Diario esporádico de vacaciones: epílogo (novena y última espora)
Todas las vacaciones tienen su gran momento. O eso me parece a mí. El momento perfecto que, aunque por definición no las resume, representa el ideal de lo que buscabas en ellas.
El de estas que han acabado fue ayer por la mañana. Paula y yo nos levantamos temprano. Abrí la puerta de casa y me acerqué al final del jardín a ver la playa; eran las nueve y poco, el cielo estaba despejado y el agua completamente quieta. Me puse el bañador, le dije a Paula que se quedase por si Carlos despertaba y bajé. Me metí en el agua, di unos pasos, me giré, vi la casa y a Paula mirándome desde la muralla, le saludé, me di la vuelta otra vez, me sumergí y nadé, como siempre, alejándome de la costa. Nadé, nadé, paré, miré alrededor, Paula me decía hola con la mano, me dejé hundir, salí, me hundí, salí... Tenía ganas de gritar, de pura felicidad.
Luego volví, salí del agua y subí a casa. Así empapado cogí el pan, que llegaba en ese momento.
Porque claro, adivinen cuándo hizo el mejor día, con muchísima diferencia, de todo el mes...
Cuando se despertó Carlos fuimos a desayunar fuera, de despedida. Fuimos y volvimos paseando, y al llegar bajamos a la playa. Estuvimos la mañana entera. Se atrevieron a nadar conmigo hacia afuera, y cuando se cansaban apoyaban una mano en mis hombros. Fue una mañana maravillosa, como han sido estos cuatro últimos días; justo desde que decidí que nos quedábamos. Después, ya por la tarde, me dediqué a recoger, hacer maletas, limpiar, etc. Triste por irme, y porque esa noche ya los dejaba, pero contento por todo y, en el fondo, muy feliz.
Antes de marcharnos, con la casa fregada y el equipaje en el coche, dimos un paseo hasta el muelle, y les estuve preguntando una vez más qué tal lo habían pasado, si mejor o peor que otros años, y esas cosas que, como saben, me preocupan. Por último, les dije si el año que viene querían volver: ¡Pues claro!
En el coche, al venir, hablamos mucho, como de costumbre. Algunas conversaciones fueron muy serias.
- Papi, ¿las tetas cómo aparecen?
- Pues tienen un tejido, que son las glándulas mamarias, que al llegar a una edad crece, etc.
- Pues la verdad, para mi gusto en las mujeres quedan muy bien. Y a mí me va a gustar tenerlas, porque yo creo que me van a quedar muy bien.
De noche, al llegar, los dejé.
Mis hijos, Paula y Carlos |
Le van a quedar estupendamente :-)
ResponderEliminarEse momento que cuentas, ese baño temprano sintiendo que quieres todo lo que tienes, roza la perfección.
Feliz regreso!
¡Son guapísimos! Me ha gustado mucho leer tu diario de las vacaciones de este año. Vicedo ya no es una palabra extraña para mí. Un abrazo.
ResponderEliminar:D
ResponderEliminarSí, o más que rozarla.
Gracias, Filla.
Gracias, Jesús, por las dos cosas. Son guapísimos, sí; y eso no es lo mejor; lo mejor es que son (ob-je-ti-va-men-te hablando) unos niños maravillosos.
Uno de mis retos contigo es enseñarte Vicedo en persona, Jesús. Me encantaría, y sé que a ti también. Un abrazo.
al final las vacaciones han resultado geniales .
ResponderEliminarque envidia ese baño matinal .Vicedo ya es una parte de nuestro verano , gracias a vosotros.
que niños mas majos y que guapísimos.
Unbesazo
Gracias, Anuski.
ResponderEliminarPues sí, Vicedo tiene algo más de presencia virtual que hace unos años, seguro.
Un beso.
Qué curioso. Yo he vivido un momento casi perfecto esta noche. Con mis hijos, en el balcón de casa, mirando como iban apareciendo las estrellas.
ResponderEliminarFeliz regreso. Hasta a mí me dan ganas de ir a conocer Vicedo.
http://madredemarte.wordpress.com/
Pues no estaría mal, Madre. Tienes más conocidos por aquí, ya lo sabes.
ResponderEliminarNuestra última noche en Vicedo, precisamente, les enseñé la Osa Mayor y la Estrella Polar :)
Buenos días a todos.
Yo también quiero que tengas el reto de enseñarme Vicedo.
ResponderEliminarTus niños son geniales! Y también quiero conocerlos.
Un beso, Porto.
Gracias por compartir instantes de tus vacaciones.
Bienvenida de vuestro agitado viaje, Aroa.
ResponderEliminarBueno, de hecho y lo tengo. Pasado julio, nos queda agosto. Es verdad que tiene fin y que el (otro) tiempo no está ayudando mucho, pero podríamos.
Un beso.
Me alegro por ese último día (y por los anteriores).
ResponderEliminarCarlos está grandísimo (se estaba haciendo pis?) Y Paula va a estar estupendas con ellas pero mejor que tarde en tenerlas ;-P
Creo que no va a caber tanta gente en Vicedo!!
Bicos
Me alegro de verte, MyT.
ResponderEliminarNo, solo haciendo el chorras, como de costumbre (y como siempre que se da cuenta de que intento hacerle una foto).
Sí, Paula puede esperar.
A ver si a Vicedo vienen de uno e uno...
Un beso.