Jalogüin
Imagínense que un sábado a las ocho de la tarde se cruzan con un Elvis, con su traje blanco con lentejuelas, pantalones de campana y chorreras, su tupé y sus patillas, que lleva en una mano una calabaza hecha monstruo, en la otra una bolsa llena de castañas asadas, y como puede va comiendo bolla de patrón.
Pues era yo.
Aparte de la risa que me provoca, tengo que imaginar muchísimo....
ResponderEliminarPues como te lo cuento.
ResponderEliminarUn beso.
Pues que gracioso eres portorosa.
ResponderEliminarMuy hortera desde luego,pero se puede perdonar por la manera que te describes.Es más,casi toca la genialidad.Muy Tarantino.Otro no lo hubiera hecho.
ResponderEliminarSaludos.
Fue la velada friki de mi vida, desde luego.
ResponderEliminarUn saludo (y bienvenida, Enma, que creo que no te conocía).
muy propio si señor...aunque bastante alejado de su imagen...hace unos días también yo fuí vestido de noble del s. XVIII por ahí...lo mejor es lo digno que se pone uno,no?
ResponderEliminarun fuerte abrazo
pd.me encanta "la traducción" de la palabra americana