Un hombre me salva
Ayer, la sonrisa de un cliente ya mayor al camarero que le daba la vuelta me reconcilió con la humanidad.
Que se ve que estaba yo enfadado con ella, o algo.
Pero resulta cada vez más evidente (lo siento, aquí va una dosis de psicoanálisis) que cuando uno está enfadado con el mundo es porque éste hace de espejo mágico y le dice cosas que no quiere oír.
A mí me pasa eso muchas veces leyendo algunos blogs.
ResponderEliminarCon usted más de las que se imagina, Sr. de Portorosa...
Gracias mil.
¿El qué? ¿Que le reconcilio con el mundo o que le digo cosas que no quiere oír?
ResponderEliminar:)
A mí tiende más bien a reconciliarme con el mundo. Ya se sabe, si en Sodoma hubiera habido algún justo más, igual otro gallo les había cantado.
ResponderEliminarUna de las formas más seguras de clasificar a la gente es por cómo trata los camareros. No falla, oiga.
Jajajjaa... ¿Usted que cree?
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarPues sí. Hay que añadir a los dos tipos de Nietzsche (los niños y los tontos, si no me equivoco) cualquier individuo con el que haya una relación (percibida como) desigual.
Y no falla.
Me alegro, Teresa.
Un abrazo.
Y cuando no se encuentra gente (que la hay, y mucha), siempre te encuentras un perrico bonico por la calle, ¿no?
ResponderEliminar¿Es tan importante lo que hacen los demás para sentirte bien con el mundo?.
ResponderEliminarSi teñimos nuestros ojos con realismo, y observamos, veremos lo mejor y lo peor.
Si nuestras gafas están sucias, sólo veremos lo malo y hasta interpretaremos mal lo positivo.
Una mirada limpia y realista al entorno, nos hará objetivos. Nada más y nada menos. Con todo lo imposible que es ser objetivo cuando somos seres emocionales.
Pero la única receta para reconciliarse con el mundo es reconciliarse con uno mismo. Analizar las culpas, saberse perdonar, y no huir de los miedos, sino reconocerlos (que no es nada fácil) asumirlos y controlarlos.
El mundo son los demás, Juan.
ResponderEliminarClaro que los necesitamos. Porque también nosotros somos "demás" para los otros.
O sea, un bucle.
Teresa, el mundo lo percibimos como yo y nuestra relación con los demás. Pero es el yo el que recrea ese mundo. Los demás, lo extraño a nosotros, demasiadas veces sólo son interpretados por nuestro yo. Y, dependiendo de como hayamos crecido, conocido, amado o hayamos sido educados (o domados), esa interpretación será más o menos positiva.
ResponderEliminarPara mí es un bucle en el sentido que nos enseñan a ser y sentir y, dependiendo de lo que recibimos del exterior, nos formamos nuestra propia interpretación de lo que nos rodea. Pero afortunadamente, tenemos cerebro y tenemos capacidad de desaprender y tener una mirada lo más nuestra posible. Tenemos responsabilidad en nuestra relación con el mundo y, dependiendo de la actitud que tomemos hacia los demás, recibiremos sonrisas o lágrimas.
Portorosa escribió uno de los mejores post que he leído y que resume bien lo que quiero decir. Se titulaba algo así como "Piensa mal y no sé cuantos más".
"...y te equivocarás". Gracias.
ResponderEliminarPues eso, Juan. Eso pretendía decir en el tercer párrafo del post.
Os recuerdo el cuento sufí que nos trajo Sirwood, el de los dos forasteros que llegaban a una ciudad. Está en otro post.
Aunque que conste que confieso creer en la realidad, y en que hay gente, y que hacen cosas buenas y malas, y eso...
Besos y abrazos.
Claro que no estamos totalmente determinados por los otros, Juan. Pero tampoco creo que se recoja lo que se siembra. Al contrario: demasiadas veces una buena persona es tomada a cachondeo y termina puteada por los demás. Tú puedes ir con una actitud positiva y abierta y lo que recibes son abusos y caras irónicas pensando que eres imbécil.
ResponderEliminarNo es tan sencillo...
Antes muerto que sin silla.
ResponderEliminarS.
Pues imagínate lo que esa sonrisa habrá supuesto para el camarero.
ResponderEliminarYo pienso lo mismo que Teresa la de la ventana, porque creo que si todo fuese cuadrado, seria idilico y desde una sola perspectiva, o perdon desde 4 planos y ya esta...pero la observacion y la logica me dice que siempre debo esperar nada de todos y de quien no espero nada, me llegara todo...
ResponderEliminarGracias NáN por hacerme reir hoy, y creame yo suelo encontrarme un perrico, por la calle, pero no se me ocurre decirle ni mu...con quien si me cebo, son con los de las plataformas comerciales que me llaman un dia sabado por la mañana para ofrecerme 20 megas de internet, mas una linea telefonica gratis...
A donde se ha visto esto?...ni los gringos tienen 20 megas para navegar y aun es mas, 20 megas tendre cuando quede yo sola en el planeta, porque solo para cargar un archivo se necesitan dos velocidades: una para subida y la otra de bajada...
Rociolat, hay una frase moderna en inglés que dice "what goes around comes around", y que viene a decir lo que decían los Secretos: ayúdame y te habré ayudado.
ResponderEliminarNo hay que esperar nada de nadie jamás, por supuesto, ni hacer favores esperando favores a cambio (eso dice poco de la persona). Pero según sea tu actitud hacia la vida, o hacia los demás, así te irá.
Y yo creo que no tiene nada que ver con el carácter de cada uno.
Hummm LastChild dije algo yo del caracter?...creo que quizá no me explique bien o puede que entendiste mal...yo por filosofia, no espero nada de todos, para que de quien menos espero, me llegue todo...
ResponderEliminarEso, quiere decir que voy por la vida procurando seguir el manual que me dio mi padre cuando me fui la primera vez de casa a estudiar...el manual decia entre muchas cosas, por que debia dejar propina a un camarero y porque no debia morderme las uñas en publico...O quizá porque debia guardar respeto hacia los que me escuchan cuando yo hablo o cuando otros lo hacen.
Hay comportamientos, no reglamentados en la vida, pero la logica social actual me señala, hoy en dia, normas de urbanidad y de convivencia con los demas, que aun asi exista la velocidad con la que vivimos diariamente estos tiempos modernos, estas normas no pasan de moda...
Lo de las actitudes en la vida, eso se lo dejo a D-OS, el sabrá que hara conmigo el dia que me mande el juicio por mis actos, pero eso solo sera entre el y yo...ahora bien si quiere mandarme un adelanto en la vida terrenal, no queda mas remedio que aceptar y procurar revisar que hice mal, o quizá no hice nada mal y es solo una prueba, pero anda a saber tu que piensa ÉL...
Buenos días.
ResponderEliminarNo creo yo, por lo que le he leído, que Juan esté hablando de recoger lo que se siembra; al menos no en el sentido habitual de "si te portas bien, se portan bien contigo". Esto puede ser más o menos cierto, pero es indudable que no le evita a nadie decepciones.
El cambio fundamental, lo que se puede conseguir con una actitud adecuada, es que tu recompensa ya te la das tú. No dependes de la respuesta (de hecho, me parece que siendo así se libera uno de una dependencia excesiva de esos otros), porque la respuesta ya va con la "pregunta": es tu actitud la recompensa.
Porque sí, porque efectivamente las respuestas mejoran, y porque el modo en que te afectan y las valoras cambia sustancialmente. Y además porque librarnos de prevenciones y temores estadísticamente ya supone una gran ganancia.
Me decía un primo mío este verano que por educar a su hijo para ser bueno y generoso se había llevado, el niño, muchos palos, que sufría mucho. Y no lo dudo. Pero es que yo creo que la enseñanza, para ser completa, debe incluir también el saber qué esperar, saber qué valorar, saber en qué basar la satisfacción. Que esa actitud no implique vulnerabilidad, sino todo lo contrario.
Bueno, me estoy liando mucho.
Voy a poner unas fotos, a ver si se relajan un poco.
El otro día un camarero/encargado repartía malestar a los clientes y a su compañera/subordinada china, abroncándola constantemente. Si hubiera tenido la inspiración para hacer llegar una sonrisa al corazón trabajador de la china, hubiera contribuido de manera importante a esa reconciliación del mundo consigo mismo. Pero, desafortunadamente, aún no soy el cliente mayor!
ResponderEliminarBueno, es cuestión de tiempo :D
ResponderEliminar¡Y no mucho! Jo, jo...
Que no, Porto! Que ésto de estar hecho un chaval no ayuda a relacionarse con el mundo sabiamente (ji,ji).
ResponderEliminar¡Ni falta que hace!
ResponderEliminar¿?
ResponderEliminarExacto Portorosa, eso quería decir. No es mi idea sembrar para recoger. Se aproxima más a sembrar porque el hecho de hacerlo me hace bien, al margen de lo que recoja.
ResponderEliminarNo podemos controlar lo que no depende de nosotros, pero sí podemos escojer como nos afecta.
Pues que teniendo juventud, Taliesín, quién quiere sabiduría :)
ResponderEliminarLa sabiduría es nuestro consuelo al hacernos mayores. Y para eso...
Juan, un abrazo.
No lo entendía, Porto. Y es que en mi caso, aún siendo joven, quiero sabiduría.
ResponderEliminar:D
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