John, Paul, George and Ringo
[Lo siento, María]
Cuando alguien mitifica algo, las razones por las que le gustaba dejan de importar; ese algo ya no es atractivo por cómo es, sino que es él el que hace atractivo a todo cuanto lo rodea.
Los Beatles son sin duda mi grupo preferido ever. Por lo que a música no clásica ni de jazz respecta (y no porque sitúe a éstas necesariamente por encima, sino porque creo que no tiene mucho sentido compararlas), para mí no hay nada igual ni parecido.
Recuerdo perfectamente cuando con 9 ó 10 años empecé a poner los discos suyos que tenía mi padre. Y recuerdo perfectamente (¿qué aficionado, de los que por edad no los vivimos en directo, no habrá pensado esto?) que me preguntaba, y le preguntaba a él, cómo era posible que se hubiesen separado. Me parecía, allí sentado en la alfombra del salón delante del equipo de música, un sinsentido, algo incomprensible, yo diría que, en cierto modo, una injusticia (y que me perdone Andie McDowell). Y ya nunca dejaron de gustarme. Al contrario, ir conociéndolos hizo que cada vez me pareciesen mejores, hasta considerarlos, simplemente, los mejores.
Hay razones objetivas (dentro de lo que cabe) para ponerlos por las nubes, por supuesto: su capacidad creadora, teniendo en cuenta que en realidad hablamos de una vida de poco más de diez años (creo que el tandem Lennon-McCartney, ejemplo de sinergia donde los haya, es la cumbre de la música pop, difícilmente repetible); el porcentaje de temas que, siendo esa obra tan extensa, son generalmente considerados sobresalientes; su carácter innovador, tanto en el plano musical (fueron, por ejemplo, los primeros en incorporar un acompañamiento clásico a un tema pop) como en el comercial (aquí debe destacarse el mérito de Brian Epstein; su inconmensurable Sgt. Peppers fue el primer disco de la historia en incluir las letras de las canciones en el álbum) y técnico (a pesar de las limitaciones de la época, hicieron casi de todo, como meter un micrófono en el agua -creo que en Tomorrow never knows-, o reproducir sonidos al revés -por ejemplo, los platillos del principio de While my guitar gently weeps-), y su influencia sobre los músicos que vinieron después, incomparable en la historia de la música pop, son las más obvias.
Pero, de todos modos, los Beatles hace tiempo que entraron para mí en la categoria de mitos (de hecho, la verdad es que me cuesta creer que hayan existido, se lo confieso; el no haberlos visto mientras estaban juntos, unido a esa mitificación, me hace sospechar, en realidad, que el grupo nunca fue real, sino algo así como unas Sagradas Escrituras que hubo que crear para dar explicación a una música magistral inalcanzable para el resto; no puedo creer que haya habido gente que los vio, que fue a un concierto y quienes salían al escenario eran los Beatles...), así que sobran los argumentos.
Y sin embargo, mi poca querencia al mundo audiovisual ha hecho que no tenga ni vídeos, ni películas de ningún tipo sobre ellos, sólo música. Por eso estos días, en Youtube, estoy viviendo una experiencia emocionante al haber descubierto que hay no pocas grabaciones suyas: la de Hey Jude en un plató lleno de gente, la de Get Back sobre el tejado de los estudios de Abbey Road (alabados sean), un concierto en Tokio, una Antología que creo se ha comercializado en dvd, una de Let it be, y bastantes más.
Pero la que sobre todo me ha impactado es una de un concierto en el 63, con Paul McCartney tocando en solitario Yesterday:
Cuando alguien mitifica algo, las razones por las que le gustaba dejan de importar; ese algo ya no es atractivo por cómo es, sino que es él el que hace atractivo a todo cuanto lo rodea.
Los Beatles son sin duda mi grupo preferido ever. Por lo que a música no clásica ni de jazz respecta (y no porque sitúe a éstas necesariamente por encima, sino porque creo que no tiene mucho sentido compararlas), para mí no hay nada igual ni parecido.
Recuerdo perfectamente cuando con 9 ó 10 años empecé a poner los discos suyos que tenía mi padre. Y recuerdo perfectamente (¿qué aficionado, de los que por edad no los vivimos en directo, no habrá pensado esto?) que me preguntaba, y le preguntaba a él, cómo era posible que se hubiesen separado. Me parecía, allí sentado en la alfombra del salón delante del equipo de música, un sinsentido, algo incomprensible, yo diría que, en cierto modo, una injusticia (y que me perdone Andie McDowell). Y ya nunca dejaron de gustarme. Al contrario, ir conociéndolos hizo que cada vez me pareciesen mejores, hasta considerarlos, simplemente, los mejores.
Hay razones objetivas (dentro de lo que cabe) para ponerlos por las nubes, por supuesto: su capacidad creadora, teniendo en cuenta que en realidad hablamos de una vida de poco más de diez años (creo que el tandem Lennon-McCartney, ejemplo de sinergia donde los haya, es la cumbre de la música pop, difícilmente repetible); el porcentaje de temas que, siendo esa obra tan extensa, son generalmente considerados sobresalientes; su carácter innovador, tanto en el plano musical (fueron, por ejemplo, los primeros en incorporar un acompañamiento clásico a un tema pop) como en el comercial (aquí debe destacarse el mérito de Brian Epstein; su inconmensurable Sgt. Peppers fue el primer disco de la historia en incluir las letras de las canciones en el álbum) y técnico (a pesar de las limitaciones de la época, hicieron casi de todo, como meter un micrófono en el agua -creo que en Tomorrow never knows-, o reproducir sonidos al revés -por ejemplo, los platillos del principio de While my guitar gently weeps-), y su influencia sobre los músicos que vinieron después, incomparable en la historia de la música pop, son las más obvias.
Pero, de todos modos, los Beatles hace tiempo que entraron para mí en la categoria de mitos (de hecho, la verdad es que me cuesta creer que hayan existido, se lo confieso; el no haberlos visto mientras estaban juntos, unido a esa mitificación, me hace sospechar, en realidad, que el grupo nunca fue real, sino algo así como unas Sagradas Escrituras que hubo que crear para dar explicación a una música magistral inalcanzable para el resto; no puedo creer que haya habido gente que los vio, que fue a un concierto y quienes salían al escenario eran los Beatles...), así que sobran los argumentos.
Y sin embargo, mi poca querencia al mundo audiovisual ha hecho que no tenga ni vídeos, ni películas de ningún tipo sobre ellos, sólo música. Por eso estos días, en Youtube, estoy viviendo una experiencia emocionante al haber descubierto que hay no pocas grabaciones suyas: la de Hey Jude en un plató lleno de gente, la de Get Back sobre el tejado de los estudios de Abbey Road (alabados sean), un concierto en Tokio, una Antología que creo se ha comercializado en dvd, una de Let it be, y bastantes más.
Pero la que sobre todo me ha impactado es una de un concierto en el 63, con Paul McCartney tocando en solitario Yesterday:
Como cualquier inglesa nacida en los cuarenta, de las que gritaban histéricas agolpadas contra los bobbies, me habría desmayado antes de llegar al primer I believe in yesterday si hubiese tenido ante mí a Paul, que además es mi beatle, con 21 añitos, su traje negro estrecho y su corbata, su pelo a lo beatle (!), sus tics, sus cejas enarcadas, su cara de no haber roto un plato (los Beatles adoptaron la táctica de mostrar en los conciertos una imagen de total indiferencia, de hacer como si estuviesen solos, con expresiones inocentes, humildes, casi sin interactuar con el público, que creo que fue todo un acierto), y cantando la mejor canción de todos los tiempos.
A uno, que no se reconoce especialmente melómano, sólo le cabe una opción: firmar el manifiesto. Me alegro de ser el primero.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
¡Así se hace, Juan!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Yo siempre he sido fiel a Eleanor Rigby: por su sección de cuerda, totalmente innovadora como tu bien dices, y por su letra: magnética, evocadora y misteriosa a la vez.
ResponderEliminarSaludos desde Barcelona.
Pues, Iván, un servidor ha estado sentado en un banco de Liverpool con la pobre Eleanor (bueno, era una estatua); estaba junto a una iglesia, claro, y ella parecía muy triste.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Amigos.
ResponderEliminar"El rencor de los bufones", primer libro del argentino Pablo Manzano, ya está en todas las librerías de España. Quedan todos invitados a visitar el blog.
http://elrencordelosbufones.com
Al lado de Father McKenzie, supongo. Los Beatles son, no sólo fueron. Y eso es mucho. Pero precisamente por eso, y por la juventud en la que muchos los descubrimos, nos cuesta ajustar nuestros sentimientos y nuestros adjetivos.
ResponderEliminarCurioso lo que dice, portorosa: yo soy de los cuatro, aunque aprecio a cada uno de ellos en lo que creo que valen. Pero soy del conjunto. Y no crea que Paul es el que me gusta más. Y otra cosa: esa grabación de Yesterday está en uno de sus discos recopilatorios (sacaron tres) de hace unos años, con tomas raras, comentarios y alguna inédita. En el ambiente se masca la tensión: allí se está produciendo algo que no se sabe lo que es (hoy sí lo sabemos) pero que es, que iba a ser grande. Y así fue.
Pues no, debía de estar dentro remendando sus calcetines, ya sabe.
ResponderEliminarEn la puerta de lo que hay en donde estuvo "The cavern", que trata de sacarle partido al asunto, hay un cartel que dice "Where it all began". Me pareció suficientemente claro.
Un abrazo.
Nada que añadir. Sabes que también son uno de mis referentes, aunque no comparto tu opinión de la "mejor canción de todos los tiempos". Hay más de una. Un grupo. Un Olimpo. Una constelación. Si quieres, podemos hacer un "revival" y enumerar.
ResponderEliminarDe todas formas, el video es excelente. Y hasta se puede adivinar en algún momento, una sonrisa disfrazada en Paul, especialmente al principio.
Abrazos. Ya sabes: "all you need is love".
PD: coño,¡qué me acabo de dar cuenta que has migrado! ¡Por fin!
yo me dejé el pelo largo tras conocer a fondo el lp Abbey Road y Let it Be.Mi padre fue el primero que radió un disco de los Beatles en la radio en la que trabajaba y en la ciudad en la que vivimos...me encantan y me siguen emocionando.
ResponderEliminarEl verano pasado que estuve en Londres aproveché para cargar discos suyos en la tienda VIrgin de Picadilly Circus....una delicia,créame.
un fuerte abrazo y gracias por el recuerdo traido.
Hola de nuevo, soy Serafín McPetecam. A mí la música pop me la trae al pairo, como en general la música posterior a la polifonía medieval, aunque reconozco que hay algún motete que no está mal. Mi primo Alonso, erudito y librepensador, me dice que el problema de los Beatles son sus fans, a los que frecuentemente –seguro que no es el caso en este blogg– los árboles no dejan ver el bosque y acaban siendo tan palizas como los fans de Cunqueiro. En cualquier caso, Alonso me dice que no soporta "Yesterday" y que prefiere "Revolution nº9". En general sus favoritas hoy (seguro que mañana cambia) son "Un metro cuadrado" de Vainica Doble y "Waterloo sunset" de los Kinks. ¿Pero este no era un blogg de literatura Sr. Torregrosa, perdón, Portorosa?
ResponderEliminarA los Beatles tampoco se puede estar volviendo continuamente. Porque cansan. A mí me cansan un poquito (me va a matar). Pero cuando les doy tiempo, los pongo en barbecho y vuelvo a ellos, revivo la atmósfera de mi infancia feliz. La del tocadiscos de maleta. La del casette. Pero hay que volver a ellos, mucho, porque de algo que tenía esa banda sonora, venimos. Y da gloria volver si es en buena compañía.
ResponderEliminar(¿Se pintaban los labios? Válgame el Señor...)
Ya sé que voy a decir una barbaridad (si es que no vengo muerta de arriba, ahora sí es verdad que caigo, fijo), pero a pesar de la combinación Paul-John, siempre he tenido una debilidad especial por George. Vamos que yo, soy de George. Me parece, mmmmm.. el más fresco.
:-)
ps: ¿esta letrilla apretada se va a quedar así? Las etiquetas, preciosas. Estás haciendo muy buen trabajo. Ánimo, :-)
Yo no me apeo de la burra, Sebas: ¡LA MEJOR CANCIÓN DE TODOS LOS TIEMPOS, FUTURO INCLUIDO!
ResponderEliminarMax, qué orgullo el de su padre. Yo compré algún disco en el Virgin de Liverpool, conjugando mitomanía y fetichismo. De nada; me alegro de verlo por aquí.
Señor Serafín (qué honor, ahora que he comprobado su filiación), entiendo sus objeciones; yo, beatleómano y cunqueiriano, reconozco sin embargo cuán cargantes pueden ser los seguidores de ambas corrientes (de la segunda tenemos algún que otro ejemplo, regordete y con gafas, en nuestro pueblo, que seguro rondaba por su cabeza cuando escribió su comentario). Con respecto a la canción, creo sinceramente que en parte es víctima de su propio éxito. "Revolution nr.9" sin duda ofrece otras cosas, pero, claro, en mi balanza pesan más las notas de guitarra del principio de "Yesterday" que toda la innovación de la otra.
Ah, este blog, como puede ver al margen, más que por ser de todo, por lo que se caracteriza es por no ser de nada.
Rosa, ¡TE ESTÁS PASANDO! Lo dejaré pasar por esta vez, pero que sepas que quedas marcada...
Yo juraría que la letra es la misma... ¡ah, no, es verdad, es distinta! Lo solucionaré, pero no en este post, porque no quiero tener que volver a intentar otras seis veces colocar el vídeo; prefiero no tocar nada.
No voy a matarte por tus dos herejías: es cierto que hay que dejarlos respirar de vez en cuando, como a todos (yo, ahora, como me ve el señor McPetecam, quiero parecer comedido); y, en cuanto a Harrison, yo creo que tiene algunos temas brillantes, sí, pero L-M tienen muchísimos más, y muchísimo más brillantes... :-D
Gracias por lo de las etiquetas; me plantean un patético dilema entre querer ser original y no querer ir de "guay".
Abrazos y besos a todos.
¡¡¿Cómo que si se pintaban los labios?!!
ResponderEliminar¡Eso sí que no te lo admito, ataques personales al mito, NO!
(Y qué bien cantaba Paul, qué buena voz; en serio)
Segundo intento:
ResponderEliminarTe decía en un mensaje anterior (que tu blog no ha tenido a bien colgar) que lo de la MEJOR CANCIÓN DE TODOS LOS TIEMPOS me parece, además de una afirmación demasiado contundente (muy poco propia de ti), una GRAN exageración.
A pesar de ello, y del tema del post, esta entrada me gusta mucho. La primera frase es sencillamente genial (y aplicable también a las relaciones humanas: hijos, amistad, amor ...)
Más besos
Yo creo que pocas veces he sido más moderado y objetivo, querida...(¿es que no voy a poder dejarme llevar ni siquiera un día?)
ResponderEliminarGracias por el halago. Más besos todavía para ti.
Yo siempre he sido más de John Lennon, puestos a elegir. En cualquier caso, salen más en Google (55.9 millones de referencias) que jesucristo (4.9 millones) A ver si van a tener razón ;)
ResponderEliminarPerdón, me equivoqué en el link.
ResponderEliminarhttp://elrencordelosbufones.blogspot.com
Saludos y disculpen las molestias.
Es habitual ser más de Lennon, creo yo, todo el mundo lo considera más genial.
ResponderEliminarEn cuanto a Google, la comparación debería ser entre Beatles, por un lado, y Jesucristo en todos los idiomas, por otro, ¿no? Yo les daría la razón con gusto, pero hay que jugar limpio.
Un abrazo
(Bueno, tampoco con gusto, tampoco es eso; no sé por qué lo he dicho)
ResponderEliminarPues yo, que viví el tiempo de los beatles, me emociono ahora al ver que mi nieto y sus amigos son también enamorados del grupo.
ResponderEliminar¿Eso no lo dice todo?
Buenos días.
ResponderEliminarDice mucho, Arroba. No son los únicos músicos pop que han perdurado, que siguen gustando casi tres generanciones después, pero a mí me parecen el ejemplo más llamativo.
Un saludo.
Evidentemente, señor Portorosa, se trataba de una broma: Es rídiculo plantear que un grupo Pop por muy bueno que sea, pueda tener más impacto social que el Cristianismo en Occidente.
ResponderEliminarMe temo que no no se ha entendido bien. Da igual, tampoco le entendieron a Lennon cuando la hizo. Debe ser una broma malísima.
Bueno, la gran putada es no haberle puesto una guitarra y un micrófono a Jesús. A Jesús de Nazaret, quiero decir, no a Jesús Vázquez. Bicos.
ResponderEliminarPD: Portorosa, gracias.
No pretendía contestar en serio, Nosurrender.
ResponderEliminarDe nada, M (siempre que seas María; si no, no sé el porqué de tu agradecimiento).
La M. de arriba no era yo, pero me sorprende tu respuesta: ¿Yo sí debería de estar agradecida por algo?, ¿en este momento? Porque si es así, ahora mismo no caigo, a no ser que sea por ser como eres ;-)
ResponderEliminarBesos
Por si acaso: GRACIAS
ResponderEliminarUy, uy, que ya me temía yo esto...
ResponderEliminarIba a añadir que en tu caso tampoco entendía muy bien lo de darme las gracias, y al final no lo hice, y mira. Si contesté así fue por el correo de esta mañana, en el que tantas y tantas cosas buenas te decía :-D
(Y ahora me queda la duda: ¡¿quién es m y por qué me da las gracias?!)
M, ¿quién eres? (si quieres darte a conocer, puedes usar mi correo; te lo agradecería)
ResponderEliminar¿Qué pasó ayer?
ResponderEliminarTe mandé un comentario y no ha entrado.
Pienso que los Beatles eran cuatro, nunca dos.
Sin la batería de Ringo, el creador del ritmo beat, los demás no hubiesen podido componer de aquella manera.
Sin la espiritualidad de George nunca hubiesen cantado como lo hicieron, ni creado Sgt. Peepers.
Cuando escucho un antiguo disco, siempre siento la pincelada de George y el característico ritmo de Ringo, ¿no te parece?
Hola, Pau. No sé qué pasó; en el correo tampoco había nada.
ResponderEliminarSinceramente creo (por lo que he oído, no por mi propia cuenta) que Ringo, con no ser malo, era normalillo, y probablemente prescindible en favor de otro batería por el estilo. Aunque, eso sí, como no sé si Lennon o McCartney dijeron, movía muy bien la cabeza.
Fíjate, en Ticket to ride, la peculiar batería fue idea de Paul, que le sugirió a Ringo cómo tocar.
En cuanto a George, en absoluto tengo un pobre concepto de él, y hay canciones suyas que me encantan. Lo que ocurre es que estaba a la sombra de algo extraordinario.
En cualquier caso, eran cuatro, claro, eran cuatro. Y la exagerada diferencia entre los Beatles y sus respectivas carreras en solitario seguro que se explican por los cuatro.
Un abrazo.
No funciona el link, los de YouTube (dan ganas de matarlos a veces) han vuelto a practicar su política de costumbre y han retirado el vídeo.
ResponderEliminarSi quieres, lo tienes aquí, en una fuente algo más fiable. Supongo que podrás sustituirlo sin problema (sería una pena que nuevos visitantes se lo perdieran), y si tienes algún problema, me mandas un correo y te echo una mano.
Aprovecho para ofrecerte un regalo. Espero que te guste. Un abrazo.
Buenos días, Balcius.
ResponderEliminarMuchas gracias. Desde el ordenador donde estoy no puedo acceder a las direcciones que me has enlazado, pero en cuanto sea capaz trataré de solucionarlo. Si no, te pediré ayuda, que yo no me manejo nada bien en esto.
Gracias de nuevo.
Listo, Balcius. Muchas gracias (por las dos cosas).
ResponderEliminarUn pacer.
ResponderEliminarSeñor de Portorosa, estoy impresionado con el blog. Brillantemente escrito y ciertamente interesante.
ResponderEliminarSobre los Beatles no digo nada, ya que también para mí son mitos, así que me remito a lo que tan bien expresa el blog.
Para el resto de participantes, si os apetece un blog de música (mucho más humilde que éste) os remito a www.fotolog.com/elclavicordio
Saludos
¡Hombre, Miguel, qué alegría! No estaba seguro de si al final habrías venido por aquí, así que me has dado una bonita sorpresa.
ResponderEliminarGracias por esa opinión, tan generosa. Ya sabes, te invito a leer hacia atrás; verás que hay de todo (y comprenderás que mantenga el anonimato).
Señores, hagan caso de la recomendación: este hombre sabe de música y vale la pena leer lo que dice.
Un abrazo muy fuerte.
Estimado señor de Portorosa: no hay más que decir de esa maravillosa música, pero me gustaría hacer un par de incisos:
ResponderEliminar- Cuando aún era un mocoso aspirante a alcanzar algún día el preescolar, tuve la inmensa suerte de tener en casa unos hermanos que me machacaron a conciencia con el "Abbey Road". Hace ya mas de 30 años que para mí "Here comes the sun" es la mejor canción de la historia. Y le quedan al menos otros 30.
- Ringo no era en absoluto un mal batería; desbordaba creatividad y correctísima ejecución, pero no es Ringo lo que está en segundo plano sino el instrumento en sí. En la música de los Beatles las melodías y las armonías son las protagonistas, y en general en toda la música que en la época se hizo a la par o a rebufo de ellos. The Byrds, Beach Boys, CSNY, Bob Dylan... el peso de la batería es limitadísimo; y lo que consiguió Ringo, el carácter que le dió a su instrumento, precisamente entre los más grandes es simplemente una hazaña. No es hasta un poquito después cuando la llegada de otro tipo de música mas "potente", le dió más presencia a la batería y de paso a la guitarra solista como elemento protagonista, con grupos como Led Zeppelin o Deep Purple que encumbraron a sus baterías y guitarristas y los convirtieron en leyenda.
Y si aún así no te crees lo bueno que era Ringo, escucha un disco de los Beatles y a continuación otro de los Rolling del mismo año (lo siento por los fans de los Rolling pero tenía que decirlo...)
Bueno, Fool (oye, no puedo evitar pensar si nos conoceremos en realidad, ya que vienes del Jardín del Pulpo y en otro comentario dijiste "no es coña", que me suena muy de mi pueblo), te creo, me lo creo.
ResponderEliminarLo que no sé es qué le pasó a Ringo en el físico, concretamente en el pelo. Hombre, nunca fue un guaperas, pero es que viendo el Anthology, viéndolo en la actualidad, tiene un aspecto muy malo, casi enfermizo.
Aunque habla muy bien, la verdad. Y George; creo que George es el que mejor habla y el que mejor (de los tres vivos, se entiende) me ha caído, natural, espontáneo. Me temo que Paul, que como he dicho ha sido siempre mi Beatle, ha sido el que peor parado ha salido; me ha parecido que, conforme pasaba el tiempo (y como ya dicen las crónicas),se iba volviendo más protagonista y un poco más insoportable, y escucharlo ahora me ha resultado algo triste, porque me ha parecido muy afectado, muy actor, y un poco cuentista. Comprendo que tiene motivos para creerse un dios, pero... De todos modos, he pensado que debe de ser muy duro ser él; debe de ser muy duro haber sido el Paul McCartney de los Beatles, el de Lennon-McCartney, y ver que sin duda ya nunca has recuperado aquel nivel. Si el paso del tiempo es duro para todos, imagínate si te ves todos los días siendo el rey del mundo con veinticinco años.
En fin, espero que leas esto, porque vaya rollo que he soltado. Me alegro de tenerte aquí.
Oye, yo a mis hijos (4 años y 7 meses) los bombardeo con los Beatles. De hecho, grabé hace poco un disco con temas tranquilillos, para ellos, que llamé "BEATLES FOR BABIES". Mi hija ya tararea el estribillo de "Hey Jude" y algún trozo de "Yesterday".
Un abrazo.
Pues a mí McCartney me parece el mas conacho de los cuatro (ahora sabrás exactamente de donde soy). Siempre me dio la sensación de que quería ponerse la etiqueta de "alma de los Beatles" o lo que se suele llamar Líder del grupo. La relación con George y Ringo tras la muerte de Lennon parecía fría (George y Ringo siguieron siendo buenos amigos). La genialidad de pretender que ya metidos en el siglo XXI Yesterday deje de ser firmada por Lennon/McCartney para ser solo McCartney me parece sencillamente digna de un tipo ruín y soberbio.
ResponderEliminarTe recomiendo que veas (si no lo has hecho ya) el concierto homenaje a George Harrison, en el que sus amigos interpretan sus canciones en el Royal Albert Hall. El maestro de ceremonias es Eric Clapton, su gran amigo pese al distanciamiento que tuvieron (las mujeres siempre volviendonos locos...); lo mas interesante es ver la extrema frialdad entre Ringo y Paul, por no decir que entre Paul y todos los demás. No parece que fuera muy bienvenido a la fiesta...
Pues sí, no lo quería decir, pero la verdad es que ver toda la serie ha hecho que me haya llegado a... caer gordo. Te doy la razón. Me parece (con los atenuantes que he dicho) un tío muy falso.
ResponderEliminarY, efectivamente, ya no tengo ninguna duda de que eres de aquí. No sé si tú sabes quién soy; si es así y te apetece, si me ves por la calle date a conocer.
Un abrazo. Reitero mi bienvenida.