Tiempo
A mí no me deprime, ni me ha deprimido nunca, la lluvia.
A mí me deprime el viento.
- ¿Y a usted, si le concediesen todo cuanto deseara, qué le gustaría hacer en sus vacaciones? - ¿A mí? Estar sentado en una silla.
A mí no me deprime, ni me ha deprimido nunca, la lluvia.
A mí me deprime el viento.
Escrito por Portarosa , 22:37
Me encata el viento y me deprime, sobremanera, la lluvia.
ResponderEliminarMe encanta tu blog.
Beatriz
Muchísimas gracias, Beatriz.
ResponderEliminarYo, es que soy gallego y vivo en Galicia, y aquí rige un refinado mecanismo de selección natural: los que se deprimen por la lluvia, o huyen, o son encerrados y medicados, o se suicidan directamente. Y claro, los que quedamos (sueltos), no nos deprimimos por la lluvia.
Un saludo.
Si la lluvia fuera el menor de los males y el viento su agente de la condicional...
ResponderEliminar¡Eso es un twit! ¡Eso es un twit! ¡Vayase a Twitter, señor Portorosa! ¡Váyase!
ResponderEliminarA mí no me deprime ni el viento ni la lluvia. Ni la lluvia con viento, tan graciosa, siempre dándoles la vuelta a los paraguas de la gente. No son mis fenómenos climáticos preferidos, porque por deformación de hobby prefiero los cielos con nubes tenues, que luego quedan muy bien en las fotos, y porque en lo alto del podio pondría las tormentas (aún no he podido fotografiar una dignamente, a ver si hay más, y me pillan con cámara, trípode y en un buen sitio), pero casi.
A mí lo que me deprime es madrugar, y que salga el sol, cuando es de noche, y yo ando por ahí, haciendo el golfo (cosa que por otra parte, quizá porque me voy haciendo mayor, quizá por instinto de supervivencia, cada vez sucede menos).
A mí la niebla.
ResponderEliminar¿El menor o el mayor, Diva?
ResponderEliminar¡Cuánta cara nueva, hoy! Bienvenida, sinceramente.
Pues has acertado: lo pensé estando leyendo en Twitter (que nunca me ha convencido mucho, pero llevo dos días replanteándome mi opinión), pero al final me tira mucho a mí mi blog.
Y sí, el sol de noche deprime un montón. Y desconcierta, añado yo.
¿La niebla? ¡Pero, José Luis, con lo sugerente que es! A mí la niebla me parece una maravilla, tan misteriosa (un ratito, claro; que tampoco es cuestión de vivir sin ver nada).
A mí la Legión.
ResponderEliminar(Lo siento, he releído el comentario de José Luis y no me he podido contener)
Pues en eso coincidimos, fíjese. A mí, el viento, me pone de una mala leche...
ResponderEliminarEn cambio la niebla me parece fantástica.
Estudié en un campus situado en donde Cristo perdió las sandalias y a veces, cuando salíamos de la Escuela, si estirábamos mucho los brazos casi no nos veíamos las manos, de lo densa que era la niebla. Una pasada!
Recuerdo algunos días que, para poder salir de allí en coche, el copiloto tenía que ir con la ventanilla abierta y el brazo estirado, por si nos salíamos de la carretera.
A mí me gusta el sol en verano y la lluvia en invierno.
Vamos, lo que viene siendo un "como dios manda"!
A mí el viento me levanta un tremendo dolor de cabeza, ergo me cabreo, ergo ¡odio el nordés!.
ResponderEliminarLLS.
Pues a mí, sí que me deprime la lluvia, pero no creo que me vaya a suicidar, al menos esa no sería la causa principal (en estos momentos)... :)
ResponderEliminarPEro al igual que a tí filla, me encantan los días soleados en verano y poder disfrutar de estas maravillosas playas.
Pues cuidadín con Cádiz. Ahora mismo sopla el levante, que es un viento con categoría de deidad menor.
ResponderEliminarA mí lo que me deprime es la tele.
Hasta eso echo yo en falta de mi adorada Cádiz, el "levante" soplando durante 3 días...
ResponderEliminarEs usted un afortunado, para mí.
Uy, yo de Cádiz echo de menos Cádiz.
ResponderEliminarEl Levante era de lo poco que no me gustaba.
Filla, la niebla, en Galicia, es una maravilla, diga usted que sí.
L, a mí cabrear no me cabrea, pero ver todo zarandeándose, las dificultades para andar, los papeles volando... Es triste, todo eso.
Por lo menos allí soplaba "durante 3 días y volvía la calma". En esta tierra suya cuando empieza nunca se sabe, cuando va a dejar de soplar, y hoy hay nordés mañana noroeste, pasado sudeste... en fin que no hay quién pare.
ResponderEliminarMenos mal que hay playas para elegir, dependiendo de dónde sople el viento.
Por cierto, a los entendidos del lugar:
ResponderEliminar¿Cuál es la (playa) buena para un día como hoy?
Ares, Seselle, el Raso, Insua (nudista). Todas las que abren de oeste para abajo.
ResponderEliminarYo les temo a los rayos y truenos, me ponen fatal, me dan miedo, es como una prediccion biblica, pienso que el cielo partira en dos y lo que salga de alli, nadie lo sabe, porque claro esta no creo que Dios nos haga el honor a la humanidad de aparecer por el hueco que quede, mas bien me da la imaginacion que apareceran naves espaciales de otros seres, entonces eso me da inseguridad...
ResponderEliminarAhora bien, me deprime de sobremanera el otoño, me deprimo ver caer hojas, me deprime ese color amarillo arcilloso de las hojas de los arboles, me deprime ver hojas regadas por el suelo.
Saludos
Sí, claro, si piensa uno eso, parece lógico sentir cierta inseguridad :-)
ResponderEliminarSe presta mucho a eso, el otoño. Parece hecho un poco a propósito.
Un beso, Ro.
"Si el viento es tan gracioso es porque es un insolente" decía Walser. La lluvia en cambio es más bien cruel, por ejemplo, en mi país se le llama a la última lluvia, esa que cae en primavera, "la que mata los pajaritos". Insolencia y crueldad. A mi me deprime conversar del clima con taxistas.
ResponderEliminarFer ves como al final los malos agûrios se van cumpliendo, aunque uno no quiera creer...Rajoy no puede mas, pedira la ayuda a Merkel y esta a su vez al BCE...
ResponderEliminarLa suerte echada...Dios dira!
Saludos
Adoro las 4 estaciones y la brújula de los vientos cuando toca y la calma chicha cuando ídem.
ResponderEliminarSeñor Microalgo, no se lo va a creer, pero si no da a un botón, la tele no se enciende. En los viajes de Ardilla, ya he conseguido no ver la tele ni un segundo.
Y ahora, una coplilla:
Un cabroncete, estuvo en El Retiro
Y no me dijo, vente que te miro.
Ay, NáN, como ya le he dicho a alguna, este viaje no era el adecuado.
ResponderEliminarUn abrazo.