Diario de vacaciones: tercer y cuarto días
[18 de julio]
Paula y yo escribimos nuestros diarios cuando M. y E. aparecen en el jardín. Ella los acompaña a la playa con su neopreno, su paipo y su melena rubia al viento, cual surfera australiana. Yo me quedo con Carlos, que se acaba de levantar y aún tiene que desayunar.
Por fin me estreno nadando, yéndome un par de veces lejos de la orilla y disfrutando del mar y de lo que se ve desde él. Los niños se van soltando en el agua; seguro que dentro de unos días harán cosas que ahora no se creerían.
Comemos fuera (lo han adivinado, en el mismo sitio), y yo consigo añadir al pulpo y los calamares una ración de carne asada, y volvemos paseando. Hago las meriendas y nos vamos a andar por un camino donde vemos señales de peligro, manchas de sangre, plantas con vainas extraterrestres, rastros de lobos y de fantasmas, etc.... Bueno, o como si los viéramos.
Vemos también Bares, del que les hablaba ayer, enfrente.
Los niños, después de dos horas y media de caminata siguen echando carreras, e incluso aguantan, de noche, una película (es muy coñero el genio de Aladdin, ¿no?).
[19 de julio]
Me levanto a las siete y media porque el fontanero dijo que vendría a primera hora.
Llega, tras dos llamadas mías, a las tres.
La impuntualidad me molesta bastante, pues tiendo a ver en ella falta de consideración. Pero estas informalidades tan frecuentes entre algunos profesionales (meses después de arreglar la que luego fue mi casa, un piso antiguo, yo aún soñaba con el contratista) me parecen el colmo.
Cuando aparece, pretende meter “mi” manguera, la del jardín, allí colgada, por el desagüe; por la tubería que va a la fosa séptica. No sé si se hacen una idea; tengo una foto de la arqueta pero mejor no se la pongo, por si están comiendo.
- ¿Va a meter esa manguera?
- Sí.
- Mire, a mí la manguera me da igual, pero si la mete, aquí no la quiero. Después la tocan los niños...
- Pero se lava.
- Ya, se le pasa un agua: no, si la quiere meter métala, pero no me la deje aquí.
Y desaparece. Tras media docena de llamadas, consigo localizarlo ¡a las nueve de la noche!
A lo mejor hay algo que se me escapa. A lo mejor yo espero un tipo de comunicación que está fuera de lugar. No sé. Pero desde luego no entiendo nada.
Por suerte, a las cinco decidí que ya estaba bien y salimos.
Pero, en la misma línea desmitificadora, al llegar al parque infantil del pueblo entre las madres me encuentro con una con su hija, de unos dos años, llorando. Supongo que ha habido denuncias a padres, por cachetes dados en público, que no tenían ningún sentido y han originado verdaderos disparates; pero viendo cómo y cuánto le pega, se me pasa por la cabeza esa opción. Sé por experiencia lo fácil que es a veces perder los nervios, y lo a mano que para su desgracia están los niños; pero esto me hace hervir la sangre.
No obstante, también sé que cuando un padre pega tiene un problema, y como era de esperar, a juzgar por el gesto que mantiene el resto de la tarde esa mujer tiene muchos más problemas que el comportamiento de su hija. En fin...
Salvando ese episodio, es una tarde agradable. Los niños juegan mucho, solos y con los demás. Y yo aprovecho para escribir. Luego vamos al local social del pueblo, donde me beneficio de la wifi de Internet Rural. Tomamos algo y acabamos jugando los tres al futbolín con otro niño y su abuela; nadie da pie con bola (nunca mejor dicho), pero nos reímos.
Las vueltas a casa son muy agradables, los tres hablando muy tranquilos. Yo creo que es casi lo que más disfruto, que voy a los sitios por ir y volver. Pasamos por el muelle y junto a la playa vacía; hoy no ha hecho muy buen día, y además ya son las nueve.
No hay peli, estaban demasiado cansados, así que por la noche yo salgo al jardín y me siento de espaldas al mar, mirando la casa e imaginándomela mía.
lo de la pulsión por ser propietarios de las cosas que nos gustan, ¿es una cosa genética que tenemos los humanos?
ResponderEliminaraunque en tus manos estaría mejor esa "choza" que en las de su actual propietaria.
En defnitiva, sería mejor para el conjunto de la humanidad.
Ahora lo entiendo.
Me gusta mucho tu diario, Porto.
ResponderEliminarEnvidio sumergirme desde Madrid.
«Las vueltas a casa son muy agradables, los tres hablando muy tranquilos. Yo creo que es casi lo que más disfruto, que voy a los sitios por ir y volver. Pasamos por el muelle y junto a la playa vacía; hoy no ha hecho muy buen día, y además ya son las nueve.»
ResponderEliminarMe encanta este párrafo. Ir a los sitios por ir (y volver). Ese es uno de los grandes secretos.
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Sobre algunos «profesionales» y su formalidad: yo también reformé una casa antigua en Zaragoza y durante años soñé con el contratista. Él no lo sabe pero fue ejecutado de mil modos, a cual más lento y cruel.
Un abrazo.
Necesitas un Sr. Lobo...yo tengo uno pero solo lo presto bajo juramento de no romperlo.
ResponderEliminarEl genio de Aladdin es total....Pide lo que quieras..pero no puedo resucitar muertos, no puedo matar a nadie y no puedo hacer que un alguien se enamore de otro alguien....
Genial.
Pásalo bien.
Bueno, en este caso la razón, aunque haya otras más inconscientes radicales (de raíces), está clara: asegurarme que podría disfrutar siempre de esto, que es lo que me gustaría.
ResponderEliminarGracias, Aroa; me encanta que te guste.
Y a ti, Jesús. Es cierto, eso, el cómo, es lo mejor; mucho más que el qué.
Por eso también ocurre lo contrario, claro. Que dan igual los maravillosos planes que lleves a cabo: una mala actitud, el mal humor, hacerlo sin ganas, lo estropea todo.
Así que estemos atentos al cómo :-)
Buen día a todo el mundo.
Ay, gracias, Moli, que no te había visto.
ResponderEliminarNo sabía si contestarte ya o esperar a tu segundo comentario... :-D
jajajajajaja....que cabrito...estoy en el curro...desde aqui no necesito dejarte dos mensajes....y además no te quejes..que te encantan!!!
ResponderEliminarSon geniales estas vacaciones con vosotros tres.
ResponderEliminarY no se llega tarde a nada, Porto (incluso si no se llega nunca).
Un abrazo.
el comentario de la tardanza no es por el fontanero, obviamente, sino por un comentario tuyo en mi blog.
ResponderEliminarEsss...tupenda foto.
ResponderEliminarSólo jodería que un "currito" hiciese aparación "a primera hora" después de anunciar que aparecería "a primera hora". Supongo que no hay antecedentes de eso.
Es todo tan chulo, Porto y los rubitos dejando que el tiempo se ajuste a ellos.
ResponderEliminarNi el currito del "le damos un aclaráo y hasta el Papa bebería de ella" puede romper eso.
Bueno, ya he solucionado lo de la foto.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos.
Pobre niñita.
ResponderEliminarQué vacaciones más chulas les estás proporcionando a tus peques :)
Vaya dos extremos.
Bueno, Last, ya sabes que no es oro todo lo que reluce. Todos los días hago algo mal, te lo aseguro :)
ResponderEliminarUn beso.