Diario de vacaciones: la llegada
Este DIARIO DE VACACIONES se debe a una sugerencia de Jesús Miramón.
A él se lo dedico, porque bien se lo merece después de tantos años regalándome lecturas magníficas... y para chantajearlo para que vaya a Madrid en septiembre :)
[16 de julio]
Al final, hasta las doce y pico no salimos de casa. Llegamos a Vicedo algo más tarde de la una y media, con Carlos durmiendo durante todo el viaje y luego mientras nos instalábamos, ya en el sofá de la casa.
Para empezar bien, fuimos a comer fuera, al sitio de siempre (más que nada, porque no hay otro). Paula quería pulpo y calamares, y Carlos croquetas, así que dejé pasar con pesar el bonito en salsa del menú.
Y a la playa, por primera vez. Los niños estrenaron accesorios y agua; yo no.
Leí. El libro de Todorov (el que aparece aquí a la izquierda, que ahora sí estoy leyendo, por fin) está muy bien. Habla, por el momento, de civilización y civilizaciones, de cultura y culturas, y de barbarie; y de identidades colectivas. Trata problemas actuales relacionados con el contacto entre diferentes modelos de sociedad, originado por las nuevas relaciones internacionales, la accesibilidad que proporcionan las comunicaciones y, por supuesto, las migraciones.
Les dejo algunas frases interesadamente escogidas:
No hay culturas puras y culturas mezcladas. Todas las culturas son mixtas. [Las culturas] están en continua transformación. (...) no tienen esencia ni “alma”, pese a las hermosas páginas que se han escrito sobre el tema.
Pretender encerrar al individuo en su grupo de origen es ilegítimo, ya que supone negar una valiosa característica de la especie humana, la posibilidad de desprenderse de lo dado y preferir lo que uno mismo ha elegido.
...una condición necesaria para que irrumpa la violencia es reducir la identidad múltiple a identidad única. Para matar a mi vecino porque es tutsi debo olvidar todas sus demás pertenencias.
Es muy frecuente incluso que para los guardianes de la memoria los historiadores sean los que les impiden pensar lo que quieren.
Si la mirada de los otros no gratifica mi excelencia individual, busco la confirmación de mi ser en la comunidad de la que formo parte. (...) mitiga nuestras inquietudes.
“Saber quiénes somos es también entender a dónde vamos” es un postulado muy discutible (...), como si jamás pudiéramos desarraigarnos de lo que somos para ir a otro lugar.
Los deberes públicos y los sentimientos personales, los valores y las tradiciones no se sítuan en el mismo plano. Sólo los estados totalitarios hacen obligatorio el amor a la patria. (...) Las elecciones afectivas son asunto de cada individuo.
La identidad nacional escapa a las leyes, se hace y deshace cada día mediante la acción de millones de individuos que viven en ese país...
Y bueno, los niños tenían hambre y frío, como en la canción, así que subimos a casa (lleva más o menos un minuto y medio).
Aún tuvimos tiempo de ir a la compra dando un paseo. Vimos un vagabundo extranjero, alto, delgado y demacrado, que chapurreaba inglés y francés y con el que cruzamos unas frases. Los niños estaban bastante asombrados, así que fui imaginándole con ellos diferentes explicaciones y, sobre todo, intentando que viesen qué significaba y qué no significaba llevar esa vida.
Nuestro primer día acabó viendo “Hércules”, que quería ser dios pero, cuando lo consiguió, prefirió el amor. Se había hecho sabio.
sobre todo me ha impactado esta frase"...una condición necesaria para que irrumpa la violencia es reducir la identidad múltiple a identidad única. Para matar a mi vecino porque es tutsi debo olvidar todas sus demás pertenencias."
ResponderEliminarel libro queda apuntado en futuras lecturas.
"Pretender encerrar al individuo en su grupo de origen es ilegítimo."
ResponderEliminarEn cualquier grupo es ilegitimo, los grupos los veo como un contrato de mínimos no de máximos y el concepto que cada uno tiene de si mismo no es su identidad , es su mentira intima.
Caray, muchas gracias, Porto. Pulpo, calamares y croquetas: ¡mi menú favorito! Ellos sí que saben. Un abrazo.
ResponderEliminarun diario de vacaciones??..me encanta, que gran idea.
ResponderEliminarEl libro va para el fondo de nuestra libreria.
Y necesitas un cuaderno de lecturas pero ya. Pensaré en ello.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminary si yo necesito un movil nuevo...un iphone como uno que yo me se
ResponderEliminarHay un vecino al que deseo matar, pero como no es por nada de eso de las identidades culturales sí vale, ¿no, Porto?
ResponderEliminar¡Y cómo pretende comparar un bonito guisado con las excelencias de los calamares, el pulpo y las croquetas, hombre, Porto, que está usted en las nubes! He decidido que solo comeré contigo cuando estén tus hijos y ellos elijan.
Sin duda, Hércules es sabio. Ahora que he vuelto al trabajo, leer que algunos viven a minuto y medio de la playa no ayuda, no.
ResponderEliminarSaludos desde la irónica realidad.
"Si la mirada de los otros no gratifica mi excelencia individual, busco la confirmación de mi ser en la comunidad de la que formo parte. (...) mitiga nuestras inquietudes."
ResponderEliminarMira, esto es algo que llevo observando desde el instituto.
Y siendo frívolo, disculpas, te diré que entre esta entrada y la otra más reciente... chico, qué lecturas acometes en vacaciones. A mí me chafaría los días al sol.
El libro vale mucho la pena, creo yo. Os lo recomiendo.
ResponderEliminarNada, NáN, si es así sin pegas. Ah, en mi descargo diré que SIEMPRE tomamos lo mismo, aquí...
Hola, Perplejo, y sé muy bienvenido (¿te lo había dicho ya?). Yo opino lo mismo. Esa es la razón de ser de las tribus urbanas, las pandillas, las peñas, las sectas y un montón de cosas consideradas normales. Lo difícil es no buscar cobijo.
Las banderas, los emblemas, los uniformes y las pegatinas grupales; las adscripciones en general, los símbolos de pertenencia: en todo eso tiendo a ver yo una pérdida de independencia y una necesidad de refuerzo.
Pero me equivocaré en muchos casos, me imagino.
De todos modos el libro (que se lee muy bien) aclara que no hay por qué elegir entre el desarraigo y la pertenencia. Y de hecho deja clara la importancia de las identidades colectivas como componente y referencia esencial (optativa si queremos y podemos, eso sí) de la personalidad individual.
Hala.
Besos y abrazos.