Charles dando ánimos.
Ayer, echando un vistazo en una librería, vi un libro de poesía de Bukowski, Escrutaba la locura en busca de la palabra, el verso, la ruta. Lo ojeé, y no pude evitar comprármelo.
Bukowski me encanta, me encanta, y aunque no suelo leer poesía (hecho éste que confieso me acompleja un poco, pues me hace dudar de mi sensibilidad como lector), creo que me va a gustar. Lo cierto es que sus poemas son muy particulares, muy (como dice el traductor y prologuista) “narrativos”.
Pues bien, al llegar a casa lo abrí, pasé una cuantas páginas, leí el prólogo y llegué al primer poema de la primera parte:
ASÍ QUE QUIERES SER ESCRITOR, ¿EH?
si no brota de ti a borbotones
a pesar de todo,
ni lo intentes.
a menos que te salga por voluntad propia
del corazón y la mente y la boca
y las entrañas,
ni lo intentes.
si tienes que permanecer horas sentado
mirando la pantalla del ordenador
o encorvado sobe la
máquina de escribir
en busca de palabras,
ni lo intentes.
si lo haces por el dinero o
la fama,
ni lo intentes.
si lo haces porque quieres
mujeres en la cama
ni lo intentes.
si tienes que sentarte y
rehacerlo una y otra vez,
ni lo intentes.
si sólo pensar en ello ya te cuesta trabajo,
ni lo intentes.
si quieres escribir como algún
otro,
olvídalo.
si tienes que esperar a que salga de ti
con un rugido,
entonces espera tranquilo.
si no llega a salir de ti con un rugido,
dedícate a otra cosa.
si primero se lo tienes que leer a tu esposa
o a tu novia o tu novio
a tus padres o quienquiera que sea,
no estás preparado.
no seas como tantos otros escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman escritores,
no seas soso, aburrido y
pretencioso, no te dejes consumir por el
narcisismo.
las bibliotecas del mundo
se han dormido de
aburrimiento
con los de tu calaña.
no lo empeores.
ni lo intentes.
a menos que te salga
del alma como un cohete,
a menos que creas que la inactividad
te llevaría a la locura o
al suicidio o al asesinato,
ni lo intentes.
a menos que el sol en tu interior te
abrase las entrañas,
ni lo intentes.
cuando de veras sea la hora,
y si estás entre los escogidos,
cobrará vida por
si mismo y seguirá cobrándola
hasta que mueras o muera
en ti.
no hay otra manera.
ni la hubo nunca.
***
Sé que hay opiniones de lo más sólidas y autorizadas que no coinciden con lo que aquí sostiene Bukowski, o al menos no del todo, y grandes escritores que aseguran que trabajan, perseveran, consultan, dudan, corrigen, vuelven a corregir y contemplan el folio o la pantalla en blanco durante horas (y, al parecer, detrás de la obra de Bukowski hay una labor mucho más ordenada y esforzada de lo que podría parecer al leerlo y, sobre todo, al conocer su -por otra parte, mitificada- vida).
Ya lo sé.
Y espero que tengan razón.
Venía a ver si aquí se notaba también el lío que tiene formado blogger, y veo que no, que tu plantilla sigue tal cual. La mía y ls de jesús aparecen del revés y con los tipos de letra alterados. Sigo mirando por ahí.
ResponderEliminarUfff
ResponderEliminarYa. Ufff, digo yo también...
ResponderEliminarYa, si ejemplos hay infinitos. Pero lo malo es que para B., según este poema, una cosa sí quita a la otra...
ResponderEliminarOh, Bukowski me apasiona. Su alter ego Chinaski, ese perdedor "encantador"... Un punto débil de mi persona es este escritor (aún recuerdo las risas que me eché yo sóla leyendo un relato suyo, creo que era '296 kilos' o así). No hay cosa que más me guste: que me pregunten por el libro que estoy leyendo cuando lo hago con Bukowski. Es entonces cuando levanto mi cabeza de el negro sobre blanco y digo, como quien no quiere la cosa, "ah, mira 'Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones' de Bukowski". Y me quedo más ancha que larga ante el estupor del curioso. :D
ResponderEliminarRespecto al tema que te (nos) preocupa, bien, estoy de acuerdo con el poema casi a pies juntillas, pero no creo que absolutamente todo sea fruto de una fuerza interior que te obliga a emborronar papeles a lo loco para no volverles a mirar de nuevo y que de ahí nazca la obra maestra. No, no, no. No me lo creo.
Un besote (¿te gusta Bukowski? Ja, nunca lo hubiera imaginado). C.
Me en-can-ta Bukowski, Calamidad. Ya ves, con mi rango y mi situación...
ResponderEliminarUn beso.
Quería poner florete y la mano me ha puesto estilete. Lo que hace el subconsciente... :)
ResponderEliminar¿Los floretes están afilados? Vale vale, ya me callo. Quédense con el primer comentario, que tan bonito me había quedado...
ResponderEliminarYo creo que un florete sólo "pincha", que no tiene filo.
ResponderEliminarLa verdad es que creo que tu opinión es mayoritaria entre los escritores; y, como he dicho, es un alivio (obvien el patetismo de estas afirmaciones completamente irrealistas) que así sea.
Un saludo, Glassy.
Todo lo que he leído de Bukowski -unas cosas me han gustado más y otras menos- me han impactado mucho. Es uno de mis poetas preferidos. En cuanto a lo de escribir... Comparto mucho de lo que dice, pero también sé que cada creador tiene su tempo, ritmo, método, estilo, etc. etc. Creo que las cosas -y el escribir, no es en esto distinto-, nunca son sólo blancas o negras, y, creo, también, qué más allá del método, de la disciplina, etc. existen fases en la vida de una persona, esto es, de un escritor, en la que también se escribe a borbotones y sumido en una locura creativa incontenible...
ResponderEliminarDe todos modos, adhiero más del 70 % de lo que dice...
Un saludo muy cordial.
Hannah
Pues yo opino lo mismo que Glassy y Hannah: como en tantas otras cosas no creo que exista un modelo para escribir, ni tampoco un contra-modelo. Lo que importa es el resultado, me parece.
ResponderEliminarUn saludo,
Jesús
Me alegro de verte otra vez por aquí, Hannah.
ResponderEliminarJesús, bueno, al final no te ha hecho mella; mejor.
Un abrazo a los dos. Que conste que creo estar de acuerdo con vosotros.
Pero, ¿de verdad defiende Bukowski la espontaneidad en ese poema? No lo veo claro, yo.
ResponderEliminarYo creo que Bukowski, en este poema (que supongo que no tiene por qué considerarse un reflejo exacto de su forma de escribir), defiende, ante todo, que para un verdadero escritor escribir debe ser una necesidad (el sol en tu interior te/ abrase las entrañas); y una necesidad tan abrumadora (a menos que creas que la inactividad/ te llevaría a la locura o/ al suicidio o al asesinato) e incontenible (si no brota de ti (...)/ a pesar de todo) que haga que la escritura se convierta en un acto incuestionable y tenga vida y voluntad propias, y que si hace falta coja al autor y sus circunstancias por las solapas y los zarandee pidiendo paso, saliendo a borbotones y como un rugido. Y, a partir de ahí, creo que él considera que, cuando eso ocurre, cuando estamos ante un acto tan sincero, no caben demasiados estudios previos, ni demasiadas correcciones y dudas posteriores, ni demasiada racionalidad, ni porqués complejos, ni por supuesto poses de ningún tipo (todo lo cual, excepto quizá esto último, se contradice con seguridad con la opinión de cientos de autores, quizá la mayoría).
ResponderEliminarAdemás, le pide a cualquier escritor en ciernes que no venga a aumentar la mediocridad, y que, si no vale, lo asuma y no escriba (lo cual me parece muy bien, como algunos de ustedes saben).
De acuerdo o no con lo que dice, la verdad es que el texto me parece brillante.
Un saludo a todos.
Ahí iba yo, amigo P. A mí me parece que lo importante para Bukowski es la necesidad, y en eso no puedo estar más de acuerdo. Sin hambre, sin afán no hay literatura.
ResponderEliminarQue luego la escritura salga a borbotones o tropezando es cuestión de cada uno, es técnica, y la téncia no es -no debe ser- decisiva.
Donde pone téncia debe poner técnica, claro.
ResponderEliminarSeré breve (trataré, trataré...). A mi Bukoswki...vamos que no (para qué nos vamos a engañar),no me acaba de gustar. Cuando leí "La máquina de follar" yo era muy jóven (ah! días de instituto) y me hizo gracia...pero hoy en día...lo que más me gusta de él es la defensa en un prólogo brillante de los libros de John Fante (éste si que me gusta, ¡coño! -con perdón-). Peeero este texto es ciertamente bueno. No sé si cree lo que dice...pero genera discusión, por eso me gusta.
ResponderEliminarDel fondo de la cuestión...miren, yo creo que genios haberlos los hay, porque es cierto que hay autores que con apenas quince años han sido capaces de escribir (con mayor o menor fortuna editorial, e incluso literaria) obras complejas que solamente (creo yo) pueden ser producto de una capacidad de imaginación y abstracción que a tan tierna edad no es razonable pensar que son fruto de una elaborada práctica o sistema de escritura. Con sus fallos, con sus manifiestamente mejorables aspectos (siempre los hay) indican que hay "algo" dentro de ellos que otros no tienen. Dicho esto, ¿que pasa con el resto de los mortales?. Pues que aúnan un buen número de capacidades fruto del esfuerzo, del estudio, de la lectura, del reconocimiento de los propios errores, de la prueba, de la corrección, del tesón, de la ilusión, etc... Sobre todo esto último. Ilusión por contar, por escribir, por decir, por "inventar palabras", que decía Cela. Cada uno luego hace uso de sus capacidades...y de sus dones (el que los tiene), y establece un método, que para mi es quizá lo menos importante.
Y no nos engañemos, luego está...el "poderoso caballero". Porque son muchos los casos de escritores de los de verdad, de los buenos-buenos, que escriben...por atender a dicho caballero. Y claro, cuando no te sale de dentro, al final, que quieren que les diga, a mi me parece que se nota.
Y ahora me callo, y les dejo que me den una galleta (virtual, claro) si les place.
Y perdón por ser "breve" (no tengo arreglo)
Un saludo a todos...todos.
Una pregunta para vosotros (perdona el atrevimiento, estimado Portorosa) que os gusta escribir y que, casi seguro, tenéis algún proyecto más o menos literarionovelesco o lo que sea: ¿Nunca os ha ocurrido que creáis un personaje, le pensáis y requetepensáis, y después el tipo adquiere vida propia, casi independiente de ti -su autor- y te hace escribir cosas que en principio ni te imaginabas?
ResponderEliminarVale, vale, ya sé de la existencia de "Niebla" y de "Seis personajes en busca de autor", pero me refiero únicamente al personaje, no a un diálogo ulterior entre escritor y/o narrador, personaje que se pudiera llevar a cabo durante la obra.
En fin, me mata la curiosidad. Besos. C.
Cal, a mí me pasa, porque los personajes nacen, crecen y se reproducen en la mente creativa. No creo en el proceso creador metódico, controlado al milímetro desde el principio. Siempre hay un "big-bang" inicial de caos, calor y anarquía. Después llega la sedimentación de esa materia primigenia, más tarde la formación del universo que estás creando. Finalmente llega el trabajo más duro: la técnica, la destrucción de lo inútil y accesorio, la inacabable revisión, la reescritura...
ResponderEliminarPortarosa, Bukowski eligió la opción más difícil, la que no hemos podido elegir tú o yo: vivir la literatura hasta sus últimas consecuencias, desde las entrañas, como una opción vital completa, irremplazable. Un sueño. O una pesadilla.
Un abrazo.
Parafraseando a Donna: No, a mí no me pasa eso con los personajes. A mí en realidad no me pasa nada, ni con los personajes ni con nadie, porque escribir es un acto meramente teórico y ficticio (y sin embargo a la vez costoso), y me cuesta creer que exista.
ResponderEliminarVes, Calamidad, cómo las dos opiniones que por ahora hay (ambas de alguien que sí escribe) son muy diferentes. Y muy interesantes, creo yo, porque las dos están muy bien explicadas y porque sirven como muestra de lo personal y, por tanto, único, que puede ser este proceso.
Lo cierto es que yo, me imagino que como casi todos vosotros, he leído a muchos escritores hablar sobre cómo sus personajes llegaban a cobrar vida propia, cómo, una vez descritas y asentadas sus personalidades, éstas podían llegar a “imponerse” sobre la del autor, para quien llega a ser imposible obligarlos a ir por dónde el pensaba y tiene que preguntarse “siendo X como es, ¿qué haría X en esta situación?”.
Creo que lo de Bukowski fue, sobre todo al final, más parecido a una pesadilla, o quizá habría que decir que era un tablón al que se agarraba para que su pesadilla no acabara de tragárselo. Parece ser que al final de su vida la escritura, convertida en una droga y en único asidero a un sucedáneo de estabilidad, lo ocupaba todo.
Donna, hace unas semanas habíamos hablado aquí de la dificultad o imposibilidad de que el autor pueda conseguir que su “mensaje” llegue íntegro al lector. Llega el texto, y el texto se interpreta, y se pueden hacer de él tantas lecturas como lectores hay; e incluso cuando consideramos que ha sido entendido sabemos que lo ha sido de un modo imperfecto. Pero bueno, doctores tiene la Santa Madre Crítica que explicarán todo esto a las mil maravillas.
Besos y abrazos, ya de mañana. Good morning.
Un gran sabio, Bukowski.
ResponderEliminarMe gusta.
Y es aplicable a cualquier arte.
Creo que el "ni lo intentes" es, además de tatuable ;-)) el mejor de los acicates.
Un beso, Portitoquerido (que te tengo medio abandonado aunque sé que me lo perdonas, ¿sí?)
Saf ;-))
Gracias chicos/a. Tenía mis dudas sobre los personajes y los autores. Hace muchíiiiisimo que dejé de escribir un par de noveluchas que me rondaban por la cabeza, pero recuerdo especialmente en una de ellas que el personaje principal se me subió a las orejas y no tuve manera de enmendarlo. Al final ganó él y yo dejé de escribir (hasta febrero de este año, que pronto acabará, cuando inauguré el blog). Tonterías, supongo.
ResponderEliminarBesos. C.
Sí.
ResponderEliminarQuerido Portorosa,
ResponderEliminarPasaba a saludar. He dejado un poco de lado mi blog y el tuyo,pues ando falta de tiempo. Ya cuando vuelva a casa, retomaré la actividad bloguística.
Saludos desde Argentina,
Natalia
Hola, Natalia, me alegro de verte. ¿Así que estás en Argentina? ¿Vas a pasar las navidades, o no puedes?
ResponderEliminarYa, ya me he dado cuenta. Hace un rato pasé por tu blog y vi que allí seguía lo del ALCA. Estaré esperando.
Un beso.
Me gustó leer, hace años, al Bukowski "sucio", atormentado, cínico, heterodoxo, cuyos textos casi puedes oler. Cosas de adolescencia, supongo, cuando te identificas con todo lo terrible, afirmándote en negativo, siempre a la contra. Sin embargo, sin quitarle nada, he de admitir que no le revisito: apenas me interesa ya, llega a empacharme, su alarde de malditismo cutre que, a veces, sólo a veces, brilla con destello genial. Me da pereza remover tanta "basura" para encontrar, ocasionalmente, la perla camuflada. Que sus devotos me perdonen, pero es lo que pienso y lo digo.
ResponderEliminarRespecto al proceso creativo, para no cansaros más, no repito algo que ya ha sido dicho: sólo afirmo que yo lo vivo igual que Donna quien, además, lo explica magistralmente. (Coincido, como tantas veces, con ella: ojalá "coincidiese", además, en tener su misma genialidad, su don).
Pues yo, Earnest, creo que el Bukowski sucio no ocupa tanto lugar dentro de su obra como dentro de su fama. De hecho, es su faceta que menos me gusta, a mí también. Pero Bukowski es bastante más que eso. En concreto, leer "Reflexiones de un viejo..." (no sé bien el título) y "El capitán salió a comer y los marineros...", que recogen algo así como un diario o un conjunto de reflexiones, ha sido, para mí, de lo mejor de él.
ResponderEliminarUn saludo.
Bueno, y "Cartero".
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