Cuando hay que explicar lo obvio
No le falta razón a Morelli cuando dice que muchas de las citas de Judt del post sobre Algo va mal son obviedades. A mí también me parecen conclusiones de cajón de argumentos muy claros.
Y sin embargo, qué pocas veces las oigo, y qué necesario me parece repetirlas, insistir en ellas, en un momento (no sé si históricamente excepcional, pero preocupante en todo caso) en el que desde tantas tribunas se difunde un discurso oscuro, cerrado, cegador, limitado, retrógrado e involucionista.
Casi a diario soy testigo (mudo, por lo general) de conversaciones, supuestamente sobre política, no solo plagadas de prejuicios, tergiversaciones, datos manipulados, referencias históricas falsas o simple ignorancia, sino que niegan esas obviedades, que rechazan lo que yo creía indiscutible: la igualdad de derechos; la persistencia de la injusticia y sus consecuencias; la lógica de la... ¿causalidad?, la necesidad de esforzarse en comprender, la importancia de conocer los porqués y trabajar sobre ellos, y por tanto lo inútil de centrar la lucha en las consecuencias, y lo tonto de quedarse en el simple rechazo; los beneficios de la honradez; el peligro de dejar que el miedo determine nuestro discurso; la falacia de que todo el mundo es igual (de malo); la necesidad de asumir la propia responsabilidad y exigírsela a los demás, etc., etc.
Y lo peor es que, acostumbrados a discutir a otro nivel, llega un momento en que cuesta mucho explicar eso, lo básico, lo que ya dábamos por sabido. Cuesta volver a explicar lo fundamental.
Por eso es importante que alguien, de vez en cuando, lo haga por nosotros.
Y sin embargo, qué pocas veces las oigo, y qué necesario me parece repetirlas, insistir en ellas, en un momento (no sé si históricamente excepcional, pero preocupante en todo caso) en el que desde tantas tribunas se difunde un discurso oscuro, cerrado, cegador, limitado, retrógrado e involucionista.
Casi a diario soy testigo (mudo, por lo general) de conversaciones, supuestamente sobre política, no solo plagadas de prejuicios, tergiversaciones, datos manipulados, referencias históricas falsas o simple ignorancia, sino que niegan esas obviedades, que rechazan lo que yo creía indiscutible: la igualdad de derechos; la persistencia de la injusticia y sus consecuencias; la lógica de la... ¿causalidad?, la necesidad de esforzarse en comprender, la importancia de conocer los porqués y trabajar sobre ellos, y por tanto lo inútil de centrar la lucha en las consecuencias, y lo tonto de quedarse en el simple rechazo; los beneficios de la honradez; el peligro de dejar que el miedo determine nuestro discurso; la falacia de que todo el mundo es igual (de malo); la necesidad de asumir la propia responsabilidad y exigírsela a los demás, etc., etc.
Y lo peor es que, acostumbrados a discutir a otro nivel, llega un momento en que cuesta mucho explicar eso, lo básico, lo que ya dábamos por sabido. Cuesta volver a explicar lo fundamental.
Por eso es importante que alguien, de vez en cuando, lo haga por nosotros.
Lao-Tsé enseña que todo es causa y efecto, por lo que cada aspecto que podemos percibir hoy, es originario de otro aspecto oculto que le antecedió históricamente, explicando así como el Universo mismo y sus cosas existentes son resultado de hechos anteriores, y no de creaciones espontáneas.
ResponderEliminarDe esta idea nace el Principio de Acción y Reacción que los taoístas mencionan al explicar cómo es que todo lo existente deviene de algo anterior; todo tiene un por qué, mostrando como el Tao (poder) no hace las cosas arbitrariamente, sino que todo es causal, y no casual.
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Como estas Fer, lei tus vacaciones de ensueño en Vicedo a junto de tus nenos y tu amada y su pequeño, me parece que todo va en su curso normal y me alegro por ti, siempre es bueno recomenzar una nueva etapa y ya ves los niños son lo mas espontaneos que hay y con ellos no se valen tantas explicaciones.
Mis vacaciones fueron cortas, pero muy buenas ahora que Iria ya hace preguntas con sentido o pregunta casi maniaticamente si es " grande o pequeño", o si esta atras o adelante.
Besiños queridyño
Si existe una época en la que es imprescindible recordar obviedades (las que nos enseñaron cuando éramos pequeños, las que enseñamos a nuestros hijos), es ésta.
ResponderEliminarEn ese sentido me identifico absolutamente con tu tercer párrafo: la crisis ha eliminado de gran parte del discurso colectivo el sentido común y la decencia, se ha perdido la vergüenza a decir en voz alta barbaridades como las que yo he escuchado en boca de personas aparentemente normales. Dos ejemplos: que se despida antes a las mujeres que a los hombres; que se expulse a todos los extranjeros, legales o no, para que el poco trabajo que pueda haber en España sea para los españoles. ¿Qué argumentar contra afirmaciones semejantes, expresadas con absoluta espontaneidad por clientes de mi trabajo, sino obviedades?
A veces las obviedades, pronunciadas en voz alta mientras se hunde el trasatlántico, no son importantes, son imprescindibles.
Es muy de mañana, sábado, y tengo la mente un tanto desordenada...
ResponderEliminarlo que pasa es que refugiarse en la superioridad de las obviedades, quedarnos contentos y satisfechos con nuestra perspectiva, y rechazar las barbaridades que dicen "los otros" es algo, social y políticamente liquidador.
las ideas "bárbaras", como los saqueos de londres, tienen sus razones de ser, vienen de situaciones subjetivas y de propuestas objetivas e interesadas por parte de los grupos que detentan el poder (no solo de los llamados "de derechas"). No salen de la cabeza de los pringados pluriempleados que creen que un negro, un moro o un gitano amenazan sus derechos.
Podríamos pensar en la generación de nuestros padres, que se dejó la piel para darnos una mejor educación de la que ellos habían recibido. Creyeron que eso era suficiente, que con "modernizar" el país, con estar en la UE y en la OTAN era suficiente. No cometamos los hijos el mismo error con los nietos.
En una sociedad tan desigual como la nuestra, con un 25% de población por debajo del umbral de la pobreza, el derecho a tener coche o casa en propiedad no está garantizado por la nómina de fin de mes, sino por la polícía, las leyes y los jueces que amparan el derecho de propiedad. Es un derecho otorgado, como la sanidad o la educación. Claro que mientras nos sintamos inmunes en nuestros blogs o en nuestra torre de marfil, lo consideraremos consustancial a la democracia. Cuando lo veamos en peligro lo consideraremos otorgado. Y al final, no lo detentaremos de ninguno de los modos.
Este tiempo, mientras el bienestar nos parezca propio de la democracia, es muy valioso para evitar el siguiente paso.
Y os aseguro que los racistas, los pluriempleados, los parados... no leen a Judt...
Morelli,
ResponderEliminarBendito desorden de tu mente!
Esta conversación se continuó ayer por la noche, facilitada por una tortilla.
ResponderEliminarAbrazos a todos.
Aunque la tortilla no fuese de su gusto, exactamente, sr Porto.
ResponderEliminarPues no, no exactamente. Algo le pasaba a aquel aceite.
ResponderEliminarPero bueno, estuvo bien todo lo demás.
Al final, ¿estábamos básicamente de acuerdo, con algunas diferencias, o en desacuerdo compartiendo algunas opiniones?
arrieros somos...
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/Galicia/implosiona/capitalismo/elpepuespgal/20110814elpgal_7/Tes
este antón baamonde siempre me resulta interesante, hable de lo que hable.
Registra tu casa, Morelli. Este Antón te ha puesto micrófonos.
ResponderEliminares que el punto de vista cambia radicalmente si dejamos de pensar que los gobiernos están luchando en contra de los mercados y empezamos a pensar que son sus cómplices, obligados o no, y simplemente tratan de saquearnos las rentas, los servicios públicos... los derechos..., de la forma más "justificada" posible.
ResponderEliminarSi cambiamos el punto de vista, la crisis deja de ser un proceso complejo, lleno de contradicciones, de matices, (y de errores contagiados como un premio nóbel de economía decía ayer), de "no hay salida", de "hay que hacer más"... Si cambiamos el punto de vista veríamos que los gobiernos estarían profundizando en el saqueo, convirtiendo deuda privada (de algunos, que no responden, de los "bandidos con convicciones") en deuda pública (de todos, de la "gente decente, blanda y cobarde")
Me pasé gran parte de mi juventud guerrera escuchando a los comunistas que a Franco le quedaban dos telediarios (en aquel tiempo, más que telediarios eran noticias de radio y se llamaban "El Parte", como algo militar).
ResponderEliminarAhora escucho mucho lo de que el Capitalismo se hunde en sus contradicciones y desaparecerá.
Ni lo primero fue cierto, ni lo segundo lo es. Y si está ahí y no se puede presentar batalla de liquidación, hay que presentar batalla de lo posible: conseguir que la desregulación regrese a una regulación estricta: la política dio al capitalismo financiero las libertades de las que goza. Y la política se las puede quitar... si los de abajo empujamos mucho en ese aspecto.
Después de leer a Judt, entiendo que hay una socialdemocracia de lucha, no la que se bajó los pantalones porque las ideas que tenía fueron vencidas.
Y la Revolución se hará cuando el 50% de la población la desee. De momento estamos muy lejos de ese porcentaje... y el discurso revolucionario solo sirve para crear pequeños grupúsculos y asustar a la gente.
Los años 70, en los que tan revolucionarios (y tontos) éramos todos, terminaron. Resultado: capitalismo salvaje 13 - Revolución 0
Claro que por socialdemocracia no cuento de momento al psoe ni a iu
La social democracia existió (donde existió, que ya no existe en ninguha parte, de Finlandia a Holanda, por hablar de dos casos que conozco más o menos bien, todos se han bajado los pantalones, unos hasta las rodillas y otros hasta los tobillos), en unas determinadas circunstancias históricas (la guerra fría) que espero que no se vuelvan a dar nunca más.
ResponderEliminarYo entiendo, pues, que la batalla entre regulación y desregulación está superada: la desregulación ganó, y está liquidando existencias. Ahora hay nuevas contradicciones. No podemos reclamar a los que ahora nos sablean algo otorgado en su momento por el mismo capital finaciero y los mismos partidos políticos. Es inútil.
No considero que el capitalismo se está liquidando, pero sí el capitalismo dominado por una sola potencia, lo que es un cambio cualitativo y no cuantitativo.
Lo lógico sería pensar qué tipo de democracia podremos sostener en un capitalismo multipolar, con unas relaciones internacionales inéditas en los últimos 250 años. Eso a mí, el pesimista morelli, me genera cierta ilusión, aunque el artículo lo presente bien negro.
Por cierto, yo no tengo nada que ver con los comunistas que vieron como Franco se moría de muerte natural, ni me parece que sirva de nada profundizar en esa situación a estas alturas, aunque sí en el papanatismo de modernidad que se instaló en la sociedad tras la transición (o a causa de ésta). De aquellos polvos, de la destrucción de la economía y de la completa alienación internacional, vienen estos lodos. Pero claro, éramos europeos (gracias a Alemania y a Francia, como suele recordar Zapatero, como si no lo hubiésemos sido en los últimos 8 siglos)... hasta que dejemos de serlo, gracias a Alemania y Francia.
Pero ese es otro tema...
Ro (que no te había contestado), todo va muy bien, verdaderamente bien.
ResponderEliminarHe leído sobre tus vacaciones a este lado del charco: me alegro de que estéis las cuatro bien.
NáN, querido, bienvenido.
Acabo rápido mi café, en el trabajo, porque la conversación me ahuyenta y no quiero ni puedo meterme a fondo en ella: quedarse en la consciencia íntima de esas obviedades no vale de gran cosa; ni siquera de gran consuelo; y efectivamente hay que dar el siguiente paso, que como mínimo es comunicar. Pero vive Dios que estamos muy lejos de que esas verdades lo sean para todos, que vivimos en una sociedad y un momento donde las mayores burradas se repiten a pecho descubierto como si fueran las verdades que todos compartimos pero nadie se atreve a reconocer en voz alta... Es tristísimo, y liquidador, liquidador.
Hay una posible discusión sobre el punto de destino, y otra sobre el camino.
A mí me parece que este comienza a nuestros pies, donde estamos; y tiendo a pensar que hay que ir paso a paso, sin confiar mucho en los saltos.
Claro que esto es demasiado vago.
Creo que estamos al inicio de una época en la que, por primera vez, será posible que "la sociedad" adopte posturas unánimes y actúe en consecuencia. Que podrá tener conocimientos y medios para exigir a sus gobernantes que sean, efectivamente, suyos (y gobernantes).
Esto sucederá cuando obliguemos a que pase. La revolución a mí me da miedo, y quiero pensar que hay otra forma de presión diaria y continua (que ahora todavía no hay, que conste). Y el primer paso es estar preparados, estar formados e informados: saber.
Buenos días a todos.
al respecto de un comentario anterior recomiendo http://www.agarzon.net/?p=1030
ResponderEliminarsalud