Confieso que he pecado.
Lo he intentado. A lo largo de todos estos años (bastantes ya) lo he intentado. Pero, aunque todavía lucho, aunque me niego a desistir y me empeño, en un angustiado intento de aferrarme a una última leve esperanza, en seguir adelante, siento que mis fuerzas flaquean y que el definitivo fracaso se hace probable. Y ya dudo de mí. Y ya puedo predecir la temida frustración.
La razón, o puede que enseñanzas que supieron vestir sus ropajes, que se arrogaron un papel que resultó no ser tan incuestionable como acepté, me hicieron creer desde el principio que debía mirar más allá de lo aparente, que la verdad y lo precioso estaban bajo la accesible superficie, que los vacuos oropeles y las prontas recompensas no debían distraerme de la búsqueda de metas más altas, más dignas, últimas, ciertas.
Y quise andar ese camino. Quise imponerme el trabajo arduo y tantas veces ingrato. Quise tallarme despacio. Y decidí no dejarme llevar.
Me arrojé en brazos del intelecto, me entregué a la que creí sabia cultura. Luché, luché y estudié hasta aprender lo que cualquier mediocre. Quise que el afán supliese virtudes, quise compensar mis limitaciones con mi tesón, pero no logré más que vergonzantes resultados que jamás bastaron para sacarme de mi desconcierto.
Me vendí a la música y a la literatura, y peldaño a peldaño, con el esfuerzo que sólo a los poco dotados les es exigido, fui conociendo algunas letras de cierto mérito y sabiendo escuchar composiciones no infantiles. Leí a más de un clásico y a algunos de sus intérpretes, y ofrecí días, semanas, meses y años de mi vida hasta que fui capaz de apreciar lo bueno. Y conseguí entender músicas que necesitaban ser entendidas.
(Y fui feliz leyendo y escuchando, lo reconozco.)
Y no renuncié al amor, pero sí pretendí hacerlo al alborozo que no surgiese de los posos caídos poco a poco en mi más profundo interior. Y estudié teorías que yo mismo sostuve después. E intenté comprender a los hombres. Y defendí pensar los sentimientos.
Pero todo fue en vano.
Todo fue inútil. Mis esfuerzos y preocupaciones, mis anhelos y mis nobles aspiraciones, mi rozada dignidad: todo. Nada pudo enderezarme. Nada pudo sellar el hueco por el que, a empujones y sin pensar, querían salir inconfesables restos de espontaneidad. Nada, ocultar la parte de mí sin educar, sin asentar, sin calcular.
Y caí. Cuando creía haber avanzado, cuando creía ya ser otro, caí y vi qué lejos estaba de la meta, cuántas cosas me ataban todavía, qué poco había aprendido. Y me rendí, y ya no me importó tropezar muchas veces en la misma ridícula piedra, y acepté mi vulgaridad.
Y, a sabiendas de que esto me marcará, aun seguro del estigma que se cierne sobre mí pendiente tan sólo de que levante este velo, y sintiendo en el alma estar a punto de caer en desgracia ante ustedes, que después de haberme leído hablar sobre el canon, Merlín, el paso del tiempo, la muerte, molinos de viento, conciertos y Billie Holiday, después de verme citar con familiaridad a Terencio, ¡después de haber sido testigos de mi desdén hacia la mediocridad!, después de todo eso, con razón me darán ahora la espalda y negarán haberme conocido, aun así, ya no quiero fingir, ya no puedo disimular por más tiempo y he de confesar, pues una y mil veces he pecado y pecaré: me gusta “Love actually”.
La he visto varias veces, la última hace apenas unas horas, y me ha vuelto a gustar: me gusta la historia del niño enamorado y me gusta Liam Neeson como padre, lloro con Emma Thompson de madre engañada, lloro con el chico que adora en silencio a la mujer de su amigo, me río con los extras porno y con el merluzo que liga en EE.UU., me emociono en la escena final del restaurante entre Colin Firth y la portuguesa, me río toda la película con “Christmas is all around”, me río toda la película con los chistes tontos de Hugh Grant y lo envidio porque quiero ser como él, y me mola mogollón su romance con la chica humilde tan inglesa... me gusta "Love actually".
Ya está dicho. Son ustedes libres de hacer lo que les venga en gana. Lo entenderé.
Me ha gustado mucho la forma en que has escrito el texto. Le das un tono grave y elevado, para hacer una vuelta de tuerca en el último párrafo y escribir sobre lo más mundano. Me parece muy original el planteamiento.
ResponderEliminarEn realidad me siento muy identificado con esto que dices, supongo que como todos. Pero no hay que identificar esos restos de espontaneidad de los que hablas con la vulgaridad. La espontaneidad es el rasgo más humano, lo que hace que no nos convirtamos en simples libros. No me creo que todos los grandes intelectuales no lo tengan, pero normalmente se suele mantener en el ámbito de lo privado.
Por cierto, la película no la conozco. Un saludo.
Gracias, Santino.
ResponderEliminarComo sabes, esto pretende parecer una boutade, pero en el fondo dice algo bastante cierto. Y es que voy viendo que el blog forma parte, cada vez más, del ámbito de lo privado; y me siento bien cuando confieso.
Un saludo (por cierto, suelo tener dificultades para entrar en los comentarios de tu blog).
No he visto (creo) 'Love actually', pero tal como hablas de ella, aunque sea para confesar que eres un mediocre por disfrutarla (¡bendita mediocridad!) estoy deseando verla.
ResponderEliminarSi lo consigo, desearía que, como a ti, me mole mogollón ese romance.
Me ha gustado leer la última parte. Más que la primera.
Un beso.
Pero, bueno, se nota que estoy escribiendo en broma, ¿no?.
ResponderEliminar¿No...?
Donna, no sabía mejor a los caprichosos dioses la ambrosía que a mí tu felicitación.
ResponderEliminarDe verdad, muchas gracias; que tú lo creas, que te guste, me importa mucho.
Con respecto a lo de Hugh Grant, descuida; de producirse, hasta Elche llegará mi tímida, insegura e irresistible sonrisa.
Un beso.
Sea de broma o sea en serio...creo que lo maravilloso es el concepto del pecado sobre el que saltas grácilmente.Pecar es bueno,sano...sea con Love Actually(que confieso que no he visto)o con alguna otra cosa....
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo
Si yo te contara algunas de las cosas que me gustan... dejarías de pensar que todo ha sido inutil.
ResponderEliminar:P
Take it easy.
ResponderEliminarRule Britannia
él último post no es anónimo, es mío
ResponderEliminarHombre, pues porque un snob que se precie hay cosas que no puede hacer, y menos aun admitir...
ResponderEliminarUn abrazo.
Porto, ¿has visto Caro Diario, de Nanni Moretti? El episodio del sabio que descubre la tele... te va a encantar si no te encanta ya.
ResponderEliminarMira, Donna, si tú quieres que lo sea, lo es, pero a mí no me parece la onomatopeya de eso ni borracho. Pero, bueno, como quieras, ¿eh?. Y no, no has dicho joder, no te preocupes.
ResponderEliminarNo, no la he visto, Ignacio (y no me hagas preguntas comprometidas, que bastante en evidencia me he puesto yo, hombre).
Hay otra versión acerca del origen de snob. Se dice que en los colegios o universidades británicas a los alumnos sin título nobiliario se les añadía s. nob. en las listas o tarjetas o baules (todo eso he oído), con el significado que mencionas. Los snob, para intentar superar su falta de alcurnia se ponían los vestidos más estrafalarios y se comportaban de las maneras más provocativas; de ahí que todos entendamos por snob lo que dice el María Moliner: persona que afecta, por parecer distinguida, costumbres o maneras que no le son naturales.
ResponderEliminarMenos mal que al menos hay otra persona culta a la que le gusta "Love actually" :-)
ResponderEliminarFenónemo paranormal y os juro que es la verdad: este último fin de semana, Rythmduel y su esposa ven "Love Actually", una película que ya disfrutaron hace años en el cine. Ahora la disfrutan todavía más, lloran ,ríen, sonríen y suspiran, se quedan los dos más dulces que un "Mon Cherie". El masoca de Rythmduel, que está preparando unos exámenes de inglés, vuelve a ver la película el domingo, esta vez en versión original,y de nuevo se lo pasa genial y decide entonces escribir un post sobre ella, un post que en su versión borrador parece un plagio descarado del de Portarosa. ¡TIENE LA MISMA ESTRUCTURA Y TERMINA DE LA MISMA FORMA! Ante este misterio de la blogsfera, Rythmduel piensa que ha sido abducido por los alienígenas del Señorío Portarosiano y, en una ceremonia purificadora, imprime el frustrado post, lo quema y esparce sus cenizas encomendándose a bruixos e bruixas, sapos e coruxas.
ResponderEliminarRepito: no me lo estoy inventando. Tengo testigos.
Lo de culta iba por mí, Mrmann, no te aproveches.
ResponderEliminarIncreíble, Duelo Rítmico. Yo la vi ayer, y con ella salí de una sequía de casi una semana. Me parece alucinante lo que nos ha pasado, pero muy significativo.
Yo también las hacía, Donna, y me gustaba mucho el resultado; por torpe que fueras, eran bonitas. Y esto de la bloguería a veces (música de "Love actually" de fondo, please) es bonito.
Pues por lo de las comedias románticas, como dices tú, Mrmann, que hoy por hoy gozan de nulo predicamento entre la intelectualidad. Si por lo menos fuese checa, o hablase del paro en Manchester, pero nada: amor, amistad, ilusiones infantiles... ¡bah!
Abrazos a todos... love is all around, come on and let it show!
Jaja, qué identificada me he sentido! Y te lo perdono precisamente por eso (porque a mí me gustan cosas peores..) pero, ay no! No las pienso confesar:P
ResponderEliminarPor cierto, lo de rythmduel da escalofríos..
Lo leí en cuanto lo colgaste (has cambiado el título, pillín) y me partí el pecho de risa. Qué bueno, ja, ja, ja. Yo no he visto aún la película (sí he visto Caro Diario de Moretti, muy buena, aquí aportando mi pseudo pijerío intelectualoide). Todos tenemos ese lado oscuro.
ResponderEliminar¡Nunca creí ver un frivopost aquí!
Un beso. C.
Sr. de Portorosa:
ResponderEliminarSí. Vd., hijo mío, ha pecado. Mas no se ofusque: "errare humanum est". Bien sé que intenta Vd. con todas sus fuerzas no desviarse del camino de la perfección mas lo cierto es que sólo Dios está, desde los tiempos del Verbo, al final de él y los mortales jamás alcanzaremos su final, pues, como tales, nos es vedado. No obstante, está Vd. a tiempo de arrepentirse.
Le sugiero que, como penitencia, vea la filmografía completa de Antonioni.
Si le sirve a Vd. de consuelo, sepa que no es Vd. el primero en caer ni, desgraciadamente, será el último. Yo mismo ( sí, yo) fuítres veces a la sala de proyección a ver una película de argumento y desenlace absolutamente previsible titulada en castellano "resplandor En La Oscuridad". La protagonista femenina era Melanie Griffith y le puedo asegurar que es un glorioso (¡castigadme, oh, pues lo merezco!) derroche de carnalidad.
ResponderEliminarSe la recomiendo encarecidamente, Sr. de Portorosa, aunque he de advertirle que vamos camino de la condenación.
Hombre, duque, ya sabe usted que mal de muchos, ganancia de pescadores.
ResponderEliminarTengo una curiosidad relativa a su nombre desde que lo leí por primera vez: ¿hay alguna razón para esa tilde en la i?.
Gracias.
Estupendo, Portorosa!! Me he reído un montón, y eso que estoy jod..-piii, eso no se dice- de la espalda y no aguanto sentada más de diez minutos.
ResponderEliminar"Love actually" está en mi DVDteca y tengo la banda sonora -una amiga a la que le presté la película, salió a comprársela y me hizo una copia-.
Los comentarios de Donna, tampoco tienen desperdicio. Ays -suspiro-, cómo escribe esa mujer!!-. Me ha encantado enterarme del significado de "snob".
Así que sumándolo todo, ha valido la pena aguantar aquí un ratito. Ahora, con vuestro permiso, me retiro a mi posición en decúbito supino sobre mi manta eléctrica.
Bicos descuajeringados ;)
Gracias, Tana. Ayer me “la” pasé (como dirían allende los mares) imitando a Billy Mack delante de mi hija, tratando de copiarle el gesto de piernas abiertas y brazos adelante y de poner esa voz de chulo acabado: “I feel it in my fingers, I feel it in my toooooes”; y ella me miraba desconcertada, quizá preguntándose si estaba en buenas manos, la pobre.
ResponderEliminar¿Que Donna escribe bien? ¡Noooo! Te debes de estar confundiendo, Tana; de vez en cuando suena la flauta, pero no.
A mí Bridget también me gustó, Donna (de perdidos, al río, yo ya no encuentro mi careta por ninguna parte). Menos que ésta, quizá, pero también. En nuestra defensa, déjame que les diga a esos que mientras aspiran una pizca de rapé se ríen condescendientemente de nosotros, que no por casualidad ambas son inglesas: unas más y otras menos, mejores y peores, suele haber una diferencia sustancial con las comedias románticas (norte)americanas, I think; los personajes me parecen más reales y a la vez mucho más atractivos, y el humor me parece sin duda más... humor.
Tana, cúidate. Buenos días a todos.
Bueno, esto... estoy en ello. Ahora mismo estoy inmerso en la fase de practicar sonrisas y alzamiento de cejas en el espejo; después, tendré que hablar con el peluquero, quizá llevarle alguna foto. A Corporación Dermoestética, por ahora, no me atrevo a ir; aunque quién sabe, el que algo quiere, algo le cuesta.
ResponderEliminarCon lo que me hago un lío es con la voz, porque no sé si imitar la suya, inglesa, con esas sílabas lanzadas a golpes, tan elegante, o copiar la que le ponen aquí, que me resulta más fácil y no queda mal, tampoco. Tartamudear un poco, azorado, se me da bien.
Te iré informando de cualquier avance.
Bueno, esto... estoy en ello. Ahora mismo estoy inmerso en la fase de practicar sonrisas y alzamiento de cejas en el espejo;
ResponderEliminarAy dios! ¿te das cuenta de lo que has escrito?
Por lo que más quieras, no practiques eso anda, que es una mariconada de las que hacen época.
Ahora bien, si por alguna promesa jacobea quieres poner la cara esa que pone ese desteñido, es fácil: te llevas un boñigo a todas partes, en una bolsa o bien te impregnas de aroma boñiguero.
Calcúlo que en una semana de estar aguantando el cheire se te queda el rictus que tiene el mamercio ese.
Que vida esta... que galanes nos han tocao...
Beso.
M.
Ah, pues yo discrepo contigo, Miranda. Es lo que tienen estas cosas, que tu Apolo es mi Picio, y viceversa.
ResponderEliminarUn beso.
jojojojojojo...
ResponderEliminarBueno está bien, si en el fondo es genial ¿no lo veis?
Si resulta que hay hombres que quieren ser como ese cebollino, y que hay mujeres con aspecto de inteligentes que hacen pelis con ello de objeto de deseo como la Jones...pues todo gira en la dirección correcta.
Para mi los otros...HAHAHAHAHAHA!!!
(Era broma, todos para todas, que yo ya estoy fuera de mercado)
Beso.
M.
Nadie tan snob como un verdadero noble inglés, a pesar de la etimilogía de la palabra.
ResponderEliminarEs agradable pasar un día, y otro, y otro, por esta tertulia. La mesa camilla con el brasero calentando los pies, el chocolate en su punto, los bizcochos tiernos...en serio, como en casa.
ResponderEliminarDisfruto un día, y otro, y otro...vamos, que no me canso de pasar un rato aquí. Y, además, aprendo y sonrío. Sonrío mucho.
Besos a todos.
No entendí muy bien el mensaje. Quizás se deba a la diferencia cultural, o a que soy muy taruga, no sé.
ResponderEliminarNo sé cómo liar "nobles aspiraciones" con los gustos individuales, ni por qué ciertos gustos no debieran cuadrar con ciertas formas de pensar...
Pero, en fin, vine aquí a decir que sí he visto "Love actually". La estaban pasando en el momento en que caminábamos frente al cine, nos decidimos rápido, y entramos. Fue la última vez que fui al cine con mis padres. Fue la última salida juntos, la noche anterior de mi partida.
"Love actually" me recuerda las carcajadas de mi padre rompiendo de pronto el silencio de la sala, y la emoción de mi madre en las escenas románticas. Me importa un bledo quien haya actuado en ella, o si representa el gusto chato de las masas.
Abrazos.
Natalia, no hay mucho que entender. Debes leer esto, en primer lugar, en broma; y en segundo, como la confesión de un snob que pretende dárselas de elite y acaba suspirando y riendo previsibles escenas romántico-cómicas.
ResponderEliminarPero siempre en broma, mujer.
Un abrazo.
Anoche, después de días y días sin quedarme delante de la tele más de diez minutos seguidos, vi, por fin Love actually. Me enteré de casualidad de que la ponían, y no me pude resistir. Lo siento, me embelesé especialmente con Hugh Grant, aunque no exactamente, más bien con la idea que tenía del señor de Portorosa imitando a Hugh Grant. Así que creo que me perdí el resto de los detalles.
ResponderEliminarBueno, con la escena del baile aún no me he atrevido, debo confesarte. Uno es consciente de sus propias limitaciones. Pero el resto va sobre ruedas...
ResponderEliminarUn abrazo.
Les felicito a Vds. por su futura paternidad.
ResponderEliminarEn respuesta a su pregunta, le explico: si el bueno de Sancho habría de ser gobernador de una ÍNSULA, no había ningún motivo por el que no pudiera ser yo duque de ÍNSUA, sólo por establecer alguna diferencia con el amigo Panza.
Muchas gracias, duque. Y comprendido.
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