Un asunto local: salvemos las ranitas
[Carta enviada a la prensa local]
Una tarde en el parque de la Ranita
Veo a mi hija correr por la hierba, al sol, llamándome a gritos loca de alegría, riéndose a carcajadas ella sola, contenta de no tener que andar de la mano, de poder chillar, de tener tanto espacio libre, de sentir (aunque no lo sepa) su cuerpo vivo, de poder coger flores, de cortar las hojas en trocitos muy pequeños, de notar el aire en la cara, de esconderse de mí y de que la persiga. Y de vez en cuando llega muerta de risa a descansar a donde estoy, sentado en el suelo, y se me echa encima y me da un abrazo.
Esto de aquí arriba lo escribí hace cinco años; mi hija tenía entonces tres. Fue en una tarde del mes de mayo, y el sitio del que hablaba eran los jardines de la Fuente de la Ranita, en el muelle.
Pero al parecer todo eso se va a acabar, porque unas obras relacionadas con el saneamiento de la ría tienen previsto levantar los jardines y construir en su lugar un tanque de recogida de aguas y un nuevo edificio de... cuatro plantas.
La limpieza de la ría es fundamental, qué duda cabe. Y si los interceptores de saneamiento exigen un tanque y otro edificio, pues lo exigirán, qué se le va a hacer; no seré yo quien lo discuta. La cuestión no es esa; la cuestión es si no hay alternativas que no supongan la destrucción de una de las pocas zonas verdes de Ferrol.
Y yo les digo que sí, que las hay; que no es cierto que no haya otro remedio. Porque lo cierto es, sencillamente, que esa no puede ser una de las opciones que se contemplen; como no lo es echar abajo el edificio de la Autoridad Portuaria, o el de la Capitanía de Puerto, o unas viviendas. Que eliminar un parque no es una alternativa válida, y que ninguna sociedad que se proclame avanzada puede considerarlo aceptable. Que, desde el principio, una actuación de ese tipo no puede estar entre las posibles soluciones.
Los jardines de la Ranita, cualquier mañana soleada de domingo, cualquier tarde con buen tiempo, están llenos de gente: en las terrazas, en los bancos, en la hierba, paseando. Seguramente porque somos muchos los que pensamos que son uno de los rincones más agradables de la ciudad.
El saneamiento de la ría es imprescindible. Pero seguro que hay formas de trabajar por él menos contradictorias que asfaltando un jardín.
Hemos tardado, pero parece que al final vamos comprendiendo la importancia vital del medio ambiente. Ahora, el siguiente paso es aprender a apreciar el valor de unos árboles, de un campo para jugar, de una vista bonita, de un sitio acogedor donde sentarnos a hablar.
Pues no sabes la pena que me da leer esto. A mi hijo le encanta jugar con el agua que sale de la boca de las ranitas y empaparse, y hacerme ramos de margaritas, y esconderse de su padre detrás de las palmeras.
ResponderEliminarEs contradictorio que por el medio ambiemte se destruya el medio ambiente, sí que lo es. Y no sé si se podrá hacer algo para evitarlo, ¿no?
El miércoles por la tarde, a las siete y media, Last, nos vamos a juntar allí a preparar alguna pancarta, alguna protesta.
ResponderEliminarEstamos pensando en convocar un certamen escolar de dibujo, en los colegios, sobre el tema.
Ven por allí. Un beso.
Ayer, cuando se lo conté a mi hija Paula, no se lo podía creer. Literalmente, no daba crédito a que alguien fuese a destruir eso a propósito.
Hola Portorosa, a mi la verdad, que no me deja de asombrar los despropósitos que nos imponen, y no sé si por los años, por el moviento del 15-M o por que motivo, pero la cierto es que ya estoy HARTO de dejar que las cosas ocurran y pensar que una persona no puede hacer nada, que tengamos que aceptar todo como inevitable, agachar la cabeza y a tragar.
ResponderEliminarAsí que voy a hacer todo lo que esté en mi mano para parar lo que, desde mi punto de vista, me parece una atrocidad. Como ya sabes estoy en un grupo de fotografía, en el cúal, este parque es uno de los sitios más fotografiados en el centro, por su belleza y su accesibilidad. Este viernes propondré a mis compas iniciar una especie de protesta, aportando cada uno alguna fotografía que refleje lo increible del lugar, a ver si entre todos y cada uno aportando su granito de arena, podemos levantar una montaña que pare esto.
Sea como sea, creo que debemos hacer algo, pués si lo dejamos pasar, seremos tan responsables como los propios autores materiales.
Me viene a la cabeza la cita: " Para que la maldad triunfe sólo es necesario que los buenos no hagan nada" Edmund Burke.
Menudo disgusto me he llevado al ver recogida en la prensa esta noticia. Al igual que tu, somos muchos los que hemos jugado con nuestros hijos en ese lugar y decir ”ranita” era sinónimo de tranquilidad, diversión y entretenimiento. Cuanta magia se encerraba en ese entorno.
ResponderEliminarJuegos, risas y un sinfín de aventuras que han vestido de alegría tantas tardes, fortaleciendo los lazos entre padres e hijos.
Hay soluciones, por supuesto, pero esas soluciones requieren imaginación y valentía para llevarlas adelante y aquí es donde nosotros como ciudadanos tenemos que presionar y hacernos oír para que no se nos quite una vez mas otro entrañable rincón.
Aquí tiene nuestro flamante alcalde una buena ocasión para demostrar su valía y empezar a ganarse de verdad la confianza de sus conciudadanos.
El problema que tenemos con estas cosas es que no sólo especulan para ganar dinero. No. Hacer daño les pone más todavía.
ResponderEliminarEste miércoles estoy de turno de tarde, qué pena, pero seguro que se pasará Antonio con el niño. Y quizás alguno más se apunte.
ResponderEliminarNo conozco el lugar, pero sólo con tu descripción me da pena que piensen siquiera en destruirlo.
ResponderEliminarOs mando mi apoyo desde la distancia.
http://madredemarte.wordpress.com/
Portorosa, no lo podemos permitir. Si hace falta nos encadenamos a las palmeras, como la Tita Cervera.
ResponderEliminarDicen que ya está solucionado, que ya ha pasado el peligro.
ResponderEliminarUn saludo.
(Ay, coño, que no me daba cuenta de quién eras. Un abrazo.)
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