De banderas
Salvo en los partidos de fútbol internacionales, la patria "política", en el sentido de Cicerón, es decir, el Estado, ya no es objeto de cariño en Europa...T. Todorov, El miedo a los bárbaros
Estos días hemos asistido a un espectáculo insólito aquí y, en general, en toda España: las banderas en las ventanas.
Personalmente, creo que las razones del fenómeno se resumen en dos, y a múltiples estados intermedios combinación de ambas:
- Deportivas: como quien pone una del Madrid, del Barça, o un lazito verde por su equipo local. Esta opción, teóricamente apolítica, en realidad no lo es tanto, pues como mínimo presupone que no se es antibandera o antibanderas; que no es poco presuponer.
- Políticas: básicamente atienden, en especial en Autonomías como Galicia, al razonamiento "Tal vez por única vez en la vida puedo poner una bandera de España sin que me llamen facha: esta es la mía"; aderezado seguramente (lo cual explicaría el despliegue que al parecer ha habido en Cataluña) con un "Y de paso que se jodan los rojos y los nacionalistas [periféricos, se sobreentiende]".
Pero para mí, la imagen que da una visión más lúcida, exacta y comprensiva de lo que significan esta bandera y las banderas fue la de una señora, el otro día en la terraza de un bar, usando el asta de una para hurgarse entre los dientes.
A mí me cuesta creer que en este país (y esta vez me refiero a España) detrás del uso de una bandera no haya una razón política, sea cual sea el motivo para usarla.
ResponderEliminarY esto no significa que esté de acuerdo, solo que considero que la bandera está absolutamente politizada, por todos los bandos.
yo creo que es una cuestión de identidad, más intensa (política), o menos intensa (facha españolista).
ResponderEliminarla identidad interesante es la primera. Porque es espontánea, no está dirigida políticamente.
la última no es propia más que de una tribu urbana (al menos galicia), relativamente abundante en lugares como ferrol.
La bandera, en este país, era de un bando. Me gusta que se les haya quitado la exclusividad. La bandera es de una selección de fútbol de gente que juega estupendamente y lo hace en equipo. Me gusta eso, porque nos han dado una emoción del carajo y ahora que se ha terminado el mundial, pues las quitamos y santas pascuas. Bandidos, sí; pero abanderados, ni hablar.
ResponderEliminarMe gusta haber sido feliz y ver a tanta gente feliz. No hay que darle muchas vueltas. Y los nacionalistas, Morelli, creo que son todos iguales, aunque estén en fases distintas del crecimiento orgánico de las naciones. Se basan en que unos son mejores que otros. Por eso no pueden compartir las cosas.
Mucho estoy leyendo sobre identidades, en el libro de Todorov. Está muy bien (es que ahora lo estoy leyendo de verdad).
ResponderEliminarYo creo que ambas opciones se dan. Cuantificarlas ya es más difícil.
Supongo que lo de las banderas tiene lecturas distintas según las Autonomías.
Besos.
estoy de acuerdo con Nan en lo de las banderas. Un bando se había apropiado de ellas, quizás por que el otro se las había dejado arrebatar.
ResponderEliminary sí, la gente fué simplemente feliz, pero supongo que en base a su identificación profunda con una idea de España que, curiosamente, ningún partido político defiende.
dos siglos despues de definirnos como nación contra los franceses, lo hemos vuelto a hacer contra los holandeses.
De todas formas me consta que algún que otro nacionalista gallego disfrutó, como el que más, el triunfo de la selección.
"Supongo que lo de las banderas tiene lecturas distintas según las Autonomías."
ResponderEliminarDiscrepo: es según las personas, a mi entender.
Lo de las banderas, tendría ud. que ver mi pueblo el día del Corpus y el día del Carmen, allí bien juntas que ponen mi madre y mi abuela las banderas gallega y española, como Dios manda.
La bandera no deja de ser un símbolo de identidad lo que, indefectiblemente, nos diferencia o nos asemeja a otros. Lo que cada uno haga con la bandera, al caso, hurgarse los dientes, finalmente nos identifica como individuos.
Saludos desde la irónica realidad.
Es según las personas, claro, como todo, pero también según las Autonomías: el entorno influye, y mucho, queramos o no, lo sepamos o no.
ResponderEliminarIncluso en el hipotético caso de alguien que no supiese dónde vive o se mantuviese al margen: sus actos serían diferentes por la diferente lectura que de ellos haría su entorno.
¿Morelli, y qué idea sería esa, según tú?
(Yo los vi. A los nacionalistas. Vi incluso a alguno con camiseta roja y gritando "España, España". Lástima de fotos para chantajear...)
Yo soy uno de los que puso bandera en la ventana. Y uno no se hizo demasiadas preguntas previas sobre por qué lo hizo. Por inercia colectiva; por identidad con un equipo de fútbol al que sigo desde antes de España'82; porque, como dice usted, por una vez en la vida se puede hacer sin prejuicios... Yo qué sé. Porque me apunto totalmente a lo de Nán. Porque sí, porque me da la gana, porque fuí feliz, porque soy español, porque no tengo que darle más vueltas.
ResponderEliminarYa que se alude a ellos en algún comentario, aprovechando, y porque si no lo digo reviento. ¡Qué grimita me dan los nacionalistas gallegos!.
Otro elemento que es un buen ejemplo de qué es una bandera son las guirnaldas de banderitas triangulares que representan a los países más sencillos del planeta. Esto se da en las fiestas de pueblos de calles estrechas o en el barrio Lavapiés.
ResponderEliminarNo te ponen Sri Lanka, claro, pero sí sacan a Brasil porque el verde y el amarillo son muy animados de ver.
¿Es un homenaje a la interculturalidad? ¡Que va!
La bandera en sí misma, depende cómo se use, puede ser un símbolo que representa orgullo y júbilo por el simple hecho de existir, ser alguien.
Visto así, las banderas molan.
La foto existe, Porto, pero la tenemos a buen recaudo. :-P
ResponderEliminarRiley, hombre, explíquese un poco más. Por qué le damos grima? O qué es exactamente lo que se la da?
Yo, que soy nacionalista (con carnet y cuota mensual) puedo entender que no comparta mis opiniones pero que yo, sin conocerme, le provoque grima... Hombre, me cuesta creerlo.
en una ocasión un profesor de la facultad destrozó una maqueta de un proyecto que había presentado un alumno, diciendo "esto es un proyecto estúpido"
ResponderEliminarel alumno se quedó perplejo mirándole con rabia, sin saber qué decir.
el profesor le dijo, como para tranquilizárle: "me estoy metiendo con tu proyecto, ojo, que es una mierda, no me refiero a tí".
Aunque eso no quita que cualquier persona, aunque sea nacionalista, pueda darte grima.
Una nacionalista que no ataque a los otros, Filla, no es una nacionalista, te pongas como te pongas y pagues cada mes lo que pagues.
ResponderEliminarOtro nacionalismo es posible :-)
ResponderEliminar¿Politicidad? Claro, siempre habrá quién, y siempre queda esa inquietante pregunta de de (mira Porto, ¡dos "de" juntos! ¿Te acuerdas? ¿Están bien ahí?) dónde narices han salido todas y de quién las tenía antes, y por qué razón las tenía.
ResponderEliminarPero en cualquier caso a mí todo eso ya no me importa un comino, ni creo que tengáis razón al hablar de naciones definiendose y politizaciones, porque, ¡¡¡cosa gloriosa!!!, España por fin ha conseguido dejar de ser un país para ser un equipo de fútbol.
¡Y qué equipazo, encima!
El uso de la bandera española estos días creo que ha tenido mucho más que ver con la identificación con un grupo de muchachos españoles que con España en sí.
ResponderEliminarQue algunos le encuentren o busquen alguna servidumbre política, pues es posible, pero en este caso ha sido excepcional.
He visto como se portaba la bandera de una forma festiva y sana, sin partidismo ni ideología de por medio.
Con respecto al nacionalismo, sea gallego, catalán o español, dependerá de las personas, pero de primeras, y prejuzgo, me produce repelús, porque aunque se vende como identidad común, en demasiadas ocasiones se transforma en la forma de diferenciarnos de. La búsqueda de las diferencias con respecto a la tribu de enfrente ha solido traer muchos quebraderos de cabeza y suele ser el germen de enfrentamientos.
Somos animales tribales y, si bien es cierto que el patriotismo político está de capa caída en Europa, otros tipos de tribalismo lo sustituyen sin ningún problema.
Anoche, en una terraza, una señora repugnante con pulsera de la bandera española y cinta del perrito con la bandera española, se detuvo a decir estupideces en la mesa de al lado. Se despidió diciendo: "Estas banderas no las llevo por el fútbol, sino porque soy española al 100%". Y pensé, pues te jodes, que os la hemos arrebatado y tenéis que ir dando explicaciones.
ResponderEliminarY como no hay nadie por aquí, un pensamiento minimalista: Me gustan las banderillas que te ponen el los bares con la cerveza.
ResponderEliminarAy, Nánciño, que es que yo no vengo nada, que casi estoy sin internet, y dedicado a otros menesteres.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esta mañana empecé a escribir un Diario de vacaciones, siguiendo la sugerencia de Jesús. Pero ya digo, sin conexión. Cuando pueda publico algo, pero no será pronto.
Eso, abrazos a todos.
La identidad es algo que se reivindica mucho, es curioso queremos ser reconocido como nos vemos nosotros pero por otros,, es decir "Tu me has de ver como yo me veo". Hay un fallo de raíz en esa idea.
ResponderEliminarTe recomiendo que leas las citas del último post, Francis.
ResponderEliminarUn saludo.