25.2.06

Crónicas de Bretaña.

[Para Amanda, para que no me riña por vago, con cariño]

No sé ahí, pero aquí es sábado por la tarde y llueve.

"Bretaña es una tierra muy peñascosa por el lado del mar, pero se abre en amplias planicies, valles estrechos y alegres oteros, por donde se une a Francia. Es tierra muy viciosa de caminos, puesto que en ella, amén de la gente natural del sobremundo, andan fáciles y vigilantes pasajeros, gentes de las soterradas alamedas, finados verpertinos, fantasmas, huestes caballeras, ánimas redimiéndose de penas; las más de ellas, gentes difuntas a las que alguna paulina niega descanso. Las hieren los vientos y las noches por los innúmeros caminos, hasta que sólo queda de ellas un aliento frío. La imagen última que de Bretaña uno conserva es la de una vieja encendiendo los candiles de hierro de un calvario de piedra, en las afueras de una villa amurallada, al atardecer. Llovizna un poco. Pasa un viento silbador que apaga las débiles lucecillas. La vieja se santigua y reza un padrenuestro por el alma del difunto señor vizconde de Klöemel, que acaba de cruzar a caballo. Los vivos en Bretaña conocen si los aires que corren son de muertos o no, y le sacan el sombrero a una brisa de mayo, porque adivinan que se trata de la hermosa Ana de Combourg que pasa sonriendo entre las verdes ramas de los abedules. Hay mozos que se enamoran de un aire. Dentro de las amuralladas villas, en los viejos pazos y castillos almenados, en Rennes o en Dinan, en Combourg o en Caradeuc, los sonoros celtas conversan en torno a la lumbre que se encendió hace dos mil años, sobre la guerra en el mar, las batallas de Hannover, los pleitos de familia, los enamorados de otrora. Y las llamas que queman el roble viril y testigo, nadan pueden contra estas transeuntes memorias, de hilos que nadie sabe de qué ovillo proceden, ni quién teje con ellos. Por los caminos de Bretaña va la danza macabra empujando vientos, y la más diminuta flor que nace en abril, a la vera del camino, ignora si va a ser llevada al cabello de una niña o pisada por el pie de un esqueleto que salta al frente de la hueste, guiando el paso que denominan l'embrasse y es un momento de amor en la gallarda."

(Prólogo a Las crónicas del sochantre, Álvaro Cunqueiro)

"Sepan los bretones que lean este libro que el Autor no ha viajado por su tierra, y todo lo que aquí, en estas Crónicas se cuenta de ella, está tomado de mapas, de libros de viajes, de lecturas de Chateaubriand y de Le Goffic, de algunas historias de ciudades y de cartas ejecutorias de las nobres familias, (...). El campo y las ciudades, los ríos y los vados, los caminos y las ruinas, los he pintado del natural de la tierra mía, Galicia, siendo ambos, el bretón y el galaico, reinos atlánticos, finisterres, parejos en flora y fauna, y provincias vagamente lejanas.
(...)
Para un gallego, las historias bretonas de fantasmas, brujas, mendigos, santos y héroes, tienen el sabor de los suyo propio... Mirando me quedo en un espejo cómo pasan vientos y nieblas; igual puedo decir: "Ahora pasa, verde y silenciosa, Bretaña de Francia". Por lo fácil que me resulta considerar a Bretaña país de la imaginación y no tierra real, y no es ajeno a ello el que se llamara también Bretaña el país asombroso del rey Artús. En el fondo del espejo brilla una lucecilla azul y yo, en vez de averiguar si alguien detrás de mí ha encendido una lámpara, digo sin más que es un fuego fatuo en el claustro derruido de Saint-Efflam-la-Terre, y escojo este lugar porque se llama la Terre, la Tierra, y lo encuentro tremendamente significativo. Como casi todo en Bretaña, en esta Bretaña que yo descubro en mí y en la que quizás un día se encuentren habitando los lectores bretones de estas Crónicas. No sería la primera vez que el sueño del poeta hace la isla."

(Epílogo para bretones, del mismo libro)
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Talento literario al margen, creo que el atractivo que uno encuentra en Cunqueiro depende mucho del carácter, de la naturaleza de la propia sensibilidad, de si se es amigo de soñar y de la íntima tendencia a la melancolía.
No me parece una tontería pensar, aunque no falten ejemplos a mi alrededor que me lo rebatan, que si uno vive junto a un mar infinito en una tierra de verdes campos y montes suaves, y cuando sale a andar lo hace bajo una lluvia lenta y un cielo gris, acabe siendo de una determinada forma.
A mí me gusta esa forma de ser, y la siento mía. Como siento mía y amo la Galicia de Cunqueiro, aunque, como su Bretaña, por desgracia tampoco sea real.

17 comentarios:

  1. "El sueño del poeta hace la isla". Eso es. Es un texto tan hermoso, querido amigo, que me da vergüenza estropear su eco colgándole la rémora de este pobre comentario. De un modo misterioso, siempre está uno volviendo a Cunqueiro, ¿verdad?. Nos lleva enhebrados con el hilo de la melancolía, ristra de almas lluviosas.

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  2. (No sé por qué temes que te regañe por vago, nunca lo haría).
    A un comentario le diste una respuesta, de esa respuesta ha salido esta reseña. Puede que estés sentado en una silla, milord, pero la cabeza la tienes en movimiento.
    No sé cómo agradecerte el detalle de dedicarme estas palabras. Aunque quizá sí, leyendo 'Las crónicas' entera. Entonces posiblemnete te lo agradezca más.
    Gracias, milord, gracias de corazón.

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  3. Maravilloso, ¿verdad, Ernesto? Poco más podemos decir, que no sepamos. Disfrutemos.

    Amanda, no, si no temo, nada de lo que veo de ti me hace temer. Por eso son más sinceras las disculpas que te pido (y que los demás no comprenderán, quizá).
    Ha sido un placer, un verdadero placer, copiar estos textos para ti. Y te aseguro que si lees el libro (o cualquiera suyo, pero éste es un buen comienzo), que además creo que es perfectamente conseguible, el placer será tuyo.
    Un beso muy grande, milady.

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  4. Buenos días portorosa: Ha sido una bonita manera de alegrarme la mañana. Encantada.
    Besos

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  5. Buenos días, Puerto. Me alegro; besos, y que tengas un buen domingo.

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  6. Qué agradable paseo. En Ouessant, isla bretona, tiene una casa Yann Tiersen. Acerca de Bretaña, Tiersen dice: "Es el lugar al que voy cuando no tengo ideas. Un lugar lleno de amigos, donde, si las cosas no salen, voy a emborracharme al bar de la esquina." Por suerte para los que nos gusta su música, las cosas sí salen.
    Un beso.

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  7. ¿Acaso alguna tierra lo es?

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  8. Hola, Princesa. La verdad es que apenas sé nada de Tiersen, aparte de Amelie, pero Bretaña me parece muy atractiva, aunque me tema que, como casi todo, de cerca perderá bastante (es inevitable).

    Y esto último supongo que tiene que ver con la críptica pregunta de Innes. Me imagino que quiere decir que qué tierra no es irreal, pero no estoy seguro.
    Desde luego, no hay tierra querida que no esté, al menos en parte, idealizada; sobre todo si se quiere desde lejos. A mí eso me ha pasado con la mía. Pero me refería a una irrealidad aun mayor, mayor que la que resulta de una visión subjetiva y parcial: Cunqueiro no cuenta toda la verdad ni por asomo (ni falta que hace), y cuenta mucho, muchísimo más que la verdad (afortunadamente).

    Besos.

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  9. "A mí me gusta esa forma de ser, y la siento mía. Como siento mía y amo la Galicia de Cunqueiro, aunque, como su Bretaña, por desgracia tampoco sea real".

    Sí, Portorosa, me refería a eso. Torpemente traté de responder a la última frase de tu texto. Me gustó, y cuando acabé de leerlo, como única respuesta se me ocurrió eso: y qué tierra lo es. Pienso que cualquier país es una construcción mental con la que somos muy aficionados a fabular. Pero mi respuesta era más una cuestión poética que política o social. Y no sé si me explico. Sospecho que no.

    Un beso.

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  10. Sí, sí te explicas, Innes. Era lo que había entendido. Y creo que tienes razón.

    Besos.

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  11. No se alla en este momento, pero aca esta fresco y llovizna..anunciando un prematuro otoño......que pena, odio el frio...Muy bueno tu blog...deje por ahi tirados algunos comentarios....Un beso y un abrazo desde Buenos Aires (Argentina!!!)

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  12. Gracias, Juliette.
    Besos desde la otra orilla.

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  13. Portorosa,ay, me muero de sueño. Mañana vengo a leer tu, sin duda, gran texto (gracias Amanda por instigar a este escritor a que escriba).

    Besitos. C.

    PD. Mira, sí que he leído lo de tu nombre-título Portorosa con erre simple. Fíjate, así dicho, suena, no sé, diferente (un día hice una búsqueda de tu nombre, me confieso, y descubrí cosas muy curiosas). Buenas noches (dale un beso a ese encanto de criatura que es tu hija de mi parte).

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  14. Gracias, Calamidad. Me alegro mucho de verte.
    El nombre viene, en serio, del de un río (bueno, un riachuelo, más bien), el río de la aldea de mi familia paterna. Creo que ése no va a aparecer en Google.

    Un beso.

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  15. Anónimo1/3/06 13:36

    Ya estoy aquí de nuevo. Anoche no me equivocaba: es un grandísimo texto (nunca estaré lo suficientemente agradecida hacia ti por haber traído hasta mi biblioteca los libros de Cunqueiro, en serio). Ahora entiendo todo esto de Bretaña, Amanda y tú. Bretaña es precioso y mágico (como Galicia, claro. Ay, Santa Tecla, la recuerdo preciosa). Es como si de repente te fuese a saltar un elfo o una hada con alitas de mariposa por algún caminillo. Mágica (también tengo familia allí; los Fernández Cagigal somos una plaga, ji, ji.).

    Leyendo a Cunqueiro se me ha venido a la cabeza Juan Rulfo. He sustituido el desierto mejicano por los campos verdes de Bretaña/Galicia y parece que hasta he visto a Pedro Páramo buscando un no sé qué.

    Otro beso para ti, Portorosa. C.

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  16. Es un hermoso texto; no sé muy bien que más decir.

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  17. Jamás se me habría ocurrido, pero quizá no sea tan extraño. Por cierto, ¿tienes novedades laborales?. Un beso, Calamidad.

    Eso es mucho más que suficiente, Caboblanco, muchas gracias (de parte de Cunqueiro). Y bienvenido.

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