29.8.11

Finales de agosto

Último fin de semana del mes y, subjetivamente, del verano.

Empezó el jueves de noche, casi, con El primer día del resto de tu vida, una película francesa que habla de una familia a base de contar cinco días distintos, separados varios años en el tiempo, en cada uno de los cuales uno de sus miembros (matrimonio y tres hijos) es el protagonista. Me gustó, me gustó mucho. Me encantó. Aunque no sé de dónde sacaron, los de Filmaffinity, que era una comedia: tiene partes duras, y acabé llorando.

El viernes tuvimos mañana de Urgencias, con un pequeño susto incluido, que se quedó solo en eso.

Ir a Urgencias, y en general a un hospital de la Seguridad Social, como ya he dicho alguna vez, es como si de una patada te sacasen de la literatura, de internet, de tus paseos y tu vida cultural y te dejasen en medio y medio de la realidad, que tú creías que ya era otra. Y no me refiero a los medios de la sanidad pública ni a las esperas (de hecho, el viernes me fui con una sensación muy buena de la parte profesional), sino a los pacientes, seleccionados al azar por la enfermedad de entre los que no se pueden permitir otras opciones más exclusivas.

Comida familiar, a la que llegué por los pelos. Tarde de descanso obligado. Cena familiar, con primos; o, mejor dicho, con primas: muy agradable. Por suerte, este verano hemos podido (y querido) vernos bastante.

El sábado nos levantamos a una hora a la que hacía años que no estaba en la cama. Estábamos cerca de Santiago. ¿A ustedes les suenan (anda, parece un chiste) las campanas de Bastavales? Rosalía de Castro tiene un poema titulado así, muy conocido, y todavía más popular gracias a una canción de Amancio Prada. Pues son esas de allí al fondo:




La zona es muy bonita. Pero es curioso lo mucho que yo necesito sentir algún tipo de relación afectiva con un sitio para poder querer vivir en él: es una clara necesidad de sentir las raíces (paseando por Cádiz, que es la ciudad que más me gusta de España -incluso más que Santiago-, nunca he pensado que me gustaría vivir allí, sino que no me importaría nada ser de allí, que es el imprescindible paso previo). Como decía un amigo mío, de lo contrario, por mucho que me guste lo que veo, me noto como un palmo por encima del suelo, sin tocarlo, un poco ajeno.

Comimos bocadillos de estudiantes. No lo somos, bien lo sabe Dios, pero nuestro presupuesto, a estas alturas de mes, lo era. Y luego pasamos más de dos horas tumbados al sol en unos maravillosos jardines urbanos. Parecía Europa.

Paseamos por la playa, a eso de las nueve. La luz era la del final del verano.





Y en casa cenamos a la luz de las velas con una botella de Moet Chandon (un regalo, eh, un regalo). Y vimos al fin Cuando Harry encontró a Sally. Aunque éramos los mismos de aquí:





Ayer domingo fui a andar con mi padre. Hacía años, ya, y me gustó mucho; aunque hubo algún momento triste, que provoqué yo al sacar, a propósito, ciertos temas difíciles. Pero hay que hablar.

Más familia: playa y comida, en ese orden. Estuve quince o veinte minutos de pie entre las olas, disfrutando del paisaje. En la comida estaba, por primera vez, M., y me sentí muy a gusto.

A última hora fui a ver a los niños, que no podían esperar para enseñarme todo lo que querían que viese. Y nada para dejar de demonizar las maquinitas como jugar con tu hijo de cinco años al Tetris, y descubrir que lo podéis pasar genial. El jueves empieza septiembre, y con él volvemos al día a día casi normal. Y a las tardes con ellos. Lo estoy deseando.

Para terminar, Un cuento chino, con Ricardo Darín: bien, también, aunque en un 90% por verlo a él.

Se acaba el verano. Pero la vida sigue.



5 comentarios:

  1. Me gustan mucho estos textos tuyos donde la vida sucede y pasa. La vida nada menos. Me gustan mucho. Un abrazo.

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  2. Y a mí me gusta mucho que te gusten, te lo aseguro.
    Un abrazo.

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  3. A mí también me gustan. Es como ver una de estas películas francesas en los que parece que no pase nada, pero que podrías estar viendo indefinidamente.

    http://madredemarte.wordpress.com/

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  4. Qué bien.
    Porque, claro, yo escribo para que os guste. O en parte.

    Además, de películas francesas iba un poco el post.

    Un beso.

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  5. Grande, 'un cuento chino'. Grande el tetris :-)

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