28.3.07

Meme literario al canto

Me emplaza Tato (Activando la disidencia) a participar en un meme. Éste consiste en abrir el libro que tengamos más cerca [independientemente de si lo estamos leyendo o no, entiendo yo] por la página 139, buscar el segundo párrafo y transcribir las cinco primeras oraciones, para luego pasar la vez a tres individuos más.

Como la encomienda me cogió en el trabajo, y en el trabajo escribo esta entrada, tomo el único libro mío que tengo aquí y procedo. El libro es Lecciones preliminares de filosofía, de Manuel García Morente.

Pág. 139, 5 primeras oraciones del segundo párrafo (y parte del tercero):

Como ustedes ven, este trabajo de Locke es un ensayo muy esforzado por introducir claridad psicológica en el amasijo del conocimiento. Nuestro conocimiento es un conjunto enorme de ideas, de pensamientos. Locke se llega a ese conjunto; empieza a analizar, a dividir; va tomando esas ideas, mirándolas una por una; las que son complejas, como los modos, las substancias, las relaciones, las descompone en ideas simples; y a cada una de las simples les asigna un orden empírico, bien en la experiencia externa, que es la experiencia de los sentidos, bien en la experiencia interna, que es el darse cuenta la conciencia de sí misma.


Después de Locke el problema cae íntegramente en las manos del gran filósofo inglés obispo Berkeley. Berkeley introduce en el pensamiento filosófico de Locke una modificación de importancia capital; la introduce empujando, con entera consecuencia, a otros resultados más profundos, el método del análisis psicológico.


Este libro me lo recomendó un amigo mío, profesor de Filosofía, como una estupenda puerta de entrada (una vez olvidado casi todo lo aprendido en el instituto) a la teoría filosófica. Yo, que soy un vago terrible, llevo con él más de un año, alternándolo con la literatura que voy leyendo; pero les aseguro que es una maravilla y una estupenda recomendación. Recoge una serie de conferencias dadas en 1937 por el autor en la Universidad de Tucumán, en Argentina, donde por aquel entonces era profesor; fueron recogidas por taquígrafos mientras las dictaba y luego revisadas por él mismo. Y el resultado es un libro muy ameno y accesible incluso para los profanos. Requiere cierta continuidad y no se lee como una novela, es cierto (a las pruebas me remito), pero es muy interesante y muy claro, sobre todo muy claro, algo que los no iniciados agradecemos.

Además, lo pueden ustedes encontrar editado por PORRÚA, la editorial mexicana de apellido asturiano y lema, para mí, críptico ("Sepan cuantos...") que tan bonitos libros (tengo algunos, como Nana, de Zola, y El maravilloso viaje de Nils Holgersson, de Selma Lagerlof, impresos a doble columna: una maravilla) hace, o hizo, o hacía, que no estoy seguro de cuál es su situación actual.

Y, siguiendo las normas, invito a tres blogueros bien dispares a continuar este meme, si les apetece: Miranda, Gregorio Luri (El café de Ocata) y Conde-duque (Los evangelios de la risa absoluta).

23 comentarios:

  1. Bueno, estupendo, lo haré.
    Alguna vez he intentado unirme, invitada, a una cosa de estas, pero siempre eran cosas personales, o de involucre.
    Esto es distinto.


    Beso.

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  2. ¿Conoces la historia del Prof. García Morente?

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  3. Conozco lo que dice el prólogo del libro, que no es poco (ahora que te contesto no lo tengo delante, y no puedo concretar, pero habla de su salida de España, sus vicisitudes en Sudamerica...) pero no sé si suficiente.
    Soy todo oídos, en cualquier caso, T.

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  4. Te sorprenderías. Imagino que sabes que se ordenó sacerdote. Te voy a dejar dos enlaces:

    http://www.fluvium.org/textos/lectura/lectura9.htm

    http://www.analisisdigital.com/quienessomos.asp

    Confío en que sigas siendo una persona sin prejuicios y lo sigas considerando un buen profesor de filosofía, que lo fue y de los mejores, después de leer ésto.

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  5. Creo (sigo sin tener el libro conmigo) que lo de que fue sacerdote sí lo sabía.
    Ya he leído lo del primer enlace, y echado un vistazo a la página del segundo.

    Verás, T, en absoluto tengo que vencer ningún prejuicio para seguir teniendo el (en la medida en que yo puedo decirlo, que es escasa) buen concepto que de él tenía. Ser creyente no es para mí un defecto que perdonar a nadie.
    Yo me considero, más que ateo, agnóstico, por aquello de quién sabe; pero, en fin, creyente no soy. Pero lo he sido, y he sido incluso bastante practicante (a mí esto siempre me suena a poner inyecciones...). Ahora no, es cierto, pero lo que yo pueda pensar de la religión y sobre todo de ciertas ideas de la Iglesia, o de las autoridades eclesiásticas, que a veces no es demasiado halagüeño, nada tiene que ver con mi respeto por la fe religiosa de cada cual.

    La verdad es que la explicación del primer enlace me suena mucho a cuento chino (con todos mis respetos); o, mejor dicho, no puedo evitar ver la reacción de alguien desesperado, que se agarra a lo único que en ese momento le consuela. Por un lado, quién soy yo para criticar a un hombre así, cuya capacidad autocrítica seguro era enorme; y, por otro, quién soy yo para ir diciendo a los demás que lo que a ellos les vale no es más que un clavo ardiendo. Pero lo cierto es que, bueno, el fondo religioso de ese primer texto no me llega, me deja indiferente.

    Lo cual no quiere decir que no me haya parecido interesante enterarme de todo eso.

    Gracias. Un beso.

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  6. Mi primer trabajo fue una sustitución para dar clases de latín en un colegio religioso en Vallecas. Ni sabía latín ni sabía dar clase. Pero la monja a la que sustituía -la madre Almudena- era una persona sabia y bondadosa que me trató con cariño y que veía en mí (o me hizo creer que las veía) virtudes seguramente inexistentes.
    La madre Almudena era hija de García Morente. Tu post y el comentario de t. me han traído su grato recuerdo a la memoria.

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  7. ¡Anda, qué casualidad!

    Me alegro de verte, Malambruno. Y aprovecho para desearte que tengas buen viaje, que supongo que te irás.

    Pues, T, Malambruno, y compañía:
    Ayer fui a una misa de funeral (para variar), y pude ver el perfecto contraejemplo de la monja de Malambruno, y de muchas personas religiosas (seglares y no seglares) que he conocido: un cura con aires de sumo sacerdote, con aires de grandeza y tono engolado, inaccesible e indiferente, de gestos afectados, rancios y soberbios... que me enfadó tanto que sentí ganas de salir al pasillo, acercarme al altar y sacarlo de la iglesia a golpes, y mandarlo de una patada en el culo a la última aldea africana, a demostrar su fe y sus cualidades religiosas. ¡Qué cabreo! ¡Qué cretino! (Que conste que tengo más elementos de juicio que esa misa, que conozco al personaje y sus circunstancias [Malambruno, si te digo que la iglesia era la de San F. puedes imaginarte de qué va la cosa]).


    Un abrazo. Y buenos días.

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  8. Portorosa, cálmese... Eso de dar patadas en el culo a lo curas de pueblo está muy mal. Yo lo que querría es leer un post sobre el susodicho, donde nos cuente todas sus "hazañas" (que deben ser unas cuantas), con pelos y señales... y, más que cabreo, ironía, que bien afilada duele más.
    ¡¡Viva Don Camilo (el de Guareschi)!!

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  9. Bueno, no se trata de un cura de pueblo; no exactamente, al menos.
    Pero me temo que no puedo satisfacer su deseo, Conde, sin desvelar cosas que quiero mantener ocultas...

    Un abrazo.

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  10. Y ¿ Cree que es así por ser cura?
    Es probable que sería desagradable aunque fuese ingeniero o albañil.
    No pongamos etiquetas...

    Hace algún tiempo en Barcelona, un camarero fue desagradable con una amiga mía y cuando se lo reproché y me dijo que los barceloneses eran así, le dije que no me vendiera la moto y si él fuese de Almería, de Cáceres o de Singapur, seguiría siendo un desagradable.

    ..y deja ud. la puerta abierta a mi imaginación calenturienta sobre las cosas que prefiere mantener ocultas.

    He vuelto al redil de su blog, de donde había decidido alejarme, para poder elajarme.

    Saludos

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  11. Sería desagradable, o un imbécil, pero eso se manifestaría de otro modo. Y además ayer hacían mucho daño sus formas. Y todo menos apostolado.

    Besos. Bienvenida.

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  12. Caray, señor de Portorosa, sí que te enfadó el señor cura. Y sí, creo que puedo imaginarme de qué va la cosa. Y, aunque esté muy mal pegar patadas en el culo, a veces está bien dejarse llevar un poco; sobre todo, siendo un señor de pazo galaico, que, debajo de su buena educación, seguro que conserva la fiereza y el salvajismo rurales.

    (Sí que me voy. Gracias por tus buenos deseos.)

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  13. Más, tenía que conservarlas, mucho más...

    Un abrazo.

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  14. La madre Almudena, su hija, es religiosa de la Asunción efectivamente.

    Yo estoy con Porto, un sacerdote debe ser exquisito en sus formas, que sea o no elocuente o tenga mejor o peor oratoria es lo de menos. Pero sirve un ministerio sagrado y debe ser ejemplar.

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  15. Buenos días.

    No puedo razonar en los términos en los que lo haces tú, T; pero sí puedo pensar que un cura católico debería ser un ejemplo de bondad, de preocupación por los demás, de humildad, de generosidad, de sencillez... Y hay perfectos contraejemplos, entre ellos.

    Un beso.

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  16. Vaya, Portorosa, qué mala fortuna haberte cruzado, ahora que entramos en Semana Santa, con esa especie de 'cura trabucaire' pretencioso y gallito, y encima en un funeral. ¡Resignación! (Aunque como apunta Malambruno, algún desahogo tampoco vendría mal...) Un abrazo y a descansar.

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  17. Lo que me deja un tanto asombrado es que haya alguien como usted, que tenga en el "trabajo" un ejemplar de las 'Lecciones preliminares de filosofía'.

    En cualquier caso, es un libro de gran belleza (lo he leído un par de veces). Su secreto es ser un libro poco libresco (transcripción de explicaciones orales, de un maestro famoso por sus dotes pedagógicas).

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  18. Ejemplares como éste, por desgracia, no constituyen ninguna sorpresa para mí. Aunque procuro no juzgar a los demás por ellos.

    Sí, comprendo que es raro, Joaquín. Y no se crea que yo puedo explicarlo fácilmente.
    Es cierto que el que sean transcripciones de conferencias lo hace más didáctico todavía.

    Un abrazo a los dos.

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  19. Pues ya tienes mala pata, Porto, porque yo conozco a un montón de sacerdotes estupendos.

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  20. No quiero hacer de este tema la piedra de toque de la razón de dos bandos enfrentados, T.
    Habrá de todo. Yo, un montón de curas estupendos no he conocido, pero todo depende de qué entiendas por "un montón".
    ¿De qué tipo he conocido más, de los estupendos o de los verdaderamente impresentables? No sabría decir; pero el grupo que más abunda, para mí, es el de cierto de cura mediocre, que no aparenta estar demasiado interesado en lo que hace, y desde fuera parece haberse olvidado del significado último de su labor.

    En fin. Besos.

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  21. Querido Porto,

    tampoco yo pretendo hacer de esto una disputa sin fin, creeme pero abusando de tu generosidad, me permito una última consideración. Es cierto que hay muchos sacerdotes mal formados,en teología, filosofía, etc pero incluso en éstos, yo he tenido la suerte de tropezar con buenas personas y con excelentes 'profesionales', para explicarlo de manera que se entienda.

    En cuanto a lo que es para mí 'un montón, te lo explico. Conozco a muchos sacerdotes, he tratado con frecuencia incluso a algunos obispos y cardenales y dos de mis tíos, ya muertos, fueron jesuitas y muy diferentes. Uno vivió y murió en Roma, en la Curia del P. Arrupe, mientras que el otro vivió y murió en Perú, en el altiplano, y era bastante cercano a la teología de la liberación. Sigo manteniendo excelentes amigos en la Compañía, con los que me siento muy en sintonía, y los conozco de todas las tribus.

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  22. Perfectamente, T.

    Que conste que no me refiero, cuando critico a un sacerdote, tanto a una falta de formación teórica como a su parte más accesible, a su trato con la gente, al cariño que pone en su trabajo, a su accesibilidad, a, en fin, sus cualidades humanas, que creo deberían ser sobresalientes.

    Un beso.

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