Sin que sirva de precedente.
Esto me llegó de la poliédrica y glamourosa Saf, y no pude negarme:
LAS REGLAS DEL JUEGO SON:
El primer jugador de este juego inicia su mensaje con el título "5 extraños hábitos tuyos". Las personas que son invitadas a escribir un mensaje en su respectivo blog a propósito de sus extraños hábitos deben también indicar claramente este reglamento. Al final, debéis escoger 5 nuevas personas e indicar y añadir el link de su blog o diario web. No olvidéis dejar un comentario en su blog o diario web diciendo: "Has sido elegido" y recordándoles que lean el vuestro.
*
El sueño de cualquier egocéntrico, como ven.
Al principio creí que no daba la cosa para tanto, pero ahora cinco me parecen pocas manías. Lamentablemente, me temo que ninguna es muy original y que ni a la imaginación más fecunda inspirarán fantasía morbosa alguna. Pero ahí van:
1
Quiero que mi entorno (mi casa, siempre, y otro lugar cualquiera, desde una cafetería hasta la playa, si se supone que el momento es para disfrutar) sea agradable. Como todo el mundo, supongo, pero llevado tal vez al extremo.
El orden y la limpieza en otro sitios que no me importan (despacho, coche) me resultan indiferentes, pero en casa los necesito, no por sus ventajas objetivas, sino por estética. Si las cosas en casa están descolocadas, o las cortinas corridas a medias, o un cuadro torcido, o unos papeles o un vaso sin recoger en medio de la mesa, no estoy cómodo. Si la cafetería es una horterada pretenciosa (si es fea pero sencilla no me suele molestar), el café no me gusta. Si las calles son feas, prefiero no pasear.
Esta manía hace que si el vaso olvidado es bonito y queda bien, no me moleste; que la abertura del tetra-brik de leche, aunque su esperanza de vida sea de unas horas, deba ser limpia y estar en su sitio (¡y no hablemos ya, por favor, de no arrancar la esquina del todo y dejar ese trozito colgando!); o que nunca me ponga ropa cómoda para estar en casa ni me guste que se la pongan a mi alrededor.
Mención aparte merecen las presencias sonoras: una conversación desagradable al lado, ruido, o, por supuesto, una música que no me guste, me pueden estropear un paseo por el campo o una cena en el mejor restaurante; una radio de dominguero cerca me arruina por completo un día de playa, y Cadena Dial o los 40 me echan de cualquier local.
Y no se queda atrás, como elemento discordante, la televisión, que en el 90% de los casos es para mí una presencia insoportable.
2
Aunque hace años que no creo poder considerarme creyente, sigo haciendo algo parecido a rezar al meterme en la cama; y por las mañanas, cuando me voy a trabajar, me paro en la calle, miro a las ventanas de casa, donde se quedan durmiendo mi mujer y mi hija, y pido que estén bien.
3
Antes de acostarme, tengo rituales de buenas noches que deben ser inexcusablemente cumplidos.
De pequeño no podía dormirme (ni lo intentaba) si mis padres no repetían correctamente su parte de la fórmula. Ahora, desde que nació mi hija, le digo todas las noches, cuando la acuesto, las mismas frases llenas de deseos y sortilegios protectores.
4
A veces con comentarios normales, pero sobre todo cuando voy a dar una opinión, tiendo a hacer las aclaraciones sobre posibles malentendidos, a mostrar las consecuencias, o a explicar los porqués, antes de decir de qué estoy hablando, y por tanto antes de que los demás sepan a qué demonios me estoy refiriendo.
Esto, unido a que en esos casos suelo hablar muy despacio porque quiero ser preciso al escoger las palabras, llega a poner algo nerviosos a mis interlocutores habituales.
5
Para acabar, pensé en ponerles alguna fobia, pero, como sería un tema practicamente interminable, en su lugar les contaré una manía que tuve a los once o doce años y que me duró un verano entero: antes de dormirme tenía que hacer pis tres veces.
Las tres, justo antes de irme a la cama, no antes; y no valía aguantarse en la primera y dejar algo para luego: hacía pis normal, y después tenía que repetir dos veces, aunque sólo fuesen unas gotas. Si no lo conseguía no me podía dormir, porque sentía unas ganas (ficticias) enormes.
Les aseguro que era una verdadera tortura. Menos mal que se me pasó rápido.
*
Y ya está. Paso el relevo, que sólo deben aceptar si les apetece, a Calamidad, Danae, Rythmduel, Ernesto y Mrmann.
*
No quiero acabar sin contarles la contestación de mi mujer cuando le expliqué de qué iba este juego y le pregunté qué podía decir en este post. Después de repasar conmigo varias de mis rarezas, concluyó: "Diles que eres odioso".
¡Qué cabrón, Mrmann!
ResponderEliminarNo sabía que ya te lo habían pasado, no te preocupes.
Ya, Donna, si ya te digo que no soy creyente desde hace tiempo. Pero ahora ya es eso, precisamente, una manía. Y como todas las manías, si no se satisface desasosiega.
ResponderEliminarEn fin, que yo soy muy coñazo, que vivir conmigo no es fácil. Supongo que, rarezas innatas aparte, influye mucho haber vivido unos siete años solo.
Ah, y una cosa muy importante en mi defensa, y relacionada con la manía número 1: la limpieza en casa la hago yo. Así que, aunque es verdad que mi manía afecta a los demás, mi actitud no es ni por asomo la del tío en el sofá quejándose de que las cosas no están a su gusto. Eso hay que tenerlo en cuenta, ¿no?
ResponderEliminarAiba!!!
ResponderEliminarLlevo un rato pensando y no me sale nada. Qué cutrada!.
Bueno, sí, que me gustaba (ya ni eso) escuchar la radio en la cama, y que no me gusta mucho tener armarios en las habitaciones, pero ahora precisamente estoy durmiendo en una (me cambio a veces de cuarto) que tiene uno y me importa un comino.
No tengo manías, que repus!!!
Me da casi todo igual, no me importa que fumen en casa, ni que me cambien cosas de sitio, de hecho soy bastante desordenada, nunca se dónde he dejado las gafas o las llaves, pero no soy guarrindonga, que conste, que lo tengo todo limpio y bonito, todos dicen que en casa se está de vicio, y que da gusto vivir, pero claro, igual es por cortesía. El caso es que no se quieren ir, así que supongo que si no les dejara hacer lo que quieren igual no estaban tan bien...digo yo...
La mujer de un organista amigo no se puede dormir si no coloca en la mesilla no se cuantas cosas que se lleva hasta cuando vamos de conciers. Yo eso me pareció lo más de lo más, la miraba arrobada, para mi era una curiosidad verla ordenar todo, y colocar las cosas y volverlas a colocar, que no sólo tenía su sitio, sino que la luz había ya creado un cerco exacto para ellas.
Que colmo!.
Bueno, voy a pensar a ver si me sale alguna, y le voy a llamar a un par de conocidos y a mi anexo, a ver si saben de alguna. Igual es que las tengo pero no soy consciente.
Que rabia!.
Beso.
M.
Seguro que tienes y ni te das cuenta de ellas, M.
ResponderEliminarPor cierto, te he contestado una vez más en el post anterior.
Esberdá!!!
ResponderEliminarLa paradoja del inocente se podría decir.
Tengo unas ya localizadas. Me gustan los bolis, los cuadernillos y eso, todo lo de las librerías y compro sin necesitar porque me gustan mucho y también me compro muchas cosas de ferretería que no necesito. Como chismes, herramientas y tal. Y me gustan los aparatejos electrónicos, radiurrias, chirimbolos conectables, paratos varios y si tuviera dinero tirable me los compraría en general, todas esas cosas que anuncian en esas hojas que te dan con el periódico de muchicentros de la electrónica.
(pero luego los colocaría desordenados por sitios de la casa, jojojojojojo!!!!!)
Beso.
M.
Acepto el encargo, que cumpliré debidamente durante esta tarde de domingo. Un abrazo.
ResponderEliminar¡¡¡Bien hecho, Portito, muy bien hecho!!!
ResponderEliminarUn hombretón de honor y un caballero cumplido. Y además lo has hecho de nota, jajajajajaaaaaa... (dale a tu santa un abrazo, porque todavía tengo lágrimas de risa -y toooodo el rimmel corrido- por su comentario). Y te entiendo. Porque tu manía número uno, también lo es mía. Detesto que las cosas no sean o estén estéticamente perfecta, hasta el punto de no permanecer en algún sitio, de no comer, estando muerta de hambre, si... el pan del bocadillo no estaba bien cortado, la bandeja no tenía un trapito, la taza tenía el plato sucio... ejemmm...
¡Vamos queeee, al final, somos todos más raros que las piedras!
Gracias, otra vez por cumplir como todo señor de Portorosa debe (nobleza obliga); y un beso,
Saf ;-))
P.D. Por cierto que ésto está resultando de lo más interesante y educativo.
Y estooo... queeee... ejemmm... que lo de poliédrica (yo que soy tooooda suave, blandita, curvilínea -casi, casi como Platero XDD ) puesssss... ¡¡Y lo de glamourosa!! ¿Quién te ha chivao lo de las joyas, los coches de lujo, las mansiones, las pieles y la torta del Casar, eh? ¿¿Eh?? ¿¿¿¿EEEEHH?????
ResponderEliminar;-))
¡Qué alivio descubrir que hay por ahí alguien más que NO SOPORTA un tetra-brik recién abierto con ese triangulito que cuelga a medio quitar... puff!
ResponderEliminarLo que pasa es que llevo todo el finde sin dar un palo al agua, tumbadorro y leyendo los libracos que me compré el viernes y no he tocado siquiera el PC. Veo que se me acumula el trabajo. Innumerables comentarios nuevos por doquier, animada tertulia en mi propia casa (la gente acampada a sus anchas, oye, mientras el anfitrión no hace ni caso... ¡qué colmo!, como diría Miranda). Y tengo también correos pendientes de responder. O sea, un palizón a la vista. Pero todito lo iré sacando adelante, sin prisa y sin pausa... a partir de mañana (lunes). Acepto "seguir la bola" y esforzarme en hallar "sólo" unas pocas manías confesables, entre los cientos de ellas que cultivo con esmero. Continuará (en mi blog). Besos a tutiplén.
ResponderEliminarMuy bien, gracias a Rythm y a Earnest.
ResponderEliminarMargot, bienvenida.
Saf, ha sido un placer. Quedo a su disposición.
Abrazos.
¡Ajá! Bien, acepto el reto...
ResponderEliminarLuego vuelvo. Un besote. C.
Jo, pues ahora que leo esto, más de un año y medio después, veo que sí sirvió de precedente, sí. Y que no ha estado mal.
ResponderEliminar(Es curioso, pero este comentario, dejado en mi propio blog en un post tan antiguo, es probable que nunca lo lea nadie. Nadie. Dormirá aquí. Es casi inquietante.
Si alguien llega aquí, que sea muy bienvenido y que deje una huella, si no es mucho pedir. Gracias.)