Diario de vacaciones: fin de semana
[23, 24 y 25 DE JULIO]
A media tarde del viernes M. pasa a recogerme y nos venimos a Vicedo.
Paramos a tomar un café en O Barqueiro. Esta vez en la mesa de al lado hay dos señoras alemanas, y me pregunto cómo habrán decidido venir aquí, y si en Alemania serán dos mujeres normales y corrientes o, por el contrario, su perfil es tan excepcional como creo lo sería en nuestra sociedad.
M. le compra otro chalano de juguete a su hijo. No se quejarán, los de la tienda.
Llegamos. La sensación de regresar a mi casa es tan acusada como ilusoria.
Y ya de noche salimos hacia Viveiro para cenar. Hay bastante gente, aunque desde que estoy aquí ya he oído varias veces que este año se nota el bajón turístico; la crisis, se supone. No cenamos mal, pero lo mejor viene después, en un café con mucho encanto que ya conocemos, en el que me tomo un mini irlandés y un gin-tonic perfectos.
Y volvemos.
El momento sin duda más glamouroso de las vacaciones, del verano y probablemente de muchos años, lo protagoniza M. cuando, el sábado a las diez de la mañana, recién levantados, baja a la playa desierta. A mitad de la arena se quita el batín negro que lleva puesto y se queda en un pijama de pantaloncitos cortos y camiseta de tirantes, también negro, y se mete andando en el agua. Yo la miro desde la valla de casa mientras nada. Al rato sale y sube, empapada.
Me convence con facilidad, y bajo a darme un baño antes de desayunar. Como no quiero ser pesado, no les contaré lo que es estar en una playa vacía, ni nadar en un agua que parece un espejo, ni ver al levantar la cabeza el cielo azul, árboles, árboles, árboles y roca.
Desayunamos. La séptima de Beethoveen de fondo.
Y vamos dando un largo paseo hasta la tienda, donde después de más de media hora de charla conseguimos que R. nos venda lo que le pedimos. Hacer así la compra es muy agradable, y hoy además me llevo una sorpresa enorme, pues me entero de que tanto ella como N., la chica que nos cobra todos los días, están leyendo este diario.
Antes de comer, más playa y más baño. Es el día de más sol desde que llegué aquí. Estamos prácticamente solos, a esas horas. Se oye un pájaro. Para mí que es un mirlo; claro que mi referencia son los trinos que se oyen en Blackbird, de los Beatles.
M. y yo no hemos hecho nunca una tortilla de patata, aquí donde nos ven. Y hoy vamos a experimentar en nuestras propias carnes. Yo tengo bastante confianza, pues creo que la cocina al final es una cuestión más bien estética; y a mí a esteta... Wilde y pocos más. Además las patatas se fríen a fuego lento; concretamente al ritmo de la trompeta de Chet Baker; y creo que así es imposible que salga mal.
Me equivoco, porque queda sosa y bastante seca; pero no del todo, pues me parece que para ser la primera el resultado es más que aceptable.
El albariño ayuda bastante, además.
Sobremesa, sobremesa y sobremesa. Hasta las ocho, que bajamos a la playa.
Ducha, y por primera vez en esta semana me pongo unos vaqueros y una camisa. Nos vamos a cenar a Espasante, un pueblo próximo. Llegamos tarde a casa y muy cansados.
El domingo empieza tarde, y cuando bajo a la playa, donde me espera M., ya es casi la una. Desde ayer está fondeado un barco de dos palos precioso, grande, de madera, pintado de verde, antiguo o imitando a uno antiguo. No tiene bandera, ni numeral ni nombre; voy nadando hasta él y leo “tina husted” en los dos roscos salvavidas; nada más. En cubierta no se ve a nadie. Las bajadas a las cubiertas inferiores tienen dos puertas de cristales de colores. Venciendo el miedo que me produce estar cerca de algo tan grande en el agua, me pego a él y lo toco. Tengo el costado sobre mí, veo su sombra debajo, paso sobre la cadena del ancla, que se pierde en el fondo, y me separo no sin cierta prisa...
Pasamos media tarde leyendo en casa, junto a la ventana abierta. Luego, vamos a Bares a tomar un café antes de regresar; ella a su casa, que mañana trabaja, y yo a por Paula y Carlos, con los que me vuelvo a dormir a Vicedo, tras un fin de semana maravilloso.
Es anónima, y lo de contribuido a la felicidad era irónico. Ahora bien, con este post sin duda ha rematado mi verano, mi mes, mi año...Gracias infinitas
ResponderEliminarLo siento mucho. De verdad que lo siento.
ResponderEliminarNadie puede vivir por ti, y a nadie le podemos reclamar nuestra felicidad. Somos responsables de nuestra vida.
Ojalá tú también puedas estar bien. Pero depende sobre todo de ti.
(Lo del verificador de palabros este ya es digno del Dr. Jiménez del Oso: "proar")
ResponderEliminarMe gusta mucho la segunda foto. Y también el velero. Los veleros que normalmente se ven fondeados por ahí no suelen salirse, estéticamente, de lo normal.
Sí, desde luego, lo que es llegar a esa playa y estar en ella, bañarse en ella, cuando todavía está completamente vacía puede ahorrase el intentar explicármelo ;-)
Que siga usted disfrutando de su romance perpetuo con el pueblo.
¡Viva el amor!
ResponderEliminar:-)
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(¿Pero qué es eso de que nunca habíais preparado una tortilla de patatas? Oh, Dios, a ver si va a ser verdad que España se rompe... )
El barco levantó el fondeo esta mañana. Sigo sin saber de dónde era.
ResponderEliminarHoy estaba en pijama preparando el desayuno, con la puerta abierta, y me saludó un tal J. L., de pelo ya blanco. ¿Le suena? Venía de andar, y charlamos un rato encima de la playa.
Jesús, así es. Un cocinero como tú no dará crédito, claro; ya sabía yo que te iba a llamar la atención.
Saludos.
En tortilla de patata, Lola se rindió hace tiempo. Ella habrá hecho 4 o 5 y yo 400 o 500.
ResponderEliminarComo Luis estaba un poco deseoso de tortilla, porque sigue una dieta sin almidón, este sábado que vino a comer le hice una de corazones de alcachofa (de bote) y otra de calabacín y cebolla que se le saltaban las lágrimas.
Los culos de Anónima: Cel.lia se ha convertido en una gafapasta de lo más seria y Sirwood se está dedicando a enseñarnos lenguas raras, así que me he quedado solo y la cosa no tiene gracia.
Un día que vengáis a Madrid os invito a tortilla viendo el proceso (el albariño lo traéis vosotros). Antes la hacía volteándola en el aire, pero ya no tengo fuerza para eso.
Sigue haciéndonos disfrutar.
Abrazos
Venga, para los torpes:
ResponderEliminarhttp://www.campuspringles.com/blog/detall.php?id=32
http://delokos.org/2006/09/29/tortilla-de-patatas-chips/
Si leen con calma verán que es más ilustre de lo que, a priori, parece.
Con el permiso del Sr. Nán, me precio de tortillófilo y les puedo asegurar que da el pego. Lo importante es la rehidratación de la patata con el huevo (en mi caso le dedico diez preciosos minutos). No pierden nada con probar.
Saludos desde la irónica realidad.
¡Me encanta la tortilla de patata! Con cebolla.. con ajo y perejil.. con chorizo.. con queso.. con jamón.. con champiñones.. con casi cualquier cosa.
ResponderEliminarSoy especialista en confeccionar tortillas de patata.
¿Es adecuada la palabra "tortillera" en este caso? Me pregunto.
Tortilleros y tortilleras, ¿nadie va a comentar nada sobre estos celtas incivilizados que acompañan su primera tortilla de patatas con albariño? ¡Con albariño! ¡Por todos los dioses mediterráneos, el albariño no se hizo para la tortilla de patatas, por favor, es de cajón! La tortilla de patatas, como todo el mundo sabe, se come acompañada de un buen tintorro, una cerveza fresca o, a lo más, un vaso de clarete. Vamos, esto es un axioma. Digo.
ResponderEliminarSeñores, señoras...
ResponderEliminarVengo de estrenar el IKEA de Coruña. Que no tiene nada que ver con el tema, pero si no lo digo reviento.
Yo quiero nacer en Suecia!!!!
(Mi gran duda con la tortilla es: qué proporción debe darse entre patata y huevo?)
Buona notte!
:-D
ResponderEliminarJesús, hombre, el albariño vale para todo.Además, es que los huevos eran de puerto de mar.
Filla, yo tengo unas proporciones que no me fallan: un huevo (tamaño L) por persona y dos patatas medianitas. Depende del apetito de los comensales, claro.
ResponderEliminarDel Ikea lo que más mola es montar los muebles y encontrar el tornillo Svinge que se aprieta con la llave Klippan, que une el tablero Vanern con el tablero Gudrun.
:-DDD
ResponderEliminarGracias por las medidas, Last, las aplicaré en la próxima (que sabe dios cuándo será...)
Estoy durmiendo (bueno, ahora no) en una tienda de campaña con mis hijos, en el jardín.
ResponderEliminarPues fíjense que yo debí darle la razón a Jesús, porque aunque el albariño me encanta (me encanta), el otro día me pareció que no iban bien juntos. Claro que lo prescindible, en ese caso, era la tortilla :-D
Pero no vayas a jacaree una idea equivocada de la cultura tortillera gallega por nosotros, Jesús, pobres representantes: aquí la tortilla es también algo institucional y muy cuidado; y muy rico.
En cuanto a Last, que presume de tortillera y de proporciones, me deja sin palabras :-D
Tener IKEA a media hora va a ser el no va más.
Bueno, habíamos salido Paula y yo a hacer pis voy a imitarla y seguir durmiendo...
¡¿Jacaree?!
ResponderEliminarExtraer, o algo así, quise escribir...
Buenas noches.
Por lo que respecta al Albariño que tomaremos en mi casa mientras hago las tortillas, no sufras, Jesús, que es el previo, picando algo que ajunte. No te jacarees una idea equivocada.
ResponderEliminar¿Un irónico me pide permiso? Pero hombre si voy de farol: todos presumimos de hacer la mejor tortilla, el mejor arroz o lo que sea.
Teniendo en cuenta que es normal que le diga a Lola: "Me parece que el segundo cajón de la cocina no ajusta bien" o "creo que la bombilla de la despensa se ha fundido" (fijaos que ni me atrevo a afirmar que una cosa funcione mal), I KE AGO yo con todas estas piezas no me llena de emoción.
(Por cierto, acabo de ver el reloj del ordenador y "me parece" que el despertador se ha desajustado: llevo dos días levantándome a las 5 en lugar de a las 6. Temo que la cosa no tenga arreglo hasta que vuelva Lola).
Y ahora, vamos a lo principal: ¿¡duermes con tus hijos en una tienda de campaña en el jardín!? Me faltan palabras, Portorosa. La próxima vez que dude de su excepcionalidad como padre, me compro una escalerita pequeña, tomo el tren, me presento donde esté, me subo a la escalerita y le doy una colleja. Esto es una amenaza en firme.
Que tengáis un buen día todos.
Menudo post te has marcado. Parece como si fuese real, porque lo escribes desde dentro, desde lo más profundo. Me encanta.
ResponderEliminarMe encanta la foto de M. también la he guardado. Veo que estáis disfrutando las vacaciones a tope, y eso me alegra, porque se que os va a sentar genial y así cargáis baterías.
Me inspira, paz, tranquilidad,..., es... LIBERTAD!!!
Enhorabuena al fotógrafo, y a la modelo (quién tuviera esa silueta...)
Avances en lo mío, creo que hemos dado con el asunto. Como voy poco a poco, te mantendré informado.
Bicos a M.a P.,C. y el último no se si es con C o Z (acaba en "brán")je,je.
Bicos para ti también, Porto.
(Ah!,se me olvidaba; no entendí el sms. Además yo te mande un sms y estos no pueden ser anónimos,...bueno,...ya me explicarás)
Estaba repasando mi post y donde digo "parece como si fuese real", me refiero a que es como si pudiese estar viéndolo, allí. En resumen que describes muy bien. Es que cuando lo leí, no me gustó como quedó.
ResponderEliminarNo encontré nada sobre el maridaje del albariño con la tortilla de patata, pero sí a la diosa de la cocina que, me temo, aficiona a cualquier a la cocina. Búsquenla en youtube, por favor: http://www.google.com/images?q=tbn:8i3IR5D4SRDigM::img.dailymail.co.uk/i/pix/2007/11_02/nigellaMS1611_468x554.jpg&h=78&w=65&usg=__pGK-7Z2BAfiDL7ju0r8Qu0Tzt3A=
ResponderEliminarSaludos desde la irónica y enamorada realidad.
pues sí aficiona, sí.
ResponderEliminarPorto, leo mal, o es verdad que estas enamorado?, pero mas tengo la impresion que pareces querer contener tus sentimientos, como el temor de llegar a amar profundamente...y Por que le dices a anonima que lo sientes?...Yo creo que no hay nada que lamentar si dos quieren, no?.
ResponderEliminarPerdona mi indiscresion, pero hoy llevo una mañana llena de preguntas y porques...
Me hace gracia, eso que NáN, ya no voltea la tortilla en el aire y que no tiene fuerza para aquello...pobre la mujer de NáN!!!Hum NáN hijo no es necesario que llegue Lola para arreglar lo de la hora en el ordenador, es simple vaya al boton inicio y restaure sistema.
Ah, Rociolat, no. El reloj del ordenador es el que me dice la hora de verdad. Es el despertador mecánico. Lola tampoco sabe arreglarlo, pero puede ir a una tienda y comprar uno.
ResponderEliminarYo hago tortillas, pero no entro en tiendas (que no sean de alimentos).
(entre nosotros, Rociolat, está enamorado sin miedo alguno a estarlo).
http://networkedblogs.com/6gaI8
ResponderEliminarPara los albariñeros.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPero bueno!
ResponderEliminares que Nán no me han dado ustedes tiempo
yo todavía estaba intentando recuperarme del hecho de que Porto haya piropeado a una mujer concreta y en público, y digo concreta porque tiene una inicial y una página web y hasta un nickname y no se trata de su barrendera, ni de una dependienta, ni una camarera. Y digo en público porque lo ha publicado.
Claro que también ha quedado así colgado lo de "sobremesa sobremesa sobremesa..."
y yo es que pienso en mis sobremesas y deduzco que todo el mundo tiene sexo haciendo la digestión, que es cuando es más perezoso y dulce como los melocotones...
y claro
eso y que porto insinue que tenga vida sexual, él tan serio con sus estudios y sus psicoanálisis y esas cosas...vamos que se ha puesto tejanos y una camiseta...
porto se nos está desmelenando.
Es todo difícil de digerir, com el tema de la tortilla de patatas...
que por cierto, el mejor maridaje para una tortilla de patatas es una cerveza de toda la vida, coño.
Nán, no sé porque usted me llama "gafapasta"...me duele en el almita, de verdaz.
Eh, querida, y una camisa; he dicho unos vaqueros y una camisa. Y porque el resto del tiempo, aquí, estoy en camiseta y pantalón corto.
ResponderEliminarAhí donde me ve.
Me alegro mucho de verte. Y tan intuitiva como siempre ;)
¿A que sí, Cel.lia? ¿A que podíamos pensar que Portorosa ere el personaje perfecto de una novela racional?
ResponderEliminarPues ya ve, ya vemos, es un ser humano como todos que públicamente piropea a una mujer.
Ha sido entrar usted y zás-zás, se ha cambiado el tema y ya estamos todas pensando en culos que suben y culos que bajan. El blog de Portorosa no es lo mismo si no crea derivaciones que no tienen que ver con el tema original. ¡Bravo!
Pero por un solo comentario, no retiro la afrenta (y eso que la mayoría no sabe, como sé yo, de qué manera va vestida usted a dar conferencias). De momento está lanzada y haya guerra si tiene que haberla.
Olé, olé y olé.
ResponderEliminarBienvenida Cel.lia por traer los puntos sobre las íes.
Saludos desde la irónica realidad.
Pd.- El "palabro" que todo lo sabe, adivina la temática sexual e insinúa el efecto de tanta excitación: priapt
no sé si cada sobremesa cuenta un orgasmo, o es una manera de hablar del tiempo y de la siesta.
ResponderEliminarPorto se está soltando, ahora parece casi feliz, y casi consciente de que lo es. Dentro de poco incluso no necesitará detenerse y meditar sobre su consciencia de la felicidad.
Démosle tiempo (y preservativos)
Nán yo doy conferencias sesudas en las que pongo de fondo fotografías de Jackie Kennedy. Soy así de glamurosa.
y el palabro dice: "asest" que viene de asestar una estocada, así, como los puntos sobre las ies que dice nuestro irónico anónimo que pongo yo. Casi casi como banderillas.
Olé!
:-)))
ResponderEliminarMe tienes calado.
Dentro de poco incluso no necesitará detenerse y meditar sobre su consciencia de la felicidad.
ResponderEliminarEstá muy bien esto, Celia.
lo sé
ResponderEliminar;)
es la clave de la auténtica felicidad