Verdades psicoanalíticas (I)
Cree el ladrón que todos son de su condición.
(O sea, que no vemos el mundo tal como es, sino tal como somos; y más todavía a los demás: el éxtimo y todo eso...)
A quien le pica, ajos come.
(O cómo lo que no puedes soportar dice algo importante sobre ti)
Que es otra forma, más de andar por casa, de decir lo que pone ahí al margen que dice el Talmud.
ResponderEliminarO, dicho de otro modo, y yendo a las profundidades del subconsciente, el éxtimo, ¿no, Taliesín?
La segunda es más simple, creo: puede molestarte, o parecerte fatal un juicio sobre ti; pero no sacarte de tus casillas. Si ocurre eso... tche, tche, malo...
ResponderEliminarLo que no puedes soportar está hablándote de ti a gritos.
Claro que para lo primero hay muchos equivalentes aproximados, además del del Talmud (el color del cristal con que se mira, cómo le va a uno en la feria, etc.), pero a mí éste, más centrado en las personas que en toda la realidad, me "suena" más psicoanalítico, más de proyecciones y esas cosas (?).
ResponderEliminarVolvemos al lugar del presunto crimen, aun cuando es posible que el ladrón no lo sea y que sea yo el ….
ResponderEliminarEntiendo lo que quiere decir el Talmud, pero tengo un problema, Porto. Y es que también entiendo la posición contrapuesta, a saber: "No somos tal como somos, sino tal como vemos las cosas". Es decir no tenemos un yo esencial, sino que se va construyendo en función de las cogniciones que tenemos de la realidad.
No conocía el término lacaniano "éxtimo" que se refiere a una "intimidad externa". La definición de Zizek me lo ha aclarado: “cuerpo extraño en mi interior que es ‘en mi más que yo’, que es radicalmente interior y a la vez exterior”. Tengo que recocer que me he llevado una enorme sorpresa.
Y es que éxtimo, en el contexto de la frase del talmud que estamos analizando, sería en la terminología junguiana, "la sombra". ¡Puedes apreciar cuánto más poético es Jung! ¿Y que es la sombra? Es la parte oscura (inconsciente) de la personalidad que es bloqueada debido a su carácter incompatible (moralmente) con la personalidad consciente.
Como ves, la sombra, como el éxtimo, es un cuerpo extraño que es interior (inconsciente) pero tambien tendría que ser exterior para coincidir completamente. ¿es la sombra exterior? Sí lo es, pues para Jung es un arquetipo del inconsciente colectivo.
¿A dónde quería llegar? Pues a que "ser ladrón" es la condición original de todos. Solo el esfuerzo moral - la integración del inconsciente -nos puede alejar de esa condición. Y ¿sabes cómo se inicia ese proceso de integración? ¡¡Admírate!! Se inicia justo cuando se produce la proyección, es decir, cuando tengo la oportunidad de ver mi "ladronicie" en el otro. Ahí empieza a ser posible la conscienciación, cuando he proyectado y tengo la posiblidad de ver cómo participo de la sombra.
Como consecuencia, y para cerrar el círculo: seré más íntegro cuántas más experiencias de retirada de la proyección (cogniciones) tenga. Por eso lo contrario al Talmud también es cierto: soy en función de las miradas que voy teniendo.
Un abrazo y disculpas por la longitud del comentario.
No sólo el ladrón, para todo el mundo representa una dificultad entender que los demás son, y sienten, de forma distinta.
ResponderEliminarEl segundo denota, a mi entender, un cierto complejo de inferioridad, o manía persecutoria. Realmente, dos problemas psicoanalíticos... ;-)
Había una vez un anciano que pasaba los días sentado junto a un pozo a la entrada de un pueblo. Un día pasó un joven se acercó y le preguntó:
ResponderEliminar-Nunca he venido por estos lugares, ¿cómo es la gente de esta ciudad?
El anciano le contestó con otra pregunta:
-¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de donde vienes?
-Egoístas y malvados, por eso estoy contento de haber salido de allá.
-Así son los habitantes de esta ciudad, -le respondió el anciano.
Un poco después, pasó otro joven, se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta:
-Voy llegando a este lugar, ¿cómo son los habitantes de esta ciudad?
El anciano le contestó con la misma pregunta:
-¿Cómo son los habitantes de la ciudad de donde vienes?
-Eran buenos y generosos, hospitalarios, honestos y trabajadores. Tenía tantos amigos que me ha costado mucho separarme de ellos.
-También los habitantes de esta ciudad son así, -respondió el anciano.
En cuanto el joven se alejó, un hombre que había llevado sus animales a beber agua al pozo y que había escuchado la conversación, le dijo al anciano:
-¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a la misma pregunta realizadas por dos personas?
- Cada persona -respondió el anciano-, lleva el universo en su corazón. Quien no ha encontrado nada bueno en su pasado, tampoco lo encontrará aquí. En cambio, aquel que tenía amigos en su ciudad, también aquí encontrará amigos fieles y leales. Porque las personas son lo que encuentran en sí mismas, encuentran siempre lo que esperan encontrar.
Cuento sufí.
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Sirwood
Buenos días, damas y (¡coño, tres comentarios y los tres de hombres, rompiendo la abrumadora tendencia de los últimos meses...!) caballeros.
ResponderEliminarTaliesín, estoy de acuerdo con lo que dices; o quizá debería limitarme a decir que lo entiendo, y lo demás viene dado.
Pero de lo que no estoy seguro, desde mi desconocimiento, bien conocido por ti, es de que el éxtimo lacaniano sea lo mismo que lo que tú explicas, que la sombra jungiana. Tiene mucho que ver, me parece, pero no sé: según me han explicado en mis propias carnes, el éxtimo es lo nuestro más íntimo, lo que nos es más propio, proyectado, apreciado en los demás; es lo que nos lleva a percibir comportamientos y sentimientos en los demás que en realidad nos corresponden; es lo que nos "permite" vernos en los demás (normalmente sin darnos cuenta, claro) y, por tanto, actuar hacia ellos (y esto incluye juzgarlos) basándonos, en realidad, en las necesidades y deseos que nosotros deberíamos satisfacer, pero de los que normalmente no somos ni conscientes, y que en consecuencia continúan desatendidas y demandándonos: ponemos en los demás nuestras motivaciones y respuestas más íntimas, y lo hacemos, en general, completamente inconscientes de lo que está ocurriendo en general. No es ya que el ladrón, como es ladrón y sabe lo que hay, desconfíe de todos; es que el ladrón no entiende que los demás no lo sean, porque lo contrario lo enfrenta a su verdad de forma demasiado cruda.
Es decir, el éxtimo explica una proyección comparable a juzgar a los demás por nuestro propio rasero, pero aplicada, creo yo, a cuestiones mucho más íntimas y clave en nuestra vida. No hablamos aquí de no entender cómo ocupan su tiempo los demás porque a nosotros nos queda a años-luz; se trata de qué nos hace vivir con los demás como vivimos, qué vemos en los otros que es nuestro y nos condiciona la vida.
¿Tiene esta explicación sentido para ti, Taliesín, o desbarro sin xeito?
Por lo demás, yo no sé si estos cuentos son en realidad sufíes u obra del propio Sirwood, pero, como los inagotables proverbios chinos, parece haber siempre uno para cada problema; y con la respuesta exacta.
En cuanto a la segunda frase, de nuevo veo un enfrentamiento con nuestra verdad, que no es otra cosa que nuestro deseo (al menos así lo explica el psicoanálisis): no duele lo mismo un golpe que un golpe en una herida abierta (bueno, o algo así; no tengo yo la inspiración sufí, me temo).
Un placer.
Tienes razón. No se puede asimilar éxtimo y sombra. Por eso yo escribía: "Y es que éxtimo, en el contexto de la frase del talmud que estamos analizando, sería …" Éxtimo se refiere al mecanismo de proyección en general y yo hablé del mecanismo de proyección de la sombra en particular. Pero el éxtimo se puede ver en la proyección de cualquier otro contenido del inconsciente.
ResponderEliminar"(…) es que el ladrón no entiende que los demás no lo sean, porque lo contrario lo enfrenta a su verdad de forma demasiado cruda"
Pero es que este "ladrón" del que tu hablas, con toda probabilidad no sabe que él es un "ladrón", es decir que tiene impulsos de apropiarse de lo ajeno. Es más, se puede creer que es una persona muy digna. Y, precisamente por eso, es que se proyecta eses impulsos en los otros.
El impulso de apropiarse de lo ajeno lo tenemos todos cuando somos niños. La asimilación de la autoridad paterna puede asegurar que no tengas la conducta "robar", pero para nada asegura que tengas los impulsos. Como éstos son incompatibles con lo que consideramos correcto, la única forma que tengo es ver ladrones afuera. Y ahí es cuando tengo la oportunidad de concienciar mis impulsos, no antes. Solo somos conscientes de lo que primero fue proyectado.
Buenas tardes:
ResponderEliminaren síntesis quieres dar a entender que éxtimo (Lacan) = identificación proyectiva (klein) ?
No lo sé, Herman, para qué te voy a decir otra cosa. Del éxtimo sé lo que puse aquí, pero es que de Klein no sé nada de nada... Lo siento.
ResponderEliminarBienvenido.