Espero que el de verdad (que ya ha empezado, del que ya forma parte esta tarde) lo recorran con las mismas ganas y la misma alegría, y, como este, lo hagan simplemente por disfrutar.
Lo cierto es que yo creo que desbordan tanta energía que corren por correr. Por alegría, por la alegría de estar en la naturaleza, por el tiempo, por el placer de sentirse, de sentirlo todo, creo yo; aunque no lo sepan.
Me decían "¿Podemos correr hasta el final?". Y hacerles un regalo es tan fácil como decirles que sí.
¿Sabes lo mejor de todo? Que estamos en la Europa Mediterránea. Se irán cuando se tengan que ir (y si eres sensato lo agradecerás), pero nunca romperán los lazos y, dependiendo de dónde vivan, los verás con mucha o poca frecuencia, pero siempre estarán unidos a ti.
Se me abren las carnes pensando en los USA, donde cuando se van a la universidad o a un trabajo (casi siempre lejos), solo los ves una vez al año por la fiesta de Acción de Gracias; y cuando forman pareja una vez cada dos años. Algo parecido en Inglaterra y en Centroeuropa.
Pues pasamos la tarde allí, prácticamente. Entre las cinco y media y siete, más o menos.
"Mami, voy a correr hasta el bosque de pinos, ¿me pillas?" -el pinar que se ve al fondo-. Le encanta lanzarse a correr cuando ve tanto camino por delante. Y grita de felicidad, como un descosido. Me encanta.
Supongo que allí estarán acostumbrados, y que algo parecido pensarán de nosotros, por ejemplo, los marroquíes; pero yo me lo imagino y me parece horrible.
Last, pues yo estuve de cinco y media, más o menos, hasta las ocho y media. En los columpios nuevos (esos que son para adiestrar a los cuerpos de operaciones especiales, o eso parecían), merendando en el ¡pinar!, y paseando por aquí.
Correr por correr, sin motivaciones. Porque sí. Muchos adultos pierden ese sentido de hacer cosas que le apetecen porque sí, sin intentar motivarlas, ni a priori ni a posteriori. Es liberador.
Pues yo Porto me imagino que ellos ven lo que hay en el horizonte a lo lejos y cuando estan seguros de que les espera, van confiados hacia ese infinito...
Muy bonita tu imagen y tus nenos...es increible Porto, que en tus imagenes captes, lo que al simple ojo humano, no se ve...TERNURA..mucha Ternura
Pues cerca no... ¡cerquísima! El domingo saludé efusivamente a un chico que paseaba por el puerto pensando que eras tú. No eché una carrerita de milagro. Cuando no es por defecto es por exceso, qué desastre. Un beso.
Es que por ahí iban los tiros, Teresa: ahora tienen el camino por delante, y lo ven desde mi lado; luego se irán solos a recorrerlo, y espero que con esas ganas y esa alegría. Era una metáfora muy poco rebuscada, como ves :)
¿Qué habrán pensado antes de echarse a correr hacia el infinito?
ResponderEliminarSaludos desde la irónica e inmensa realidad.
Ayer bajé al paseo de Doniños con mi hijo, y curiosamente pensaba lo mismo mientras lo veía correr delante de mí.
ResponderEliminarUna metáfora preciosa.
Hmmm. Salvo que el autor, pensando en como cubrir el blog haya hecho trampa:
ResponderEliminarFoto 1
- Niños, vamos a hacer una carrera. Preparados, listos...
Foto 2
- ... ¡ya!
Por tanto, lo que los niños pensaban era:
Niña: "Vaya paliza le voy a dar a este pequeñajo"
Niño: "Veráz como no me gana a mí ezta niña..."
Saludos desde la irónica y adulterada realidad.
PD.- Adulterar: interpretar la vida desde la perspectiva de un adulto.
¡Anda! ¿A qué hora, Last? Estas fotos son de ayer por la tarde.
ResponderEliminarLa gran cuestión, Irónico, es si estarían huyendo... :)
Lo cierto es que yo creo que desbordan tanta energía que corren por correr. Por alegría, por la alegría de estar en la naturaleza, por el tiempo, por el placer de sentirse, de sentirlo todo, creo yo; aunque no lo sepan.
ResponderEliminarMe decían "¿Podemos correr hasta el final?". Y hacerles un regalo es tan fácil como decirles que sí.
¿Sabes lo mejor de todo? Que estamos en la Europa Mediterránea. Se irán cuando se tengan que ir (y si eres sensato lo agradecerás), pero nunca romperán los lazos y, dependiendo de dónde vivan, los verás con mucha o poca frecuencia, pero siempre estarán unidos a ti.
ResponderEliminarSe me abren las carnes pensando en los USA, donde cuando se van a la universidad o a un trabajo (casi siempre lejos), solo los ves una vez al año por la fiesta de Acción de Gracias; y cuando forman pareja una vez cada dos años. Algo parecido en Inglaterra y en Centroeuropa.
Pues pasamos la tarde allí, prácticamente. Entre las cinco y media y siete, más o menos.
ResponderEliminar"Mami, voy a correr hasta el bosque de pinos, ¿me pillas?" -el pinar que se ve al fondo-. Le encanta lanzarse a correr cuando ve tanto camino por delante. Y grita de felicidad, como un descosido. Me encanta.
Ya. Y a mí.
ResponderEliminarSupongo que allí estarán acostumbrados, y que algo parecido pensarán de nosotros, por ejemplo, los marroquíes; pero yo me lo imagino y me parece horrible.
Un abrazo.
Last, pues yo estuve de cinco y media, más o menos, hasta las ocho y media. En los columpios nuevos (esos que son para adiestrar a los cuerpos de operaciones especiales, o eso parecían), merendando en el ¡pinar!, y paseando por aquí.
ResponderEliminarSeguro que anduvimos cerca.
Correr por correr, sin motivaciones. Porque sí. Muchos adultos pierden ese sentido de hacer cosas que le apetecen porque sí, sin intentar motivarlas, ni a priori ni a posteriori. Es liberador.
ResponderEliminarPues yo Porto me imagino que ellos ven lo que hay en el horizonte a lo lejos y cuando estan seguros de que les espera, van confiados hacia ese infinito...
ResponderEliminarMuy bonita tu imagen y tus nenos...es increible Porto, que en tus imagenes captes, lo que al simple ojo humano, no se ve...TERNURA..mucha Ternura
Pues cerca no... ¡cerquísima!
ResponderEliminarEl domingo saludé efusivamente a un chico que paseaba por el puerto pensando que eras tú. No eché una carrerita de milagro. Cuando no es por defecto es por exceso, qué desastre.
Un beso.
Pues fíjate, Porto, yo veía la metáfora en que ahora (todavía) los tienes ahí, a tu alcance, pero dentro de nada volarán...
ResponderEliminarDicen (yo no tengo...) que crecen sin que te enteres, así que aprovecha mientas puedas...
Es que por ahí iban los tiros, Teresa: ahora tienen el camino por delante, y lo ven desde mi lado; luego se irán solos a recorrerlo, y espero que con esas ganas y esa alegría.
ResponderEliminarEra una metáfora muy poco rebuscada, como ves :)
Un beso.
Van en busca de los horizontes, esos que nosotros creemos perdidos.
ResponderEliminarLa intriga se cuela entre cada pisada.
Entre cada risa que seguramente, acompasa.
Un abrazo
Un abrazo, Cleopatra.
ResponderEliminarBuenos días a todos.