Carlos, desconcertado
- ¿Sabéis qué? Un día metí un dedo en la oreja y saqué un montón de cera, y pensé: ¡¡¿Magdalena en mi oreja?!!
- ¿Y a usted, si le concediesen todo cuanto deseara, qué le gustaría hacer en sus vacaciones? - ¿A mí? Estar sentado en una silla.
- ¿Sabéis qué? Un día metí un dedo en la oreja y saqué un montón de cera, y pensé: ¡¡¿Magdalena en mi oreja?!!
Espero que no se le haya ocurrido probarla .Aunque algo me dice que así es como descubrió que no era magdalena.
ResponderEliminarTodos deberíamos seguir siendo un poco niños ,es decir, continuar descubriendo cosas,probando,imaginando...
B.
No sé. Descrubrir lo descubrió...
ResponderEliminarDeberíamos ser capaces de ganar cosas, con la madurez, sin perder tantas.
Un beso, B.