Galicia, II
La ignorancia nos impide comprender cuánto se pierde. La avaricia, o más que avaricia mezquindad, que siempre ha despreciado cualquier argumento que no pudiese contar, medir o pesar, antepone el dinero a cualquier cosa.
Somos ignorantes y mezquinos, entre otras cosas (entre otras cosas, insisto), por nuestro enfermizo y egoísta individualismo, que no nos deja alzar la mirada del suelo ni apartarla de lo nuestro. Y somos individualistas hasta hacernos daño, hasta debilitarnos, hasta perderlo todo, por nuestra proverbial desconfianza, sin duda nuestro mayor defecto.
Comprensible o no, justificada o como mucho disculpada por la Historia, la desconfianza ha hecho que los gallegos, que han trabajado mucho y en penosas circunstancias por todo el mundo, no lo hayan hecho jamás unidos, que ninguno se haya preocupado más que por lo suyo y los suyos, que nunca hayamos buscado el interés general. Y todo eso no nos ha traído más que pobreza y atraso.
Les parecerá anecdótico, pero aún hoy muchos gallegos prefieren perder uno y que el vecino pierda dos, a ganar ambos lo mismo; y cualquiera que sepa algo de pleitos por fincas, por derechos de paso o por herencias lo puede confirmar.
Soy perfectamente consciente de que las generalizaciones son injustas y falsas, y más aún las que se empeñan en definir a las personas por su lugar de origen. Y sé que en cada sitio hay unos problemas, unos defectos y unas carencias. Pero yo a menudo pienso que los gallegos no nos merecemos esta tierra.
¿Los gallegos no se merecen esta tierra? Los gallegos son esta tierra, Portorosa, son esta tierra quemada y estéril, ya por muchos años. El fantasma de lo que no llegaron a tener.
ResponderEliminarAun conociendo a mis paisanos y la forma de operar de sus pozos morales, sigo sin poder creerme todo esto, sigo sin asumir que sea avaricia y obtusión.
Bueno, Balcius, pues esta vez discrepamos. Por supuesto, no he intentado definirnos, ni me olvido de lo bueno, ni de los miles de contraejemplos; pero esto de lo que he hablado, y que considero malo, muy malo, lo creo sinceramente.
ResponderEliminarYo cada vez tengo menos fe en nosotros, Balcius. Y creo que Galicia es lo que es a pesar de nosotros.
¿Sabes qué son, para mí, Asturias, Santander o Euskadi? Galicias cuidadas.
Un abrazo.
Así sea, Donna.
ResponderEliminarYa hay leyes que prohíben el cambio de uso del suelo quemado durante (creo) unos 30 años. Pero, no sé cómo, está claro que quemar sigue comportando beneficios.
Sí, lo del terrorismo ya se usa para todo, y de un modo bastante ridículo. Dentro de poco el que no haga los deberes (¿existen aún?) va a ser un terrorista alumno, o algo así.
No pretendo decir que seamos de la peor ralea, ni mucho menos. Ni nos relaciono con ningún pozo moral, tampoco. De hecho, no creo que seamos en conjunto peores ni mejores que nadie. Es simplemente que nuestra cara negativa, para mí, se relaciona con lo que he dicho, y esos defectos tienen unas consecuencias, como otros tienen otras.
Adoro Galicia (lo digo con la precaución que deben decirse estas cosas para no sacar las cosas de quicio), y valoro nuestras (generalizando, y por tanto bla, bla, bla) virtudes; sólo pretendía decir lo que he dicho, no más.
Besos, ilicitana querida.
Y que conste que, cuando hablo de virtudes o defectos colectivos, suelo hacerlo en pasado, pues era entonces cuando las comunidades podían tener características propias definidas, dentro de lo que cabe, creo yo.
ResponderEliminarMe parece que, incluso con la precaución de saber y advertir que uno generaliza y por tanto bla, bla, bla, hoy ya apenas tiene sentido hablar en esos términos.
Insisto en mi penúltimo comentario.
ResponderEliminarSólo faltaría.
Los petardos... es algo muy significativo.
Yo me voy, también.
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ResponderEliminarEso no es un mal gallego, es un mal general del género humano. Lo que creo que los gallegos no se merecen de esa maravillosa tierra, es que se la cambien en aras de la modernidad. Tampoco pretendo que sigan toda la vida en un carro de ejes rechinantes. Me da la impresión que los gallegos a fuerza de ser etiquetados como pasotas han terminado por creerselo, pienso que lo que los define "lo gallego" ha sido denostado mas por pura envidia que por otro asunto y si no que se lo cuenten a Prisciliano....
ResponderEliminarCultura y prevención, como apunta la Donna. Si la cultura no es posible, que en muchos casos no lo es, yo podría citarte algunos ejemplos, al menos, prevención. ¿No vacunamos a los niños para que no enfermen de determinadas cosas? Pues vacunemos a los montes. Hay que cuidar de ellos, limpiarlos, conservarlos en buen estado, vigilarlos, porque son de naturaleza sensible...pero, oye, eso cuesta dinero, y no están los presupuestos para derrochar en algo de lo que sólo nos acordamos cuando arde.
ResponderEliminarYo también soy pesimista. Individualista, más.
Un beso de consuelo (mutuo) milord.
A los gallegos no les cambian la tierra, se la cambian ellos solitos (a menudo con ayuda, sí, pero aceptada de muy buen grado).
ResponderEliminarAbundando en las incorrectas generalizaciones, e insistiendo en que cada vez tienen menos sentido, debo aclarar que jamás diría que los gallegos somos/han sido pasotas; de lo que yo nos acuso es de interesados sólo en lo particular, en lo suyo y lo de los suyos.
Un saludo, xy51.
Hay ya una ley que obliga a limpiar los montes, a cuidarlos. Adivinad (es cierto que es muy reciente, pero...) qué porcentaje de propietarios se lo plantea siquiera. Me alegro de veros, milady.
Os recomiendo el artículo Ave fénix, de Alexandrós. En él, además, en un comentario, podéis ver qué cosas se dicen aquí sobre los incendios.
En lo nuestro y en lo de los nuestros, debería decir.
ResponderEliminarVisito por primera vez tu blog. Me gusta el equilibrio entre un discreto exhibicionismo de tu vida personal y familiar, y unas reflexiones muy solventes. Lo agrego a mis favoritos.
ResponderEliminarUn cordial saludo desde Sevilla.
Joaquín.
Tras las penúltimas elecciones me prometí (y lo he cumplido) que no volvería jamás a Galicia a dejar dinero.
ResponderEliminarMe refiero a ir a ver a amigos (cosa que hacía amenudo) a comer, a pasar tiempo paseando o leyendo, a ir de casa en casa (alquilada), hotel en hotel, recorriendo calas.
No. Ya sólo he vuelto y volveré a trabajar.
He ganado que ahora me visitan muchos amigos gallegos para seguir manteniendo los amores, y este verano repleto es un ejemplo, de todos los que están pasando hay un 40% gallego.
Fué tan grande el estupor, la ofensa, la indignación que el ir comprobando todo lo que dices me ha producido, que ha sido como cuando te enteras de que tu marido te ha puesto los cuernos, por lo visto además de ser la última, de paso te llevas el chascazo de tu vida, el chafamiento de la desilusión.
Algo así.
Lo siento, lo siento muchísimo.
Beso.
M.
Porti, mira este blogo:
ResponderEliminarhttp://incendios-forestales.blogspot.com/
Y mira la fecha...
Beso.
M.
Porto qué quieres que te diga...cuando visito esas montañas salvajes y hermosas, agradezco muchísimo que esos paisajes limpios, cuidados porque nadie los altera, no estén en Galicia. No hace falta que explique el por qué. Ya lo hiciste tú por mí.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte
Lo que dicen es terrible, pero lamento comunicarles que en mi país sucede lo mismo. Y a pesar que muchos (muchísimos) somos descendientes de gallegos, también hay italianos, españoles de todas partes, judíos y cuanto ser humano haya necesitado encontrar un lugar para vivir. De modo que creo que es un problema del ser humano, de su falta de cultura, de su importarle un comino el legado que deja a sus hijos o a los hijos de sus hijos....
ResponderEliminarEso por un lado. Hay que educar y prevenir. Y como la educación lleva su tiempo para que "entre"en la gente, mientras tanto "mano dura" con las leyes. Para que nadie se "haga el listo", como decimos acá, y sino, que le caiga el rigor del código penal.
Ahora bien, también debo reconocer que cuando pisé por vez primera la tierra de mis abuelos, encontré que TODO lo negativo que acá se dice sobre los gallegos, era cierto. Me dio mucha verguenza, porque siempre me sentí (y me siento) orgullosa de ser gallega...Es cierto,no se debe generalizar, pero...
Hoy por la mañana, miraba en la tele imágenes de los incendios en Galicia, y se me partió el alma.
¿Puede ser que no se cuide semejante belleza?
Lo peor es que acá, también, en verano hay incendios "provocados" que nos dejan sin bosques, tierras cultibables, y turismo, pues algunos de los lugares incendiados están a pocos kilómetros de la costa, y el fuego arrasa cada verano decenas de casas en playas cuyos habitantes permanentes viven del ingreso generado por el turismo.
Saludos!
Bueno el interés por lo propio y el desinterés por lo colectivo no deja de ser una cierta manera de pasotismo y ahí tienes ese "eu non sei" con el que generalmente se responde para evitar una respuesta o el chiste sobre que el tren Coruña-Ferrol es un péndulo, por que unas veces va y otras viene. Bueno creo que en cualquier caso da un poco igual el caracter gallego. Lo nuestro y lo de los nuestros, está bien la puntualización, no deja de ser lo de todos. Y lo más desesperante es que los que queman no se den cuenta del daño que SE hacen. Parece que la máxima aquella de los 70 en el Hermano Lobo de que "Cuando un monte se quema, sr. conde, algo suyo se quema" no hizo ninguna mella.
ResponderEliminarPor eso el peligro de las generalizaciones, por que en los incendios de estos dias estoy seguro subyace una voluntad de "cambio de paisaje" sin que ella sea secundada por la generalidad de los gallegos. Luego en cierta medida, se lo cambian, los que queman y quienes les jalean. Cuales son esos intereses que se pasan el "nunca mais" por el forro?
Buenos días.
ResponderEliminarBienvenido, Joaquín, y gracias. Nos veremos por tu blog.
Alexandrós, no te he entendido bien, no sé de dónde hablas, y a qué explicación mía te refieres; y tengo mucho interés en saber qué quieres decir exactamente. Un fuerte abrazo, y perdona mi falta de luces matutina.
Lo he visto, Miranda, pero aún no con calma. Parece serio. Y adivino.
¿Puede ser que no se cuide semejante belleza? ¿Sabes, Laura, los cientos de veces que me he preguntado yo eso? No niego que poco a poco se vaya mejorando la situación y tomando medidas legales, pero deben enfrentarse siempre a la mentalidad de la mayoría.
Como dicen en el blog enlazado por Miranda, XY51, cuando los incendios dejen de beneficiar a alguien, desaparecerán casi por completo. De todos modos, desde hace dos veranos se habla de otras causas, que explicarían el espectacular aumento en cantidad y en peligrosidad.
Besos y abrazos a todos.
Perdóname la imprecisión, pero entre el humo y el cabreo no estoy muy lúcido. Traduzco mi anterior comentario:"Suscribo punto por punto lo que escribes en tu entrada"
ResponderEliminarUn abrazo
Ah, ahora sí. Ya entiendo a qué montañas te refieres, y por qué prefieres que se queden donde están.
ResponderEliminarUn abrazo.
El fuego hace tiempo que lamentablemente es un gran negocio.
ResponderEliminarUn saludo, Bartolomé.
ResponderEliminarMe voy todo el fin de semana a territorio no-internet.
ResponderEliminarEspero pasarlo bien; y lo mismo os deseo a todos. Hasta el domingo de noche.
Abrazos.
Yo sinceramente creo que, pirómanos aparte, se trata de una campaña perfectamente orquestada por una partida de malnacidos que disfrutan con el sufrimiento, el desconcierto, el agobio de vecinos y autoridades; que piensan (así lo intuyo): ahora, joderos ¿no gritabáis tanto "Nunca Mais" y tanta patraña? ¡pues tomad ahora vuestra medicina! Ya se sabe, para todo corazón enfermo y mente mezquina, a río revuelto ganancia de pescadores.
ResponderEliminarEntretanto, el infierno en medio del paraíso.
Contemplo a mi mujer, gallega, llorar al ver las imágenes. Sé que algo en ella también se está quemando.
País...
Un abrazo para ti y para M.J., S.
ResponderEliminarTriste tema el de los incendios que por desgracia entiendo con muchos intereses creados , buen blog:) lo visitare
ResponderEliminarSuscribo tu indignación ante la mezquindad y la ignorancia. Y seguro que están detrás de muchos de estos incendios. Pero no se encuentran sólo en Galicia, se dan en todos lados.
ResponderEliminarBienvenida, Peggy, y gracias.
ResponderEliminarMalambruno (me alegro de que estés de nuevo con nosotros), sé que ni monopolizamos esos defectos, ni son nuestras únicas características (ni mucho menos), pero cada día me parece más cierto que cojeamos de ese pie, y que se nota. Un abrazo.
Estoy tristemente de acuerdo contigo pero creo que eso con lo que defines a tu pueblo es un mal generalizado en España. Quizas en otras culturas se de con menor frecuencia porque ven mas alla, pero aquí lo veo en Galicia y lo veo en cualquier sitio al que vaya. En este caso son los bosques, pero es que Galicia es toda ella bosque, aqui en la Región de Murcia esa desgracia nun ca pasará porque no hay ni arboles ni agua. Cada región tiene algo que la define, pero globamente todos sufrimos las mismas miserias por el defecto que defines, por esa asquerosa avaricia y por la falta de solaridad. Vivimos en sociedad pero a veces no lo parece.
ResponderEliminarMás patetico aún es ver a todos nuestros políticos intentando hacer y deshacer. Creo que el actual gobierno(como todos los que toman el poder) ha pecado de falta de previsión y como todos, de colocación de amigos. Nunca se mide el nivel profesional de los que estan, como no tienen carnet a la puta calle. Creo que es generalizado en nuestra querida democracia. Somos el ejemplo de ineficacia (lo digo a nivel estatal y sea el que sea el que gobierne).
¿No crees que esto de los incendios (ademas de provocados y de negocios a parte que siempre hay) tiene un componente fuertemente político por aquellos que no quieren este gobierno y al ver que esto les hacía daño han alimentado este fenomeno???
Perdoname por meter la política pero es que me tienen muy quemados nuestros políticos, esos si que van como dices tú, a lo suyo. Siento estar hablando así porque este es mi país pero es lo que siento.
Saludos
Poder volver a tu casa, después de tanto tiempo, y hacerlo para lamentarme por lo ocurrido en Galicia empaña la alegría del reencuentro.
ResponderEliminarUn abrazo Porto, no participaré mucho pero me da un alegrón volver y comprobar que sigues. Me voy a imprimir todos estos meses de ausencia.
Déjame, Bull, que ante todo dé la bienvenida a T:
ResponderEliminarT, no te lo creerás (o sí), pero no hace ni dos días que me acordé de ti (y no ha sido la única vez). No sabía si seguías visitando otros blogs, o simplemente no estabas, y la verdad es que echaba de menos tus comentarios y tus visitas. Me parece que eres una lectora/colaboradora que, de acuerdo o discrepando, vale la pena tener cerca.
Un beso.
Bull, a diario salen en la prensa de aquí intentos de análisis de las causas de lo que está ocurriendo; y lo cierto es que cada día parecen todos más convencidos de que son muchas cosas a la vez. En mi opinión, a los motivos de siempre (entre los que está uno muy bonito: los miembros de las cuadrillas plantando fuego para cobrar más y que no se acabe el chollo), que como es lógico siguen provocando incendios, algo distinto habrá que añadirles, que explique el incremento en número y peligrosidad.
Y los ex-miembros de cuadrillas despechados sin duda están haciendo algo, bien por iniciativa propia, bien como herramienta útil en manos de otros (sin tramas criminales a gran escala, que conste). Que la mayoría de ellos son militantes o simpatizantes del PP, pues eran los secretarios municipales del PP los que daban los puestos, es un hecho. Que el PP es el principal interesado en minar al gobierno gallego, es otro.
Ahora bien, esos dos hechos unidos no prueban nada, sólo permiten sospechar. Pero lo cierto es que sólo hay casos aislados, y yo no creo que pase de ahí la cosa.
Un abrazo.
Lo creo y te agradezco mucho el recuerdo, Porto. En estos largos meses yo también he pensado, al hilo de la actualidad, en cuantas cosas habriamos discrepado. ;-)
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