la conversación entre Nán y Jesús, pero igual va por ahí... (ahora la leo).

    La muerte, creo, es mala para los que se quedan, ese vacío que te deja el ser querido o conocido es incomensurable y negro como la pez. Es terrible. Pero de repente uno reflota y todo el dolor de esa pérdida se traduce en buenos recuerdos y sonrisa cómplice, aunque algo tristona.

    Besazos y no se agobie, hombre, que parece que las cosas o la cosa le empieza a ir bien. Y yo me alegro, claro.

    ResponderEliminar
  4. Enhorabuena por la feliz resolución del misterio.

    http://madredemarte.wordpress.com/

    ResponderEliminar
  5. Tambien a veces me da miedo pensar en la muerte y mis niñas, por lo mismo no pienso nada o me dijo a mi misma " lo que tenga que suceder, sucedera y ya esta ".

    Por otro lado... esta bien no preguntare, aquello que esperabas y que te han confirmado, pero intuyo que es muy importante que cada uno sepa cual es el lugar de cada cual y que los amores y sentimientos son unicos para cada uno

    ResponderEliminar
  6. Cal, la muerte y la muerte en vida, como calamidades -lo ciento, pero es lo que cuadra-, las vemos desde el punto de vista de quienes quedan, no de quien las sufre. Sin embargo ambas posiciones tienen como común denominador lo aleatorio y lo inevitable de su acaecimiento, su imprevisibilidad y que no hay nada que podamos hacer. Sin embargo, cuando sucumbimos a su temor, cuando nos condiciona y nos entierra en vida, ahí sí hay un elemento subjetivo que depende de nosotros.

    Saludos desde la irónica y festiva realidad -hoy empiezo las vacaciones-.

    ResponderEliminar
  7. A mí me da pavor.

    Me alegro de lo otro, del secreto.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Thomas Bernard dijo en una entrevista: "La vida es maravillosa. Pero lo mejor de todo es que no dura para siempre".

    ResponderEliminar
  9. ¡Enhorabuena!

    Por la noticia.
    Por las lecciones de los hijos.
    Por saber aprender de ellos.

    y gracias por el sms del viernes

    un beso

    ResponderEliminar
  10. Viajando por internet he llegado a tu puerto y veo una vez más que en todos los lugares se aprende algo...enhorabuena por tu página...un abrazo desde azpeitia

    ResponderEliminar
  11. Gracias, por lo del secreto.
    Y de nada, ETDN.

    No estoy de acuerdo con Bernhard (lo cual no quiere decir exactamente que piense lo contrario, claro).

    Azpeitia, gracias y bienvenido.

    ResponderEliminar
  12. Ponte un poco al día, que Mis Daysy está un poco pasada la pobre.

    ResponderEliminar