Contarles mi estancia en Dinamarca me parecería aburrido para ustedes y para mí. Intentar describir mis impresiones me parece aburrido para ustedes, y a mí me da pereza. Además, sería absurdo tratar de hacer algún tipo de análisis o valoración de lo que he visto; demasiadas veces hablo sin saber, pero hacerlo de una sociedad entera ya me parece excesivo.
Era la tercera vez que visitaba el país, y en ésta, al haber podido ver más de cerca cómo es la vida de al menos una parte de la sociedad danesa (gracias a nuestros amables anfitriones), he vuelto con una idea algo más formada de cómo son allí algunas cosas.
Les diré que las diferencias que vi se podrían clasificar en tres categorías (por lo demás, utilizables con cualquier otro país): ventajas de la sociedad danesa, hechos o circunstancias chocantes (pero ni mejores ni peores) debido simplemente a lo distintas que son nuestras culturas, y desventajas suyas. Y, contradiciendo mi propósito de no juzgar, les confesaré que les concedo los siguientes porcentajes aproximados, respectivamente: 60, 30, y 10%.
Dichos porcentajes no se cumplen en la relación que a continuación les muestro, pero eso es achacable, por un lado, a que todos nos hacemos ya una idea de en qué aspectos nos dan lecciones los países escandinavos en general y Dinamarca en particular, y por otro, a cierto instinto defensivo, también llamado complejo, que me hacía fijarme más en lo que menos me gustaba.
Les dejo a ustedes la posibilidad y la responsabilidad de valorar cada uno de los comentarios, y de paso les invito a adivinar (como si fuese algo interesante) cómo los clasifico yo (algunos tienen truco):
- Dinamarca ocupa una superficie (sin contar con Groenlandia) equivalente más o menos a una décima parte de España y tiene cinco millones y pico de habitantes (y lógicamente nunca ha estado tan poblada como en la actualidad), y ha dominado gran parte de Noruega y Suecia durante décadas y reinado en Inglaterra durante unos doscientos años.
- Dinamarca es, según la ONU, el mejor país del mundo para hacer negocios, por la prácticamente absoluta inexistencia de corrupción y por la seriedad, responsabilidad e implicación personal con que los daneses trabajan.
- En un municipio próximo a Copenhague el ayuntamiento contrajo una deuda que no pudo justificar, y sobre la que hubo incluso una inaudita acusación de corrupción. Desde entonces, y hasta que liquiden el endeudamiento público, los vecinos pagan un 2,5% más de impuestos. Se considera que quienes actuaron mal eran sus representantes; y los vecinos entienden (es de suponer) que la próxima vez deberán pensarse mejor a quién votan.
- En Dinamarca hay un Ministerio de la Integración, responsable de todo lo relacionado con la inmigración.
- Dinamarca cerró sus puertas a la inmigración normal en los años setenta. Desde entonces, sólo admite las entradas a refugiados políticos o por reagrupamientos familiares.
- Un inmigrante (de los que pueden entrar) sin recursos, en Dinamarca dispone de vivienda gratuita, cobertura médica gratuita, enseñanza gratuita, tres años de cursos gratuitos de danés, y, en caso de que no pueda valerse por sus propios medios, un sueldo estatal que le permita subsistir.
- En Dinamarca la escolarización tal y como aquí la entendemos comienza a los siete años; hasta entonces (y desde los tres años) los niños van a la guardería, casi exclusivamente a jugar.
- Un niño danés normal de siete años no sabe leer.
- Un niño danés normal de siete años puede ir (y una buena parte va) al colegio en bici, a las siete y media de la mañana, solo.
- Una vivienda unifamiliar danesa tiene un contenedor normalizado de basura, dotado de dos bolsas también normalizadas, que le recogen semanalmente (sólo esas bolsas, y sólo lo que en ellas quepa).
- La ministra danesa de Medio Ambiente se quejó hace poco en los medios comunicación de los resultados del reciclaje de basuras: sólo se recicla el 80%.
- En los colegios públicos daneses es obligatoria la asistencia a las reuniones de padres. La única de la que yo tuve noticia duró cuatro horas, y por ella pasaron, uno a uno, todos los profesores.
- En un colegio danés los padres pueden decidir (y de hecho en algunos lo hacen) en votación cuánto se van a gastar por cabeza en los regalos de los cumpleaños que haya a lo largo del curso.
- En un colegio danés los padres pueden decidir en votación (y de hecho en algunos lo hacen) que a las fiestas de cumpleaños (que se celebran en las casas) habrá que invitar a toda la clase o no invitar a nadie, pero nunca sólo a unos cuantos.
- En Dinamarca es posible llegar a cualquier sitio, rural o urbano, en bicicleta, sin ningún peligro ni incomodidad.
- Si conduces en Dinamarca, nadie te deja pasar nunca si tiene preferencia (esta generalización la incluyo porque me la dijo una danesa).
- El número de muertes por accidente de tráfico en Dinamarca el año 2004 fue igual al de 1947.
- El gobierno danés está comprando gran parte del litoral para evitar la especulación inmobiliaria y garantizar su disfrute público. Normalmente, todo se deja como una gran zona verde. No es raro ver, al lado de los bañistas, patos y cisnes nadando.
- En un ayuntamiento próximo a Copenhague se cambiaron las flamantes (y reglamentarias) torres de iluminación de un nuevo estadio de fútbol porque los vecinos consideraron que afeaban el entorno.
- El ayuntamiento de Copenhague decide cuándo se pintan, y de qué color, las casas que bordean el famoso canal Nyhavn.
- En la zona de Dinamarca que vi (capital y la costa este, algo al norte de ella) no vi una sola (ni una sola) casa fea. Es más, pude disfrutar (desde fuera) de algunas de las casas más bonitas y con más encanto que he visto en toda mi vida.
- Un ayuntamiento no demasiado rico ni especialmente generoso de Dinamarca tenía, para que entrenasen los niños a partir de los 5 ó 6 años y hasta los 16, unos nueve campos de fútbol de verde e inmaculada hierba.
- En Dinamarca la cobertura médica gratuita incluye, hasta los 18 años, el dentista (todo). En los colegios suele haber varios gabinetes dentales.
- Un coche que aquí vale unos tres millones y medio de pesetas en la prensa danesa se anunciaba por siete y medio. Era una oferta, pues se trataba de un "kilómetro cero" con 17.000 km.
- En Dinamarca es algo rarísimo que surja una conversación espontáneamente entre dos desconocidos.
- En Dinamarca, en una conversación, la gente te atiende. Te atiende mucho, incluso. Y demuestra un interés que parece sincero.
- En Copenhague, la zona de la ciudad en la que tienen sus viviendas oficiales las máximas autoridades militares del país es un parque de libre acceso público (creo que sólo durante el día).
- En Copenhague el ayuntamiento pone a disposición de los visitantes (o de cualquiera) unas bicicletas que se recogen en puestecillos distribuidos por las calles, metiendo una moneda de 20 coronas (unos tres euros) como en un carrito del súper. Se devuelven en cualquiera de esos puestecillos y se recupera el dinero. Los puestecillos no están vigilados por nadie, por supuesto.
- El proceso de selección laboral habitual danés incluye una conversación con una tercera persona para pedirle referencias sobre el aspirante. Éste es quien facilita a la empresa el nombre de esa tercera persona.
- Dos de los temas de debate público más relevantes de este año en Copenhague tenían que ver con el nuevo Palacio de la Ópera que el dueño de Maersk ha regalado a la ciudad: si afeaba o no el entorno, y si supondría una oferta de plazas para espectáculos superior a la demanda real (lo cual, por cierto, no ocurrió: se batió el record de solicitudes de abonos).
Espero que estas notas sean de su interés. No están todas las que son, evidentemente, pero creo que sí son todas las que están. Si me acuerdo de más, las iré incluyendo.
Mi conclusión, muy muy general, es que tenemos muchísimas cosas que envidiarles; aunque no todas.