28.7.10

Diario de vacaciones: fin del décimo día, undécimo y duodécimo

[Este es mi post número 500]

[25 de julio]

Vuelvo con los niños a Vicedo.

Paula y yo hablamos todo el viaje sin parar, contándonos nuestros respectivos fines de semana. Hablamos tanto que me paso de la salida en la autovía y tenemos que venir por otro lado. Pero gracias a eso nos encontramos caballos salvajes en la carretera, y hasta tenemos que parar para que crucen.

A Carlos ya lo he recogido dormido, y sigue durmiendo... justo hasta que lo acuesto. Se despierta, quiere cenar y tarda unas dos horas en volverse a dormir.

Estamos en casa otra vez.



[26 de julio, con su noche]

Carlos comprobando que el velero verde ya se ha ido

Hoy vienen mis padres y mis tíos a pasar el día, así que vamos pronto a la tienda y cuando llegan ya estamos en la playa. Bajan y nos quedamos un buen rato antes de subir a comer. Los niños muestran a los mayores sus progresos en el agua, claro (a Paula le he traído las gafas de nadar, y a Carlos le he quitado un flotador más del cinturón); los mayores disfrutan de ellos y recuerdan otros tiempos.

El contacto entre nietos y abuelos me parece, en general, muy enriquecedor y una suerte para ambos. Es cierto que actualmente ha surgido, a la fuerza, una figura nueva, la de los abuelos-cuidadores, que poco tiene que ver, creo yo, con la de siempre: demasiado tiempo, demasiadas responsabilidades y demasiado trabajo los convierten casi en sufridos sustitutos de los padres, con casi todas sus servidumbres y pocas de las prebendas de los abuelos tradicionales. Pero no es nuestro caso, y por eso a menudo me siento un poco egoísta con ellos; con mis padres y con mis hijos. Lo cierto es que a mí el tiempo me sabe a poco, pero aun así creo que debería dejarles disfrutarse mutuamente más a menudo.

Comemos muy bien. Y a media tarde bajo de nuevo a bañarme con Paula y Carlos y mi tía A., a la que siempre le han encantado los niños. Ellos juegan mucho con ella y con otros niños que ya les suenan del parque o de otros días en la playa.

Y poco antes de que se marchen monto en el jardín la tienda que nos han dejado. Había prometido una noche de acampada esta semana, y hoy es tan buen día como otro cualquiera: nada más empezar empieza a lloviznar.

Ya de noche, y tras preparativos sin cuento, cerramos la puerta de casa y nos metemos en la tienda. Ellos abrigados y con saco; yo menos, y con una manta, los dos móviles, agua para todos y... un cuchillo. En fin, les aseguro que si no estuvieran los niños no dormía yo ahí fuera ni loco.

No obstante, la sensación de escuchar tan fuertes el mar y el viento estuvo bien.

Nos dormimos, de menor a mayor.



[27 de julio]

Al final, y tras un paréntesis de casi una hora en vela a eso de las cinco porque Paula quería ir al baño (pueden comprobarlo en los comentarios del post anterior), nos despertamos a las nueve.

Balance: asados casi todo el tiempo, apretados toda la noche (yo en medio y los tres casi sin poder movernos) y la certeza de que o contamos con una tienda más espaciosa o va a ir de camping Rita.

Consigo plegar la tienda de fácil montaje y empezamos la jornada, en la que esperamos a mis cuñados y al primo de Paula y Carlos.

Pasamos casi todo el día en la playa. Me encanta ahora que los niños quieren nadar conmigo.

Hoy ha sido el día que más me he alejado nadando. Es un verdadero placer quedarme allí en medio, mirándolo todo y dejándome llevar por el mar.

De lo leído estos días, me quedo con los conceptos weberianos de ética de la convicción y ética de la responsabilidad, que desconocía. Y con el uso que hace Todorov de ambos para analizar algunos de los sucesos relacionados con el islam que más repercusión mediática han tenido en los últimos años; entre ellos, el de las caricaturas de Mahoma. No puedo resumírselo aquí, pero de nuevo les recomiendo su lectura.

Ya solos, vamos a cenar los tres a O Barqueiro. Paula lleva unos días empeñada en que las cejas no valen para casi nada, y de camino me lo vuelve a decir. Tendré que enseñarle esta casa:

Porto de Bares

Volvemos pronto a acostarnos.

En la cama.



26 comentarios:

  1. Qué bonito viaje, señor.

    Y sí, qué corto se ha hecho con lo que a usted le gusta dilatar el tiempo.

    Me encanta como ha pasado de los nuevos conceptos weberianos aprendidos con la inutilidad de las cejas, como sostiene su señora Paula. Un detalle salingeriano -por decir alguien- que da esos toques brillantes en su manso diario.

    Y me deja blandito, tontorrón, que todo acabe con sus nenes que no pueden más y acaban dormidos, ¿soñarán con los caballos salvajes?, ¿con las películas que han ido a ver con sus papis?

    Enhorabuena por este diario y por sus vacaciones, bien aprovechadas.

    Un abrazo y un respeto.

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  2. ¿Está Vicedo en Ibiza? La primera foto es exacta: toda la grandeza pitiusa de la costa lucense. Conmueve.

    La que veo por mi ventana, la de A Morte le dicen, también conmueve. E impresiona.

    Saludos desde la irónica realidad.

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  3. Muchas gracias, Perplejo, muchas. Pero veo que algo he hecho mal, pues al parecer ha entendido usted que ya nos hemos ido y las vacaciones han terminado, y no es así... ¿Será por no tener claro cuál es mi casa :-) ?

    ¡Ay, estas costas, Irónico! Pero las comparaciones son odiosas.

    Buenos días a todos.

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  4. Cuando su hija se convierta no en adolescente, si no en algo más que adolescente, y tenga esa madurez emocional de saber lo que significa "seducir" sabrá perfectamente, para que sirven las "cejas".

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  5. Ah, ¡coño!

    Pues nada, nada, no quisiera recortarle ni un ápice sus días de vacaciones.

    He entendido lo de volver a casa como un volver absoluto, en efecto. Pero me alegra que se trate de un volver parcial :)

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  6. Porto, se ha dado cuenta de que los nuevos comentarios se le han "descarajotado"?

    Y así no hay quien siga nada, hombrepordios!

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  7. Ya. No sé qué pinta Obama ahí; qué afán de protagonismo. Ya verás como lo vea Morelli...

    Perplejo, falta poco pero falta ;-)

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  8. Celia, me gustaría verla ligando a base de movimientos cejiles.

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  9. De momento, la hemos visto hermosamente de espaldas en un hermoso paisaje.

    ¿Qué pasa con Obama? Porque si fuera que su señora e hija van a Marbella de vaciones, pues vale; un tema de lo más interesante.

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  10. Pues yo una cosa le digo, ¿eh?; y cada uno que piense lo que quiera: a mí, los macarrones con chorizo, y en general con casi todos los acompañamientos, me están más buenos refritos en la sartén que hechos al horno.

    Ahora, allá cada cual con su responsabilidad.

    S.

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  11. Porto, lo siento mucho
    pero me abstengo muy mucho de hacer caídas de párpados, y alzamientos de cejas a hombres con descendencia.
    Es preferible sacarles la lengua, les hace mucha más gracia. Y les dan ganas de dar zotainas en el culo.

    Uy! he dicho culo!

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  12. ¡No, si lo de decir culo no es nada, al lado de la confesión de que le gusta que le den azotainas!

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  13. zotainas, no azotainas. Ni me he atrevido a preguntarle.

    Pero vayamos al tema, están mucho más ricos si en el recipiente que se hagan, siempre sobre fuego-nada de horno, se deja que el chorizo dore (o sea, oscurezca su rojo) y precisamente en esas grasilla que ha soltado el chorizo es donde se empapan ligeramente los macarrones.

    En realidad decimos lo mismo, pero de modo distinto.

    ¿Ha visto ya, Porto, lo buena moza que es la Cel.lia de espaldas?

    Voy a meterme en lo de Obama, que me tiene intrigado.

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  14. sí claro porto
    y me hago dos coletas y me pongo el uniforme de las carmelitas...
    siga soñando!

    Nán, esta noche buscaré una fotos de esas con las gafas y las aletas, ya verá como retira lo de buena moza.

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  15. Rayados, los macarrones rayados son mucho mejor que los lisos.


    S.

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  16. A veces se comporta usted como un niño. La forma no afecta aquí al fondo.

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  17. Por favor, Cel.lia, hágalo.

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  18. No, no, ¿a usted le van esas cosas? A mí me van las submarinistas con gafas y aletas. ¡Esa elegancia al caminar!

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  19. por cierto, ¡no estamos celebrando lo del post 500!
    Eso lo añadió después, ¿no?

    Mucho postín es eso.

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  20. Soy la prima N. y tengo una bolsita de jueguetes para regalar, pase usted cuando disponga a por ellos o se los acercaré un día de estos.

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  21. A ver, a ver, que ha sido ella la que ha empezado diciendo que hacía no sé qué porque sabía que eso me daría ganas de darle unos azotes. Que luego todo se tergiversa...

    Es que lo de los 500 posts lo descubrí entrando después en mi escritorio. Sí que son posts, sí; parece mentira.

    Gracias, N. Pasaré en agosto, ya.

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  22. Perdón
    es usted solito el que ha llegado a esa conclusión. Cree sinceramente que con la mala leche que me gasto iba dejar que a mi nadie me diera zotainas en el culo sin cruzarle yo luego la cara de una hostia?

    Porto, celebre sus 500 posts aprendiendo a hacer tortilla de patatas.
    :D

    Nán, ya colgué la foto.

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  23. Ohhh, magnífica. Como le dije allí, entre esa foto y la frecuentación veraniega de Portorosalandia, retiro oficialmente lo de gafapasta (pero temporalmente, ¿eh?, que si vuelve a las andadas lo reinstauro).

    ¿Ves, Portito? Empiezas bromeando y estás a punto de ganarte una hostia. Y además, merecida. Ay, la juventú, que solo aprende a palos.

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  24. Yo qué sé. Las perversiones particulares son tan inimaginables desde fuera...

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  25. yo ya soy vieja para ser una joven promesa

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