19.2.10

Sol

No tuvo el toque genial que le confería al caso de Alvy Singer su (o al menos así lo veo yo) trasfondo metafísico, pero a mí, cuando tenía ocho o nueve años, me pasó algo que se le pareció.

Mi (querido y añorado) tío, una noche en la que vino a cenar a nuestra casa, se sentó en mi cama y, no sé cómo, acabó explicándome que el Sol llevaba unos cinco mil millones de años funcionando tal y como lo conocemos, y que le quedaban otros tantos. Y que después se transformaría, dejaría de ser el que es, y la vida (aquí) se extinguiría y la Tierra dejaría de existir.

Ante su estupor, me puse a llorar, y todos sus razonamientos no conseguían consolarme.

14 comentarios:

  1. Hombre, Portorosa, no se amohine usted. Siendo egoístas, tenemos suficiente con que nos dure unos 50 años más. Y si explota todo, a mí que me pille tumbado en mi toalla en el Vidreiro.

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  2. Está bien. Aunque le advierto de que de poco le iba a valer la crema protectora...

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  3. Hummm... Me parece bastante más metafísica tu historia que la de Alvy.

    Espero que ni tú fueras como Alvy, ni tu madre como la suya ni tu pediatra como el suyo.

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  4. No, creo que ninguna de las tres cosas.
    Bueno, lo mío era pena por las personas, ni más ni menos. ¿Eso es metafísico?

    Un saludo.

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  5. Es como en tu postio anterior. Explicar cosas a los niños te lleva a enfrentarte a su lógica en estado puro. Puede ser agotador, pero siempre gratificante. Y, bueno, no deja de ser un entrenamiento dialéctico de primer orden.

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  6. Disfrazado de broma, el pediatra de Alvy le da uno de los mejores y más profundos consejos que se le puedan dar a nadie. Lo malo es que para cuando lo entienda un poco habrá pasado demasiado tiempo.

    "Pena por las personas". Esa forma de ser viene de fábrica, se lleva en los genes. Atando cabos veo que en eso no has cambiado mucho.

    Un abrazo

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  7. ¡¡Metafísica pura,
    puro Aristóteles!!

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  8. O sea, que a tan temprana edad usted ya intuía que iban a prolongar la edad de jubilación.


    Sirwood

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  9. Qué niño más adorable. "Pena por las personas". La empatía es una cualidad que muchos no poseen.

    Algo parecido (en el aspecto metafísico) me sucedió a los siete años, cuando mi madre me explicó el concepto de infinito. El ejemplo, claro está, fue el Universo.
    Mi cabeza no estaba preparada. Todo lo que había conocido hasta el momento tenía límites. Me enfadé con ella, le dije que tenía que tener un final en algún lado, al igual que tenía un comienzo (que para mí era mi casa). Esa noche no pude dormir pensando en ello. Era algo que me venía demasiado grande para poder asimilarlo. Y durante unos días (bastantes) estuve dándole vueltas al asunto. Se lo comenté a una amiguita que, por supuesto, no me hizo el más mínimo caso. (Todavía tiendo a aburrir a mis amistades con cuestiones que a nadie interesan, jeje).

    Igual que me cuesta entender porqué un barco no se hunde, si está hecho de hierro. Si yo me hundo pesando 50 kilos, un navío también se tiene que ir al fondo, caramba. Me lo han explicado en plan Pocoyó y en plan master en Ingeniería y nada. (Hasta me da vergüenza admitirlo aquí, pero me da igual porque no me conocen).

    Y ya me voy por los cerros de Úbeda, así que buenas noches.

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  10. Yo estoy siempre con la madre de Woody Allen: "De acuerdo, el Universo se expande, pero Brooklyn no se expande y tú vives en Brooklyn".

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  11. También le dice que no es asunto suyo. Y con mucha gracia, claro, como si le dijera que si el niño del vecino se mete con él no le haga caso. Para eso es Allen.

    Buenos días.

    Sí, Pcbcarp, es alucinante. En bastantes ocasiones explicándole cosas a mi hija he conseguido entenderlas yo. Y nunca me canso.

    Hit, ¿a qué te refieres? De verdad que a ti no te hacía caso por pena, ¿eh? :D

    Last, pues tú sabrás, porque desde entonces (o poco después) no me has vuelto a ver, salvo aquí, donde no soy todo yo. ¿Era un niño adorable?
    Yo creo que lo era, pero no en cualquier sitio. Creo que bastante pronto comencé a comportarme peor de lo que habría podido... Creo que mis sentimientos daban para más.
    Aunque supongo que ahora me pasa lo mismo. Que desde entonces es así.

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  12. Todavía puedo describir a cada uno de mis compañeros con bastante exactitud.
    Tú eras el niño con la mirada más serena. Transmitías tranquilidad. Y además recuerdo que eras muy aplicado. Y puestos a echar flores, también eras muy lindiño. Vamos, un solete.
    Adorable... pues es un término que vengo utilizando desde que soy madre, más o menos, pero estoy segura de que lo eras.

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  13. Gracias :), muchas gracias.

    Lo necesitaba.

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