25.9.08

Aburridos

¿Ustedes piensan que la mayoría de la gente se aburre?

Yo sí.

Que sí lo creo, quiero decir.

Y además creo que cuando más se aburren es cuando mejor se supone que lo deberían pasar: en sus ratos de ocio, en su tiempo libre. Y cuanto más libre, más se aburren.

(Porque lo del trabajo es diferente: en el trabajo, bien estamos contentos porque nos gusta (sí, tengo entendido que hay casos), bien sufrimos un claro síndrome de Estocolmo, bien nos amargamos).

Esta opinión nace de dos razones perfectamente subjetivas:

1. Lo que percibo en las caras, gestos y actitudes de la gente mientras toman un café, dan un paseo o están con sus niños en el parque.

2. El aburrimiento mortal que creo que sentiría si fuese ellos.

Naturalmente, como a estas alturas todos nosotros, expertos psicólogos, sabemos, al juzgar a los demás me estoy juzgando a mí mismo.

Ténganlo en cuenta cuando les diga que esto del aburrimiento, en el fondo, para mí no es más que una manifestación más de un problema mayor, cuya exposición es aun más inconveniente: que la mayoría de la gente está hasta las narices de su vida.

26 comentarios:

  1. Sobre lo de los cojones habría tanto que decir...
    Yo entiendo el miedo, y lo conozco. Pero sí, es miedo.

    (No estamos hablando de desgracias, ¿eh? Estamos hablando de estar hasta las narices de todo, que nada tiene que ver.)

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  2. Pero meterse en las raíces de ese miedo, Viajes, es lo que no me parece nada fácil.
    El análisis no acaba diagnosticando miedo.

    Besos.

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  3. Es más, diagnosticar miedo es el primer paso, casi, me parece.

    Pero yo qué sé :)

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  4. Es curioso, esta mañana, mientras hacía una tarea rutinaria, de estas que dejan la mente libre, estaba pensando algo parecido: lo insoportablemente aburrida que sería la vida eterna en la Gloria.

    No es ninguna broma, ¿se han parado a pensarlo?. No podríamos hablar de fútbol, ni de política, ni de arte o literatura, ni.... ¡de nada!. Todos seríamos iguales en nuestra omnisciencia, lo sabríamos todo sobre todo y sobre todos, no habría contraste posible de pareceres. Y así durante una eternidad. Y lo más terrible de todo: aunque estuviéramos, como dice Porto, hasta las narices de nuestra eterna vida, ¡ni siquiera nos quedaría el recurso de ponerle fin como a esta!. Definitivamente, la mente que ideó tal cosa es la más perversa y retorcida que existió jamás.

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  5. aburrirse....quien tiene tiempo a aburrirse!
    A mi no me suele dar tiempo a hacer todo lo que quiero y cuando estoy en el punto 1. realmente mi cara es de "al fin descanso" o "al fin relajada" y es que normalmente la mente no me dá para más y la dejo en off, creo que entonces mi cara es de perdida o como diríamos por aquí, de estar en las berzas.
    Yo tampoco llevaría bien la vida eterna en la Gloria (si existiera).

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  6. No creo se trate de cojones o de ovarios la mayoría de las veces.

    También miro muchas veces esa escena y me entristece.

    No le llamaría miedo, le llamaría temor o preocupación de hacer demasiado daño con tal o cual decisión, aunque estando así, también se hace daño por la falta de alegría, aunque a veces creemos que los niños no lo notan.
    La falta de ilusión marca la vida de todos.
    Podemos estar hasta las narices de la eterna vida, también hay que tener narices para cambiarlas.

    Disiento de Brian en un pequeño detalle.
    Ni en la eterna Gloria me aburriría y si imagino a Ce.lia y a Porto allí...sería la pera, repera.

    Saludos

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  7. Yo me aburro, pero matizando: me aburren (véase la diferencia) los demás a veces: luego no es que yo sea aburrido (imposible, ninguno de nosotros somos aburridos) sino los demás los que no saben divertirme.
    También ocurre que yo aburra a alguien: eso es porque su sentido del humor es limitado. Por supuesto.
    Y al final, tiene más que ver con "fluir" que con divertirse, con estar presente en lo que haces que con ir a miles de sitios sin ton ni son.
    Al final, el aburrimiento no es lo contrario de la diversión, sino de la presencia.

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  8. Nasrudín estaba contando una historia a sus discípulos y de repente comenzó a llover. Uno que pasaba por allí, para protegerse, se guareció bajo el cobertizo donde Nasrudín estaba hablando. Esperaba solamente a que despejara, pero no pudo evitar el escuchar lo que se decía.

    Nasrudín estaba narrando historias increíbles. En muchas ocasiones el hombre encontró casi imposible el resistir la tentación de interrumpir, tantos eran los absurdos que se estaban diciendo. Pero lo pensó una y otra vez y se dijo a sí mismo:

    -No es asunto mío. Estoy aquí debido a la lluvia y tan pronto como se pare, me iré. No tengo porqué inmiscuirme.

    Nasrudín estaba diciendo:

    -Una vez, cuando era joven, viajaba por las selvas de África, el continente misterioso. De repente un león apareció a unos cinco metros de mí. No tenía ni armas ni protección, estaba sólo en la llanura. El león me miraba fijamente y comenzó a dirigirse hacia mi.

    Los discípulos seguían el relato muy excitados. Nasrudín se detuvo por un instante y miró sus rostros. Un discípulo apremió sus palabras:

    -No nos tengas en vilo, ¿qué ocurrió?

    Otro discípulo añadió:

    -No te demores -dinos qué sucedió.

    Nasrudín dijo.

    - El león se abalanzó sobre mí, me mató y me devoró.

    En ese momento, el forastero no se pudo contener.

    -¿Está usted diciendo que el león lo mató, se lo comió, y usted está todavía aquí vivo?

    Nasrudín miró directamente al hombre y le dijo:

    -¿Acaso le llamas tú a esto estar vivo?

    ---

    Cuento sufí.

    Sirwood

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  9. ¿Y si la vida no fuera suficiente?

    ¿O es que somos nosotros los que no estamos a la altura?

    (Personalmente, no me he sentido aburrido desde la adolescencia. Amargado, indignado, desilusionado y triste, a veces, sí)

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  10. Parafraseando a Goethe:

    La vida es excesivamente larga para quien no la sabe (puede) apreciar y emplear.

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  11. Me he encontrado parte del argumento que iba a desarrollar al leer el comentario de Koldo.
    "… el aburrimiento no es lo contrario de la diversión, sino de la presencia": yo lo veo así. Lo peor del aburrimiento es la cantidad de "actividades divertidas" que hace emprender. De modo que la diversión es actividad sin fundamento y aburrimiento dinámico enmascarado. Que se me entienda, que no estoy denigrando la diversión, sino la presunta.

    Si uno se aburre, creo que lo mejor que puede hacer es sumergirse en la sensación de aburrimiento y sentirlo en su hondura. Creo que quizás entonces se podría recuperar lo que estaba faltando, la presencia, y la energía volvería a circular en actividades, ahora sí, con fundamento.

    Y es que al final el aburrimiento es nuestro fiel aliado que nos avisa cuando vivimos sin corazón.

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  12. ¿Quién no ha vivido alguna vez de manera aburrida? Creo que son los neuropeptidos los que nos hacen sentirnos cómodos en ese aburrimiento, y cuando decides dar el giro mortal te produce tal vertigo que o bien eres un suicida, y entonces te encuentras con picos de alegría y de tristeza pero nada de aburrimiento o bien sigues en tu rutina acomodado por si acaso...

    Me gustan sus reflexiones desde la silla donde se encuentra. Siempre le imagino...

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  13. Leí hace poco de un tipo que trabajaba en un restaurante de comida rápida al que le tocó la lotería. Dejó el trabajó... y comenzó a aburrirse. Así que volvió. NO podía vivir sin la emoción de la hora punta.

    Creo que hemos olvidado educar en el silencio. Y resulta difícil sobrellevarlo, porque en el silencio tenemos, inevitablemente, que escuchar nuestra propia voz.

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  14. Buenos días.

    El tiempo libre nos enfrenta, mucho más que el trabajo y las ocupaciones impuestas, a nosotros mismos. Por un lado nos planta delante de nuestras narices nuestras circunstancias, y por otro nos obliga a decidir, a elegir. Y nuestras circunstancias a menudo son muy insatisfactorias; y elegir libremente exige una madurez que no todos tenemos.

    Mirar nuestras posibilidades y asumir "esto es lo que hay". Mirarnos a nosotros mismos y asumir "éste es el que soy". Y decidir qué hacer. Escuchar la propia voz, como dice Luri, puede ser durísimo. Eso todo se da con mucha más claridad cuando se han terminado las teóricas obligaciones.

    Lo contrario de aburrirse, por supuesto, no es llenar el tiempo deslabazadamente, sin sinceridad, tratando de aturdirnos. Lo contrario de aburrirse es vivir (presencia, que dicen ustedes, o vivir con corazón). Porque cuando uno vive, aunque sea su propio aburrimiento, no se aburre.

    Viernes. Comienza el fin de semana: espero que no se aburran; ni siquiera el domingo por la tarde. No hay momento más significativo del estado de satisfacción de alguien que los domingos por la tarde; cada vez estoy más convencido.

    Besos y abrazos.

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  15. A ver, Porto. Sí: me refiero a arrestos, a cobardía, a conservadurismo. No sé si el miedo es el primer paso de un análisis o el segundo o el último: yo creo que está en la base. Pero yo no me he analizado nunca. Así que no comprendo cuál puede ser la última causa de todo eso que no es miedo y que te impide cambiar tu vida o intentar tener otra vida. También tengo 32 años: no siento cansancio, aún. Mis días todavía son algo que puedo intentar manejar y no se me están cayendo uno detrás de otro sin saber dónde los pongo. Tengo tiempo de disfrutar de mis amigos; el mundo me parece grandísimo; me encantan los libros, los cafés y ver una película subtitulada en la Filmoteca. Y muchas otras cosas. Y no he sentido nunca, salvo en momentos puntuales que no duraron mucho, estar harta de mi vida. Claro que a mí mi vida me gusta y, si la observa cualquiera desde fuera, podría pensar que antes muerto que llevar la vida que yo llevo... Diagnosticamos el aburrimiento, pero ¿sabemos qué hace falta para cambiar de vida? Por ahí hablan de niños y eso es lo que a mí se me ocurre también: cuando veo a gente aburrida, pienso en que el matrimonio le va fatal. Pero...¿es suficiente separarse para cambiar de vida y dejar de aburrirse? ¿Qué es cambiar de vida? ¿Se puede cambiar de vida?

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  16. No sé qué hace falta. Supongo que lo primero es saber qué se quiere, qué vida nos gustaría (ojo, estoy hablando de deseos, del tipo de alegrías que nos queremos llevar, no del diseño de nuestro día a día), y luego tratar de vivir así durante el camino, pues es en el camino donde se vive. Y cuando digo vivir así pienso en nuestras actitudes y disposiciones (aunque ya sé que tú eso de las actitudes lo entiendes de otro modo).

    Pero ya lo primero, conocernos, suele llevar toda la vida :)

    Sobre el matrimonio (o nuestra relación de pareja) descansan buena parte de nuestras (in)satisfacciones, y es normal que pensemos en él cuando las cosas van mal (o bien). Pero, obviamente, hay muchas más variables; muchísimas más.

    (Por cierto, me sorprendió, Luna, que centrases el tiro en ese tema. Al menos así lo entendí yo al leer lo de los niños.)

    Ah, otra cosa: ¡Sirwood, te estás pasando! :)
    (El cuento, como todos los de Nasrudín, es genial)

    Hace poco una amiga me dijo algo verdaderamente lúcido y claro: "no tengo todo lo que quiero, pero quiero todo lo que tengo". Me parece que va por buen camino, ¿no creéis?

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  17. Lo que ocurre es que en ese conocerse, y luego en ese intentar, puede haber mundos enteros; e infiernos. Los hay a menudo, de hecho.
    Por eso el miedo explica el primer paso; pero luego hay que explicarlo a él.
    Y así con casi todo.

    En fin, que yo creo que es posible vivir, pero uno no se hace dueño de su vida en dos días. Yo, al menos, no.

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  18. ¿Y qué es ser dueño de la vida de uno?

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  19. ¿Saber distinguir las limitaciones que te vienen dadas y contra las que poco o nada puedes hacer, de aquellas que, aun siendo en la práctica igual de poderosas, está en tu mano hacer desaparecer; y a continuación tratar de que, efectivamente, desaparezcan?

    Pero no me preguntes nada más, que ya no sé qué contestar... :)

    Un saludo.

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  20. No te pregunto más. Sólo te digo que sí.

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  21. No he terminado de captar si sus palabras sobre mis apólogos sufíes son una admonición o un elogio, de modo que he decidido tomarlo como un mensaje ambivalente. No necesita responder a esta cuestión, me gusta tal y como está.

    Intento de explicación: encuentro que su blog plantea siempre más preguntas que respuestas. La mayoría de los cuentos sufíes van en esa misma dirección; de ahí las inserciones. No obstante, haré un alto en el camino.

    Pero ya desde aquí le advierto ( y amenazo): en sustitución, y puesto que el don de la palabra es gracia que el Cielo no quiso concederme, estoy dispuesto a abandonarme a esa aborrecible práctica de crucificar a base de citas clásicas. Ya sabe: “ttúto o muétte”.
    ¡Y no sabe usted cómo me las gasto con gentes como Crisipo, Fénelon o Bastiat.! Aténgase a las consecuencias.

    Hablando de preguntas y respuestas, permítame, a título de corolario, este antiguo y sulfúrico cuentecillo sufí:

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    Un ermitaño, vestido con harapos, los pies ensangrentados por las rocas y los espinos y la cabeza quemada por el sol, corría por la arena y gritaba a todos los ecos del desierto:
    -¡Tengo una respuesta! ¡Tengo una respuesta! ¿Quién tiene una pregunta?


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    Los tiempos se suceden con daño. La sombra es sierva de la luz. Ya nadie se llama Emerenciana.


    :-))

    Sirwood

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  22. No me refería enconcreto a los niños,quise decir a todo los que nos condiciona para cambiar el tipo de vida y nos inventamos la risa de cara a los demás...

    Yo no sé si podría hacerlo llegado el caso.

    Saludos

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  23. Un escritor que ahora no recuerdo(puede que Rybeiro en sus diarios) dijo que el carácter se forja los domingos por la tarde. Es parecido a lo que planteas tú.

    Sobre todo lo demás...primero es ser consciente de que es miedo, luego es saber a qué se tiene miedo, ponerle nombre, que tiene tela también. Y luego...ah! luego...

    Un beso fuerte.

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  24. Buenos días.

    Unaexcusa, retiro lo dicho: pregunta, pregunta, que así nos preguntamos todos.
    Princesa, me alegro de verte.
    ¿Luna, de qué no serías capaz tú?

    Sirwood, aunque no necesito hacerlo, supongo que puedo contestarte: aprecio, y mucho, tus aportaciones; ya sean cuentos sufíes, ya citas clásicas, ya improvisaciones personales.

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