6.3.11

Aún domingo

[Me repito. Pero también se repiten las cosas.]

A diario es más fácil distraer nuestra atención de nosotros mismos. Tenemos nuestra verdad bien tapada bajo capas y capas de envoltorio.

Pero esa parte más íntima de la vida, la que sostiene todas las demás, la única que no admite ser compensada con otras, aparece los domingos.

6 comentarios:

  1. ¿Los domingos? ¿Por qué los domingos? ¿Usted no trabaja los domingos?

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  2. Jo, a mi me pasa al revés.

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  3. A mí cada vez me gustan más los domingos. Son días geniales, ¿no cree?

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  4. Anónimo7/3/11 10:57

    Me aterra su reflexión, visto como me visto y me comporto los domingos. ¿Usted ya no sale de marcha los sábados?

    Saludos desde la irónica y resacosa realidad.

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  5. Me identifico con ud. respecto a esa introspección 'dominguera'.

    Siempre me parecieron tristes, porque uno se los pasa pensando en que comienza la semana y ya se acaba el tiempo de asueto, y no los disfruta, temiendose el madrugón...

    Sí que es cierto que uno en Domingo se torna más melancólico y reflexivo.

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  6. completamente de acuerdo, Porto.

    Sólo si te gusta el futbol de un modo irracional puedes pasar las tardes del domingo sin pesar que casi es lunes: llegas a desear que empiece la semana.

    Son las tardes de domingo las que ponen más en evidencia la tiranía que implica la medida del tiempo.

    Puedes intentar evitarlo yéndote de excursión a la playa o al monte hasta que se ponga el sol, y luego ir al cine. Pero nada te evitará sentir todo lo que hagas como un intento de llenar las horas a la espera del lunes.

    Mirarás muchas veces el reloj diciendo: ya falta menos...

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