Pobre Emilio
Emilio tiene el pelo gris de punta y gafas redondas, está muy moreno y tiene los ojos un poco rasgados, o es que su gesto normal es entrecerrarlos. Va a cumplir sesenta años.
Suele ir a caminar, en pantalón corto y camiseta, y camina rápido y con esa mueca, con los ojos así y la boca tensa en una sonrisa crispada.
Emilio se quedó viudo hace unos años. Su mujer murió bastante joven. Él no la quería, y sus hijos no lo quieren a él. Y no tiene amigos, porque es un hombre muy raro al que los demás consideran un poco trastornado, y siempre está solo. Nunca se preocupó por nadie, ni fue cariñoso ni considerado. Probablemente no fue capaz.
Y cada vez anda más rápido y tuerce más la boca.
Un matiz a tu visión:
ResponderEliminarQuizá la imagen de Emilio es necesaria para que te des cuenta de las emociones que se despiertan en ti, sea compasión o cualquier otra.
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ResponderEliminarLa vida se puede echar a perder a cualquier edad desde los 18.
ResponderEliminarA mí me da pena una mujer que muere joven sin habr sido amada. Ni siquiera, supongo, supo amar a sus hijos.
El suprimido anterior es mío: estaba lleno de erratas.
Lo que me llama poderosamente la atencion es el circulo vicioso: " el no la queria a ella, y los hijos no lo querian a el"...Y me pregunto quien queria a los hijos?...solo la madre?...
ResponderEliminarHay un proverbio judio que dice que:
"Dios le da sombrero, a quien no tiene cabeza".
Me encanta el micro. Contenido y emocionante. Lo de menos es que Emilio exista o no. Ya sabe usted lo que opino al respecto.
ResponderEliminarUn abrazo,
X.
Probablemente tampoco es cariñoso ni considerado consigo mismo y puede que esto sea así porque nadie lo había sido antes con él.
ResponderEliminarPuede que sí, Taliesin, o puede que un cariño parental excesivo enfadara a este hombre cuando en la vida real dejó de ser el Emperador; o puede que un dolor muy fuerte lo separara de resto.
ResponderEliminarEn todo caso, siempre hay razones que explican el motivo de esos comportamientos, pero la realidad es tenaz: si no te interesas por los demás, los demás no se interesan por ti.
Sí, claro que se dan todas esas posibilidades, Nán. Pero también, se puede dar una situación en la que alguien que no se interesa por los demás, tenga interesadísimos a los demás por él, rompiéndose así la tenaz realidad, por unas cualidades tan atractivas de la personalidad como son la riqueza y el dinero.
ResponderEliminarGracias, X.
ResponderEliminarEmilio no es pobre, pero ni mucho menos rico. A lo mejor eso influye.
Emilio es de derechas con toda seguridad porque si sería de izquierdas sería solidario, ecologista, feminista y tendría un millón de amigos.
ResponderEliminarEmilio es ese mismo que decía usted que se vestía de mujer para salir de casa?
ResponderEliminarAy. Será un cabrón pero da penita. ¿No dan ganas de tratar de dar calor?
ResponderEliminarQuizás ésa haya sido su estrategia mientras su amargura resultaba tentadora.
No sé. Me sigue dando pena.
No, Celia, creo que aquel se llamaba Manuel. Y bastante tenía con lo que tenía, como para salir a andar y que nadie lo quisiera.
ResponderEliminarA mí es que me da pena casi todo el mundo, en cuanto lo pienso un poco.
Ah, no, se llamaba Benigno, aquel. Ya no me acordaba.
ResponderEliminar¿Pobre Emilio?.
ResponderEliminar¿Por qué pobre Emilio?.
Bueno, se titula así, yo qué culpa tengo.
ResponderEliminarSolo te digo una cosa: cuando tú vuelvas de Vicedo yo voy a volver. ¡A pasar la primera semana de septiembre! La venganza es un plato que se sirve frío... Bueno, espero que no muy frío; que por lo menos no llueva.
"Bueno, se titula así, yo qué culpa tengo."
ResponderEliminarFrases así le animan a uno la mañana.
Y yo que me alegro.
ResponderEliminarBuon giorno.
La vida se lo da todo y lo único que se lleva a la tumba es un bronceado y una mueca.
ResponderEliminarPobre infeliz.
Amar no es fácil, hay gente que se pasa la vida simulando que sabe hacerlo.
ResponderEliminarPues eso, Last.
ResponderEliminarBienvenido, Jordi.
Bonita frase. ¿Pero tú crees que es cierta? ¿Cuándo?
Amar no es fácil ni difícil. Se siente o no se siente. Y los sentimientos no se aprenden.
ResponderEliminarLos sentimientos son como las lagrimas, brotan solos o por un estimulo y siempre tenemos como las lagrimas depositos y depositos de ellas, a menos que haya un problema ocular y tengamos que usar lagrimas artificiales...
ResponderEliminarPero estan alli, y figaros hay sentimientos salados como las lagrimas, esos que uno quisiera a veces no tener, tambien hay lagrimas teñidas de mascara de pestaña negra, que brotan oscuras desde el ojo, asi tambien hay sentimientos oscuros...hay lagrimas de alegria, igualmente sentimientos...
Porto, a mí no me joda, que al anochecer le quemo la choza con los 4 ó 5 "okupas" que tiene usted ahora mismo en su interior.
ResponderEliminar;-)
sin tener en cuenta el último comentario de Riley, los anteriores son dignos de...
ResponderEliminara- interior de carpeta de instituto
b-libro de autoayuda
c-mensajito dentro de un bombón de esos italianos
Porto la gente se le desmelena, y ya se le ha vuelto a montar la terapia de grupo.
¡Esos cabrones...! Pero el día 1 es mía, ¡de nuevo mía!
ResponderEliminarCelia, usted no tiene corazón. ¿Quieres una túnica y unas flores, que así desentonas?
Tambien falto opcion...
ResponderEliminare) Ninguna de las anteriores
Dicen que los complejos a veces vienen disfrazados de intelectualidad, por lo tanto no hay que olvidar que " la aspiración exagerada a la originalidad " tambien es un sintoma neurotico de complejo de superioridad...Ya obsoleto por estos dias.
ahhh!!! yo calfico mi comentario en f) Mariconadas que se le ocurren a una en medio de una video conferencia con N.Y...y frente al hastio, visito a Porto.
El asunto es un poco más complejo que formulado como “se siente o no se siente”. Porque el problema es la inconsciencia del sentimiento, tal como se sugiere en la cita de mantícora de la entrada "mi psicoanalisis junguiano". Emilio es inconsciente de sus sentimientos de amor. Por eso corre, por eso tuerce la boca, porque los sentimientos están ahí, burdos y frustrados.
ResponderEliminarPor eso corre, por eso tuerce la boca, porque los sentimientos están ahí, burdos y frustrados.
ResponderEliminarClaro.
Pero el amor se siente o no se siente. No se obliga. No se trabaja para conseguir amar. Otra cosa diferente es que bloquees o no sepas dar salida al sentimiento.
ResponderEliminar“Amarás a dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”: ahí tienes la obligación de amar. Pero tienes razón, Juan, ese mandamiento cristiano es una auténtica estupidez. Solo se entiende su éxito, por cuanto es una religión que infantiliza a los creyentes con máximas dadas por los padres de la iglesia, a su hijos: no comais chocolate, que de ahí se pasa a quitarse la ropa interior!
ResponderEliminarPero uno puede comenzar a relajar esos deberes y aprender a soltarse y entregarse a las corrientes corporales del amor. Y de ahi, todo un trabajo de concienciación y refinamiento de los sentimientos ligados a aquellas corrientes. Es decir, en dirección cotraria a la de esa religión del amor!
(Que triste que una religión dicha del amor se haya convertido en uno de los obstáculos más importantes para que el amor se exprese).