Yo en la corte del Rey Arturo.
Un texto de Calamidad titulado Desastre me ha hecho recordar algo que he pensado a menudo desde que hace muchos años leí la obra de Twain: si yo retrocediera en el tiempo y llegara a la Edad Media, como el yanki protagonista del libro, no sería capaz de mostrarle a la gente de entonces absolutamente ninguno de los avances materiales que nuestra sociedad ha ido consiguiendo a lo largo del tiempo.
No sé hacer nada con mis propias manos, ni tengo la más mínima noción de cómo se construye o cómo funciona prácticamente nada de lo que me rodea y veo y utilizo a diario (quizá la única excepción fuese la rueda, pero para eso tendría que aparecer no en el Medievo sino en el nosécuántos mil antes de Cristo), y aunque es cierto que lo poco que he estudiado me pondría en disposición de iluminar a muchos científicos del momento, y que mis conocimientos de andar por casa permitirían que en ciertos aspectos les hiciese avanzar espectacularmente, su lógica incredulidad, unida a mi total incapacidad para demostrar cualquiera de mis aseveraciones (¿me imaginan explicándoles, por ejemplo, sí, pues tenemos unas cosas llamadas motores que hacen ellas solas el trabajo, porque se les echa combustible por un agujero, y uno las enciende y entonces, dentro, ya se mueve todo, y...?, ¿o hablándoles del teléfono, de la televisión o de los helicópteros (...y tiene unas aspas, que con uno de esos motores que les decía antes, gira muy muy rápido, y se eleva, así... y yo levantando la mano haciendo círculos con el dedo en el aire)?), probablemente no harían más que precipitar la decisión de condenarme a la hoguera por brujo.
Con la diferencia, con respecto a la novela, de que tampoco tengo ni la más remota idea de cuándo ha habido, hay o habrá eclipses de sol.
Eclipses de sol visibles desde Gales, además.
Esos "motores" ya existían. Heron de Alejandría incluso dotó a un templo con puertas automáticas, basadas en una forma primitiva de máquina de vapor.. en el siglo IV antes de cristo!!
ResponderEliminarLos avances.. en fin. "Tenemos televisiones", y para qué sirve? bueno, para nada. Y tenemos internet... y qué es eso? pues no sabría decirte. Tenemos grandes avances médicos y enfermedades nuevas. La organización política es compleja y hay más guerras que nunca. Sabemos del extraño funcionamiento del cerebro humano, así que lo entendemos menos; los locos son igual de peligrosos, pero ahora se les tiene más miedo. Hay mayor divulgación científica, y es maravilloso: todos tenemos miles de conceptos parciales y equivocados que se transforman en la nueva superstición. Hay arte, pero está supravalorado por los artistas y diletantes e infravalorado por todo el resto del mundo; se ha perdido el interés por el humanismo, se considera que humanista=parado, como si eso fuera una medida de la necesidad de la sociedad a acoger una actividad basada en el desarrollo de valores y metas comunes. Hemos avanzado muchísimo.
Tenemos Centros Comerciales, esas nuevas catedrales de techos altísimos, luces que confunden los colores, salmondias continuas (responsable menaje acuda a información), todos los inventos importantes proceden del mundo militar o se aplican al mismo inmediatamente (internet, los nuevos materiales, la nanotecnología, incluso los avances biomédicos), los hombres se arremolinan entorno a poderosos corruptos o ambiciosos porque se sienten más protegidos por ellos ante un peligro que no saben nombrar. Hay dragones, esos enemigos invisibles o inexistentes contra los que puedes justificar una situación marcial sin guerra, una polarización sin enemigo, a los caballeros y castillos y la OTAN y los tigres de papel de lija cuando ya se han acabado las cruzadas. ... al final nos parecemos mucho a la edad media, no?
Y en cuanto a emplear el recurso de los eclipses, no es muy buena idea en general; te recuerdo el cuento de Augusto Monterroso.
Pues yo que me dedico a la informática y el marketing, ya no te digo.
ResponderEliminarPero creo que has pasado por encima del cambio más importante: el concepto de tiempo. Los hombres del siglo XX(I) siempre tenemos prisa, mientras que los de la Edad Media hablaban en horas, porque no disponían de relojes que les marcasen con precisión los minutos.
Y digo "los hombres", porque para las mujeres de hoy ir a la Edad Media sería como ir al Infierno.
En Medicina podrías explicar una serie de cosas que les iría muy bien: higiene, olvidar las sangrías, cosas así.
Saludos.
Mark Twain era americano, así que pongámonos en su texitura. Un nacido en San Francisco hace 25 años acaba en Camelot.
ResponderEliminarSe niega a comer nada que no esté envasado en un film de plástico -y que explique qué es eso- que ya está cocinado y se calienta en una pequeña caja en unos instantes.
El visitante no ha visto en su vida una vaca y no bebe leche si no viene en un bidón de plástico, sustancia desconocida.
El visitante explica que en su ciudad las parejas del mismo sexo son habituales y que las que son de distinto sexo eligen cuando y cuantos hijos tienen.
El visitante explica que las mujeres pueden elegir el tamaño de sus pechos o la forma de su nariz y que su aspecto no envejece.
Al mismo tiempo explica que los médicos se empeñan en alargar la vida de los enfermos aunque estos ya no sean más que vegetales y que a los ancianos se les recluye en una especie de campos de refugiados.
También asegura que a los niños no se les corrige y se les dan todos los caprichos.
Explica que en su ciudad el porcentaje de gordos supera el 50%, porque tienen demasiada comida y desconocen el trabajo físico. En lugar de cortar leña o tallar piedra, la gente va a gimnasios, hace ejercicio sin ninguna utilidad.
Por otro lado, Mark Twain podía explicar los avances del siglo XIX porque eran mecánicos, pero a ver como explicaría nuestro habitante actual de California que puede hablar con la otra parte del mundo ... y a ver como explica que hay tierras habitadas por animales que viven en el vientre de sus madres.
Nuestro visitante sería, por supuesto, considerado orate, pero serviría de entretenimiento para entretener con sus cuentos las noches invernales: sería un magnífico bufón.
Aunque creas que no, podrías hacer muchas cosas. por ejemplo, inventar la imprenta. podrías mejorar la higiene en las ciudades. podrías descubrir america. podrias mejorar la pesca y otras actividades con lo que simplemente sabes de ver la tele o pasear por un puerto. podrías aportar alguna idea sobre justicia social...bueno, tal vez entonces sí te quemasen en la hoguera
ResponderEliminarLa imprenta es china y muy anterior. América llevaba siglos descubierta, colonizada y habitada. Las artes de pesca actuales son herederas de las de entonces. Si viniera a esta Europa medieval nuestra un visitante nipón, nos podría hablar de, por ejemplo, higiene en las ciudades. Justicia social... esa habría que inventarla hoy día también.
ResponderEliminarBuenas noches.
ResponderEliminarLa verdad es que, si os fijáis en el texto, veréis que me he referido solamente a avances materiales. Es en ese aspecto en el que me veo limitadísimo, aunque, hablando en serio, sé que podria enseñar muchas cosas del tipo de las que cita Simplicissimus (bienvenido, Simplicissimus).
No pretendía filosofar y meterme a discutir si esos avances materiales (que, aunque con muchos matices más que evidentes, considero indiscutibles en conjunto) han supuesto un verdadero progreso, entendido éste (que ya es mucho entender, pues no es el significado que habitualmente le damos, creo yo) como una mejora en las condiciones de vida que suponga (circunstancias individuales aparte) una mayor satisfacción general. No quería llegar a eso, a discutir si nuestros logros nos han hecho más felices.
Ni tampoco quiero entrar en lo tontos que somos y lo mal que usamos lo que tenemos. Por un lado, me cuesta pensar que en otras épocas los humanos fuésemos más sabios vitalmente (en contra de lo que sostiene cierta visión idilizadora del pasado); y, por otro, tampoco hacemos todo tan mal.
Un abrazo.
Pues lo del eclipse de sol ýa eran capaces de precedirlo los griegos. Aunque en la Edad Media seguramente se perdiera este conocimiento como muchos otros.
ResponderEliminarBesos
Mañana comentaré. Hoy simplemente te doy las agradecidas bienvenidas después del nacimiento de Carlos.
ResponderEliminarUn saludo
Bueno, Porto
ResponderEliminarSiempre puedes estudiar una ingeniería industrial por correspondencia. :-D
Si es que el interés te llega a tanto.
Un abrazo,
Xavie
Orgullosa me encuentro de haberte servido de musa. :D
ResponderEliminarYo escribí aquel desastre de texto porque fui absolutamente incapaz de cambiar un grifo en la cocina. Lo peor no es que no lo pudiera cambiar, es que, el sólo hecho de intentarlo, consiguió que estuviéramos sin agua durante un día y medio (¿alguien ha estado sin agua corriente más de un día? ¡es una catástrofe, en serio!) y, claro, no era cuestión de acercarnos hasta el Manzanares -que lo tenemos al lado- y coger agua porque en ese caso nos moriríamos por envenenamiento.
Como señalas tú, algo podríamos enseñar (aún a riesgo de dar con nuestros huesos en la hoguera) pero a nivel teórico, me figuro, porque lo que es práctico, vamos, yo no sé ni hacer la "o" con un canuto.
Muchos besos. Calamity.
Uff... a mí también me gustaría que alguien me explicara que es ese neo-eufemismo idiota de la 'justicia social'. Debo ser del medioevo... ¡ilustradme sobre lo que significa esa 'cosa'!
ResponderEliminarEl razonamiento que suelo hacer cuando elucubro con ese viaje al pasado es el siguiente: desde hace milenios el cerebro humano y sus capacidades intelectuales apenas ha evolucionado, a pesar de que a lo largo de la historia de la humanidad han florecimiento y extinguido múltiples civilizaciones. Quiere ello decir que si yo, aquí y ahora, soy un tipo mediocre con respecto a la media de la sociedad, trasladado a la edad media, o a cualquier otro tiempo pasado, no dejaría de ser igualmente mediocre en aquella sociedad. Y, seguramente, en mi estupidez, me maravillaría de encontrarme con personas inteligentes, sensatas, y hasta sabias, si tuviera la suerte de toparme con ellas, que me desmontaría el cliché que involuntariamente nos hacemos, en el que los antiguos, por el hecho de serlo, eran un poco tontos.
ResponderEliminarPero, Brian, dos cosas:
ResponderEliminar- Llevarías contigo conocimientos fruto de tu época (que no de tus capacidades), ignorados entonces.
- En el Medievo resultarías tan inteligente, sensato, y hasta sabio, como ahora.
Gracias, Laura. Carlos está muy bien, y come y duerme como el mejor bebé medieval.
Bienvenido, Magallanes; no se acerque usted demasiado a las Filipinas, se lo dice alguien que conoce su futuro.
A todos, un saludo; musa palentina incluida.
Como Tom Hanks en "Náufrago", incapaz de hacer nada. Podríamos, si acaso, intentar contarles algún cuento, pero supongo que nadie nos escucharía.
ResponderEliminarTerminaría en la hoguera, sin duda.
Yo no he intentado cambiar un grifo, sino el mecanismo de la cisterna. Dudo que si me hubiera puesto a reformar todo el cuarto de baño hubiera armado más follón.
Pues parece que soy una excepción (tal vez porque no soy escritora como ustedes).
ResponderEliminarSé cambiar grifos, cables, enchufes, y demás. Sé como funciona una lavarropa, un lavaplatos, un calefón, una computadora...y puedo reparar casi todo. Sé de automóviles y motores, y cada tanto ando metida entre tuercas y grasas. Y sé porque he tenido una formación científica, y porque, además, me las he tenido que arreglar sola para reparar las máquinas más insólitas.
Como Calamity con su grifo, yo he tenido que vérmelas con cuanto aparato hay a mi alrededor. He tenido dudas (y vaya que las tuve!) he preguntado. Y les puedo prometer que después de haber metido mano en electrodomésticos varios y en autos, bicis, motos, y demás...
...Solamente me ha servido PARA TENER MÁS TRABAJO!!!!!
ya que, obviamente, al pasado no iré jamás y ¡a nadie podré enseñar nuestros "adelantos!.
Consejo: dénle trabajo a los que se ganan la vida con "las manos". Ahorrarán energía y no serán responsables de incrementar las listas de desempleo.
Chicas: mejor saber poco (o hacer que no saben), la "doble jornada" puede quintuplicarse.
Una aclaración: los ingenieros no necesariamente saben reparar lo que diseñan.
Saludos!
Me sumo al bando optimista y al bando torpe de la discusión (que no son el mismo bando). Es decir, por un lado a los que piensan que hemos mejorado: el Renacimiento, las guerras de religión, la Ilustración, la Revolución Francesa... nos han enseñado mucho, aunque nuestros abuelos y bisabuelos pagaron un alto precio por esa enseñanza.
ResponderEliminarY por otro lado, al de los que no saben arreglar un grifo. (¿Cómo puede funcionar nuestro mundo si nuestros conocimientos sobre su funcionamiento son tan parciales y limitados (incluso los de los que sí saben arreglar un grifo)? ¿Quién coordina todo para que las cosas funcionen?)
Una cosa más. Leí que la domesticación disminuía la inteligencia (el perro, por ejemplo, es menos inteligente que el lobo). A lo mejor 500 años de domesticación no son suficientes para que se dé ese efecto, pero no estoy muy seguro de que nuestro cerebro sea siquiera igual al del hombre de la Edad Media.
Muy bien, pues no filosofemos.
ResponderEliminarTan sólo aclarar que mi postura no era la de decir que todos los antiguos eran mejores, ni mucho menos, sólo que la historia no es una torre de babel que crece hacia el cielo homogenea y ordenadamente, sino que lo hace a empujones, desordenadamente, creciendo demasiado de un lado, desmoronándose de otro, de forma más orgánica y natural, siempre hacia arriba pero no siempre mejorando.
No propongo una idea tan simplista ni ingenua. Sólo hay un error mayor que pensar que todas las épocas son iguales, y es pensar que la nuestra es diferente, decía Borges. Lo que digo es que la delicia de las maquinitas que se han mencionado por aquí también estaban presentes en épocas que son hoy día consideradas "oscuras", y ellos se consideraban a sí mismos brillantes.
Precisamente no estoy planteando una visión idilizadora del medievo, estoy diciendo que nos parecemos demasiado a ellos, olvidando poco a poco lo que nos dieron siglos anteriores, igual que ellos olvidaban a los griegos (también se ha dicho aquí).
Soy ingeniero, se me dan bien los cables y los grifos. Aunque tiene razón quien dice que no tiene nada que ver. La pregunta de malambruno es interesante, aunque la respuesta es sencilla: ¿quién coordina un termitero para que funcione con una precisión mayor de la de una cadena de producción de automóviles? El grupo. Hay un efecto sinérgico poderoso, y el conjunto funciona por sí mismo, como un supra-ser capaz de autoorganización por la vía de la optimización.
Vaya, he vuelto a filosofar. Perdón.
ResponderEliminarPero ha sido muy interesante, Balcius. No pretendía, antes, quitarte la razón; sólo, literalmente, decir que no había sido mi intención entrar en temas de fondo.
ResponderEliminarYo soy tan torpe que ni cuelgo los cuadros que no puedan ponerse con cuelga-fácil; llamo a mi cuñado para todo, que es un verdadero manitas (a mí me asombra, no sé ni dónde se aprenden esas cosas...).
Laura, ese consejo yo lo hago extensible a los hombres: como he dicho, a mí ya ni se me considera, a la hora de hacer algún trabajo o arreglar algo.
Y supongo que lo del grupo es cierto. El conjunto (mal que bien) funciona, uniendo miembros con habilidades más que parciales. Igual que la Mano Negra Que Mueve los Hilos para lo malo, la Mano Blanca Que Coordina es, simplemente, el grupo, creo yo.
Donna, es que tú sí que sabes en qué emplear tu tiempo, querida.
Abrazos a todos. Aquí también hace calor. Buen fin de semana.
Balcius, tampoco yo he pretendido decir que el progreso avance con la historia inevitablemente. Sólo, que creo que de la Edad Media a hoy hemos progresado (desde mi punto de vista subjetivo).
ResponderEliminarDe hecho ni siquiera creo que el resultado final de ese proceso a empujones que tan bien describes tenga que ser un progreso. Podemos volver a la más oscura de las edades.
Vengo a decir que me identifico mucho mucho con lo que ha dejado Laura.
ResponderEliminarBesos en general de esos al aire, que con estos calores cualquiera se espachurra...
M.
Pues, hablando de Laura, también yo venía a decirle una cosa, para que no se creyese que al callar asentía: yo no soy escritor; algunos de los que aquí vienen probablemente puedan sre considerados como tales, pero desgraciadamente yo no, ¡qué más querría yo!
ResponderEliminarBesos; también de lejos, porque estoy empapado en sudor, y en penunbras.