Idiotez y soledad.
Me encuentro con esta cita de mi paisano don Gonzalo que es, como mínimo, chocante:
La peor soledad que hay es darse cuenta de que la gente es idiota. Torrente Ballester.
Sea una opinión suya o sólo la frase de un personaje, yo no estoy de acuerdo, pues creo que la peor soledad que hay es que no te quieran.
En cuanto a lo de que la gente es idiota, a veces es difícil no pensarlo (supongo que más aun cuando, con la edad, uno va acumulando decepciones; y aun así estoy convencido de que esto no fue más que una boutade del vate vago), pero no es verdad. Lo que sí sostengo, en cambio, es que la media está muy por debajo de la media.
Desde luego que lo peor que puede ocurrirnos es que no nos quieran, esa manera de representar la soledad es muy gráfica. Lo cierto es que cuando uno esta rodeado de muchos idiotas la sensación debe ser algo frustante y creo que todos hemos podido sentirla alguna vez.
ResponderEliminarDe todas maneras, creo que la frase es algo más profunda porque no se refiere a que la gente que te rodea sea idiota sino a que te des cuenta de que lo es. A veces resulta mas feliz y reconfortante vivir en la ignorancia.
Un abrazo
Tiene toda la razón Donna, pues lo malo es darse cuenta, claro. Es lo que pretendía decir, en realidad (si no lo sabes, no importa, por supuesto), pero me quedó la sentencia un poco coja.
ResponderEliminarOjo, Donna, yo me doy cuenta de todo eso que dices, ¿eh? Y me siento muy querido... ¿Cómo que si no lo he visto? ¡Aquí se tiende a considerar el blog autobiográfico, y no siempre lo es!
¿Es endiosarse? Sí, aunque no tanto, creo yo. O no siempre. El engreimiento, y el creerse más de lo que se es, son defectos deplorables, claro; pero no tenemos por qué estar hablando de ellos.
Besos y abrazos.
Vamos, es que si no lo sabes, en este caso, no sucede. La percepción es lo único que cuenta.
ResponderEliminar(Qué tía...)
Hay estúpidos encantadores, mientras no quieran hacerse pasar por genios.
ResponderEliminarY sí, la media está muy por debajo de la media. Al menos eso pienso cuanto más vieja soy.
Ya lo dice Ella (Fitzgerald):
ResponderEliminarHe's a fool,
and don't I know it?
but a fool can have his charm...
(Bewitched)
¿Vieja? ¿Cómo puede la pequeña Alice ser vieja?
Saludos.
¿Y tú qué haces aquí a estas horas?
ResponderEliminarEntendido todo. Y compartido.
Besos.
Yo tampoco estoy de acuerdo, Portorosa. Más todavía: esa frase convierte en idiota al mismísimo Torrente Ballester. Porque la gente, así en general, no es idiota en absoluto, más bien todo lo contrario -y ya sabes que yo trabajo con "gente".
ResponderEliminarEn cualquier caso alguien que tiene esa opinión del conjunto de sus semejantes y, además, goza en expresarla, merece sin ninguna duda la soledad que enuncia.
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(Oye, Portorosa, la única media que puede estar por debajo de la media es la que envuelve la deliciosa pierna de una mujer, ¿no?)
Un abrazo.
Yo, que por el escritor me siento inclinado a perdonar a la persona, insisto en que esto probablemente no es más que una incorrecta y exagerada generalización con la que sólo pretendía expresar algo así como lo incomprendido que se sentía, o la cantidad de idiotas con los que nos vemos obligados a perder nuestro tiempo de vez en cuando. Ninguna de esas dos cosas me parece, por altivas que suenen, mal (en el caso de la primera, dependiendo de quién la diga).
ResponderEliminarO puede que no, que realmente Torrente Ballester tuviera muy mala leche.
En cualquier caso, la frase, tomada literalmente, por supuesto es indefendible.
Lo de la media por debajo de la media a mí me parece muy gráfico, digan lo que digan las matemáticas.
(Bromas aparte, lo que en realidad he pensado muchas veces es que la media está por debajo de un teórico punto medio entre el menos dotado y el más dotado (intelectualmente, Donna, intelectualmente) de los hombres. Pero sé que esta opinión es completamente indemostrable, además de malsonante.)
Un abrazo, Jesús.
Aquel que piensa que la gente es idiota, más que convertirse en una persona sola se convierte en un sociópata. Y los sociópatas no tienen por qué sentirse solos, porque normalmente encuentran "excepciones" a esa norma que permiten que les hagan compañía.
ResponderEliminarTras tres años de trabajar "con gente" (como dice jesús ahí arriba), y de ver auténticos ejemplares que harían a Torrente Ballester revolverse en su tumba, todavía no he llegado hasta ese nivel y, por mi bien psicológico, espero no hacerlo nunca!
Coincido con "la donna" (otra vez!), y con Alicia...
ResponderEliminarSaludos!
Besos, Laura.
ResponderEliminar¿Qué sería un idiota para este escritor?
ResponderEliminarPero, hablando con sinceridad ¿Quién no se ha sentido alguna vez acompañado por un idiota? ¿Quien en el trato con un superficial,por ejemplo, no se ha sentido solo y sin remedio... al menos por ese rato.
En cuanto a que siempre hay alguien que te quiere, no lo sé. A un mendigo, ese que vive con sus cartones bajo un puente, ¿quién lo quiere? ¿ A un niño de la calle, sin acceso a comida caliente,un techo,a jugar, escolaridad, salud... ¿Quién lo quiere?
Yo no creo que siempre haya quien te quiera, ni mucho menos. No sé si el siempre de Donna pretende tener validez universal, pero yo creo que se refiere más bien a la media.
ResponderEliminarIncomprendido, y por tanto aislado y solo, yo me he sentido bastantes veces; no en la vida, no en el mundo, pero sí en ciertas situaciones concretas.
Un saludo.
En cuanto lo lei, me asaltó la idea de haber leido algo, sobre el asunto. Me puse a buscar y en uno de mis libros de cabecera "La vida apasionada" su autor Sam Keen, dice:
ResponderEliminarUna de las perversiones mas comunes del amor es limitarlo a la esfera privada. Los griegos tenian un nombre especial para aquellas personas apolíticas que pensban que el eros solo se expresaba apropiadamente en la vida privada: se les llamaba "idiotas". En su acepción original, "idiota" significaba una persona puramente privada. Para Sócrates, Platón y Aristóteles los seres humanos eran animales sociales; por ello todo los que no tomaban parte en la vida del cuerpo político eran menos que humanos. Los esclavos, las mujeres cuyos horizontes se limitaban al hogar, los amantes que se fascinaban tanto el uno con el otro que se ocupaban solo de sus asuntos privados, los visionarios religiosos que evitaban los conflictos de la vida política, todos ellos eran considerados idiotas.
Lo cual demuestra que esta vez Torrente con su boutade cae en la mas absoluta idiotez.
Pues, XY51 (me parece estar hablando con un agente secreto, con ese nombre), yo no por qué eso demuestra lo que tú dices (independientemente de que se esté de acuerdo con él o no).
ResponderEliminarSimplemente Porto, Torrente con esa aseveración se está poniendo aparte de la gente a la que califica como idiota, eso quiere decir que se encuentra sentado en su trono en un mundo sublime, que está situado por encima del género humano, fascinado en el dardo de su propia palabra. Hubiera sido diferente que hubiese admitido "La peor soledad que hay es darse cuenta de que la gente somos idiotas". ¿Que pasa que Torrente no está entre la gente?
ResponderEliminarLo del XY es una cuestión cromosómica a la que no me puedo evadir. Algo que por lo menos me hace igual que por lo menos el 50% del género humano, el otro 50% se denominan XX. No tiene nada que ver con el 007.
En cualquier caso, solos estamos y estaremos, es una sensación que tiene más que ver con la estructura egoica de nuestro pensamiento. Somos incapaces de percibir que en cuanto abrimos los ojos, nos comunicamos a traves de nuestros sentidos, ya no estamos solos, por que no estamos exactamente solos, formamos parte de todo lo que percibimos.
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ResponderEliminarGran frase del maestro Ballesteros...y sigue siendo actual.
ResponderEliminarNo son idiotas (que no participan) sino imbeciles (debiles mentales)
ResponderEliminarLa manipulacion mediática que prevalece globalmente es una prueba fehaciente.
Puede apreciarse que hacen cuentas con nuestra estupidez.
Creo que darse cuenta de esta realidad sin arrogancia, es una forma excluirse del rebaño. Por eso no es necesaria la falsa modestia. y tampoco esta imcompleta la sentencia. Un abrazo.
De qué lejos vienes, Juan Diego. Sé bienvenido.
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