Descripción
Leo en el blog En Compostela esta descripción, no solo mía pero también mía:varón de mediana edad, lector inteligente y con sensibilidad, de
izquierdas, agnóstico, entre desesperanzado y tratando de lidiar con el nihilismo
Y aunque la entiendo, me sorprende. Nunca la habría relacionado conmigo si la hubiese leído sin saber.
Dejando al margen el elogio que incluye, tan de agradecer, creo que es la primera vez que me alguien me etiqueta como de izquierdas y agnóstico. Pero me doy cuenta de que seguramente ahora soy algo parecido a eso; al menos aquí, donde no se me ve, donde no se me conoce de antes ni de otras cosas, donde solo se me puede juzgar por lo que digo.
Me choca también, pero en cambio no puedo decir que me agrade demasiado, que se me considere desesperanzado y casi nihilista. No me siento así. Aunque sé que a largo plazo tengo (¡y qué más quisiera que no tenerla!) una visión trágica de la vida, creo que en el día a día tengo muchas ilusiones que contrarrestan ese pesimismo vital que, efectivamente, viene y va.
Pero supongo que lo que más me cuesta creer es lo de mediana edad. De mediana edad yo, que sigo sintiéndome el mismo niño.
Siento haberte representado en cuatro trazos demasiado generales.
ResponderEliminarYo partía de la imagen que me he hecho de vosotros a partir de lo que contáis, pero a la vez generalicé demasiado para meter a cada uno en un saco con los otros blogs y el libro de Uriarte.
Yo lo que quería era explicar que esos tres blogs y ese libro me parecía que tenían características comunes que no eran todas similares en principio a mí, aunque también me veía curiosamente cercano a vosotros: aunque yo soy católico y tiendo a la derecha, me gustaría decir que soy tan inteligente y sobre todo tan sensible como vosotros.
Sobre lo de la esperanza y el nihilismo yo partía de esos términos pero con un sentido "fuerte", desde mis planteamientos: esperanza en Dios y nihilismo como actitud general de la mayor parte de la gente -incluso mía en buena parte- de haber perdido esa esperanza con mayúsculas.
Pero tienes razón en que en absoluto eres desesperanzado o nihilista en sentido normal.
Y lo de la mediana edad, a mí me duele pensarlo: pero yo tengo 43 años y supongo que tú serás más joven.
Y siento hacer tantas suposiciones, que nadie me ha puesto de psicoanalista tuyo.
Yo quería haceros un homenaje, pero esto de generalizar no está bien.
¡No, no, Ángel, si está bien!
ResponderEliminarYa sabes lo de Wilde de que hablen de uno. A mí me hace ilusión :-)
En serio, a mí la descripción me parece bien, matiz arriba matiz abajo (matices que además acabas de añadir). Así que, por favor, no veas aquí reproche alguno.
Un abrazo.
Tranquilo, Porto, ya sabes que un pesimista es un optimista bien informado. La verdad es que en la descripción se reconoce la imagen que das en el blog, aunque seguro que a alguien le pueda chocar.
ResponderEliminarSí, supongo.
ResponderEliminarLo que no sé es si ese soy yo o es Portorosa.
¡Ah! ... ¿pero es que tú no eres Portorosa?...
ResponderEliminarSí, yo soy Portorosa, pero no solo Portorosa.
ResponderEliminar(Y, hablando de izquierdas, el palabro es REDNESS)
El ataque de Nietzsche a la metafísica, así como a todo fundamentalismo y la moralidad judeocristiana, han marcado profundamente al siglo XX y, posiblemente sea uno de los ejes que sobre los que gira el pensamiento de la modernidad abriendo el reconocimiento de una transformación de la conciencia, para la cual es necesario alcanzar la trascendencia humana patente en Cristo. La modernidad ha descubierto el engaño de la religión de creencias que impone por fuerza de ley lo que no se puede comprobar, contradiciendo a la razón y al sentido común, aduciendo falazmente que es palabra de Dios. Esto es lo que expresa Nietzsche al decir “Dios ha muerto”, nosotros lo matamos. http://www.scribd.com/doc/48104400/Nietzsche-y-La-Lucha-Contra-El-Judeo-Cristianismo-Por-El-Cristianismo
ResponderEliminar¡Dios!
ResponderEliminar(Nunca mejor dicho)
Bienvenido, Rodolfo.