Día de difuntos
Paseamos y hablamos de la pena; por los otros y por uno mismo. Hablamos de la vida, de la visión personal de la vida. Y hablamos de la muerte.
No entiendo (literalmente) a quienes de morir temen el dolor, para mí tan insignificante al lado de que todo se acabe. Yo no puedo olvidarme de la muerte, y tengo que luchar para que no lo marque todo.
Sé que mi angustia por la futura muerte de mis padres, de mis abuelos, fue mucho más que unas cuantas noches de llanto infantil. Sé que la angustia por la mía, que comenzó al tener hijos, suponiéndola (y deseándola) anterior a la suya, será difícil de vencer.
Es despedirse, lo terrible. No volverse a ver.
Y esa consciencia de que la vida ya no podia ser cualquier cosa y había comenzado a tachar opciones, que significó dejar la niñez, ha estado siempre agudizada sin duda por la certeza del punto final, de que había una única oportunidad.
No obstante, somos supervivientes, y he descubierto que todo lo define el presente. Que, como dije aquí, ya puedo volver atrás, a los sitios y las personas, sin sentir que el tiempo pasado es únicamente pérdida. Parece que la tristeza de comparar expectativas (aun imaginadas) y realidad ya se ha pasado.
El presente.
Para mi la muerte tiene un significado aunque cruel, a la vez sanador y es como si en ese momento en que ella llega a la vida de uno, tal parece que el reloj se detiene y vuelve a cero...Luego vuelve a caminar.
ResponderEliminarUna muerte tantas veces anunciada es la peor de todas, porque por mas que quieres evitarla, esta tocando tu puerta...
Aun recuerdo la muerte de Él...el final fue intimo solo el y yo, aunque yo no veia nada a mi alrededor, si que habian personas, semasforos el bullicio de la calle, pero en aquel momento en que el se precipito,en que el eligio como morir, despues de acontecido me arodille a su lado coji su mano y pude sentir el calor templado de su mano, pero casi como sentia aquello, comenze a sentir un frio casi gelido y el descolorido color de su piel...
La vida es maravillosa pero lo más maravilloso es pensar que tiene fino.
ResponderEliminarTHOMAS BERNARD
fino, fino!!! Grrrr.
ResponderEliminarfin
Existe punto final pero múltiples oportunidades.
ResponderEliminarSe nota el cambio, suenas más positivo, pero no lo suficiente ...
Beso
Siempre me enseñaron que se muere como se vive, yo no lo tengo tan claro, pero si me fijo en los casos que he vivido de cerca, debe ser verdad. Como no creo que haya nada más después de esta vida, sólo aspiro precisamente a lo que a tí te sorprende, a morir sin dolor y con la mayor serenidad posible.
ResponderEliminarBueno...ya has leído como fue mi experiencia.
ResponderEliminarY si lo peor es el "nunca más". Aunque primero se pasa por el ser de corcho y el dolor atroz...y luego con calma y nadando en ello se llega al nunca más.
Lo mejor de haberlo pasado que sé que mi vida es ahora, este momento justo en el que escribo este comentario que es exactamente lo que quiero hacer ahora. Ya.
Dices que tienes que luchar para que la muerte no lo marque todo. Y yo creo que no sería empeorar las cosas, el decidir relajarse en la idea de que la muerte lo marca todo, absolutamente.
ResponderEliminarA pesar del hecho de saber que la inexorabilidad de la muerte da gravedad a nuestras decisiones, que a partir de ese momento, también se vuelven inexorables, podemos relajarnos cuando hemos actuado acorde completamente con nuestra conciencia.
Eso es la madurez del adulto. Y el permitirnos vivir descansando en la sensación de la muerte es la forma de aceptar que el niño que somos (fuimos) está muriéndose.
Un abrazo
Un beso grande, Ro.
ResponderEliminarYa me parecía a mí muy jerezana la frase para ser de un vienés :D
(Lo tuyo con las erratas es digno de análisis)
Existe punto final pero múltiples oportunidades.
Me parece un buen punto medio, María; trataré de seguir acercándome :)
(¡Y muchas felicidades otra vez!)
Paloma, yo hablaba de temor, y de cómo no entendía que alguien pudiera tener miedo sobre todo del dolor. Pero que aspires a eso no solo no me sorprende sino que lo suscribo; ya me gustaría a mí terminar así.
Moli, otro beso. Gracias.
Taliesín, qué te voy a decir que no sepas.
Supongo que el problema no es tenerla presente, sino cómo me afecta eso.
La conciencia, dices. Buf. Sé que hay sentido, y que está en el mientras. La conciencia, el cómo, el porqué, es lo que nos puede consolar.
Besos y abrazos a todos.
Dice mi querido Xavie ("Ideas y fragmentos") que de lo que se trata es de perder con estilo...
Ya sabes, Porto, genio y figura hasta la sepultura (quizá la frase hecha no pegue para esta entrada). Mis dedos son más veloces que mi pensamiento (y más torpes, que ya es decir).
ResponderEliminarTambién sabes (información privilegiada) que no me importa mi muerte. Por eso sí me preocupa que pueda ser con dolor y prolongada. Lo único que me preocupa, aunque la vida la sienta como un regalo maravilloso.
Lo que realmente destroza es la muerte de los otros. Pero si se produce cuando ya se ha vivido, hay que aceptarla y sufrir el dolor. Los jóvenes no deberíais pasaros de la raya. La preocupación de algún familiar cercano porque me cuide y viva más tiempo me llena de angustia; sobre todo, porque revela su no preparación para aceptar esa muerte, lo que significa un desvalimeitno. Y lo menos que quiero en el mundo es que aquellos a quien quiero estén desvalidos.
Veo que sobre la muerte nadie habla. He releído lo mío y si alguien piensa que es que me pasa algo, pues no. Porto y yo hablamos teóricamente y lo único que tengo claro es que moriré. Pero lo tengo aceptado... Claro que al final puedo mandar todo a la mierda y portarme como un cochino cobarde de esos que con 4 años se niegan a entrar en el cole y los padres lo arrastran y él va haciendo eses con los pies sobre el suelo.
ResponderEliminarPero es bueno pensar que lo controlas.
Porto, qué bonito. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarDesde el momento en que nacemos se nos da la vida, pero la muerte también. Es así. Hay gente que la teme y otra que se lanza en sus brazos. Yo temo lo que tú dices: el que todo se acabe. Eso es precisamente la muerte, al fin y al cabo ¿no?. Hay tantas cosas buenas que dejaremos atrás, que a quién le importa el dolor.
Bueno NáN, hay gente que se pirra por el fino, no pasa nada. Yo sinceramente prefiero un Ribera del Duero...
Besos.