24.7.10

Diario de vacaciones: séptimo día y parte del octavo

[22 de julio]

Ya nos ha dado tiempo a ir a la tienda cuando llegan M. y su hijo, C., a casa. Vienen a pasar el día.

A la media hora estamos en la playa. Llegamos a ella mientras llovizna, y me acuerdo del sobrino de Asterix de Lutecia, en Asterix y los normandos. Dos chicas se sientan en la arena envueltas en las toallas.

Pero lloviendo y todo los niños se meten en el agua.

M. está buenísima; ya no me acordaba.

Consigo bañarme. En un caso claro de síndrome de Estocolmo acabo diciendo que el agua está buenísima, también, y de hecho me baño bastante rato. Me alejo nadando hasta que no distingo las caras de la gente en la playa (6 o 7 personas en total). Buceo, me dejo llevar y hago (Jesús, NáN) el muerto. Vuelvo a la orilla y procuro salir del agua como el de aquel anuncio de Agua Brava de hace unos años, pero sin marca de moreno en la frente.

Subimos a casa tiritando y nos duchamos. Hago la comida y comemos sin demasiado derramamiento de arroz.

Por la tarde, parque infantil, donde la presencia de tres niños nuevos (unos de ellos, encima, negro) no pasa desapercibida, como sabré a la mañana siguiente, cuando una vecina me dé la novedad.

Tiendo a idealizar el ambiente de los pueblos, pero por lo poco que veo me pregunto si la gente joven de ellos no se estará quedando sin lo mejor de vivir en un sitio pequeño, ganando a cambio solo los aspectos más prescindibles de la sociedad urbana. Pero lo mismo esta es una generalización tan tonta como la primera.

Se van, y yo aguo un poco mi propia fiesta pensando que querría despedir a todo el mundo siempre así; así de contento, con mis hijos de la mano y desde esta puerta.


[23 de julio]

Con mucha calma, nos preparamos para irnos. Llevo a Paula y Carlos a pasar el fin de semana con su madre.

Paramos en O Barqueiro a comprarle otro chalano a Carlos, que el del otro día ya lo ha perdido. Por la tarde lo encontraré dentro del armario donde ayer se escondió jugando al escondite.

Seguimos. Él se duerme al rato, y llegará dormido. Con Paula voy hablando casi todo el camino. Siempre se ha hablado muy bien con ella; es una niña muy madura, creo yo. Y cada vez es mejor.

Los dejo, muy contentos, hasta el domingo por la tarde.


9 comentarios:

  1. M. está buenísima; ya no me acordaba.

    ¡Me gusta que hayas escrito eso! Los hombres pensamos así y en esos términos, aunque a veces no nos atrevamos a expresarlo tan literalmente.

    Me encanta tu diario de vacaciones, transmite paz y consciencia. Un abrazo muy fuerte.

    (Y un beso para la guapísima Filla do mar, si pasa por aquí).

    :-)

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  2. :D Es verdad.

    Me gusta que te guste, eso y lo demás. Muchas gracias, Jesús.

    Como ya he dicho otras veces, creo que volver a Vicedo ha tenido para mí mucho de símbolo. Símbolo de decisiones propias, podría decir. Y disfruto tanto, tanto, aquí, en parte por eso, porque lo he elegido yo plenamente consciente :)

    Bueno, por eso y porque esto es el paraíso terrenal. ¿Tú sabes lo que es tener enfrente de casa (o de la playa mientra me baño, que es lo mismo) una costa prácticamente virgen, un monte todo árboles hasta el agua? En fin...

    Me encantaría enseñártelo, Jesús, la verdad.
    Un abrazo.

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  3. Me paso, Jesús, me paso. Como para no pasarse... :-)
    Un beso para ti también. (Por cierto, tu viaje a Sligo, para cuándo?).

    Muchas gracias, Porto, es usted muy amable, pero mucho!

    Vicedo es una maravilla. Toda esa costa es preciosa. Y el día y la compañía, estupendos.

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  4. Me doy por enterado Porto. A mi teoría, le pongo la siguiente excepción: "Pueden hacerlo cuaerpos atléticos y voluntariosos, capaces de controlar la tiritona".

    (Los pueblos, tan bonitos n sus panorámicas, suelen encerrar muchos rencores).


    Sigue siendo delicioso leer esto.

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  5. me encanta (otra vez) tu diario

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  6. A mi tambien me ha gustado mucho el comentario, al que alude Miramón.Nunca le había oido algo así. Lo veo cariñoso, como siempre lo es usted.Me ha hecho que sea todavía más feliz.Siempre con su apoyo.

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  7. Que conste que hace ya un tiempo que no se habla de culos por aquí. Quizá no era malo retomar tales hábitos.

    Saludos desde la irónica realidad.

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  8. Vaya, me alegro mucho de contribuir a su felicidad, Anónim...a.

    Cada cosa a su momento, Irónico. Un saludo.

    Buenos días a todos.

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