22.5.08

John Cheever, Diarios

Llevo tiempo leyendo, a la vez que un par de libros más, los Diarios de John Cheever.

De Cheever había leído hasta ahora la recopilación de relatos La geometría del amor y, hace muy poco, su novela Bullet Park. Me parece un magnífico escritor, un gran escritor.


Con estos Diarios me está pasando lo que con algún otro libro que me encantó y sin embargo me costó leer, como El Danubio, de Magris, y El libro del desasosiego. Son libros densos que requieren una lectura lenta, creo yo (al menos a mí me hace falta), si uno pretende no perderse nada. Y por supuesto son libros donde no hay ningún hilo que tire de ti, ningún final al que llegar, donde uno sigue leyendo exclusivamente por el placer de cada página leída.

En concreto, con El libro del desasosiego le veo más cosas en común: te partes de risa con los dos... No, en serio: son tristes, tristes de carallo; magníficamente escritos, desde luego, y lúcidos, muy lúcidos, pero con una lucidez que jamás se pretende objetiva, una lucidez... ¿íntima?, ¿interior?, que se mueve entre los límites de unas circunstancias personales (entre las que sobresalen la insatisfacción de fondo y un enorme desencanto vital) de las que el autor es plenamente consciente.

Anoche, al doblar la toalla de manera que se viera la inicial bordada, me pregunté qué hacía [yo] allí.

Estoy cansado, pero ya pasará. Amo el cuerpo de mi esposa y la inocencia de mis hijos. Nada más.

Cheever sufrió, fue desgraciado, y en el libro queda claro. Y aunque no habla sólo de él, claro, sino de los suyos y de su mundo, se ve, como todos, en cada cosa que mira.

...pienso en ellos como marido y mujer, mudos, unidos por la conciencia de compartir una tragedia, un estrepitoso fracaso, pero que seguirán juntos por amor a los hijos y respeto a la ley. Sé que (...) el crimen inconfesable que comparten sólo es consecuencia de sus idas y venidas habituales, una palabra desagradable aquí, una desilusión allá...
Estoy todavía muy por el principio, apenas un cuarto del libro, y supongo que tardaré en acabarlo, pero sé que me entristecerá y me hará disfrutar mucho, y que me dejará huella.

Se lo recomiendo. Y todo Cheever.

12 comentarios:

  1. no he leído los diarios de Cheever, pero me empiezan a entrar ganas. de El Danubio y de El libro del desasosiego disfruté -si se puede decir así- en su momento. de hecho, el de Pessoa se convirtió hace tiempo en libro de cabecera. ahí está, en la mesilla. de vez en cuando -cada cuatro o cinco meses-, lo retomo y voy leyendo alguna cosa suelta. es cierto que son dos libros de lectura lenta y difícil.
    otro que me estaba gustando pero que, por lo denso, tengo a medio leer hace años es El oficio de vivir, de Cesare Pavese.
    caníbal

    ResponderEliminar
  2. Yo lo leí hace un año (más o menos) y me gustó mucho. Aunque es un libro que te deja mal. La lucha continua contra sí mismo, su sinceridad, el darte cuenta de que es una persona con un gran potencial y, sin embargo, tremendamente infeliz, todo eso te deja un poso amargo.

    Qué lo disfrutes (en cualquier caso)!

    ResponderEliminar
  3. Es un libro que me gustó munchísimo al leerlo por primera vez. Es de esos que impactan. Cómo Cheever era escritor siempre, hasta cuando hablaba de sus más hondas intimidades...

    Luego he vuelto a releerlo a trozos, en varias ocasiones. Me parece un libro tristísimo, aunque temga momentos hilarantes, como cuando asiste a las reuniones de Alcohólicos Anónimos.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Hay quien lee con la misma rapidez con que mira, y concluye sin haberlo visto todo.....Soy como una historia que alguien hubiese contado y, de tan bien contada, anduviese carnal, pero no mucho, en este mundo novela, en el principio de un capítulo: "En este momento, se podía ver a un hombre avanzar lentamente por la calle de...
    "¿Qué tengo yo que ver con la vida?"

    Del desasosiego de Pessoa...no sabés cómo me gusta!!!!!!

    y hay un texto -por ahí que dice:

    "No quiero que la lucidez me cueste la alegría, ni que la alegría suponga la negación o la ceguera, pero no me es fácil."

    Así al menos fluctúa mi vida...un querer ver y no...bueno así...

    *es que el mundo es un habitat tan difícil....
    *y si cada casa también es un mundo mhmmm

    *y si cada uno de nosotros es tambien un cuasi universo.....

    sin palabras...

    ResponderEliminar
  5. Buenos días.

    Tomo nota (no es la primera vez que lo oigo poner muy bien), Caníbal. Y bienvenido.

    María, ¿eres mi María u otra?

    Un saludo, Luz tenue. Es una alegría verte aquí.

    Alter ME, esto,

    No quiero que la lucidez me cueste la alegría, ni que la alegría suponga la negación o la ceguera, pero no me es fácil.",

    me parece magnífico. ¿No sabes de dónde, o de quién, es?

    ResponderEliminar
  6. Sr de Portorosa...

    Ud tiene un mensaje en su correo personal contestando sobre la frase en cuestión.

    ResponderEliminar
  7. Hola Porto,
    Cheever es de los grandes, eso está claro.
    ¿Has leído "El nadador", uno de sus cuentos? Es genial (y además obsesión recurrente de Rodrigo Fresán, otro de mis favoritos).

    Yo tengo sus cuentos completos en dos volúmenes y siempre disfruto mucho cuando los leo.
    Aunque esa conexión entre la genialidad y la infelicidad me hace reflexionar. Con los años se gana en lucidez y es muy difícil no convertirse en un cínico o en un amargado.

    Un abrazo,
    X.

    ResponderEliminar
  8. Alter (porque supongo que eres tú), lo miraré en cuanto pueda (no tengo acceso fácil a mi correo, últimamente). Gracias.

    Sí, X., he leído "El nadador". Sobre la relación lucidez-infelicidad podría decirte muchas cosas, todas en esa línea, no en vano tengo una vena melancólico-pesimista; pero creo que en este caso la infelicidad de Cheever tiene motivos mucho más concretos, que empiezan en su infancia (como los de casi todos, como bien sabemos los psicoanalófilos, mal que te pese) y tienen en su atormentada sexualidad (homo, no reconocida abiertamente ni a sí mismo, parece ser) el punto álgido. Así que no te preocupes mucho, Xavi, puedes seguir siendo lúcido sin demasiado miedo.

    Un abrazo, y buenos días a todos.

    ResponderEliminar
  9. Bueno ....acá te paso la dire de un personaje eextraordinario y el texto del cual extraje la frase....Mirá el video que es una maravilla....se llama "que me palpen de armas"

    http://escritosrene.blogspirit.com/archive/2008/05/15/que-me-palpen-de-armas.html

    Saludos...

    y sí era yo ALTER

    ResponderEliminar
  10. Me pasó algo parecido con "La geometría del amor".

    Fíjese que lo saqué de la biblioteca de mi barriada para dos semanas y tardé año y medio en devolverlo.

    Creo que el bibliotecario me miró mal, aunque no estoy seguro, porque es vago de un ojo.

    ResponderEliminar
  11. Martín, bienvenido.
    Me he pasado por tus blogs, ya, y me han gustado, así a primera vista. Así que tal vez nos volvamos a encontrar.

    Que conste que, aunque todavía no lo he acabado, he cogido ya un ritmo aceptable, con el libro.

    ResponderEliminar