Ayer, echando un vistazo en una librería, vi un libro de poesía de Bukowski, Escrutaba la locura en busca de la palabra, el verso, la ruta. Lo ojeé, y no pude evitar comprármelo.
Bukowski me encanta, me encanta, y aunque no suelo leer poesía (hecho éste que confieso me acompleja un poco, pues me hace dudar de mi sensibilidad como lector), creo que me va a gustar. Lo cierto es que sus poemas son muy particulares, muy (como dice el traductor y prologuista) “narrativos”.
Pues bien, al llegar a casa lo abrí, pasé una cuantas páginas, leí el prólogo y llegué al primer poema de la primera parte:
ASÍ QUE QUIERES SER ESCRITOR, ¿EH?
si no brota de ti a borbotones
a pesar de todo,
ni lo intentes.
a menos que te salga por voluntad propia
del corazón y la mente y la boca
y las entrañas,
ni lo intentes.
si tienes que permanecer horas sentado
mirando la pantalla del ordenador
o encorvado sobe la
máquina de escribir
en busca de palabras,
ni lo intentes.
si lo haces por el dinero o
la fama,
ni lo intentes.
si lo haces porque quieres
mujeres en la cama
ni lo intentes.
si tienes que sentarte y
rehacerlo una y otra vez,
ni lo intentes.
si sólo pensar en ello ya te cuesta trabajo,
ni lo intentes.
si quieres escribir como algún
otro,
olvídalo.
si tienes que esperar a que salga de ti
con un rugido,
entonces espera tranquilo.
si no llega a salir de ti con un rugido,
dedícate a otra cosa.
si primero se lo tienes que leer a tu esposa
o a tu novia o tu novio
a tus padres o quienquiera que sea,
no estás preparado.
no seas como tantos otros escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman escritores,
no seas soso, aburrido y
pretencioso, no te dejes consumir por el
narcisismo.
las bibliotecas del mundo
se han dormido de
aburrimiento
con los de tu calaña.
no lo empeores.
ni lo intentes.
a menos que te salga
del alma como un cohete,
a menos que creas que la inactividad
te llevaría a la locura o
al suicidio o al asesinato,
ni lo intentes.
a menos que el sol en tu interior te
abrase las entrañas,
ni lo intentes.
cuando de veras sea la hora,
y si estás entre los escogidos,
cobrará vida por
si mismo y seguirá cobrándola
hasta que mueras o muera
en ti.
no hay otra manera.
ni la hubo nunca.
***
Sé que hay opiniones de lo más sólidas y autorizadas que no coinciden con lo que aquí sostiene Bukowski, o al menos no del todo, y grandes escritores que aseguran que trabajan, perseveran, consultan, dudan, corrigen, vuelven a corregir y contemplan el folio o la pantalla en blanco durante horas (y, al parecer, detrás de la obra de Bukowski hay una labor mucho más ordenada y esforzada de lo que podría parecer al leerlo y, sobre todo, al conocer su -por otra parte, mitificada- vida).
Ya lo sé.
Y espero que tengan razón.